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martes, 14 de enero de 2014

CIRCASIANOS. LOS HIJOS DE KAUKAS BUSCAN SU DESTINO. 1997



Diario “La Nación”. Buenos Aires, lunes 22 de diciembre de 1997 
Hipótesis de conflicto: los circasianos. Por Narciso Binayán Carmona
Los hijos de Kaukas buscan su destino
Divididos y sin líderes, hoy viven repartidos en zonas de la ex URSS, Turquía y Jordania
Era pleno verano. Debía de arder el aire aquel 11 de agosto, cuando se enfrentaron a orillas del lago de Van los hijos de Togarma con las tropas babilónicas de Belo (Nemrod en la Biblia). "En su choque impetuoso, hicieron temblar la tierra (...) y por el furor de sus ataques extendieron ante ellos el terror." Los mandaba el mayor, Haig, que, hábil tirador de arco, disparó una flecha que atravesó el pecho del rey -el primero que dominó la tierra- haciendo huir a su ejército. Corría el año 2492 antes de Cristo -hace 4489 años (1). (Moise de Khoren, "Histoire d´Armenie", Didot, París, 1869, tomo II, Págs. 61, 63 y 64).
Leondi Mroveli, autor georgiano de hace un milenio, indica que todos los hijos de Togarma fueron héroes, pero que Haig era "el más grande de todos porque un hombre tan heroico nunca existió ni antes ni después con su cuerpo, con su fuerza y con su salud".
Complementando los datos, añade que fue el mayor de ocho hermanos y que cada uno fue antepasado de uno de los pueblos del Cáucaso: Haig, el mayor, de los armenios; Kartlos, de los georgianos; Mavakán, de los chechenos e ingushes, y Kaukas, el séptimo, de los circasianos ("Historia de los reyes georgianos", párrafo traducido especialmente por el doctor Gocha Shatarishvili).
Se trata, naturalmente, de una leyenda, pero interesante en cuanto subraya que todas las naciones del Cáucaso son hermanas (2).
Por supuesto que hay muchas otras en todos los pueblos, y entre los circasianos en particular está la del héroe Nart Batarez, cuya historia fue tomada por los griegos, que la atribuyeron a Prometeo encadenado bajo el monte Cáucaso en castigo por haber robado el fuego del cielo.
De paganos a musulmanes
Los circasianos (en su idioma, "adyghé") fueron paganos, luego cristianos y, desde hace algunos siglos, musulmanes. Su país es el noroeste del Cáucaso, al sur del río Kubán, al este del mar Negro y hasta las nacientes del Terek. Al Sur está Georgia y al Norte, las estepas.
En la Edad Media tuvieron contacto con los genoveses y con los rusos; fueron dominados por los mongoles y, finalmente, como vasallos, por los khanes de Crimea y por los otomanos. En el siglo pasado, el avance ruso los hizo retroceder hacia las montañas.
Los rusos cruzaron primero por el centro del Cáucaso y las naciones situadas al Oeste (los circasianos) y al Este se mantuvieron libres por un tiempo. Después se abalanzaron sobre el Este (Daghestán), pero la resistencia fue heroica y terrible (1817-1859).
Tras una victoria no gloriosa, los rusos comenzaron con los circasianos. Estos hicieron lo que nunca en toda la historia: se unieron y proclamaron su independencia, iniciándose una guerra de cinco años. Todo ello fue una carga insoportable para los zares tanto en el plano económico (arruinó a Rusia) como en el moral: destruyó el mito del "zar justo" (Alejandro II). Pero en tanto que en el Este los vencidos casi no fueron molestados, en Circasia se los desterró (1864). Se les dio a elegir entre ir a las llanuras al pie de sus montañas o al Imperio Otomano. Más de medio millón optó por este último, donde el sultán los instaló en diversas localidades a lo largo del mar Negro, pero en el interior y hacia el Sur, hasta Capadocia, y más allá, hasta Siria, Palestina y la zona de Ammán.
