Diario "La Nación". Buenos Aires, 2 de octubre de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002. |
Diario "La Capital". Rosario, 11 de setiembre de 2004. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Al menos 187 muertos en Bali en
un atentado atribuido a radicales islamistas
La mayoría de las víctimas del peor ataque terrorista
desde el 11-S son turistas
La explosión de
un coche bomba frente a una discoteca en el centro turístico de la isla de Bali
(Indonesia) se convirtió ayer en el peor ataque terrorista desde el 11-S. Al
cierre de esta edición, la cifra de cadáveres recogidos entre los escombros del
Sari Club, en la playa de Kuta, ascendía a 187. Dos terceras partes de las
víctimas eran turistas, la mayoría procedentes de Australia, según los
servicios de urgencia de los hospitales de Bali, colapsados por los más de 300
heridos, decenas de ellos en estado crítico. Anoche no había aparecido ninguna
víctima española.
Australia comenzó ayer a evacuar a sus nacionales hacia
la ciudad de Darwin, en el norte del continente y a unas tres horas en avión de
Bali, mientras cientos de turistas de otros países abandonaban la isla. Fuentes
próximas al primer ministro australiano, John Howard, apuntaron al grupo
radical islamista Jemaa Islamía, supuestamente ligado a Al Qaeda, como autor
del atentado. Su líder, Abu Bakar Baasiir, vive en libertad en Indonesia.
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Estados Unidos
había advertido en las últimas semanas a las autoridades de Yakarta del elevado
riesgo de atentados terroristas ligados a Al Qaeda. El pasado mes, la Embajada
de EE UU en la capital indonesia permaneció seis días cerrada por temor a un
ataque. El presidente estadounidense, George Bush, y otros líderes mundiales
-entre ellos el presidente español José María Aznar- transmitieron su
consternación a la presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri. 'Los
terroristas han vuelto a golpear a gente inocente. El mundo entero debe hacer
frente a esta amenaza planetaria', dijo Bush.
El país más
afectado por la tragedia fue Australia. Entre los desaparecidos figuran famosos
futbolistas y jugadores de rugby que estaban de vacaciones. 'Hubo un momento en
que no pude filmar más porque me estaba poniendo enfermo', dijo a Reuters
Richard Poore, de 37 años, un presentador de televisión neozelandés. 'Vi trozos
de cuerpos por todas partes. Nunca he visto nada igual', agregó. El coche bomba
devastó casas y vehículos en un radio de 500 metros. Otros artefactos
explosivos afectaron, sin causar víctimas, a un edificio consular de EE UU en
Bali y al Consulado de Filipinas en las islas Célebes.
Uno de los
centenares de heridos, un estadounidense llamado Amos Libby, que había sido
alcanzado en un pie, se encontraba ayer en el aeropuerto esperando a sus padres
que iban a pasar las vacaciones con él. Pero ahora serán muy cortas. 'Tan
pronto como lleguen, nos iremos de aquí a toda leche', señaló. Libby
difícilmente podrá olvidar la noche del sábado en el Sari. 'Fue como si el
cielo cayese sobre nosotros, con un enorme bola de fuego blanca', dijo.
Los atentados
no han sido reivindicados, pero los Gobiernos occidentales no tienen duda de
que el terrorismo radical islámico está detrás de la matanza. El Gobierno
australiano estimaba ayer por la tarde que el 75% de los fallecidos podrían ser
turistas de esta nacionalidad, aunque sólo habían logrado identificar a un
decena de ellos entre los escombros de la discoteca. Alemania, Corea del Sur,
Estados Unidos, Francia, Grecia, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Suecia, Singapur,
Suráfrica y Suiza tienen ciudadanos entre las víctimas; pero, ante el estado en
el que han quedado los cadáveres, la identificación avanza lentamente.
Ni el lugar, ni
el día, ni naturalmente la hora, fueron escogidos por casualidad. A las 23.00
locales, cuando hizo explosión el potente coche bomba, la zona de mayor
actividad nocturna de Bali, en la localidad de Kuta, se encontraba hasta los
topes de occidentales. Miles de turistas iban de bar en bar, los restaurantes
estaban llenos, así como las discotecas.
La cadena de
televisión británica BBC ha recogido el amplio testimonio de uno de aquellos
miles de visitantes nocturnos, el británico Matt Noyce. 'Estaba hablando en la
barra del Paddy Bar con un par de personas que había conocido hacía sólo diez
minutos cuando sentí la tremenda explosión. Vi una luz enorme y sentí que mis
oídos estallaban. El pánico era terrible, la gente se empujaba para salir,
gritaba, pedía la ayuda de un médico... Pero fuera era peor, como una imagen
sacada de la guerra de Vietnam: cuerpos por todas partes, gente ardiendo,
sangre', relató Noyce, quien también describe la confusión, el terror, las
víctimas pidiendo auxilio y los heridos leves ayudando a aquellos que habían
sido alcanzados de gravedad.
'No se parecía
a nada que haya visto antes en mi vida', dijo a la cadena australiana Nine
Network el turista Martin Lyons, que había llegado a Bali hacía poco desde
Melbourne. 'No se puede describir con palabras: el olor de la carne quemada y
los gritos de dolor de los heridos'. El miedo llegó a otras partes de la isla:
un testigo relató cómo algunos huéspedes de su hotel prefirieron pasar la noche
al aire libre ante el temor a que el establecimiento fuese el objetivo de un
atentado.
Ante semejante
catástrofe, la mayor que afronta Australia fuera de conflictos armados, el
primer ministro australiano, John Howard, calificó el acto de 'barbarie
indiscriminada, brutal e indecente'. En el mismo discurso, Howard no tuvo
reparos en atribuir el atentado al grupo terrorista filial de Al Qaeda llamado
Jemaa Islamía con base en Indonesia y que hace unos meses ya intentó atentar
contra las embajadas de Estados Unidos, Reino Unido y Australia en Singapur.
El primer
ministro australiano, John Howard, mostró ayer su 'apoyo incondicional' a la
guerra contra el terrorismo. 'No hay dudas de que hay células de Al Qaeda en el
sureste asiático y que pueden actuar en cualquier momento. Esta vez ha ocurrido
en las puertas de casa, pero puede ocurrir también en Australia'. Las palabras de
Howard llegan después de una intensa campaña del Gobierno australiano para
liderar un movimiento internacional que logre controlar el terrorismo islámico
en el sureste asiático.
Las últimas
semanas han estado llenas de acusaciones por parte de Australia y otros países
como Malasia y Singapur contra Indonesia porque consideran que este país no
está trabajando con suficiente rigor para erradicar el terrorismo
internacional. 'Apretaremos muy fuerte a Indonesia para que de una vez por
todas erradique a estos grupos terroristas de su territorio'. Asimismo, apuntó
que 'el mundo tiene que afrontar la amenaza del terrorismo y Australia no puede
abandonar la guerra contra el terror iniciada el año pasado'.
