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miércoles, 15 de enero de 2014

TAIOYU - SENKAKU. ISLAS. CHINA - JAPÓN



Diario “La Nación”. Buenos Aires, lunes 04 de agosto de 1997 
Hipótesis de conflicto: las islas Taioyu-Senkaku
Ocho minúsculos colosos
Sus abundantes yacimientos de petróleo y gas son un motivo de tensión entre chinos y japoneses
En los últimos años se han producido violentas manifestaciones contra el Japón en China continental, Taiwan, Singapur, Macao y Hong Kong, antes de su reincorporación a China.
Igualmente en el Canadá, el canciller nipón, Yukihiko Ikeda, fue recibido por grupos de chinos fuertemente hostiles cuando visitaba, en viaje oficial, el Parlamento de Otawa.
Unidos en un reclamo
Los manifestantes, en todos los casos, coincidían en apoyar los reclamos de ambos gobiernos chinos, el comunista de Pekín y el nacionalista de Taipei, frente al de Tokio, por la posesión de un minúsculo archipiélago deshabitado al que los chinos llaman Taioyu (o Daioyu) y los nipones Senkaku, situado 200 kilómetros al noroeste de Taiwan y 300 al oeste del archipiélago de Okinawa y al este de la provincia china de Fukien.
La cuestión surgió en 1972, cuando los norteamericanos evacuaron las islas de Okinawa, reintegrándolas al Japón. Las Taioyu-Senkaku fueron incluidas en el lote sin consultar a ninguno de los dos gobiernos chinos ni sondear previamente la opinión pública china ni la de los políticos chinos.
Tanto Pekín como Taipei reaccionaron con igual prontitud e irritación, protestando enérgicamente. Washington se descargó de culpa sosteniendo que sólo había "administrado" las islas y que "administración" no equivalía a soberanía.
El debate entre los chinos y Japón se ha ido envenenando. ¿Qué puede haber despertado tan grande interés, casi súbito, en un insignificante grupo de ocho islitas microscópicas, con una superficie de 6,3 kilómetros cuadrados? Las islas son mínimas y justifican la indiferencia secular hacia ellas. Su suelo, por el contrario, tiene abundante riqueza aún no explotada en yacimientos de petróleo y gas. A esto debe sumarse su plataforma submarina que, conforme la Convención sobre Derechos del Mar del 7 de octubre de 1982, se extiende en un territorio de 188 millas náuticas (una milla náutica equivale a 1852 metros).
Las islas fueron descubiertas en los grandes viajes de la dinastía china Ming (1368-1644), pero no parece que se hubiera hecho hasta los últimos tiempos un reclamo concreto por parte de ningún país. Por lo demás, Japón las anexó en 1879 y lo mismo hizo con Taiwan en 1895, luego de vencer en una guerra con China. Las islas estaban -parece- incluidas. Debió devolverlas al ser vencido en 1945. Y las islas fueron olvidadas, parece.
Comenzada la discusión en 1972, Deng Xiaoping, con su gran sentido práctico, hizo una propuesta al tomar el gobierno de China en 1976: prescindir por el momento de la cuestión de soberanía y hacer una explotación conjunta de los recursos pesqueros, mineros y petroleros de las islas. La cuestión quedó quieta hasta hace siete años y no hubo más explotación que la tradicional de los pesqueros chinos.
La calma fue rota en 1989, cuando el grupo ultraderechista nipón Nihon Seinen-sha (Federal Juvenil Japonesa) instaló un faro en ellas. Las protestas de ambos gobiernos chinos obligaron al gobierno imperial a desmantelarlo.
En el ínterin, Pekín incluyó las islas en su propia demarcación marítima, en tanto que Taiwan reafirmaba su derecho.
En julio del año último, el mismo grupo nipón instaló otro faro e izó la bandera de su país. Taipei y Pekín protestaron y la Alianza Patriótica China, fundada en 1972, los instó a unir sus esfuerzos para proteger el territorio de su país.
Los incidentes se agravaron: en septiembre, un buque que partió de Taiwan con funcionarios y periodistas fue interceptado a 16 kilómetros de las islas por tres naves patrulleras niponas que los intimaron a retirarse. El incidente se repitió poco después con otros cinco buques de Taiwan, 16 legisladores y 80 periodistas que querían retirar la bandera nipona y poner la de China. Los detuvieron once patrulleros y guardacostas del Japón. En el continente se pidió la intervención de la Comisión Central de Asuntos Militares del PC.
Tres demandas de Pekín
Taiwan ha planteado la posibilidad de cerrar el paso por el estrecho que la separa del continente -la ruta de Hong Kong- a los buques con contenedores japoneses y se habló de declarar un boicot a los productos nipones.
El canciller de Pekín, Qian Qichen, pidió a su colega Ikeda que sea demolido el faro, se prohíba a los japoneses desembarcar en las islas y no se moleste a los manifestantes o barcos de protesta que lleguen desde Taiwan. Podría cerrarse algún consulado nipón en caso contrario.
La discusión alcanzó los picos más altos cuando políticos del Partido Liberal Democrático, nipón, discutieron la real dimensión del ataque de su país a China en 1937 e, incluso, del episodio más cruento en los ocho años del conflicto: la matanza de civiles y soldados rendidos -300.000 en total- al tomar Nankin.
Los gobiernos han intentado controlar las manifestaciones para evitar que las cosas pasen a mayores.
Este ejemplo de conflicto potencial muestra que la variedad de los tales es enorme, si ocho diminutas islitas vacías han irritado tanto a tantos y tan poderosos países. .
Por Narciso Binayán Carmona

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