Las imágenes de la gira triunfal de Barack Obama por Europa -en las
cumbres del G-20, la OTAN y la Unión Europea-, que parecieron reforzar
la presencia norteamericana en el mundo, dejaron pendiente, sin embargo,
una pregunta: si hay una única superpotencia de este incipiente siglo
XXI, o si, por el contrario, está surgiendo un orden internacional
multipolar, en el que China, Europa, la India y otros países emergentes
estarían en un pie de igualdad con Estados Unidos, que, de todos modos,
seguirá siendo una gran potencia.
La crisis económica y financiera internacional, que golpeó con fuerza
tremenda y por igual tanto a los países más desarrollados como a los que
están en vías de desarrollo, ha puesto en duda la idea de una hegemonía
estadounidense en el largo plazo, aunque el perfil de ese "nuevo orden"
que asoma no esté muy definido.
Y la cuestión ha sacudido al mundo intelectual en Estados Unidos y
Europa. A principios de la década anterior, poco después de la caída del
muro de Berlín, en 1989, Francis Fukuyama publicó su famoso folleto El
fin de la historia, en el que pronosticaba el triunfo definitivo del
capitalismo y la democracia liberal y décadas de "aburrimiento" por la
falta de conflictos. Y, poco después, Samuel Huntington publicó El
enfrentamiento de civilizaciones, igualmente famoso, que hizo un
pronóstico completamente distinto: el mundo sería teatro de violentos
choques no entre países sino entre civilizaciones, en los que el factor
religioso jugaría un papel fundamental. Los ataques terroristas del 11
de septiembre de 2001 y el conflicto entre Occidente y el Islam
parecieron dar la razón a esta segunda hipótesis.
Pero he aquí que otro intelectual norteamericano de origen indio, Parag
Khanna, quien fue consejero de Obama en la campaña electoral del año
pasado, ha lanzado otra osada hipótesis: que el mundo marcha hacia un
largo conflicto no entre países o civilizaciones sino entre imperios,
que serían fundamentalmente tres: Estados Unidos, Europa y China. En un
libro reciente, Los tres imperios, Khanna sostiene que lo que contará en
el futuro no serán las identidades étnicas y religiosas sino los
grandes centros de potencia militar, económica y demográfica. Como puede
advertirse, se trata de una especie de retorno a una visión clásica de
la historia, en la que el concepto de imperio ocupa un lugar
fundamental.
Pero una de las cosas que llaman la atención en el análisis del pensador
indio-americano es su pesimismo sobre el futuro de Estados Unidos, al
que le pronostica un descenso del primero al segundo mundo por el
debilitamiento de la economía, la creciente desigualdad social, la alta
tasa de criminalidad y el bajo nivel de instrucción. Y sobre el Islam
dice que no puede ser considerado un bloque homogéneo, ya que hay varias
realidades musulmanas: el Asia central ex soviética, que denomina "la
nueva ruta de la seda"; Medio Oriente, y la enorme población islamista
de Indonesia y Malasia, bajo influencia china. Y de China sostiene que
hay por lo menos cuatro en una, lo que no le impide ser la única nación
del segundo mundo devenida imperio, bajo la guía de un partido comunista
al que considera más sofisticado que cualquier dinastía de la historia
china.
Son hipótesis interesantes, por cierto, y la historia habrá de
corroborarlas o desmentirlas, total o parcialmente. No es la primera vez
que se habla de "la decadencia del imperio americano", aunque la actual
crisis financiera parece darle consistencia a la frase. Pero Barack
Obama parece haber despertado "el sueño americano", con resonancias de
Roosevelt y John Kennedy. No representa para la mayoría de los
norteamericanos y los occidentales la idea de la decadencia, sino de la
reconstrucción y un nuevo punto de partida, sobre nuevas bases
económicas, políticas y morales, y fiel a la idea clásica sobre el papel
de Estados Unidos en el mundo.
Washington autorizó a Nueva Delhi a recibir tecnología nuclear pese a su negativa a firmar el Tratado de No Proliferación
Diario "La Capital". Rosaio, Viernes 03 de marzo de 2006
NUEVA DELHI.- La India y Estados Unidos firmaron ayer un histórico y
controvertido acuerdo en materia nuclear que pone fin a 32 años de
embargos y sanciones al país asiático, castigado desde 1974 por haber
desarrollado tecnología atómica bélica por fuera del Tratado de No
Proliferación Nuclear (TNP).
