Armenios y azeríes en el abismo del Cáucaso
El gobierno armenio, que libró una guerra de seis años a fines del siglo pasado con Azerbaiján y que se zanjó con un frágil cese del fuego, advirtió que tomará medidas de represalia por el ataque que calificó como una provocación porque el helicóptero no estaba armado. El ministro de Defensa armenio, Seyran Ohanian, fue aún más allá al sostener que la respuesta “será proporcionada y hasta un poco desproporcionada”. El riesgo es que si tal reacción se produce, ese país puede caer en la trampa que sospecha que se ha tendido detrás de este episodio. Y el mundo tomar súbita conciencia del abismo que se ha ido abriendo en esa zona estratégica.
Hay un entramado de causas que sostienen ese escenario bélico. El régimen de Azerbaiján, a cargo de la dinastía de más de 40 años de la familia Allyev, comienza a enfrentar dificultades internas sociales y económicas. El motivo es la caída del precio internacional del petróleo, su principal commoditie. El Banco Mundial y el FMI urgieron al país a diversificar la economía, pero los sectores no petroleros no crecieron al nivel que se esperaba, más bien declinaron. El país está además en el centro de una oleada de críticas por persistentes abusos autoritarios que se tornan explosivos en un ambiente de desafíos sociales. La tensión actual puede buscar excitar con dosis nacionales un foco externo par desplazar la atención en los problemas internos. Y también para dejar en claro la oposición de Azerbaiján al status que tiene la región desde el final de la guerra en 1994, con esos territorios en control total las fuerzas de Nagorno respaldadas por Armenia.
La crisis escala además porque Baku busca aprovechar lo que traduce como oportunidad por la debilidad relativa de Rusia debido al contencioso que libra con Ucrania y que ha erosionado la imagen de Moscú sometida a sanciones internacionales. El Kremlin es un socio clave de Armenia que, junto a Bielorrusia, Kazakhstan, Kyrguistan y Tajikistan, integran la llamada Organización del Tratado de Seguridad Colectivo de mutua defensa.
En este escenario operan otros factores más simbólicos. Azerbaiján es aliado carnal de Turquía, que sostiene un diferendo histórico con Erevan por la demanda de reconocimiento del genocidio cometido por el imperio Otomano contra ese pueblo a comienzos del siglo pasado. El 24 de abril próximo se cumplirá el centenario de esa masacre que Turquía niega. Debido al aniversario crecerá la atención mundial y el lugar de Armenia en el reclamo. Un desastre en el Cáucaso sería un lastre en ese panorama.
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