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martes, 14 de enero de 2014

CONGOS. LOS ÁNGELES NEGROS. 1997



Diario “La Nación”. Buenos Aires, lunes 22 de septiembre de 1997 
Hipótesis de conflicto: congos
Los angeles negros
El drama de una nación de 50.000.000 de almas y sin Estado propio, volcada al cristianismo en el siglo XV y expoliada por los europeos que la civilizaron
La grandeza de la corte del Congo maravilló a los portugueses cuando llegaron por primera vez en 1486. Y la gran recepción que se les brindó el 30 de abril de 1491 ha quedado bien registrada por los cronistas: "El soberano estaba sentado sobre un estrado de madera tan alto que se lo veía en todas partes. Su trono estaba hecho de marfil y de algunas piezas de madera muy bien trabajadas a la manera del país. Como vestimenta para la parte superior del cuerpo tenía su piel muy negra y brillante. Cubría la parte inferior, desde la cintura, una pieza de damasco. En el brazo izquierdo llevaba un brazalete de cobre amarillo, y en el hombro una cola de caballo (cebra) adornada, cosa que es tenida entre estas gentes por insignia real. Sobre la cabeza, un bonete alto como una mitra, hecho de un tejido de palmas muy fino y delgado".
Muy poco después el rey, Nzinga, se bautizó Juan I y el 4 de junio lo siguieron en el bautismo sus hijos, que recibieron los nombres de la reina y del príncipe heredero de Portugal, Leonor y Alfonso, respectivamente.
De Alfonso, Alfonso I, llamado el grande (1506-1543) escribió un sacerdote portugués al rey don Manuel: "Me parece que no es un hombre sino un ángel que el Señor ha enviado a este reino para convertirlo. Conoce los Profetas y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y todas las vidas de los santos y todas las cosas de Nuestra Santa Madre Iglesia mejor que nosotros...no hace más que estudiar y muchas veces se duerme sobre sus libros y muchas veces se olvida de comer y de beber para hablar de las cosas de Nuestro Señor...Cuando el sacerdote termina de decir misa se pone a predicar al pueblo con mucho amor y mucha caridad...ha instalado varias escuelas en las provincias e incluso escuelas para muchachas donde enseña una de sus hermanas que sabe leer muy bien".
Todo a la pira
Como ha escrito en nuestro tiempo el francés Cornevin, si hubiera vivido en Europa y en la Edad Media, sin duda que Alfonso hubiera sido canonizado. Desgraciadamente, en su persecución del paganismo hacía quemar los ídolos junto con sus fieles pero eso era parte de la cultura europea de la época.
Uno de sus hijos, Enrique, estudió en Portugal y en 1513 dio en Roma un discurso en latín ante los cardenales. El Papa lo consagró obispo y lo nombró vicario apostólico en su propio país. La conversión había sido completa pero...
...Pero las cosas no marcharon tan bien como habían empezado.
La idea que los blancos tenían del cristianismo no era la misma que le habían predicado con tanto éxito. Ya en 1514, Alfonso escribió al rey de Portugal quejándose de que catorce sacerdotes blancos vivían con mujeres y negociaban con esclavos y en 1526 reclamó amargamente: "Hay comerciantes en todos los rincones del país. Lo llevan a la ruina. Cada día toman como esclavos y secuestran gente, incluso nobles, incluso miembros de la familia real" (1526).
Sus esfuerzos por controlar al menos los secuestros de personas libres de su propio reino tuvieron efecto: durante la Pascua de 1540, ocho portugueses intentaron asesinarlo. Todo esto sumado, puso a don Alfonso en el mayor desconcierto, y a la población en la más extrema indignación. El rey murió poco después, en 1543, dejando un recuerdo profundo y querido en su pueblo. Pocos soberanos nativos en Africa o América trataron tan intensamente con él de compenetrarse con el cristianismo y con la civilización extranjera de los europeos.
Bajo el signo de la guerra civil
