Con un ojo en China, EE.UU. hace una fuerte apuesta por el Pacífico
La
Casa Blanca selló con otros 11 países el Acuerdo de Asociación
Transpacífico (TPP); será la mayor área de libre comercio del mundo;
todavía deben aprobarlo los respectivos Congresos
LA NACION
Martes 06 de octubre de 2015
WASHINGTON.-
Tras seis años de complejas negociaciones, Estados Unidos cerró con
éxito ayer las tratativas para conformar junto a Japón y otra decena de
países del Pacífico la mayor zona de libre comercio del mundo, un
mercado que representa el 40% de la economía global.
Largamente acariciado por el presidente Barack Obama, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) se gestó con la idea de ser, también, un fuerte contrapeso al poderío comercial de China y una forma de contener el avance de sus productos dentro de la fronteras del bloque.
"Hemos alcanzado un acuerdo que reforzará el trabajo y el crecimiento sostenible, y promoverá el desarrollo inclusivo y la innovación en toda la región Asia-Pacífico", dijeron los firmantes en un comunicado conjunto. "Y, lo que es más importante, el acuerdo logra el objetivo de ser ambicioso, completo, equilibrado y de alto nivel para beneficiar a los ciudadanos de nuestros países."
Por supuesto, lo ocurrido ayer es la firma. Ahora falta que el acuerdo en sí sea avalado por los Parlamentos de la docena de países que lo conforman, algo que, en el caso de los Estados Unidos, previsiblemente enfrentará resistencia.
"Esto es algo beneficioso para nuestra economía y para generar puestos de trabajo", insistió ayer Obama, al celebrar el cierre del acuerdo, que, de obtener el necesario aval parlamentario, podría convertirse en su principal legado en materia comercial.
En lo regional, el acuerdo implica un enorme pulso al Mercosur cuyo funcionamiento interno no termina de despegar y posiciona en otro mercado a tres economías del área: Chile, Perú y México, que son firmantes directas del acuerdo.
No se desecha, sin embargo, que también Colombia pueda sumarse en un futuro cercano. Pero, por el momento, el acuerdo sólo se circunscribe, además de Estados Unidos, de Japón y de las tres economías regionales ya citadas, a Australia, Brunei, Canadá, Malasia. Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam.
De hecho, no pocos analistas locales señalaban ayer que la firma constituye uno de los principales puntos de acercamiento con Vietnam luego de la carga que sufrió la relación durante décadas de posguerra.
Pero no todos están felices y no pocos expresan dudas y reticencias frente a la creación de un bloque que podría complicar la vida de millones de personas.
"Esto es un desastre", bramó el aspirante demócrata radical Bernie Sanders, convencido de que el nuevo bloque representa otra victoria para "Wall Street y las grandes corporaciones, en desmedro de millones de personas que sólo quieren un buen trabajo".
La embestida de Sanders se convirtió en un fuerte pulso para las filas demócratas, donde también hay bolsones de resistencia. Sobre todo, en sectores cercanos al sindicalismo.
"Esto no hará sino expandir las mismas políticas erradas que impulsaron otros acuerdos comerciales previos, como el Nafta, que significó la pérdida de miles de empleos para el país", insistió Sanders.
Su desafío expone a la ex secretaria de Estado y también aspirante a la candidatura Hillary Clinton, que, hasta ahora y desde que está en campaña, evitó pronunciarse categóricamente sobre la cuestión, si bien su participación en las conversaciones iniciales la involucra directamente con su gestación.
Ayer, era claramente un día de júbilo para la administración y para voceros de la ortodoxia económica, mientras las reticencias de campaña y de sectores más progresistas estaban a la orden del día.
"Esto promoverá el crecimiento", dijo el responsable de la Oficina Comercial de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) y uno de los principales negociadores, Michael Froman.
"Cuando el 95% de tus potenciales consumidores viven fronteras afuera uno no puede dejar que sea China el que siente las bases de la economía", insistió, en tanto, el propio Obama, en un comunicado con el que apuntó a uno de los principales objetivos del acuerdo: contener al gigante asiático.
Lejos de las críticas, la Casa Blanca entiende que el acuerdo "es la mejor forma" de establecer normas y estándares para el comercio y la inversión, así como para la protección de información, de licencias y de propiedad intelectual.
Sobre la hora, como suele suceder en estos casos, las tratativas se complicaron por la insistencia de Estados Unidos en establecer un plazo de hasta ocho años de exclusividad para la venta de productos farmacéuticos de investigación propia.