El convenio provocó fuertes críticas -ya se hicieron sentir las de China
y las de Paquistán, este último, otra potencia nuclear que no suscribió
el TNP- en momentos en que la comunidad internacional busca una salida a
la delicada crisis desatada por las ambiciones atómicas de Irán, que
decidió unilateralmente proseguir sus esfuerzos por enriquecer uranio.
Sin embargo, el acuerdo alcanzado durante la visita del presidente
George W. Bush a la India es considerado un "éxito" por Washington, ya
que a cambio de la autorización para que Nueva Delhi reciba tecnología y
material nuclear del extranjero el gobierno indio se comprometió a
separar sus programas nucleares militar y civil y a poner este último
bajo la órbita del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Así, la comunidad internacional tendrá acceso transparente, por primera
vez en 32 años, a las instalaciones nucleares civiles de la India. Y
Nueva Delhi, que a partir de 1974 comenzó a ser sancionada por su
unilateralidad y hermetismo en materia atómica, tendrá la posibilidad de
modernizar y ampliar sus instalaciones nucleares civiles para
producción de energía eléctrica, en momentos en que el fuerte
crecimiento de su industria demanda un urgente incremento en la
disponibilidad de ese servicio (ver aparte). A cambio, EE.UU. aportará
tecnología nuclear y combustibles.
El actual acercamiento y la firma del acuerdo entre los dos países
esconden un segundo "triunfo" para Estados Unidos, que pretende
convertir a la India en un contrapeso económico en la región ante el
firme avance de China.
Camino con obstáculos
Sin embargo, se especula con que la entrada en vigor del acuerdo en
materia nuclear -anunciado en una conferencia conjunta brindada por Bush
y el premier indio, Manmohan Singh- debe sortear algunos obstáculos
complicados. Por empezar, el mandatario norteamericano -que se
comprometió personalmente a salvarlos- deberá persuadir al Congreso de
su país para que apruebe una serie de enmiendas legales que permitan el
suministro de tecnología y materiales nucleares a la India. Pero varios
legisladores se oponen a lo que consideran un "premio" para la India,
que sigue negándose a firmar el Tratado de No Proliferación, y temen que
parte de la tecnología nuclear transferida pueda caer en manos de otros
países. Además, otras naciones -Paquistán, entre ellas- podrían exigir
el mismo trato que su vecino.
"El Congreso tiene que entender que a nuestros intereses económicos les
conviene que la India tenga una industria nuclear civil que contribuya a
reducir la presión sobre la demanda global de energía", dijo Bush ayer,
en especial referencia a la demanda de petróleo. "La no proliferación
nuclear -continuó el mandatario norteamericano- es, desde luego, una
preocupación y forma parte de nuestras negociaciones. Pero hemos
obtenido un gesto de buena voluntad del gobierno indio, que yo podré
llevar al Congreso."
El mismo poder de persuasión deberá utilizar Washington ante los 44
miembros del Grupo de Proveedores Nucleares, que deberán revisar sus
regulaciones internas antes de cooperar con Nueva Delhi.
Para el director general del OIEA, Mohammed el-Baradei, el acuerdo "es
un paso importante para satisfacer crecientes necesidades energéticas de
la India" y "representa un paso decisivo en los esfuerzos para reforzar
el régimen de no proliferación, combatir el terrorismo nuclear y
reforzar la seguridad nuclear".
Estados Unidos dejó de suministrar material nuclear a la India en 1974,
cuando ese país llevó a cabo su primer ensayo nuclear. El resto de los
países siguió el camino de Washington en 1998, cuando Nueva Delhi
informó que ya poseía armas atómicas.
Una vez que el acuerdo reciba definitiva luz verde, la India negociará
con el OIEA salvaguardas especiales para su país, según informó el jefe
del gobierno indio, que también consideró el acuerdo alcanzado con
Estados Unidos satisfactorio para ambas partes.
El gobierno indio pretende que el control del OIEA no se aplique a sus
llamados "reactores rápidos", que si bien se utilizan con fines civiles
producen como uno de los elementos residuales grandes cantidades de
plutonio, útil para la fabricación de armas nucleares.