Centenares de
turistas se agolparon en el aeropuerto de Denpasar, la capital de Bali, a lo
largo de ayer buscando dejar la isla lo antes posible. Los países vecinos
habilitaron vuelos especiales hacia Malaisia, Singapur y Australia para sus
súbditos, aunque los heridos, unos 300, tuvieron prioridad en abandonar la isla
ya que los 10 hospitales de Denpasar no daban abasto en atender a las víctimas.
Un centenar de
heridos llegaron ayer a Darwin, la ciudad australiana más cercana a Bali. El
hospital de esta ciudad acondicionó pabellones especiales y sus responsables
incluso tuvieron que atender a los heridos en la cafetería del centro médico.
Un responsable del hospital comparó la situación de ayer con 'la masiva llegada
de heridos tras el conflicto armado que afectó a Timor Oriental hace dos años'.
Por esa razón, en el norte de Australia las autoridades pedían ayer a la gente
que donaran sangre para los heridos, la mayor parte de ellos con graves
quemaduras.
xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx ANALISIS Un atentado que alimenta el belicismo de Bush Oscar Raúl Cardoso. DE LA REDACCION DE CLARIN. La sangre derramada este fin de semana en la isla indonesa de Bali se convierte en un indicio más de que la tesis central de la "guerra contra el terrorismo" que Washington le está imponiendo al mundo —esto es, Al Qaeda y otros grupos están plenamente activos y encarnan un peligro claro y presente— no puede ser desestimada fácilmente. Y, además, no es sólo el enorme poder de EE.UU. en el escenario internacional el que impide limitar los alcances de esa tesis de Washington. Sucede que la amenaza terrorista es real. Seguramente no pasarán demasiadas horas para que George W. Bush y los voceros de su administración establezcan la relación argumental básica entre la masacre de la discoteca de la playa de Kuta y la necesidad de que EE.UU. obtenga la mano libre que necesita del Consejo de Seguridad de la ONU para emprenderla contra el régimen de Saddam Hussein en Irak. Este proceso está en marcha: "El mundo debe confrontar esta amenaza global del terrorismo", advirtió Bush tras condenar el atentado. Y agregó en su declaración: "Juntos debemos desafiar y derrotar la idea de que el arbitrario asesinato de inocentes sirve para promover cualquier causa o respaldar cualquier aspiración". El hecho de que la tragedia se haya producido en Indonesia —país que aloja la población islámica más numerosa del planeta con 212 millones de habitantes— es también un dato emblemático del complejo proceso en que está inmerso el mundo. El este del Asia, junto al Golfo Pérsico, son dos de las áreas en las que la "guerra contra el terrorismo" de Bush ofrece los frentes de batalla más dificultosos, aun cuando —después del 11 de Septiembre del 2001— Washington pueda exhibir un triunfo militar parcial en Afganistán. Una razón para aquellas dificultades es porque Washington no ha logrado despejar aún el concepto de su guerra del temor del mundo islámico (unas 1.300 millones de almas) de estar padeciendo una ofensiva de Occidente por domesticarlo. El otro es que más allá de sus golpes bélicos de efecto devastador, Estados Unidos no parece tener un norte político claro cuando el humo de la pólvora se disipa. El actual marasmo en que está sumido el régimen que reemplazó a los Talibán en Afganistán es un ejemplo. Pero hay otros. En Filipinas —donde desde agosto pasado 1200 tropas de la Infantería de Marina norteamericana están operando abiertamente— la lucha contra una organización guerrillera relativamente pequeña, Abu Sayyaf, cuyo fundador, Abubakar Janjalani, se entrenó junto a Osama bin Laden en Afganistán, tampoco puede reclamar éxitos contundentes. En el Golfo Pérsico, las cosas no son demasiado diferentes. La corona de Kuwait acaba de responsabilizar a una presunta célula terrorista doméstica que respondería a bin Laden y a Al Qaeda por un ataque sucedido el martes contra tropas norteamericanas, mientras estas participaban en un ejercicio militar en la isla de Failaka, fuera de la costa kuwaití. Todo contribuye a reforzar la idea de que la próxima batalla de la guerra de Bush no solo está cercana sino que es difícilmente evitable. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, acaba de pedirle a los planificadores del Pentágono que acorten el plazo en el que sus fuerzas estarán listas para el combate. Hacia Kuwait partieron, además, dos grupos de oficiales de estado mayor en lo que es claramente un indicio de que aquella planificación se realiza ya, al menos en parte, sobre el terreno de la potencial batalla. El peligro existe, pero no es la única dimensión del problema. La otra es que Washington sólo parece concebir respuestas militares. Como ha sucedido en el último año, el mundo se encuentra atrapado en el medio —y casi en silencio— de un diálogo en el que el terrorismo de un lado y el belicismo de EE.UU. del otro parecen complementarse de un modo casi perfecto. Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Claves de un golpe que cruza fronteras
Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 15 de octubre de 2002
- Apartada de las luchas étnicas, de la inestabilidad política y del extremismo islámico que convulsionan Indonesia, la tranquila isla se sentía indemne y la seguridad era baja, lo que la convirtió en un blanco fácil. Era también la niña deseada del turismo mundial, favorita de ricos y mochileros occidentales por igual. A los ojos de los fundamentalistas, era algo así como Las Vegas en medio de Asia, un símbolo del capitalismo y del consumismo occidental enclavado en el país con mayor población musulmana del mundo. -¿Hay otras razones? -Tal vez. Bali puede ser vista -a los ojos del terrorismo- como un blanco ideal para desparramar el miedo más allá de las fronteras de la pequeña isla a decenas de países y atacar indirectamente Australia, Europa y Estados Unidos. Los muertos por las bombas del sábado provenían de más de 20 países y los heridos, de decenas de otras naciones. Al retornar a sus hogares, ellos llevarán consigo precisamente la sensación de temor que todo tipo de terrorismo busca esparcir. -¿Por qué atacar un lugar turístico? -Al sembrar el pánico en un lugar de tanta fama y afluencia internacional, el terrorismo golpea no sólo a Indonesia, sino a una de las industrias más globales, el turismo y la industria del viaje, un sector con ramificaciones a otros que representa el 10% de la economía mundial. Es decir que, con un sólo un ataque, el terrorismo afecta a la economía mundial. A eso se le suma la reacción de los mercados asiáticos, temerosos de que los atentados dañen más su economía. -¿Hay antecedentes? -La táctica no es nueva; es usada por grupos que buscan golpear a sus gobiernos. ETA, en su lucha separatista, ataca frecuentemente en la costa española y la banda independentista Abu Sayyaf secuestra turistas para presionar al gobierno filipino. Uno de los ataques más sangrientos fue en Luxor, Egipto, donde extremistas islámicos mataron a decenas de turistas en 1998. -¿Qué pasará en Indonesia? -Fue un atentado al corazón del país: devastó la isla que deja más del 20% de los 5000 millones de dólares que entran por año por turismo. Se trata de un gran golpe a una economía en permanente crisis y otro frente de batalla para Sukarnoputri, la presidenta, que ahora deberá combatir la amenaza del extremismo en un país de mayoría musulmana. -¿Cómo lo usará EE.UU.? -Aún sin evidencia concreta, Bush culpó a Al-Qaeda, dando señales de que lo usará para reforzar su persecución de la red. Sin embargo, ayer se multiplicaron las críticas al presidente, sobre todo europeas, por haberse concentrado demasiado en la amenaza de Irak. |
