Un combate en solitario
LA NACION
Domingo 23 de noviembre de 2014
LONDRES,
19 de noviembre DE 2014. Fueron miles a la manifestación del miércoles.
Miles de estudiantes, en su mayoría en grupos, unidos por la afinidad
política o por la simple pertenencia a una misma institución educativa,
desbordaron el barrio de Bloomsbury y tomaron las calles del centro
financiero de Londres, con demandas cantadas a coro -Educación para todos, Educación gratuita y los cuerpos haciéndole frente a ese nuevo fantasma que recorre Europa: el recorte del gasto público.
Pero
siempre hay un combatiente solitario. Ahí está: rostro cubierto, cabeza
encapuchada, mirada difícil de interpretar. Y el cartel. Como si fuera
configurando una breve historieta a cada paso; como si formara parte
móvil de una suerte de videojuego. Él avanza con su cartel acusador, se
coloca unos pasos adelante de los acusados y espera, manso, a que las
flechas que indican la cercanía de "fascistas" incidan en quien deban
incidir. Un epígrafe móvil. Y una actitud que -más allá del
pasamontañas, del rostro inescrutable, del movimiento que se adivina
silencioso- no puede más que despertar una sonrisa.A su alrededor, la marcha reverbera, crece, bulle. En la City londinense aguardan otros manifestantes, personas que desde hace días acampan allí en protesta por la situación financiera internacional. Hay gestos de solidaridad con los estudiantes mexicanos, condenas a la desaparición de "los 43" que ya son universales. Hay más encapuchados y pancartas que piden basta de austeridad, basta de tasas de ingreso a las universidades, basta de deuda estudiantil. Y hay, también, aprensión en las fuerzas de seguridad: todos recuerdan los disturbios que sacudieron estas mismas calles, por estas mismas consignas, el año pasado.
Pero el manifestante minimalista no se inmuta. Él sigue con su breve, modesto, aporte a la demanda colectiva. Enmarca fascistas, y vaya a saberse qué significa ese término -para él, para todos, incluso para los propios acusados- por estos días y en el mundo que se nos está armando.
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