Lejos de los anuncios gubernamentales, también ayer, en distintos puntos
de la India, se repitieron las manifestaciones en repudio a la visita
de Bush convocadas por sindicatos, estudiantes y sectores de izquierda.
Agencias AP, EFE, AFP y DPA
Diario "La Nación". Buenos Aires, 6 de junio de 1999.
Qué país entra en el canal
La
tremenda desigualdad de su relación con Washington convirtió a la
pequeña nación del istmo en una sociedad multirracial y contradictoria,
que, al influjo de la famosa vía interoceánica, fue sólo un puente de
negocios ajenos. A fin de año, con la completa devolución de los
territorios, los panameños tienen la posibilidad histórica de corregir
una de las peores distribuciones de la riqueza del globo. En su contra
juega una tradición política llena de corrupción y autoritarismo.
Domingo 06 de junio de 1999
CIUDAD DE PANAMA.-
EL sol cae a pique sobre la costa del istmo sobre el Pacífico, donde
está asentada la engañosa urbe de un país que intenta ser país. La
humedad espantosa y la constante amenaza de chaparrón tropical no
eclipsan la sensación de poder y dominio que se experimenta a las
puertas del edificio enclavado en lo más alto de la ciudad, la sede de
la Panama Canal Commission (PCC), en el barrio de Balboa Heights.
Los Estados Unidos, con su largo brazo federal representado en esa
construcción, han tenido, en los últimos 96 años, mucho más que la
sensación de influencia y poderío. Lo han tenido casi todo. Pero, a fin
de este año, deberán perderlo todo. A pesar de que aún flamean en el
jardín de honor las dos banderas.
En la playa de estacionamiento del complejo, en su caseta de seguridad,
un guardia uniformado de té con leche pasea con aire orgulloso su
condición de empleado de la Casa Blanca, hasta fin de año. "Yo soy
licenciado en finanzas. Hasta hace poco era oficial contable en un gran
banco de la ciudad. Pero sólo ganaba unos 500 dólares. Aquí, como
guardia, gano 2000 por ocho horas diarias. Eso me permite darles a mis
hijos buena educación y salud. Así que no me importa estar bajo el sol o
la lluvia. En realidad, me siento protegido", explica con ademanes
afables Emilio de Ycaza, un panameño de 35 años de cuya eficiencia como
control de seguridad ningún gringo dudaría.
Emilio mira hacia abajo y señala la pista de aterrizaje norteamericana
que poseía la agencia que administra el canal. Poseía porque esa
instalación es una de las miles que está traspasando Washington al
gobierno panameño en virtud del célebre tratado Carter-Torrijos, de
1977, y que obliga a entregar y retirarse de los territorios ribereños a
la vía interoceánica el último día de este año. La pista ya es usada
por el país para vuelos de cabotaje.
Más allá, contra el mar, se delinea una city bancaria y hotelera que, a
simple vista, envidiaría la mayoría de los países latinoamericanos. Ese
perfil hace pensar en tecnología, progreso, pujanza y poder económico.
Pero es sólo un espejismo, un espejismo que lleva a caer en la idea de
un paraíso, un paraíso como el que vive Emilio de Ycaza y nada más que
otros 9000 empleados de la PCC, pero del que sólo disfruta una clase
acostumbrada a tratar con facilidades fiscales, lavado de dinero y
compra-venta de cualquier cosa que no se pueda adquirir en un territorio
legal.
Un distrito que, junto con unos pocos barrios residenciales donde viven,
por supuesto, aquellos que ocupan las oficinas más altas de las torres
bancarias, está rodeado por áreas típicamente centroamericanas, es
decir, donde sobra la miseria y falta de todo.
Ese es el país, y no otro, que dejará el tío Sam. El pequeño y
estratégico territorio de su más acabada experiencia colonial luego de
que los franceses, a principio de siglo, fracasasen en el intento de
repetir lo del canal de Suez con el ingeniero François de Lesseps.
La cabeza de playa para la gran cruzada anticomunista en el "patio
trasero", América latina. Y el canal, ese tótem de la excelencia de
ingeniería que fue usado como comodín geopolítico y que ahora comienza a
ser mirado desde el Norte como un objeto nostálgico del colonialismo.
Irónicamente, el sitio que ocupaba la célebre Escuela de las Américas,
centro de instrucción para muchos de los posteriores dictadores
latinoamericanos, será pronto un hotel de la cadena española Sol Meliá.