Diario "Clarín". Buenos Aires, 14 de octubre de 2002. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx LA LUCHA CONTRA EL TERRORISMO: UN PARAISO TURISTICO SHOCKEADO POR EL ATENTADO Infierno en "la isla de los dioses" KUTA. DPA y AFP. De un segundo al otro ya no quedaba ni rastro de la atmósfera de vacaciones festiva y alegre que suele imperar en la calle Jalan Legian, en Kuta. Donde todas las noches se amontonaban varios taxis frente a decenas de bares y discotecas, ahora sólo quedan una gran indignación y cuerpos dispersados sobre las aceras. "Fue una explosión muy fuerte", comenta Ketut Putra, que vive en Kuta. "Cuando la escuché, salí de casa y vi gente que gritaba ''una bomba, una bomba''", explica. Nadie había imaginado jamás que la llamada "isla de los dioses" podía convertirse en un objetivo terrorista. Las explosiones se escucharon hasta a 12 kilómetros de distancia, informa el diario "Jakarta Post". Las populares discotecas "Sari Club" y "Paddy''s" quedaron destruidas, pero todo el barrio fue golpeado. Gruesas paredes presentan grietas, decenas de ventanas están hechas pedazos y varios autos se incendiaron. Sólo a unos cientos de metros, el camarero neozelandés Richard Poore fue testigo del infierno: "Las ventanas de nuestro hotel estallaron, en los pisos superiores no quedaron paredes en pie, y el cielo estaba lleno de humo", dijo a la emisora británica BBC. A la terrible explosión, siguió un gigantesco incendio que castigó durante horas al restaurante-discoteca, las tiendas y los edificios cercanos. Docenas de automóviles y de motocicletas calcinados marcaban dramáticamente el lugar del atentado, allí donde el intenso fuego abrió una brecha enorme en las tiendas de esta calle muy frecuentada. Varias horas después de la explosión, los bomberos dirigían todavía sus mangueras hacia el "Sari Club", una famosa discoteca transformada en humeantes cenizas. El coche bomba explotó exactamente ante las puertas de este establecimiento conocido en todo Bali y más allá de las fronteras indonesias, sobre todo en Australia. "Todo se volvió negro, caótico. Vi restos humanos cubiertos con periódicos, gente transportando heridos. Había gritos, llantos", cuenta el australiano Richard Hainneia. Considerada un paraíso para los turistas, la isla de Bali tiene un 95% de población hindú. El lugar atrae a cerca de un millón y medio de turistas al año, sobre todo australianos, interesados en el surf, las maravillosas playas y el bajo costo de vida en este lugar, situado a pocas horas de avión de sus casas. Pero ayer, espantados por el horror, decenas de turistas esperaban un vuelo en el aeropuerto, para escapar del infierno que azotó a "la isla de los dioses". xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 11 de setiembre de 2003. |
Diario "Clarín". Buenos Aires, 16 de setiembre de 2003.Añadir leyenda |
Diario "La Nación". Buenos Aireas, 21 de noviembre de 2002. |
Diario "Clarín". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003. |
Diuario "La Nación". Buenos Aires, 16 de agosto de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 8 de abril de2003. |
Diario "La Capital". Buenos Aires, 11 de setiembre de 2003. |
ñadir Diario "Clarín". Buenos Aires, 5 de agosto de 2003. |
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REFUERZAN AÚN MÁS LA SEGURIDAD EN EE.UU.Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de agosto de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de marzo de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 9 de agosto de 2009. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Ataque a un hotel en Yakarta: 13 muertos
Un coche bomba destrozó la entrada de un establecimiento norteamericano en pleno centro, donde había muchos extranjeros
Miércoles 06 de agosto de 2003
YAKARTA.- En un golpe directo contra intereses norteamericanos y
occidentales, un poderoso coche bomba explotó ayer frente al hotel J. W.
Marriott de Yakarta, en pleno centro. Por lo menos 13 personas murieron
y 149 resultaron heridas en el ataque, que la policía indonesia
relaciona con los atentados terroristas de Bali en octubre último, que
dejaron más de 200 víctimas.
La explosión causó daños en el restaurante y en parte de la recepción
del hotel, situado en el distrito de Auningang de la capital indonesia,
donde también funcionan muchas embajadas y oficinas de negocios. El
ataque ocurrió al mediodía local, cuando cientos de personas salían a
almorzar. La potente bomba estaba colocada en un todoterreno Toyota
Kijang, que hizo explosión cerca de la entrada del lujoso hotel de cinco
estrellas, frecuentado por hombres de negocios extranjeros.
Los edificios situados frente al establecimiento, entre ellos varias embajadas, también sufrieron daños. Además, varios vehículos estacionados en las cercanías se incendiaron. Los testigos dijeron haber escuchado una gran explosión, seguida por escenas de pánico. "Una de mis ventanas estalló en pedazos a causa de la explosión. Yo estaba en el piso 30. Tuvimos que bajar por las escaleras, con mucho miedo", declaró una huésped del hotel. "En la planta baja había varias personas heridas, sobre todo los cocineros del restaurante, que estaban cubiertos de sangre", añadió. La gerencia del Marriott dijo que el hotel, inaugurado en 2001 y con 333 habitaciones, estaba casi lleno, al 80 por ciento de su capacidad. Entre los fallecidos habría por lo menos un extranjero, un holandés que estaba terminando su período de tres años como presidente del PT Rabobank Duta Indonesia, subsidiario del holandés Rabobank. Fuentes sanitarias aseguraron que entre los heridos figuran al menos un estadounidense, un australiano, un neozelandés, un libanés, una malaya y un singapurés. El jefe de la policía nacional, general Dai Bachtiar, dijo que pese a la presencia de trozos de cuerpos cerca de los restos carbonizados del vehículo, no estaba seguro de que se tratara de un atentado suicida. El hotel pertenece a una cadena estadounidense, por lo que el vicepresidente indonesio, Hamzah Haz, señaló que el objetivo de los terroristas probablemente fuera "destruir intereses de Estados Unidos". La embajada norteamericana suele ofrecer sus recepciones en el Marriott, y en los últimos dos años han festejado allí el día de la independencia de Estados Unidos, el 4 de julio. Similitudes con BaliNadie se atribuyó la responsabilidad por el ataque, pero las sospechas inmediatamente recayeron en la misma organización acusada por los atentados de Bali: el grupo extremista Jemaah Islamiyah, al que se relaciona con la red Al-Qaeda, de Osama ben Laden, y que pretendería establecer un Estado islámico en las zonas musulmanas del sudeste asiático.El ministro de Defensa, Matori Abdul Jalil, condenó la explosión calificándola de "atentado terrorista", pero agregó que es demasiado pronto para atribuirla a Jemaah Islamiyah. En cambio, fuentes diplomáticas estadounidenses en Indonesia y expertos en terrorismo señalaron las similitudes entre los atentados y aseguraron que el ataque de ayer fue cometido por ese grupo islámico acusado de ser responsable por los atentados de Bali, que en octubre de 2002 volaron dos discotecas llenas y mataron a 