Procuró distribuirlos en medio de poblaciones no turcas, fueran cristianas (armenios) o musulmanas (kurdos). Cuando la revolución de los jóvenes turcos (1908), surgió un movimiento de retorno a su tierra, que aumentó a la caída del gobierno zarista, en que se intentó crear allí un país independiente: la república de los montañeses. Esto fracasó con la victoria soviética, y en Turquía se los acusó de traición cerrándoles todas sus instituciones (1923). Sólo se las permitió otra vez en 1984.
Diputados y ministros
En Jordania son unos 25.000 y tienen un diputado por su comunidad. Leales al rey, han tenido ministros y hasta un premier. En la ex URSS los descendientes de los que no fueron desterrados están en una república autónoma y una región que comparten con sendos pueblos turcos con los que no tienen nada en común. No están rusificados.
El problema se centra en Turquía, donde son más de dos millones. Ocuparon cargos muy importantes en el ejército y en el servicio secreto, así como en la vida pública e intelectual. Si bien los censos los anotan separadamente por idioma con cifras mínimas, se ha tratado de silenciar su presencia. Dos autores circasianos, Aydemir y Berzeg, han suplido esta falla con diccionarios publicados en 1991 y 1995.
El levantamiento de restricciones en Turquía, en 1984, y la mayor libertad en la URSS alentaron viajes al país perdido, matrimonios entre "idos" y "quedados", compra de casas y tierras y hasta retornos.
La multiplicación de sociedades, revistas y libros y la gran efervescencia nacionalista van unidas a una característica de otras diásporas caucásicas: la falta de líderes. Y, además, otro defecto: a la comunidad no le caen bien los que sobresalen. Como en otros casos, "en el ejército circasiano no hay soldados". Más allá de la actitud de Turquía y de la evolución de Rusia, la cuestión no se podrá solucionar si no se supera aquella falla.
(1) Con este aniversario se data el calendario armenio.
(2) Las excepciones son los ossetas, que son persas, y los azeríes, que son turcos.
Una esclavitud distinta
Desde el siglo XIV en adelante el pueblo circasiano vivió una de las situaciones más paradójicas imaginables: lo que podríamos llamar "la esclavitud paqueta". Esto surgió del curioso sistema de gobierno que imperó en el entonces sultanato de Egipto desde el 1200.
Llegados al poder, los turcos kipchak comenzaron a reforzarse comprando en los mercados de esclavos a compatriotas que, liberados, pasaban a ser soldados, ministros y, con suerte, sultanes. Esporádicamente, compraron también circasianos, célebres como guerreros, y uno de ellos, Barkuk, (1382-1399), suspendió la compra de esclavos de otro origen y fue el primero de los 24 sultanes de esa nación (1382-1517). Lo que nadie logró fue fundar una dinastía, pues sus hijos fueron asesinados o destronados por una revolución a poco de subir al trono.
Paralelamente, los sultanes otomanos comenzaron a incorporar a su harén a esclavas circasianas (es un pueblo famoso por su belleza) y fue muy frecuente que familias de la alta nobleza vendieran a sus hijas para abrirles camino a la corte de Constantinopla.
Caucásicos
Kaukas es el antepasado legendario del pueblo circasiano, indiscutiblemente caucásico como las naciones de la región. Pero el nombre fue usurpado en Occidente por pueblos que de caucásicos no tienen ni tuvieron nada. Esto se dio, en especial, en los Estados Unidos, donde sólo hay entre medio millón y un millón de caucásicos auténticos, esto es del Cáucaso, y en Sudáfrica, donde son un puñado.
Este dislate nació con el profesor J. F. Blumenbach (1752-1840), de la Universidad de Gotinga, que en 1795 inventó la palabra "caucásico" como sinónimo de "blanco" a partir del tipo georgiano tomado como modelo arquetípico de la raza. .

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