Pero la pretensión fue resistida por países como Canadá y México, que consideraron que esa exigencia era "demasiado extensa" y que, de habilitarse, terminaría afectando el desarrollo de medicamentos genéricos o de otras líneas de investigación, con un previsible aumento de precios.
"Hemos llegado a un punto de equilibrio aceptable", dijeron los negociadores, que anoche no habían dado aún los detalles ciertos de un acuerdo que fue muy criticado por el "secretismo" de sus tratativas.
Lo cierto es que, agotadas las negociaciones para la letra del acuerdo, ahora comienza la batalla política para darle forma. Un capítulo que, con la mira puesta en la campaña electoral, no se vislumbra sencillo.
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Un acuerdo con amplio impacto global
(Trans-Pacific Partnership) T.P.P.
Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 06 de octubre de 2015
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WASHINGTON.-
Las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico han
enfrentado a los gobiernos de los 12 países firmantes con sindicatos,
organizaciones ambientalistas y grupos que reivindican el acceso a
medicamentos más baratos frente al poder de las grandes corporaciones.
¿Qué es el TPP?
Conocido como TPP (Trans-Pacific Partnership), el acuerdo establece un nuevo marco de libre comercio entre una docena de países de la región, liderados por Estados Unidos y Japón. Las otras naciones implicadas son Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Todos ellos acordaron ayer un nuevo marco arancelario que afecta a varias industrias, como la farmacéutica, la automovilística y la textil, y que establece algunas de las normas laborales y regulaciones medioambientales más ambiciosas hasta ahora.
¿Cuál es la relevancia del pacto?
Se trata del acuerdo regional más amplio de la historia, que une bajo un mismo mercado al 40% de la economía de bienes mundial. El TPP representa el pacto más importante desde 1993, cuando Estados Unidos, Canadá y México firmaron el Tratado Norteamericano de Libre Comercio. Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur empezaron a negociar a comienzos de este siglo, y en 2008 se unió Estados Unidos. Para Barack Obama se trató de una prioridad de su mandato con el objetivo de proteger los intereses del país en la región.
¿Geopolítica o economía?
Pese a que todas las líneas del acuerdo afectan a intercambios comerciales, también tiene importantes consecuencias políticas a escala internacional. Estados Unidos ha perseguido el acuerdo con el objetivo de frenar el poder de China en la región. Obama aseguró ayer que cuando el 95% de los posibles consumidores de Estados Unidos viven en el extranjero "no tiene sentido que China escriba las reglas comerciales". El TPP abre las puertas de nuevos mercados a los productos made in America.
¿Por qué es polémico?
Tras más de cinco años de negociaciones secretas, el TPP ayuda a reducir impuestos en unos 18.000 productos de Estados Unidos en el resto de países, por lo que para los fabricantes estadounidenses será más fácil competir en el extranjero. Además, Washington ha impuesto un nuevo plazo en la exclusividad de las fórmulas empleadas para crear medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer. Los detractores del acuerdo aseguran que si se amplían los plazos de exclusividad subirán los costos de producción y dejarán los tratamientos fuera del alcance de los ciudadanos en las naciones más pobres.
© El País, SL
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Diario "La Capital". Rosario, 6 de octubre de 2015.
Acuerdo de libre comercio en el Pacífico suma 12 países pero deja de lado a China
Norteamérica, Perú y Chile se integran con Japón, Australia, Nueva Zelanda, Malasia, Vietnam, Brunei y Singapur. Falta la aprobación parlamentaria.
Doce países de ambas márgenes del océano Pacífico
alcanzaron, luego de siete años de negociaciones, un histórico acuerdo
de libre comercio que podría servir de estímulo y modelo a otros en
curso, como el de Estados Unidos y la Unión Europea. El acuerdo alcanza a
algunas de las economías más dinámicas del mundo y a dos de las tres
más grandes y desarrolladas: Estados Unidos y Japón, y entre los doce
firmantes suman el 40 por ciento de la economía global. Sin embargo,
China fue dejada por ahora al margen de las negociaciones, un dato de
evidente significado geopolítico. El tratado enfrentó y seguramente
enfrentará presiones de sectores proteccionistas y contrarios al libre
comercio.
"Terminamos las negociaciones con éxito", afirmó el
representante estadounidense para el Comercio Michael Froman, en
Atlanta, junto a los otros 11 negociadores. Las conversaciones habían
comenzado en 2008 y finalizaron en esta ciudad estadounidense ayer, tras
más de cinco días. En las intensas conversaciones participaron
Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia,
México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El Acuerdo Estratégico
Trans-Pacífico de Asociación Económica (TPP, en inglés) suma el 40 por
ciento de la economía mundial. Pero el TPP no incluye a la segunda
potencia económica, China, mantenida al margen. Estados Unidos busca que
China acepte el TPP una vez que comience a funcionar. Otros países,
como Corea del Sur, también podrían integrarse al tratado.