Por eso es que el país que está surgiendo de esa relación tremendamente
desigual con los Estados Unidos es una sociedad contradictoria. Cómo no
habría de serlo si, cuando el país se declaró formalmente independiente
de Colombia, en 1903 (incentivado y respaldado en todo sentido por la
Casa Blanca de Theodore Roosevelt), no obtuvo su integridad territorial.
El diez por ciento quedó en manos norteamericanas. Es decir, con una
verdadera frontera hacia adentro, además de las que tenía con sus
vecinos y los mares.
"Nosotros teníamos problemas con algunos de nuestros embajadores cuando
iban a festejos por el Día de la Raza. Todos los demás representantes
latinoamericanos honraban a la madre patria, pero los nuestros, en
realidad lo hacían con la abuela patria, porque la materna es Colombia",
cuenta en tono jocoso el ex canciller Jorge Illueca, que vive
apaciblemente su ancianidad.
La contradicción se acentúa con una de las peores distribuciones de la
riqueza no sólo de América latina, sino del mundo, muy cerca de Brasil y
casi a la par de Sudáfrica. La contracara es que Panamá tiene un nivel
promedio de vida superior, junto con Costa Rica, al de la generalidad de
América Central. Esa desigualdad se nota en forma patente comparando la
zona de libre comercio, que tiene su base en la punta atlántica del
canal en la ciudad de Colón, con el interior del país, el área rural, de
extrema pobreza.
Ese desarrollo extraño para la región se asentó en el sector terciario, o
sea, comercio y servicios, con un muy bajo crecimiento del sector
primario y secundario (agrícola e industrial, respectivamente). En otras
palabras, país de tránsito, por donde pasan los barcos, las
mercaderías, los turistas, los aviones. Una marca de fuego para Panamá,
donde todo pasa pero poco queda para su gente: sólo un puente de riqueza
ajena.
"En la década de los ochenta, con la dictadura de Manuel Antonio
Noriega, que terminó con la invasión de las tropas norteamericanas, la
base social de Panamá sufre una crisis en la cual un sector importante
renuncia a la soberanía del país en función de una democracia vigilada, y
la parte restante resigna el discurso democrático alegando la soberanía
y el nacionalismo", explica el sociólogo y analista Raúl Leis,
consultor de Naciones Unidas y catedrático de la Universidad de Panamá.
"Por lo tanto, los valores políticos se dividieron: por un lado, el
mensaje nacionalista encarnado en Noriega y apoyado por los herederos de
Omar Torrijos que sentencian que la soberanía nacionalista es más
importante que la soberanía popular; por el otro, los civilistas, que se
oponen a la dictadura militar y ruegan la invasión de Estados Unidos
bajo el lema exactamente inverso: votos antes que nacionalismo. Es
decir, un terrible entrecruzamiento de valores que sólo lleva a la
intervención final de Washington", aclara Leis.
Los noventa trajeron algo novedoso. Dos elecciones presidenciales
transparentes que han afirmado un camino hacia una democracia liberal de
la mano de la gente, que anduvo mentalmente más ágil que sus políticos
de larga tradición clientelista y de corrupción institucionalizada.
La población, con su voto, alternó las fuerzas políticas en el poder
persiguiendo algo muy básico que los dirigentes no querían ver, de tan
acostumbrados a un manejo feudal y primitivo: las políticas de
desarrollo social, la equidad distributiva.
Por eso fue que en los comicios presidenciales de hace un mes, en los
que venció Mireya Moscoso, las fuerzas políticas no tuvieron más armas
electorales que recurrir a sus propios fantamas: Moscoso, "la viuda del
caudillo" civil (Arnulfo Arias) contra Martín Torrijos, "el hijo de
Omar" (el general Torrijos). Una para hacer lo que su ex exposo no pudo
porque lo derrocaron las tres veces que fue presidente. El otro para
terminar lo que su papá firmó con Carter hace 22 años. El pasado condenó
sus campañas electorales.
El mosaico panameño
La estructura fenicia de la economía trajo una composición social de
sorprendente diversidad. La primera cuña de ello fue la construcción del
canal. Llegaron extranjeros de las más distintas razas y religiones que
conformaron un mosaico multicolor.
