Diario “La Capital”. Rosario, sábado,
29 de junio de 2013
Corrupción y narcopolítica
El intendente de Montreal
fue detenido por recibir sobornos y el de Toronto fue acusado por aparecer en
un video con amigos narcos fumando crack.
Por Jorge Levit / La Capital en Canadá
En
una sucesión de escándalos políticos insospechados para la sociedad canadiense,
el verano boreal trajo al norte de América acontecimientos propios de latitudes
más australes del mismo continente.
El
intendente de Montreal fue detenido por recibir sobornos y el de Toronto fue
acusado por aparecer en un video con amigos narcos fumando crack. Son dos
hechos inusuales que sacuden a Canadá desde la semana pasada.
La
corrupción y el narcotráfico parecen haber penetrado en los estamentos de
gobiernos locales de las dos ciudades más importantes del país, en una muestra
cabal de que el delito no tiene fronteras. Lo que sí difiere con otros países
es, tal vez, la respuesta de las instituciones y de los funcionarios
canadienses, que en su amplia mayoría no están contaminados ni son cómplices.
Montreal. Hace
pocos días, el intendente Michael Applebaum fue detenido en su domicilio
durante casi 9 horas acusado de fraude, conspiración y corrupción en 14 cargos
sobre distintos asuntos municipales. La unidad especial anticorrupción de la
provincia de Quebec fue a buscarlo a su casa, donde quedó arrestado. La noticia
causó estupor en la ciudad, cuyos medios de comunicación interrumpieron sus
habituales programas para informar sobre la novedad desde la misma casa del
intendente.
Al
día siguiente, ya liberado, salió de su vivienda y renunció a su puesto tras
declararse inocente de todas las imputaciones, de las que comenzará a
defenderse en el juicio que se iniciará en octubre, en rápidos plazos
judiciales desconocidos en la Argentina.
Muchas
de las acusaciones provienen de su anterior gestión como jefe de un distrito de
la ciudad, vinculados a proyectos inmobiliarios, demolición de edificios y
construcción de condominios. Se investiga a Applebaum y otros políticos por
recibir sobornos de miles de dólares para favorecer proyectos de inversión
privados.
Applebaum
de "Union Montréal" había reemplazado en noviembre pasado a otro
político de su partido, también destituido por maniobras sospechosas ligadas a
la falta de honestidad de un funcionario público en la colecta de fondos para
la campaña electoral.
Cuando
Applebaum asumió se mostró como un reformista de "cuchillo blanco" y
prometió borrar "esta mancha de corrupción de la ciudad, que costó a los
contribuyentes millones de dólares y trajo, además, la pérdida de confianza en
el electorado". Eran sólo palabras vacías porque también él se había
introducido en el mundo de la corrupción. Si la investigación llegó al punto de
haber sido detenido y haber tenido que renunciar a su cargo, la Justicia
canadiense debe tener firmes sospechas de actividad ilegal, no importa si se
trata del jefe del Ejecutivo local o de un simple ciudadano. "Nadie está
por encima de la ley y nadie puede esconderse de ella", dijo en una
conferencia de prensa el jefe policial a cargo de la unidad especial
anticorrupción que investiga el asunto. En el caso también fueron detenidos un
concejal y un funcionario municipal. Además, otro funcionario sospechado se
suicidó en marzo pasado el día después de haber sido interrogado por la
policía.
En
menos de ocho meses, dos intendentes de Montreal dejaron el cargo por el mismo
motivo, la corrupción en la función pública, algo a todas luces increíble para
la tranquila y multicultural sociedad francoparlante de Montreal.
El
jueves, sesenta concejales, en una ciudad de algo menos de dos millones de
habitantes, votaron por un nuevo "Mayor", que gobernará en forma
interina hasta noviembre, fecha de las elecciones municipales.
Antes
de la votación, cada candidato respondió a las preguntas del público. Era sólo
una media docena de personas a quienes les interesó asistir al acto político
público, en una muestra del bajo interés de los ciudadanos por los asuntos de
la política doméstica.
