Diario "La Capital"."Rosario, 22 de agosto de 2008 |
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sábado, 17 de octubre de 2015
Los tres imperios del futuro
Los tres imperios del futuro
Julio César Moreno
Para LA NACION,jueves 09 de abril de 2009
Las imágenes de la gira triunfal de Barack Obama por Europa -en las
cumbres del G-20, la OTAN y la Unión Europea-, que parecieron reforzar
la presencia norteamericana en el mundo, dejaron pendiente, sin embargo,
una pregunta: si hay una única superpotencia de este incipiente siglo
XXI, o si, por el contrario, está surgiendo un orden internacional
multipolar, en el que China, Europa, la India y otros países emergentes
estarían en un pie de igualdad con Estados Unidos, que, de todos modos,
seguirá siendo una gran potencia.
La crisis económica y financiera internacional, que golpeó con fuerza
tremenda y por igual tanto a los países más desarrollados como a los que
están en vías de desarrollo, ha puesto en duda la idea de una hegemonía
estadounidense en el largo plazo, aunque el perfil de ese "nuevo orden"
que asoma no esté muy definido.
Y la cuestión ha sacudido al mundo intelectual en Estados Unidos y Europa. A principios de la década anterior, poco después de la caída del muro de Berlín, en 1989, Francis Fukuyama publicó su famoso folleto El fin de la historia, en el que pronosticaba el triunfo definitivo del capitalismo y la democracia liberal y décadas de "aburrimiento" por la falta de conflictos. Y, poco después, Samuel Huntington publicó El enfrentamiento de civilizaciones, igualmente famoso, que hizo un pronóstico completamente distinto: el mundo sería teatro de violentos choques no entre países sino entre civilizaciones, en los que el factor religioso jugaría un papel fundamental. Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 y el conflicto entre Occidente y el Islam parecieron dar la razón a esta segunda hipótesis.
Pero he aquí que otro intelectual norteamericano de origen indio, Parag Khanna, quien fue consejero de Obama en la campaña electoral del año pasado, ha lanzado otra osada hipótesis: que el mundo marcha hacia un largo conflicto no entre países o civilizaciones sino entre imperios, que serían fundamentalmente tres: Estados Unidos, Europa y China. En un libro reciente, Los tres imperios, Khanna sostiene que lo que contará en el futuro no serán las identidades étnicas y religiosas sino los grandes centros de potencia militar, económica y demográfica. Como puede advertirse, se trata de una especie de retorno a una visión clásica de la historia, en la que el concepto de imperio ocupa un lugar fundamental.
Pero una de las cosas que llaman la atención en el análisis del pensador indio-americano es su pesimismo sobre el futuro de Estados Unidos, al que le pronostica un descenso del primero al segundo mundo por el debilitamiento de la economía, la creciente desigualdad social, la alta tasa de criminalidad y el bajo nivel de instrucción. Y sobre el Islam dice que no puede ser considerado un bloque homogéneo, ya que hay varias realidades musulmanas: el Asia central ex soviética, que denomina "la nueva ruta de la seda"; Medio Oriente, y la enorme población islamista de Indonesia y Malasia, bajo influencia china. Y de China sostiene que hay por lo menos cuatro en una, lo que no le impide ser la única nación del segundo mundo devenida imperio, bajo la guía de un partido comunista al que considera más sofisticado que cualquier dinastía de la historia china.
Son hipótesis interesantes, por cierto, y la historia habrá de corroborarlas o desmentirlas, total o parcialmente. No es la primera vez que se habla de "la decadencia del imperio americano", aunque la actual crisis financiera parece darle consistencia a la frase. Pero Barack Obama parece haber despertado "el sueño americano", con resonancias de Roosevelt y John Kennedy. No representa para la mayoría de los norteamericanos y los occidentales la idea de la decadencia, sino de la reconstrucción y un nuevo punto de partida, sobre nuevas bases económicas, políticas y morales, y fiel a la idea clásica sobre el papel de Estados Unidos en el mundo.
viernes, 16 de octubre de 2015
EE.UU. BUSH 2006 Histórico acuerdo de Bush con la India
Histórico acuerdo de Bush con la India
Washington autorizó a Nueva Delhi a recibir tecnología nuclear pese a su negativa a firmar el Tratado de No Proliferación
Diario "La Capital". Rosaio, Viernes 03 de marzo de 2006
NUEVA DELHI.- La India y Estados Unidos firmaron ayer un histórico y
controvertido acuerdo en materia nuclear que pone fin a 32 años de
embargos y sanciones al país asiático, castigado desde 1974 por haber
desarrollado tecnología atómica bélica por fuera del Tratado de No
Proliferación Nuclear (TNP).