Sólo el 10 por ciento es blanco europeo. Hay negros del atlántico,
llegados de las colonias sajonas del Caribe. Hay negros del Pacífico,
colonizados por los españoles, e indígenas rurales como los cuna. Hay
una fuerte comunidad judía que domina buena parte del comercio,
radicados en lo que se conoce como los rascacielos de Punta Paitilla, un
sector capitalino de departamentos de lujo. Hay hindúes y hay árabes. Y
hay un cinco por ciento de chinos que inunda la ciudad de sabor
oriental.
La vida cotidiana, como podía suponerse, tiene ribetes cosmopolitas y
sinuosos. No está lejos de ser calificada como una Casablanca moderna.
Se espera en oficinas con paredes blindadas y aire acondicionado con
vista a la avenida Balboa. Se habla con personas dedicadas a lo que se
da en llamar decorosamente importaciones y exportaciones, y se come con
ellas en restaurantes serenos mientras pesados caballeros custodian la
situación desde mesas aledañas.
Por la noche, al tomar posición sentado cómodamente en el salón del
casino del hotel Continental resulta interesante ver cómo apuesta la
gente. Los hombres usan cadenas de oro y zapatos blancos, algunas de sus
mujeres, tapados de piel. Da la impresión de que ponen el aire
acondicionado al máximo para que sea necesario usar los abrigos.
El juego es una de las tradiciones culturales más distintivas de la
ciudad. Las veredas de las avenidas principales están llenas de
"billeteras". ¿Su principal mercancía? Los billetes de lotería. Hay
tantos casinos como peluquerías puede haber en Buenos Aires. Y gentes
humildes, con unos pocos dólares en sus manos, se aferran a las mesas de
paño verde en busca de algún resuello económico. En esta faceta
sobresalen los chinos, que gastan sin remedio el fruto de su esfuerzo
hasta perder la última moneda.
En la espléndida pileta con water-bar de El Panamá, el clásico
hotel de categoría por donde todos pasan para ser vistos y para ver, se
come pollo asado con vino tinto chileno y la orquesta toca salsa para
las mesas. De repente, un muchacho renegrido cruza por la cantina
enfundado en una reluciente camiseta de Boca Juniors, sí, de nuestro boquita.
De inmediato, la consulta a un mozo. "¿Es que acá hay hinchas del
equipo argentino?" Y la respuesta: "Sí, claro, lo vemos siempre por TV
y, además, se sigue la actuación de los jugadores colombianos, como el
Chicho Serna". Tal vez, en ese mismo momento, guerrilleros compatriotas
de los futbolistas estén descansando en tierra panameña fronteriza con
Colombia, en el Darién, porque nadie vigila esa zona despoblada y
selvática. Toman fuerzas allí y vuelven a sus país para volver a atacar.
Las garzas como testigos
En un área residencial de la capital, el presidente Arturo Pérez
Balladares, el mandatario torrijista que tendrá que dejarle el mando en
septiembre a doña Mireya, recorre escaleras abajo el salón de entrada de
estilo colonial español y pasa cerca de las garzas blancas que dan su
nombre al Palacio Presidencial. ¿Será el último político acusado de
corrupción, de licitaciones irregulares y de adueñarse de pingües
porcentajes accionarios de empresas privatizadas durante su gobierno?
Mientras tanto, Pérez Balladares ve cómo las aves corretean alrededor de
la fuente. Dicen que cuando Jimmy Carter viajó a Panamá para ratificar
los acuerdos con el general Omar Torrijos, el servicio secreto roció la
sede con un desinfectante que protege a los presidentes, pero que mata a
las garzas. Para evitar la indignación popular, fueron traídos
ejemplares desde Chitré e ingresados al amparo de la oscuridad.
En el barrio de El Chorrillo, algo así como un San Telmo porteño pero
paupérrimo, un exquisito manto de césped cubre el lugar donde alguna vez
estuvo la comandancia de Manuel Antonio Noriega. Allí, donde la
Operación Causa Justa de 1989 fracasó tan estrepitosamente en su intento
de invadir el país sin río de sangre. Nadie sabe quién comenzó a
disparar. Algunos dicen que fueron las tropas invasoras, si es que se
puede decir que uno invade un país que ya ocupa.