202 turistas extranjeros. La hipótesis que apunta hacia Jemaah Islamiyah se refuerza al tener en cuenta que esta explosión se produjo dos días antes de que la justicia indonesia pronuncie un primer veredicto en el proceso contra militantes islamistas acusados de haber perpetrado los atentados de Bali. Además, su presunto líder, el jeque Abu Bakar Bashir, será juzgado acusado de traición a la patria debido a varios atentados dinamiteros en 2000. El vocero de la Casa Blanca, Scott McClellan, condenó el atentado y ratificó desde Washington el apoyo de su país a la presidenta indonesia, Megawati Sukarnoputri. "Estamos listos para asistir las investigaciones de cualquier manera posible. Este ataque terrorista contra civiles inocentes nos recuerda que todavía estamos combatiendo una guerra contra el terrorismo", agregó. Tras el atentado, el Departamento de Estado norteamericano advirtió a sus ciudadanos que posterguen todos los viajes no esenciales a Indonesia y recomendó a los que se encuentran en el país extremar las precauciones. El ministro de Seguridad indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, dijo que el gobierno estableció rígidos controles de seguridad en el aeropuerto y otros lugares públicos, y agregó que el miércoles las autoridades anunciarán nuevas medidas. Las autoridades estadounidenses aseguraron ayer que la policía indonesia recuperó el número de la camioneta utilizada para el atentado, y que ahora busca más información sobre el dueño del vehículo y los posibles atacantes. Indonesia es el país con mayor población musulmana en el mundo: el 90 por ciento de sus 210 millones de habitantes pertenecen a esa religión. Agencias AFP, AP y ANSA xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 9 de agosto de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 13 de enero de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 30 de mayo de 2001. |
Diario "La Nación". Buenos Auires, 20 de mayo de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 21 de setiembre de 2004. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de junio de 2004. |
Diario "La Naci´çon". Buenos Aires, 19 de julio de 2009. |
Diario "La Capital". Rosario, 29 de mayo de 2001. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx |
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Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de julio de 2004. |
Diario "La Capital". Rosario, 5 de julio de 2004. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 7 de setiembre de 2007. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de enero de 2000. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 2 de febrero de 2001. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 8 de enero de 2000. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 28 de enero de 2008. |
The New York Times New York 21 de abril de 2007. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 1 de setiembre de 2005. |
Diario "Clarín". Buenos Aires, 11 de enero 2004. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 27 de febrero de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 28 de diciembre de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 12 de setiembre de 2005. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 5 de abril de 2004. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 25 de julio de 2001. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 23 de diciembre de 2003. |
Diario "La Nación". Buenos Aires, 13 de octubre de 2002. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Indonesia es sagrada en Bali
Es la única de las 3000 islas de este país musulmán que practica la religión hindú, rituales y ofrendas incluidos
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 18 de julio de 2004
DENPASAR, Bali (El País, de Madrid).- Bali es un mito viajero. No sólo
para parejas en luna de miel, ávidas de emular a Mick Jagger (quien se
casó en Ubud a principios de los años noventa) y a otros famosos del
corazón (algunos con apellido español, como Alejandro Sanz).
Esta isla algo es una de las 3000 que componen el mosaico de Indonesia.
Pero es una isla peculiar: la única de religión hindú (en un entorno
musulmán), con un hinduismo a su vez muy liberal (venden y comen carne
de vaca), impregnado de un animismo primordial: las montañas, los ríos,
los árboles, todo es sagrado. Las ofrendas se prodigan no sólo a los
dioses, sino también a los espíritus de los antepasados, las fuentes,
los bosques y los caminos; a los genios benéficos e incluso a los
malignos.
No hay en Bali una sola casa que no tenga su altar doméstico, no hay un solo puente o cruce de caminos sin ofrendas a la vista, ni un solo arrozal sin la escueta capillita donde depositar, tres veces al día, una bandejita de palma con arroz, pétalos de flores y barras de incienso. Toda Bali es un espacio sagrado, y las ofrendas llegan a acolchar las pisadas, como las hojas caídas en un jardín otoñal. Esto no lo entendieron del todo los turistas australianos que convirtieron parte del sur isleño en reino del sun, surf and fun (sol, surf y juerga). En Kuta (al sur de la capital, Denpasar), Nusa Dua, Benoa y otras islas-satélite, el ambiente playero es similar al de otras rivieras turísticas donde el termómetro no baja de 25°C. Deportes acuáticos, vida nocturna, restaurantes cosmopolitas, resorts de ensueño, tiendas y más tiendas. El resto de la isla -es decir, casi toda- es otra cosa. A pesar de ser relativamente chica parece un mundo. Moverse por las precarias carreteras del interior consume mucho tiempo, pero ofrece más a cambio: será difícil no encontrarse cada día con alguna procesión de campesinos, alguna ceremonia o rito funerario. La incineración es particularmente festiva, con torres en forma de toro y gran profusión de banderolas ceñidas a cañas de bambú, como llamas gualdas (símbolo de sacralidad) y albas (símbolo de pureza). El sonido de algún gamelán (orquesta tradicional de percusión), junto con el humo del incienso y el destello de colores convierten cada instante en una burbuja mágica. Esta atmósfera se respira de forma intensa en Besakih, el lugar más sagrado de Bali. Allí, bajo el volcán Agung, se escalona una suerte de ciudad santa, con docenas de templos apretados, con tejados superpuestos. Los domingos, aquello se convierte en una piadosa kermés. Familias enteras, con trajes de fiesta y granos de arroz adornando las mejillas, suben ordenadamente hasta alguno de los recintos, presentan las ofrendas y cumplen con sus rezos; despachan después las dádivas, junto con otras viandas, esparcida la parentela en corros por la hierba, a modo de picnic. Hay otros enclaves sagrados no menos cautivantes. En el lago Batran, bajo cumbres enredadas con las nubes, un racimo de templos se adentra en el agua. Tanah Lot tienen patentados los mejores atardeceres de Bali. Cuando el primer navío europeo, un bergantín holandés, arribó a las costas de Bali, en 1597, los marineros se desperdigaron y el capitán tardó dos años en volver a reunirlos, y no a todos. Cuando el turista se tiene que ir de Bali comprende bien a aquellos felices desertores, tan cargados de sentido común, aunque no siempre los pueda imitar. