Diario
“La Nación”. Buenos Aires, miércoles 30 de abril de 2008
Mañana,
comicios municipales
Dos excéntricos candidatos se
disputan Londres
Son Ken Livingstone y Boris Johnson
LONDRES.- Los británicos siguen las alternativas de la
campaña electoral para la alcaldía de su capital -puesto crucial cuando Londres
se apresta a ser sede de los Juegos Olímpicos de 2012- con el mismo interés que
genera el final inminente de un bien elaborado chiste.
En los comicios de mañana todo parece indicar que el
"reinado" del "Colorado" Ken Livingstone, en busca de un
tercer mandato, podría llegar a su fin para ser reemplazado por el del
conservador Boris Johnson, conocido como "Blond Bombshell" (la
"Bomba Rubia"), tanto por el tono de su cabello como por su tendencia
a lanzar humoradas que lo meten en problemas.
A primera vista, la contienda se presenta como un clásico
tire y afloja entre el defensor del proletariado, Livingstone, y el graduado de
Eton y Oxford, Johnson, pero la verdad es que se trata más de una puja entre
dos celebridades que ganaron su fama por su poco convencional vida privada y
por participar en populares programas humorísticos de televisión.
Tan frívola y mediática es la campaña que, en su última
edición, el semanario The Economistpublicó una nota sobre la
elección con el título "Llamen a los payasos".
Quién lo diría leyendo los datos vitales del candidato
conservador: Alexander Boris de Pfeffel Johnson nació en Nueva York en 1964, en
el seno de una familia británica adinerada con abolengo aristocrático turco y
ruso. En Oxford se graduó con los honores más altos en estudios clásicos y fue
presidente de la Oxford Union, la prestigiosa sociedad de debates estudiantil.
En 1987 ingresó como reportero en The Times .
Su carrera periodística sufrió pronto un traspié: fue
despedido por inventar un testimonio. Pero ese "pecado de juventud"
fue perdonado por otros medios, incluido el tory The Daily Telegraph, que
lo nombró jefe de la corresponsalía europea en Bruselas, donde su padre fue
durante cinco años eurodiputado conservador. En 1999 tomó las riendas del
semanario The Spectator , cargo que sólo abandonó en 2005,
tres años después de haber ganado un asiento en la Cámara de los Comunes.
En la arena política, su trayectoria ha sido tan
meteórica como escandalosa. En 2004 tuvo que pedir disculpas públicas por una
columna firmada en The Spectator en la que sostuvo que los
nativos de Liverpool (en su gran mayoría católicos) "se hacían, como
siempre, las víctimas" al expresar en forma prolongada su dolor por la
muerte de su compatriota Ken Bigley, raptado y asesinado en Irak.
AFFAIRE
Un mes más tarde, Johnson, casado y con cuatro hijos, fue
despedido del gabinete del entonces líder de la oposición, Michael Howard, por
haber negado que tenía un affaire con una colega periodista,
horas antes de que los detalles del romance fueran publicados por varios
tabloides.
Lejos de esconderse, Johnson siguió apareciendo en
programas de televisión, incluido el satíricoHave I got news for you (¿Tengo
noticias para vos?), donde también se ha visto a Livingstone más de una vez.
Las metidas de pata seguidas de disculpas continuaron, incluida la ocasión en
la cual Johnson criticó a Tony Blair por irse de viaje a Africa en medio de una
crisis "para visitar picaninnies(negritos)" y cuando
aseguró que los habitantes de Papúa Guinea "deben de ser todos
caníbales".
Su desparpajo es justamente lo que le ha servido para
ganar terreno sobre el rival que él ha rebautizado "Major
leaving-soon" (alcalde yéndose pronto). Johnson sabe, sin embargo, que de
ganar su victoria no se deberá tanto a su encanto personal como al desgaste de
la figura del actual alcalde.
Porque los londinenses están hoy divididos en dos campos:
los que adoran a Livingstone por haber reducido la congestión en el microcentro
gracias a la introducción del peaje obligatorio conocido como congestion
charge (impuesto a la congestión) y los que lo odian porque la medida
los obliga a utilizar un servicio público de transporte anticuado y carísimo.
Livingstone, de 62 años, oriundo del sur pobre de
Londres, se convirtió en el primer alcalde elegido en 2000. Lo hizo como
candidato independiente, tras ser expulsado del laborismo por criticar la
política centrista de Tony Blair.
Pero el "Colorado" Ken, acusado de ser miembro
de la "izquierda lunática", adoptó una política pragmática. Una de
sus primeras medidas fue declararles la guerra a las palomas de Trafalgar
Square. Lanzó dos halcones, que redujeron naturalmente el número de palomas y
divirtieron, al mismo tiempo, a los turistas con sus acrobáticos sobrevuelos.
Su primera gestión fue aplaudida. Blair se vio obligado a
reconocer su error: en 2004, Livingstone fue reelegido como candidato
laborista. Pero esto no lo inhibió de oponerse públicamente a la guerra en Irak
ni de establecer lazos de cooperación con el régimen de Hugo Chávez, a
contramano de los dictados del Foreign Office.
Divorciado y con cinco hijos de cinco mujeres diferentes
(ninguno de su ex esposa), Livingstone es proclive a los exabruptos. En 2006
fue suspendido cuatro semanas de su puesto por comparar a un periodista judío
que lo acechaba para entrevistarlo con "un guardián de un campo de
concentración". La sanción fue luego revocada por la Corte Suprema.
Hace unos días
le preguntaron qué planea hacer si es derrotado. Y su respuesta fue reveladora:
"Estoy persuadido de que ganaré, pero si Boris se convierte en alcalde,
ocuparé el lugar que él dejará vacante en la televisión y en el circuito de
disertantes en conferencias. Lo
único que haremos es cambiar asientos". .
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