José Aparicio, un mestizo de 50 años vecino de El Chorrillo, prefiere no
recordar esos días. Tiene ahora preocupaciones mayores. Teme, con
razón, perder la fuente de su estabilidad económica. Es uno de los
cuatro mil empleados de las distintas bases militares gringas que
dejarán de serlo muy pronto. "Yo lustro unos 25 pares de botas por día y
con eso llego a unos 1000 dólares mensuales. No sé qué será de mi
futuro y el de mi familia, porque el gobierno no tiene previsto nada
para nosotros."
La incertidumbre de Aparicio sirve de clave para entender por qué
algunas encuestas más o menos recientes revelaron que buena parte de los
panameños prefería que su gobierno no tomara la administración del
canal y que ésta quedara aún en manos de los norteamericanos.
El dolor más grande
¿Dónde les duele más a los norteamericanos la retirada del canal? No es en la Casa Blanca ni tampoco entre las filas militares.
Es verdad que en estos últimos meses distintos jefes militares y
asesores de seguridad han enviado mensajes en cuanto a mantener alguna
de las instalaciones en poder yanqui, como el caso del Centro
Multilateral de Drogas. Pero las negociaciones con el gobierno panameño
no llegaron a buen puerto y el zar antidrogas norteamericano, el general
Barry McCaffrey, curiosamente ex comandante de las fuerzas en Panamá,
terminó echándole ruidosamente la culpa del fracaso al canciller
panameño, Jorge Ritter, y adelantando que los EE. UU. ya tienen
negociaciones avanzadas con Aruba, República Dominicana y con Ecuador
para levantar esos centros.
Pero no es allí donde hay más desgarramiento. El dolor más grande lo padecen los zonians
o zonianos, los habitantes civiles de la Zona del Canal. ¿Quiénes son
los que integran esta categoría muy atípica de norteamericanos? Se trata
de un grupo social de características similares a los pro apartheid
sudafricanos. Conservadores llegados del sur profundo de EE.UU. en la
época de construcción del canal, que ramificaron su descendencia aquí
con un ritmo de vida totalmente extraño al del resto del país. Un
verdadero enclave sociológico del primer mundo en un país del tercer
mundo.
Esta gente se siente dueña de ese territorio, siente que les corresponde
por derecho propio. No habla otra cosa que el inglés, son protestantes y
en su mayoría han evitado la integración con los panameños. Donde viven
todavía, en las ciudades ribereñas al canal, no ha existido nunca lugar
para la diversión mundana, ni qué hablar de prostitución ni violencia.
Los muy pocos soliviantados de la cofradía bajaban a la capital cuando
querían algo de esparcimiento.
En el momento de mayor auge de este Estado segregado, hacia los
comienzos de la década del setenta, los habitantes llegaron a los
100.000. Ahora están cerrando sus colegios, sus universidades, sus
iglesias y sus casas en Panamá mordiendo mucha bronca. Y llegan a la
tierra madre sureña de los Estados Unidos bastante desubicados. Los zonians quedaron en un limbo, a muchos años de la realidad.
La entrega de casas y otras propiedades tanto de civiles como de
militares se está haciendo en orden y cumpliendo a raja tabla con los
tratados, pero a cara de perro. "Vine a Panamá a recibir de un hospital
norteamericano instrumental y aparatología que decidieron donar a
entidades argentinas. No pude evitar preguntarle al militar que me
atendió por qué no donaban ese valioso material a los panameños, que
seguramente lo necesitan más que la Argentina. Me contestó secamente:"No
queremos dejarles nada. Sólo pisos, paredes y techos", contó un
argentino que no quiso revelar el nombre de su interlocutor y, por
supuesto, el suyo tampoco.
En lugar de una gran celebración el 31 de diciembre, negociadores de
ambos países planean una ceremonia en alguna fecha cercana al 10 de
diciembre.
La aparente falta de entusiasmo en torno de la transferencia tiene su
explicación política. "No puedo imaginar a ningún candidato presidencial
en potencia que desee estar ahí y arriesgarse a ser relacionado con la
pérdida del canal", dijo un funcionario de la administración Clinton
cuando se le preguntó si sería posible que el vicepresidente Al Gore
asista a la ceremonia.
Por Marcelo Franco (Enviado especial)
Con la mira en Singapur
CIUDAD DE PANAMA.- SON nada menos que 145.000 hectáreas
con vastas regiones de selva tropical con una fauna y flora únicas en
el mundo, sobre todo por la variedad de aves. Islas, un lago enorme,
cuatro puertos y un ferrocarril, además de una exuberante urbanización
con cientos de instalaciones militares y civiles.