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx PANORAMA INTERNACIONAL Asia: la política en un explosivo efecto dominó Los tumultos en Yakarta y las detonaciones nucleares en la India demuestran que el siglo de Asia será distinto del que imaginaron los estadistas de la globalización Por OSCAR RAUL CARDOSO, de la Redacción de Clarín Reunidos en Inglaterra, los líderes del Grupo de los Ocho -los países que concentran la cuota del león de la riqueza planetaria- deben digerir ahora la amarga medicina de descubrir que son víctimas de haber aceptado como dogma su propio discurso de propaganda.La idea del futuro inmediato como el siglo del Asia, uno de los presupuestos estratégicos centrales de los tiempos recientes para Occidente, se les está disolviendo entre los escombros que dejan en Yakarta los tumultos populares.Del mismo modo, el objetivo de la seguridad en la región, vital para la seguridad del resto del planeta, ha comenzado a ser pulverizado por las cinco detonaciones nucleares de la India y puede sucumbir definitivamente en la (o las) que Pakistán se apresta a realizar en una zona cercana a su frontera con Irán, según reza la presente alarma de la inteligencia norteamericana.En pocas oportunidades como en ésta, la abstracta teoría que los internacionalistas expresan con la imagen de una fila de fichas de dominó, cada una arrastrando a la otra en su caída, resulta tan comprensible. Los ensayos potenciales de Pakistán llevarán geográficamente la inestabilidad que genera el proceso hasta Oriente Medio. Y desde allí a... nadie sabe realmente.Pero aun más difícil que resignarse a que ese siglo de Asia no será como fue imaginado -el imperio de la globalización económica y de sus demandas sobre cualquier brecha geográfica y cultural- es aceptar que todo lo que sucede, y lo que puede suceder en la región durante las próximas semanas y meses, pone seriamente en duda la idea de que el capitalismo sea un relato cerrado.Estos días de fuego y destrucción en Indonesia son un ejemplo nítido de esta realidad.El enigma del futuroEs una profunda caída despeñarse desde las alturas de la saturación de elogios tecnocráticos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial hasta el sótano de la anarquía. Eso y no otra cosa es lo que le está sucediendo a Indonesia.Ese es un primer dato a tener en cuenta. La información de la descomposición nacional en Indonesia sugiere que ésta afecta principalmente a la autocracia del septuagenario Suharto.En esta visión segmentada de la situación, casi es posible anticipar las explicaciones que sobrevendrán cuando el autócrata desaparezca de la escena, lo que parece una posibilidad inmediata: el régimen se había vuelto anacrónico después de 32 años ininterrumpidos, y su desaparición permitirá a Indonesia reencontrar el camino de la historia.Pero nada sugiere que vaya a ser así. Lo que casi con seguridad seguirá a Suharto es un gobierno militar que recordará a los indonesios y al mundo que sólo conocen desde hace demasiado tiempo una forma travestida de democracia.Cualquiera sea el próximo hombre (o los próximos hombres) de poder en Indonesia, no podrá sino seguir lidiando con la austeridad salvaje que el FMI pensó, en primera instancia, canalizar a través del confiable Suharto.Y deberá también hacer frente a los resultados regresivos de una economía que puede tener, según los expertos internacionales, un crecimiento negativo de más del 12 por ciento.El telón histórico hace aún más difícil atravesar ese pantano previsto.Indonesia viene de un largo período de crecimiento: apenas en 1996, éste fue del 8 por ciento. Y si la crisis del efecto arroz no le hubiera dado el golpe que le asestó en 1997, esa cifra se hubiera repetido (terminó en 4,5 por ciento, pese a todas las dificultades).El país de los sueños de los organismos internacionales de crédito que tendría la sexta economía en el mundo antes del 2010 sencillamente no está más allí y, aunque el milagro de la estabilidad política y social se produjera de la noche a la mañana, demandará mucho tiempo reencontrarlo.Carrera armamentistaPara el caso de la seguridad regional, la realidad no difiere demasiado.Más relevante aún que las cinco explosiones nucleares es el hecho de que el gobierno del nacionalista Atal Bihari Vajpayee que las ordenó haya decidido abandonar la posición tradicional de ese país: el programa nuclear de la India, rezaba, solamente tenía objetivos de uso pacífico de la forma de energía más letal que se conoce hasta hoy.Cuando, en 1974, la India asombró y escandalizó con su primera detonación al mundo tanto como en la pasada semana, ésa fue la justificación que acuñó y que durante décadas hasta le permitió ser uno de los líderes del hoy alicaído Movimiento de Países No Alineados, inclusive cuando había logrado poder de destrucción masiva.Ahora ya nadie sospecha, sino que lo sabe bien, que lo de la India es para la guerra y ésta no es un horizonte demasiado distante, como lo prueba una historia de medio siglo en el que fueron cuatro los conflictos bélicos con Pakistán.Es hasta risueño el resultado de todo, y en especial de la imprevisión y la distracción de Occidente.Para evitar que Pakistán ponga el próximo tramo de pavimento en la escalada armamentista de la región, Washington está prometiendo levantar las prohibiciones legales que le impuso a comienzos de esta década para recibir armamento sofisticado.De lo que se trata entonces es de alimentar una carrera armamentista bajo la justificación de detenerla.La simetría entre las contradicciones en lo militar y en lo económico son tantas y tan perfectas que asustan más que las imágenes y los datos. El interior profundo de Bali
Además
de las famosas playas de Kuta y Jimbaran, un viaje a las costumbres de
esta isla montañosa, verde y cubierta de arrozales, la única
hinduista-budista del país, donde parece haber casi tantos templos como
habitantes
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 15 de noviembre de 2009
Primer viaje
Estábamos en plena montaña, en la aldea de Tenangan, en la casa de Wayan
Nudita Adnyana, donde el intenso olor a m... se colaba desde algún
rincón misterioso y llegaba por oleadas cada vez que se levantaba una
brisa. Sin embargo, me negaba a salir de ahí. Estaba hipnotizado. No
podía dejar de mirar los ágiles desplazamientos de los cinco centímetros
que medía la uña del pulgar izquierdo del señor Wayan ni dejar de
escuchar su versión cantada -en sánscrito- del Ramayana, la epopeya
india sobre las aventuras del príncipe Rama, que él mismo había grabado
en finas tablillas de corteza de cocotero y que mantenía guardadas en
una caja cuidadosamente tallada, una pieza delicada que cualquiera podía
adjudicarse por 8 dólares, precio sorprendente y, encima, negociable.
Cuentan en Tenangan que cuando Silvio Berlusconi hizo una visita oficial
a Bali pidió que lo llevaran a ver al señor Wayan. No se sabe que haya
dicho algo sobre el olor, pero sí que alabó las tablillas, se fotografió
con el artesano y se llevó algunos trabajos. No regateó.
Un funcionario del gobierno indonesio me llevó con Wayan porque es uno
de los más respetados bali aga, etnia balinesa que se considera la más
tradicional y auténtica de la isla, lo que es mucho decir. En esta
aldea, los edificios y las casas se construyen según creencias
tradicionales. La vida es comunitaria (vi a muchos limpiar y cocinar
pescados juntos, en una plazoleta, porque las comidas son eventos
sociales) y el bosque que los rodea está dividido en sectores sagrados:
hay zonas de cultivos y otras en las que los de Tenangan sólo toman lo
que la naturaleza les da, por ejemplo, las frutas que caen de los
árboles.