El convenio provocó fuertes críticas -ya se hicieron sentir las de China
y las de Paquistán, este último, otra potencia nuclear que no suscribió
el TNP- en momentos en que la comunidad internacional busca una salida a
la delicada crisis desatada por las ambiciones atómicas de Irán, que
decidió unilateralmente proseguir sus esfuerzos por enriquecer uranio.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado durante la visita del presidente George W. Bush a la India es considerado un "éxito" por Washington, ya que a cambio de la autorización para que Nueva Delhi reciba tecnología y material nuclear del extranjero el gobierno indio se comprometió a separar sus programas nucleares militar y civil y a poner este último bajo la órbita del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Así, la comunidad internacional tendrá acceso transparente, por primera vez en 32 años, a las instalaciones nucleares civiles de la India. Y Nueva Delhi, que a partir de 1974 comenzó a ser sancionada por su unilateralidad y hermetismo en materia atómica, tendrá la posibilidad de modernizar y ampliar sus instalaciones nucleares civiles para producción de energía eléctrica, en momentos en que el fuerte crecimiento de su industria demanda un urgente incremento en la disponibilidad de ese servicio (ver aparte). A cambio, EE.UU. aportará tecnología nuclear y combustibles.
El actual acercamiento y la firma del acuerdo entre los dos países esconden un segundo "triunfo" para Estados Unidos, que pretende convertir a la India en un contrapeso económico en la región ante el firme avance de China.
Camino con obstáculos
Sin embargo, se especula con que la entrada en vigor del acuerdo en materia nuclear -anunciado en una conferencia conjunta brindada por Bush y el premier indio, Manmohan Singh- debe sortear algunos obstáculos complicados. Por empezar, el mandatario norteamericano -que se comprometió personalmente a salvarlos- deberá persuadir al Congreso de su país para que apruebe una serie de enmiendas legales que permitan el suministro de tecnología y materiales nucleares a la India. Pero varios legisladores se oponen a lo que consideran un "premio" para la India, que sigue negándose a firmar el Tratado de No Proliferación, y temen que parte de la tecnología nuclear transferida pueda caer en manos de otros países. Además, otras naciones -Paquistán, entre ellas- podrían exigir el mismo trato que su vecino."El Congreso tiene que entender que a nuestros intereses económicos les conviene que la India tenga una industria nuclear civil que contribuya a reducir la presión sobre la demanda global de energía", dijo Bush ayer, en especial referencia a la demanda de petróleo. "La no proliferación nuclear -continuó el mandatario norteamericano- es, desde luego, una preocupación y forma parte de nuestras negociaciones. Pero hemos obtenido un gesto de buena voluntad del gobierno indio, que yo podré llevar al Congreso."
El mismo poder de persuasión deberá utilizar Washington ante los 44 miembros del Grupo de Proveedores Nucleares, que deberán revisar sus regulaciones internas antes de cooperar con Nueva Delhi.
Para el director general del OIEA, Mohammed el-Baradei, el acuerdo "es un paso importante para satisfacer crecientes necesidades energéticas de la India" y "representa un paso decisivo en los esfuerzos para reforzar el régimen de no proliferación, combatir el terrorismo nuclear y reforzar la seguridad nuclear".
Estados Unidos dejó de suministrar material nuclear a la India en 1974, cuando ese país llevó a cabo su primer ensayo nuclear. El resto de los países siguió el camino de Washington en 1998, cuando Nueva Delhi informó que ya poseía armas atómicas.
Una vez que el acuerdo reciba definitiva luz verde, la India negociará con el OIEA salvaguardas especiales para su país, según informó el jefe del gobierno indio, que también consideró el acuerdo alcanzado con Estados Unidos satisfactorio para ambas partes.
El gobierno indio pretende que el control del OIEA no se aplique a sus llamados "reactores rápidos", que si bien se utilizan con fines civiles producen como uno de los elementos residuales grandes cantidades de plutonio, útil para la fabricación de armas nucleares.
Lejos de los anuncios gubernamentales, también ayer, en distintos puntos de la India, se repitieron las manifestaciones en repudio a la visita de Bush convocadas por sindicatos, estudiantes y sectores de izquierda.
Agencias AP, EFE, AFP y DPA
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