En el medio de todo ello, se encuentra una de las vías marítimas más
transitadas del globo, el canal. Su funcionamiento, por lo menos en los
próximos tres años, no aparece comprometido. Actualmente, un equipo
competente compuesto en un 90 por ciento por panameños entrenados por
años por los norteamericanos administra el corredor interoceánico.
Las dudas llegan desde otro ámbito. Nicolás Ardito Barletta, un veterano
torrijista que fue presidente del país en la época de Noriega, es el
gran rematador del territorio más desarrollado de todo Panamá. El
encabeza la Autoridad Regional Interoceánica (ARI), la entidad creada
por el gobierno local para encargarse de recibir todo lo que hay en la
Zona del Canal, supervisar las entregas por parte de EE.UU., licitar y
reconvertir.
"La reversión de las tierras marcha en los plazos previstos. Llegaremos a
fin de año con el trabajo completado. El proyecto de futuro es
convertir a Panamá en una Singapur latinoamericana", dice Barletta a La Nación . Ninguna pregunta asusta a este economista de hablar muy sereno y sigiloso que cultivó una amistad con Domingo Cavallo.
Las acusaciones por procesos irregulares en la privatización de los
predios más valiosos no lo conmueven. "Cada proceso licitatorio ha sido y
será una competencia completamente transparente", afirma. Pero según el
diario La Prensa, dos ministros y líderes del partido gobernante han
sido beneficiados por la ARI con casas en la base Albrook, cerca de la
capital. "Ese fue un acto enteramente corrupto", dijo Roberto Eisenmann,
empresario y miembro del grupo anticorrupción que integra Transparency
International.
EL MUNDO Y ALREDEDORES: DELGADA LINEA ROJAMás horrores con el uranio empobrecido Diario "Clarín". Buenos Aires, 28 de abril de 2002 Julio Algañaraz. CORRESPONSAL EN ROMA. Han nacido al menos siete niños, hijos de militares
italianos, que en Bosnia y en Somalia estuvieron en contacto con armas
potenciadas con uranio empobrecido, que padecen malformaciones genéticas graves,
similares a las que han causado estragos entre los recién nacidos
iraquíes y entre los hijos de soldados norteamericanos que combatieron
la guerra del Golfo en 1991. Las evidencias aparecen muy claras y
"escrachan" a los go biernos que desde hace años niegan la evidencia de
las consecuencias terribles que produce el uso de sustancias como los
"DU" (Depleted Uranium), el uranio empobrecido, o el arsénico, o el
mercurio y vaya a saber que otras porquerías altamente sofisticadas.
El canal de noticias vía satélite de la estatal RAI, difundió ayer un
documental sobrecogedor. Bebés que nacen con hermafroditismo, sin
aparato digestivo, privados del cerebro, sin dedos, sin los brazos, con
la boca pegada a la oreja, con problemas motores, grandes defectos del
esqueleto, lesiones cerebrales.
El uranio empobrecido es utilizado con los abundantes descartes de las centrales nucleares,
una manera eficaz de reciclar los residuos atómicos. Les llaman "polvos
malditos" a las partículas de óxido de uranio que se dispersan en el
ambiente y que son ingeridas o respiradas.
Estos materiales se utilizan para reforzar el poder de penetración de los proyectiles disparados
por la artillería y los blindados. Su uso fue descubierto después que
un número significativo de soldados norteamericanos que participaron en
la guerra del Golfo contra Irak comenzaron a morir de leucemia. El
linfoma de Hodgkin se llevó más soldados de EE.UU. que los que mataron
los iraquíes. Pero en Irak continúa hasta hoy el estrago, sobre todo con
el nacimiento de niños deformes.
"Hay que estudiar los casos con atención", reconoció el ministro de
Defensa, Antonio Martino. Según el Observatorio de Tutela de las Fuerzas
Armadas, en el área de los Balcanes y en Somalia se contaminaron 143
soldados italianos. Quince murieron y 14 están enfermos.
A los casos entre los militares y sus descendientes hay que agregar
multiplicándolos por un número incierto los casos entre los civiles que
viven cerca de los polígonos de tiro de las fuerzas armadas.