El TPP podría también servir de modelo a otros
acuerdos que Estados Unidos negocia con otros socios comerciales, como
la Unión Europea. La Comisionada europea para el Comercio, Cecilia
Malmstrom se congratuló en un tweet el lunes del éxito de las
negociaciones sobre el TTP, pero las conversaciones transatlánticas
lanzadas en 2013 están estancadas por el momento y provocan una fuerte
reticencia en algunos países, entre ellos Alemania y Francia.
El acuerdo no sólo crea la mayor zona económica del
mundo, sino que logra el objetivo del presidente Barack Obama de
aumentar la influencia de Estados Unidos en Asia y contrarrestar al
mismo tiempo el peso de China. Washington no está dispuesto a que sea
China quien imponga las reglas de la economía mundial, sino que quiere
asegurarse de que las reglas del juego sean claras y transparentes para
que Estados Unidos y el resto de países del TPP puedan competir y no
estén en desventaja.
Para negociar el TPP la administración de Obama
obtuvo la aprobación del procedimiento llamado "Trade Promotion
Authority" (TPA) que obliga al Congreso a pronunciarse a favor o en
contra del acuerdo comercial, sin posibilidad de enmendarlo. Para
lograrlo, la Casa Blanca debió enfrentar una rebelión en sus propias
filas.
Valores en juego. Obama saludó la
conclusión del acuerdo, considerando que refleja "los valores
estadounidenses". "Podemos ayudar a nuestras empresas a vender más
productos y servicios en el mundo", dijo el mandatario, que había hecho
de este tema una prioridad de su segundo mandato. "Cuando más del 95 por
ciento de nuestros potenciales consumidores vive fuera de nuestras
fronteras, no podemos dejar que China escriba las reglas de la economía
mundial", señaló el presidente estadounidense.╠□"Nosotros deberíamos
fijar esas reglas, abrir nuevos mercados a los productos estadounidenses
mientras establecemos estándares altos para proteger a nuestros
trabajadores y preservamos nuestro medio ambiente", añadió Obama.╠
Según algunos expertos, un fracaso de las
negociaciones hubiera tenido consecuencias negativas para el liderazgo
de Estados Unidos en la región, para la promoción de reformas del
mercado en economías emergentes y para el futuro de la agenda
comercial.╠
"Simbólicamente es un gran paso porque muestra que
todavía es posible alcanzar acuerdos comerciales de gran envergadura",
dijo a dpa Juan Carlos Hidalgo, experto del Instituto Cato, quien
considera, sin embargo, que en la práctica el acuerdo va tener "un
alcance muy limitado".╠
"Así como los opositores de estos acuerdos le achacan
todo tipo de males y plagas a la firma de estos tratados, tampoco
podemos caer nosotros en lo contrario, en decir que estos acuerdos son
una panacea o que va a venir a potenciar de una manera significativa las
economías de los países latinoamericanos", explica Hidalgo.
□Los principales puntos conflictivos de las
negociaciones son la duración de los derechos de propiedad intelectual
sobre medicamentos "biológicos", importaciones de lácteos provenientes
de Australia y Nueva Zelanda hacia Canadá y las de autopartes japonesas
hacia América del Norte. El debate en el Congreso estadounidense para la
ratificación del TPP se realizará en plena campaña presidencial y ya
uno de los candidatos demócratas, el izquierdista senador Bernie
Sanders, calificó el acuerdo como "desastroso". "Wall Street y las
grandes empresas ganaron otra vez. Es hora de impedir que las grandes
multinacionales manipulen el sistema para incrementar sus beneficios a
costa nuestra", afirmó. Por su parte el senador republicano Orrin Hatch
estimó que los detalles que emergen del acuerdo muestran que es
"largamente insuficiente".
Chile, en cambio, saludó el acuerdo. "Estamos
satisfechos", dijo el canciller socialista Heraldo Muñoz. "Hemos
resguardado todas las sensibilidades de nuestro país", añadió. El primer
ministro canadiense, Stephen Harper, enfrenta elecciones legislativas
en menos de dos semanas y estuvo bajo fuerte presión del lobby de los
productores lácteos. Pero Harper afirmó que el TPP "es un elemento clave
de nuestra política para administrar y hacer crecer la economía" de
Canadá, que atraviesa una fase de recesión.
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