Es parte de su fe. Nueve de cada diez balineses son hinduistas-budistas, mientras en el resto del país la mayoría es musulmán. Bali comenzó a ser una excepción en Indonesia a partir del siglo XII, cuando el islam llegó de la mano de los comerciantes. Para los indonesios la conversión tenía ventajas: los compradores musulmanes de Medio Oriente preferían negociar con sus hermanos de fe. Hacia mediados del siglo XIV, los musulmanes habían copado el archipiélago, y los líderes hinduistas y budistas -gobernantes, sacerdotes, artesanos, intelectuales- se atrincheraron en Bali. "La raza más civilizada de las islas orientales, la crema de la cultura javanesa, fue trasplantada como una unidad dentro de Bali", escribió el artista Miguel Covarrubias, alguna vez ilustrador de Vanity Fair y The New Yorker, que vivió en la isla en los años 30 y publicó una mezcla de historia y apuntes personales llamada Island of Bali. Esa densidad cultural explica por qué cada balinés es un artesano consumado. A lo largo de las carreteras y calles se ven hileras de figuras hinduistas y budistas talladas en piedra o madera. Cada poblado tiene una especialidad, y donde quiera que uno mire encuentra esas artesanías maravillosas por las que cobran casi nada. También explica por qué Bali tiene miles de templos: de magníficas construcciones a pequeños pilares para ofrendas. Templos personales, familiares y comunitarios. Se habla de 10.000, pero la cifra real es imposible de calcular. Tanah Lot es uno de los más llamativos: está sobre un roquerío que se convierte en una isla cuando sube la marea. Los fotografiados templos de la costa son fortalezas levantadas por los ex javaneses para evitar la entrada del islam. Pero la vida no se hace allí, sino en el interior de la isla. La playa es cosa de occidentales. Tanto, que en el conjunto de creencias locales (donde cada árbol, roca, escultura y animal tienen un espíritu que debe ser honrado), la costa es la zona donde habitan los demonios. O las energías negativas. Mientras el señor Wayan seguía cantando la historia de Rama, me preguntaba si sabría lo que él mismo significa para los bali aga, el pueblo que se considera la más pura descendencia de esos javaneses exiliados. Los grabados de Wayan son imitados en la aldea. Es el método. Si los jóvenes no aprenden a grabar, cocinar, hilar algodón, tejer, no son dignos de seguir en su comunidad. Por eso ponen atención a su maestro: este anciano de músculos marcados, piel achocolatada, pelo blanco, sonrisa luminosa y manos ágiles. Un asunto de karmaLa noche anterior, la primera en Bali, habíamos parado en un warung, restaurante tradicional balinés. En este caso, una versión turística: Made's Warung. Es como un bar de playa, metido en el sector de Seminyak, en Kuta, principal ciudad de la isla (aunque la capital es Denpasar, Kuta tiene las playas, los hoteles, las tiendas con infinidad de marcas famosas, y los turistas, tantos de ellos).En el patio, un trío de guitarristas balineses vestidos de blanco punteaba canciones conocidas para un público principalmente australiano. Mientras, en nuestra mesa el tema era el bombazo de 2002 en Bali. Para hacer memoria: el 12 de octubre de 2002, un grupo de terroristas que luego sería vinculado al grupo islamista indonesio Jemaah Islamiyah destruyó el Sari Club y el Paddy's Bar, dos sitios populares en la calle más concurrida de Kuta. Murieron 202 personas, 88 eran australianos. Los turistas huyeron espantados y tardaron en volver. No demasiado, pero tardaron. Y entonces ocurrió de nuevo, en 2005: un triple ataque suicida sacudió a Kuta y Jimbaran. En las creencias balineses, todo tiene que ver con las cosas que has hecho en esta vida o en las anteriores. Incluso una bomba en el centro de la ciudad. Por eso los balineses tratan el tema con naturalidad. Como si todo fuese un asunto de energías que deben ser equilibradas. A semanas del primer estallido, miles de balineses llegaron hasta Kuta. Nadie pedía justicia. Sólo se hicieron ofrendas, para rogar por el restablecimiento del equilibrio. Más tarde, esa noche constaté la abundancia de guardias privados en algunos clubes, y hasta el control con detectores de metales en otros. Días después, mientras visitaba el monumento levantado junto al sitio de las bombas, vería a una familia islámica y a otra de australianos que se fotografiaban junto a la larga lista de víctimas. El memorial se ha convertido en un hito turístico más. Un recuerdo violento que ha terminado por armonizar con el resto de Bali. Diluido en el mundo amable de Bali. Segundo viajeVolví a Bali una semana después. Solo. Con dos propósitos concretos. Uno, la playa. El otro, la mujer, Janet de Neefe.Había leído una crónica sobre ella en The Guardian: la chica australiana que llega a Bali como adolescente se enamora de la isla y de Ketut (su esposo), se queda, abre una escuela de cocina, unos restaurantes exitosos y de pronto sorprende con un festival de escritores, donde aparecen autores destacados, hasta premios Nobel (la lista de este año incluye a Wole Soyinka, primer galardonado africano), que no es poco decir para una aldea. En otra crónica, Tony Wheeler, el creador de Lonely Planet, incluía Ubud (y los restaurantes de Janet) en su lista de 25 sitios que había que ver en el mundo. Coincidencia. Karma. Lo que sea. Tenía un par de días, así que la llamé apenas llegué al hotel. Su voz -dulce, amable, sorprendida por la palabra Chile- propuso una hora. Partí a Ubud no sin antes echarle -al fin- un vistazo a la playa de Kuta. Los viajeros sofisticados o conocedores tienden a ser injustos con Kuta porque se llena de surfistas y extranjeros, y a cierta hora tiene casi tantos comerciantes como bañistas. Lo cierto es que es una linda playa con kilómetros suficientes para alejarse de la multitud (que tiende a concentrarse en el sector más taquillero; más o menos donde está el Hard Rock Café-Bali, que tiene un hotel aquí mismo). Hay otras playas que uno sí debe descartar de inmediato. Lovina, en la costa norte, aparece mucho en las Web de mochileros, y se entiende sólo porque está menos invadida que Kuta y es más barata. Pero es estrecha y la arena, oscura. La verdad es que la costa norte, nororiente y oriente de la isla tiene poco que ofrecer. Quizá lo único interesante sea el cruce por el interior de Bali, donde está la verdadera isla y donde se puede ver cómo el paisaje se hace montañoso, verde y se llena de flores y arrozales. Si es por playas, Jimbaran, a veinte minutos de Kuta, es todo lo que uno necesita. Hay que verla al atardecer. Créalo: si no la convence ahí, esa chica no tiene alma. Arroz fraganteJanet de Neefe se parece un poco a Charlotte, de Sex and the city, pero más relajada y sin maquillaje. Es mayor, pero (quizá por lo mismo) más atractiva. Sonríe como quien ha encontrado su sitio en el mundo.En su libro, Fragant Rice, mezcla recetas tradicionales, experiencias personales, las dificultades y satisfacciones que tuvo al integrarse a la cultura balinesa, y su historia de amor con Ketut, un balinés que un día se