Los años y décadas siguientes estuvieron marcados por las guerras civiles entre los pretendientes al trono (todos descendientes de don Alfonso) y por las invasiones extranjeras, tanto de africanos (los caníbales jaga) como europeos (holandeses).
En esta situación, el reino entró en una vertiginosa decadencia pero mantuvo su independencia simbólica hasta 1883 en que Portugal lo anexó y sus reyes siguieron hasta hace unos cuarenta años.
El Congo se extendía sobre varios países vasallos muy al Sur (más allá de Luanda) y muy al Norte (sobre el actual Gabón). La nación misma, la tierra Congo (de aquellos que hablan la lengua kikongo) coincide con el reino mismo (ver mapa). Pero este territorio quedó dividido desde la partición colonial de hace un siglo entre tres países europeos: Portugal, Francia y Bélgica.
El primero conservó el Sur (hoy norte de Angola) con un millón y medio de almas; la segunda, el llamado Congo-Brazzaville, con un millón y más, y la tercera, el llamado Congo Belga, luego Zaire y ahora República Democrática del Congo, con dos millones y medio.
La nación Congo cuenta, por lo tanto, alrededor de 5.500.000 personas, pero no tiene un Estado propio. Esto se notó de inmediato en la vida política.
Y el punto de partida fue la actividad desarrollada por Joseph Kasavubu que, desde 1945, comenzó a plantear la reunificación de su pueblo dividido. A través de la Asociación de los Congos (Abako), reclamó la independencia desde 1956.
Si bien la Abako "intentaba agrupar personas de un mismo origen, una misma historia, tradiciones y costumbres comunes, patrimonio de los antepasados", y la afiliación se hacía a través del clan Congo tradicional y Kasabuvu era llamado rey ("ntotila"), no pudo superar el marco europeo.
La ira latente
Kasavubu fue presidente del ex Congo Belga desde la independencia (1960) hasta el golpe que llevó al poder a Mobutu (1965). Caído este dictador y fallecido recientemente, ninguna figura Congo aparece en primera línea ni apareció tampoco entre los adictos al reemplazantede Mobutu, Kabila, que se apoya en otros grupos tribales. Esto puede irritar a los hombres de la nación Congo a plazo más o menos corto.
En el Congo-Brazzaville fue otro de los congos, el abad Fulbert Yculou, el que llevó al país a la independencia y resultó electo primer presidente (1960-1963).
El caos es en este mismo momento mayúsculo allí y ha habido incidentes violentos con miles de muertos.
Más complicada aun es la situación en la antigua Angola, donde cada uno de los movimientos políticos que condujeron a la lucha por la independencia representó a una tribu distinta, según un modelo característico de Africa, y similar al que se dio en el antiguo Zaire hasta que el gobierno de mano dura de Mobutu los aplastó, sin eliminar por ello la realidad ni mucho menos.
Fue así como a la guerra entre Portugal y los partidos africanos (1961-1975) siguió una guerra civil entre éstos últimos.
Los congos estaban representados por el Frente Nacional de Liberación (FLN) cuyo líder, Hilden Roberto, tenía la gran ventaja de estar emparentado con la antigua familia real de Alfonso I, en cuya capital nació.
Apoyado primero por los Estados Unidos, Zaire y Sudáfrica cosechó, al comienzo, grandes triunfos (1975). Sin embargo, abandonado por sus aliados a partir de la defección norteamericana, debió exiliarse en Zaire (era cuñado de Mobutu).
El gobierno quedó en manos de comunistas, fuertemente apoyados por Cuba, y la resistencia continuó con Unita, representante de otras tribus.
Queda así, por ahora, en un callejón sin salida este importante e histórico pueblo africano. La confusa situación creada en el Congo del Norte y el vacío dejado en el ex Zaire luego de la caída de Mobutu, abren un gran interrogante. .
Por Narciso Binayán Carmona

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