Toronto. En
la ciudad más importante de Canadá, a orillas del lago Ontario, el escándalo
fue aún mayor. Ya no se trataba de dinero mal habido sino de algo infinitamente
peor: la vinculación del intendente Rob Ford nada más y nada menos que con una
banda de narcotraficantes.
En
un raid espectacular de 39 allanamientos simultáneos que arrojaron 28
detenidos, la policía intentó desbaratar la semana pasada y de un sólo golpe a
una banda de dealers en una zona de Toronto conocida como la "Pequeña
Mogadiscio", por el origen somalí de la mayoría de sus habitantes. Entraron
en viviendas rompiendo puertas a mazazos y detonando granadas para enceguecer,
aturdir y desorientar, por un tiempo, a los ocupantes, a quienes, además, los
envolvieron en una densa humareda. Con tamaño despliegue policial no hubo
resistencia, pero una de las cosas más buscadas no apareció: un video donde
supuestamente se ve al intendente de Toronto fumando crack cocaína junto a tres
conocidos narcos del barrio, uno de ellos asesinado en marzo pasado en un
aparente ajuste de cuentas o para silenciarlo y evitar que comercialice la
filmación. No está claro aún.
La
historia de la existencia del video y también una foto del intendente Rob Ford
sonriente y fumando droga a través de un tubo de vidrio fue informada en primer
lugar por un portal de chimentos llamado "Gawker" y después vista la
filmación por dos periodistas del diario "Toronto Star". Los tres
hombres que aparecen en la fumata (al intendente se lo ve poner el brazo sobre
el hombro del que fue asesinado) tienen antecedentes penales por narcotráfico y
eran conocidos del jefe municipal.
El
diario "The Globe and Mail" publicó el viernes de la semana pasada un
amplio informe sobre el tema e incluyó la foto del intendente con los narcos,
que aparentemente fue tomada del video.
"No
uso crack cocaína, no soy un adicto y el video no existe. La policía hizo un
gran trabajo (por los allanamientos) y estoy orgulloso de ellos, a quienes
felicito", dijo el intendente Rob Ford, excedido en peso, desalineado y
notablemente molesto, cuando a la salida de su casa los periodistas lo
consultaron por el video del que se asegura es principal actor, y no de comedia
precisamente.
Sin
embargo, varios integrantes de su gabinete, entre ellos el jefe de
Comunicaciones, fueron corridos de sus cargos porque se habían filtrado a la
prensa sus sugerencias de que Ford inicie un tratamiento contra la adicción a
las drogas.
En
la Jefatura de Policía de Toronto, mientras tanto, su máxima autoridad habló
con los periodistas durante 40 minutos y fue evasivo al opinar sobre la
vinculación de la política y el narcotráfico. Sin embargo, dijo: "Sabemos
que muchas familias han perdido a sus hijos por la violencia del narcotráfico y
estamos empeñados en que tengan Justicia y, además, darles seguridad a aquellas
familias que tienen miedo que a sus hijos les ocurra lo mismo".
Según
el diario, la policía sabía perfectamente de la existencia del video porque
hacía más de un año que había iniciado la investigación para terminar con la
banda más importante de narcos de la ciudad, que se abastecía de armas a través
de Estados Unidos.
Colecta pública. Lo increíble del caso es que el portal
"Gawker" de chimentos, que inicialmente se enteró de la existencia
del video, dijo que los narcos se lo querían vender en 200 mil dólares. El
editor de la publicación lanzó entonces una colecta pública para recaudar esa
suma entre sus lectores, y lo logró aunque suene insólito en estas latitudes.
Juntó, entre 8.388 donaciones, el dinero para adquirir la filmación, pero
cuando se disponía a concretar la compra los vendedores habían desaparecido. ¿Hubo otro comprador
que pagó un poco más?
No hay comentarios:
Publicar un comentario