le acercó en un bar y la hizo reír. Janet escribe cosas que es fácil compartir, como "creí que eran las personas más bellas que había visto alguna vez", a propósito de su primer encuentro con la isla. Mientras hablamos, en una mesa larga de su restaurante Indus, aparece Ketut y bromea con algunas frases en español. Luego de varias décadas de matrimonio y cuatro hijos hay miradas cómplices. Janet me recuerda que bromear es una especialidad balinesa, aunque muchas veces su sentido del humor parezca carecer completamente de sentido. Janet responde, con amabilidad, mis preguntas, todas variaciones de una sola: ¿por qué Bali? Parada en la terraza del Indus, con vista a las colinas verdes coronadas de cocoteros, Janet se parece a algunas figuras femeninas de piedra que he visto en los caminos: es la misma placidez. Y desde esa placidez, habla por fin: "Es un asunto de amor, y pocas veces eso se puede explicar en palabras". Una ofrendaPor esos días, mientras buscaba playas, me topé con Gade, comerciante de artesanías que estaba a punto de estrenar su templo familiar, en el que había gastado unos 10.000 dólares, que cubrirían las esculturas de piedra, las imágenes y una fiesta de varios días. Entre otras cosas, Gade me habló de la muerte. Me dijo que debería ser otra fiesta familiar. Es el momento en que el alma, atrapada en el cuerpo, puede liberarse a través de la cremación. Y el llanto sólo sirve para atrapar esa alma, así que es mejor reír.También me explicó que las cenizas se arrojan al mar porque, después de todo, el mar es la continuación del Ganges, río sagrado de los hindúes. Entonces imaginé las playas como un gran cementerio. Y la imagen no era triste. Estaba en eso cuando pisé, sin querer, una pequeña cesta de hojas de plátano con flores, galletas, arroz. Era una ofrenda. Hay miles por toda la isla. Están en pilares, rincones, veredas. Sirven para pedir bendiciones y para agradecer. Le pregunté a Gade cómo se hacían. Esa noche, en la ventana de mi habitación, puse una con flores y un puñado de arroz robado del almuerzo, entre otras cosas. Esta vez, la ofrenda era para agradecer. Mauricio Alarcón C. El Mercurio, de Santiago. GDA La explosión del coche bomba ocurre a escasos días de las presidenciales. Hay 182 personas heridas Yakarta. - Al menos nueve personas murieron y otras 182 resultaron heridas ayer por la explosión de un coche bomba frente a la embajada de Australia en Yakarta, reavivando de nuevo el espectro del terrorismo a dos días del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU. El coche bomba explotó a sólo cuatro metros de la entrada de la legación diplomática, fuertemente vigilada y situada en el barrio comercial de Kuningan. Para la policía, la explosión lleva las marcas de la Yemaa Islamiya (YI), un grupo islámico ligado a Al Qaeda, acusado de llevar a cabo un rosario de sangrientos atentados en Indonesia. Escombros calcinados, cadáveres, cristales y los restos retorcidos de motos, autos y un camión llenaban la calle situada frente a la embajada tras la explosión, que destrozó ventanas de torres de oficinas cercanas, hiriendo a muchas personas que trabajaban en ellas. La lluvia de cristales rotos del edificio caía sobre las personas que trataban de escapar del infierno de la explosión, ayudando a amigos y colegas heridos a salir del edificio situado en el distrito económico y residencial de Kuningan, en la capital indonesia. El jefe de la policía nacional, Da'i Bachtiar, sospecha que el ataque fue perpetrado por uno de los máximos responsables de la YI, el malasio Azahari Husin, buscado por los atentados de Bali (2002) y el hotel Marriot de Yakarta (2003). El ataque de ayer se produjo dos días antes del tercer aniversario de los atentados del 11 de septiembre en EEUU y a un mes justo de las elecciones legislativas del 9 de octubre en Australia. Indonesia, el mayor país musulmán del planeta, también celebra elecciones presidenciales el próximo 20 de septiembre. También siguió a las recientes advertencias de EEUU y Australia sobre la posibilidad de que los grupos islámicos golpearan de nuevo a Indonesia. "Era como un temblor de tierra, como un trueno", dijo Budi Harianto, de 30, herido en una pierna cuando esperaba en la embajada para obtener una visa. El ministro de Salud indonesio, Ahmad Suyudi, dijo que al menos nueve personas perdieron la vida y 182 resultaron heridas. Otras 85 recibieron el alta y dos permanecían en la unidad de cuidados intensivos. Ningún integrante del personal australiano de la embajada perdió la vida, aunque algunas personas sufrieron herida s menores. Según testigos, un guardia indonesio de la sede diplomática murió en el atentado. La explosión provocó una caída del 4% en la Bolsa de Yakarta, aunque después se recuperó. Varios vehículos estacionados frente a la embajada quedaron destrozados por la explosión, que dejó un profundo cráter. La presidente indonesia, Megawati Sukarnoputri, suspendió la visita que realizaba a Brunei para asistir a la boda real del heredero y regresó a Yakarta, donde visitó el lugar del atentado y el hospital donde fueron internados los heridos. La presidente defendió los esfuerzos de su gobierno para atajar al terrorismo. En Australia, el firme apoyo del gobierno conservador a la invasión de Irak por EEUU es una de las claves de la elección legislativa de octubre. El primer ministro John Howard, dijo que su país no cederá al chantaje del terrorismo. "No es una nación que va a ser intimidada por el terrorismo. Somos una democracia fuerte, robusta", dijo Howard. El ministro de Relaciones Exteriores australiano, Alexander Downer, quien llegó ayer a Yakarta, aseguró que el atentado es un ataque deliberado contra los intereses australianos. Downer, quien dijo que el balance de muertos podría elevarse a 11, aseguró que todavía no se ha determinado si se trató de un kamikaze como los atentados de Bali y el Marriott. Tanto Australia como EEUU advirtieron a sus ciudadanos la semana pasada que evitaran los hoteles occidentales en Yakarta. La embajada estadounidense dijo su personas permanecerá en sus casas y operará de acuerdo a estrictas medidas de seguridad. (AFP y Reuters) xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Un grupo cercano a Al Qaeda fue el autor del atentado en Indonesia Diario "La Capital". Buenos Aires, 9 de agosto de 2003. La cabeza del terrorista de la Yemaá Islamiya fue hallada en un quinto piso del hotel atacado en Yakarta el martes Yakarta. - El atentado contra el lujoso hotel Marriot en Yakarta, perpetrado el pasado martes, fue obra de un atacante suicida relacionado con el grupo radical islámico Yemaá Islamiya (YI). El ataque con coche bomba dejó 16 muertos y cerca de 150 heridos. Según confirmó ayer el jefe de la policía nacional indonesia Erwin Mappaseng, dos indonesios detenidos por "actividades terroristas" dijeron que ellos reclutaron al suicida, identificado como Asmar Latin Sani. Según Estados Unidos, la Yemaá Islamiya posee vínculos con la red Al Qaeda de Osama Bin Laden. Los detenidos y una hermana del terrorista identificaron la cabeza de Asmar Latin Sani, que fue encontrada en el quinto piso del hotel atacado. El kamikaze de 28 años -originario de Sumatra- fue identificado por dos miembros detenidos de la Yemaá Islamiya que lo reclutaron. El jefe policial general Dai Bajtiar comentó que las autoridades buscan ahora intensivamente a otros dos sospechosos, que al parecer también son miembros de Yemaá Islamiya, según señalan los documentos con que cuentan los investigadores. Según fuentes de los servicios secretos en Yakarta, el grupo planeaba hace semanas un atentado en la capital indonesia y tenía varios grandes hoteles en la mira como posibles objetivos, entre ellos el Marriot. Al grupo extremista Yemaá Islamiya se le atribuye el atentado en Bali perpetrado hace diez meses que causó la muerte a 202 personas. En el primer juicio por ese ataque, un tribunal sentenció el jueves a muerte a Amrozi bin Nurhasyim, uno de sus miembros. Los investigadores indonesios ya confirmaron que el vehículo utilizado en el ataque del hotel contenía el mismo tipo de explosivos utilizado en Bali: ciclonita (RDX) y trinitrotolueno (TNT). En cuanto a la teoría del atentado suicida, ésta quedó demostrada por la grabación de una cámara de seguridad colocada en el hotel y cuyas imágenes muestran un vehículo todoterreno que se convierte en una bola de fuego nada más acercarse al establecimiento. Un teléfono móvil fue utilizado para detonar la bomba, como en al menos una de las de Bali. Previamente, la policía divulgó fotos grotescas de la cabeza reconstruida del presunto suicida que mostraban a un hombre joven con una pequeña barba. "Era conocido por dos miembros terroristas que habíamos arrestado en el pasado. Fue reclutado por ellos", explicó Erwin Mappaseng, jefe de la policía indonesia."Definitivamente fue reclutado por este grupo", dijo Mappaseng en referencia a la Yemaá Islamiya, el grupo islámico considerado el brazo de la red terrorista Al Qaeda en el Sudeste de Asia. Cooperación inadecuada La identificación del terrorista coincidió con los primeros comentarios públicos de la presidenta indonesia Megawati Sukarnoputri sobre la explosión, en los que afirmó que el hecho demostró que la cooperación del sudeste de Asia en la guerra contra el terrorismo es inadecuada. En un discurso a diplomáticos de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (Asean) en Yakarta, Megawati dijo que ninguna nación o grupo de países podrá nunca superar solo la amenaza del terrorismo internacional. "Los planes regionales de acción para enfrentar tales problemas fueron establecidos hace tiempo como parte de la cooperación funcional de la Asean, pero repentinamente parecen inadecuados ante cataclismos como los ataques terroristas en Estados Unidos, Bali y el hotel Marriott hace unos días", comentó la presidenta. "Desde el punto de vista de Indonesia, que es compartido por el resto de los miembros de la Asean, se necesita una coalición global de todas las naciones, todas las sociedades, religiones y culturas para derrotar esta amenaza", agregó. Un banquero holandés fue uno de los 16 muertos en la explosión en el Marriott. Entre los heridos hubo ciudadanos de Singapur, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda.(Reuters y AFP) xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Diario "La Nación". Buenos Aires, Sábado, 18 de julio de 2009
El terrorismo islámico golpea otra vez a Indonesia: al menos 11 muertosAtacantes suicidas que se registraron como huéspedes, introdujeron explosivos en dos lujosos hoteles en el corazón de la capital de Indonesia, provocaron el viernes explosiones que dejaron nueve muertos y más de 50 heridos. Los atentados casi simultáneos en el J.W. Marriott y Ritz-Carlton, pusieron fin a una pausa de cuatro años en los ataques terroristas contra la nación musulmana más populosa del mundo.
Yakarta. — Atacantes suicidas que se registraron como huéspedes,
introdujeron explosivos en dos lujosos hoteles en el corazón de la capital de Indonesia, provocaron
el viernes explosiones que dejaron nueve muertos y más de 50 heridos. Los atentados casi
simultáneos en el J.W. Marriott y Ritz-Carlton, pusieron fin a una pausa de cuatro años en los
ataques terroristas contra la nación musulmana más populosa del mundo. Entre los muertos y heridos
figuraban 18 extranjeros. Posteriormente, un coche bomba cerca de un centro financiero se cobró dos
vidas más.
La sombra de Al Qaeda. Los expertos sospechan que tras los ataques se encuentran
terroristas islámicos del grupo local Jemaah Islamiyah, que durante años provocaron una ola de
terror en el país con más población musulmana del mundo. Indonesia no sufría ataques desde
2005.
El jefe de policía de Yakarta, general Wahyono, dijo que dos atacantes suicidas
llevaron a cabo los atentados en los hoteles. Los sospechosos del atentado en el Marriott se
alojaron en un cuarto situado en el piso 18, donde se encontraron explosivos sin detonar luego de
los ataques del viernes. "Hubo varios autores" de los atentados, dijo el jefe de policía. "Se
hicieron pasar por huéspedes, y se alojaron en la habitación 1808".
Muerte y destrucción. Las explosiones en ambos hoteles dejaron la calle cubierta
de escombros y vidrios, y crearon una espesa columna de humo. Las fachadas de ambos edificios
quedaron reducidas a metal retorcido. Ambos hoteles, ubicados en el prestigioso barrio comercial de
Kuningan de Yakarta, son usados frecuentemente por extranjeros para encuentros de negocios, debido
a su buena fama en cuanto a seguridad. Además, se encuentran conectados por un túnel
subterráneo.
Según los expertos, la explosión en el Ritz-Carlton se registró en el sótano,
mientras que la ocurrida en el Marriott se produjo en la tercera planta, donde se encuentra el
comedor, en el que a esas horas había numerosas personas compartiendo desayunos de trabajo. Una de
las cámaras de seguridad del Marriott filmó a un hombre con una gorra de béisbol que entra en el
restaurante justo antes de la explosión, llevando una maleta y una mochila. Un tercer artefacto
explosivo fue encontrado y desactivado en el maletín de una notebook en el piso 18.
El visiblemente afectado presidente Susilo Bambang Yudhoyono dijo que los
ataques fueron obra de un grupo terrorista empecinado en dañar al país. "Los que han llevado a cabo
este ataque y los que lo planearon serán arrestados y juzgados según las leyes", dijo el mandatario
en un discurso televisado a la nación. La reacción internacional a las explosiones surgieron
rápidamente. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien vivió cuatro años en Yakarta
cuando era niño luego de que su mamá se casó con un indonesio, condenó fuertemente los ataques y
dijo que su país está listo para ayudar en lo que sea necesario.
Los ataques aparentemente coordinados, los primeros en varios años, podrían
afectar negativamente la confianza de los inversores en la mayor economía del sudeste de Asia. Los
mercados financieros de Indonesia cayeron tras los ataques.
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