Hay una historia emblemática Es la de Escalaplano, un pueblo de la provincia de Nuoro, en la isla de Cerdeña. Según el diario la Repubblica,
hasta un quinto de los recién nacidos en ese lugar llegan al mundo con
malformaciones genéticas. Cerca de Escalaplano se encuentra el polígono
militar de Perdasdefogu, que sirve para probar experimentalmente las
armas de la OTAN, la alianza militar occidental, que tiene miles de
soldados en los Balcanes. El ministerio de Defensa italiano niega que se
hayan disparado en los polígonos proyectiles con uranio empobrecido.
Pero un grupo de médicos militares italianos reconoció que en los
Balcanes y en Somalia los soldados absorbieron nocivas radiaciones. "En
la sangre de cuarenta de ellos había tanto mercurio que parecía que lo hubieran bebido a jarras", dijo uno de los médicos.
NUEVA YORK EL rechazo por parte del Senado norteamericano del Tratado
de Prohibición Absoluta de los Ensayos Nucleares (CTBT) fue un nuevo
torpedo lanzado contra el frágil régimen global de control de las armas
nucleares, establecido en las últimas décadas de la Guerra Fría. Lo
precedieron, entre otros hechos:
Noticias de que China se propondría expandir y modernizar su arsenal
nuclear estratégico aprovechando información obtenida por sus espías en
los Estados Unidos.
El exitoso ensayo de un prototipo del sistema de Defensa Misilística
Nacional (NMD) efectuado recientemente por los Estados Unidos.
Informes de que la India y Paquistán están instalando sus bombas nucleares sobre vehículos de lanzamiento.
La recomendación al gobierno indio de que organice fuerzas que sustenten una política de disuasión nuclear.
La toma del poder, en Paquistán, por unas fuerzas armadas partidarias de una línea dura respecto a la India.
En conjunto, estos hechos podrían desbaratar el actual régimen de
control de las armas nucleares, algo que no lamentaría precisamente la
mayoría republicana del Senado norteamericano.
El control, en peligro
Dicho régimen es una tríada, igual que los arsenales de los Estados
Unidos y Rusia. Su miembro más importante es el Tratado de No
Proliferación de Armas Nucleares (TNP), de 1969. De hecho, el TNP apunta
a la abolición paulatina de las armas nucleares: las naciones que no
las poseen se avienen a renunciar definitivamente a ellas; las que
poseen arsenales nucleares (en 1968, los Estados Unidos, la Unión
Soviética, Inglaterra, Francia y China) acuerdan reducirlos a lo largo
del tiempo, hasta su eliminación final. El TNP ya ha sido firmado por
185 naciones. El segundo miembro de la tríada son las Conversaciones
sobre la Reducción de Armas Nucleares (Start) entre Moscú y Washington.
Iniciadas durante la Guerra Fría, cesaron, paradójicamente, al terminar
ésta. Si el objetivo del TNP es refrenar la proliferación "horizontal"
de las armas nucleares, el de las Start es revertir su proliferación
"vertical", o sea, reducir en forma progresiva las montañas gemelas de
armas nucleares acumuladas en los Estados Unidos y la Unión Soviética
como parte de la Guerra Fría. El tercero es el CTBT, un tratado de
alcance universal, como el TNP. Aspira al desarme cualitativo, fijando
límites modestos al perfeccionamiento técnico de las armas nucleares.
Cada miembro de esta tríada se originó por su lado, con absoluta
independencia, pero ahora los tres son interdependientes. Ninguno podría
sobrevivir sin los otros dos. Hoy día, todos corren peligro. El fracaso
del CTBT socava el TNP, a cuya renovación accedieron los países sin
armamento nuclear, en 1985, siempre y cuando se ratificara la
prohibición de los ensayos. El estancamiento prolongado de Start (su
avance era otro requisito para la renovación del TNP) causará el mismo
efecto debilitante.
Las Start, atascadas desde fines de la Guerra Fría, se ven amenazadas
por la intención norteamericana de establecer el sistema NMD, que Rusia
considera un reto al Tratado Norteamericano-Soviético que prohíbe la
mayoría de las defensas misilísticas. El marco estratégico de Start es
la doctrina de la disuasión, según la cual cada una de las ex
superpotencias debe ser capaz de destruir a la otra tras haber sufrido
un primer ataque. Si los Estados Unidos pueden defenderse de un ataque
nuclear, argumentan los rusos, su capacidad de represalia se desgastaría
y se perdería el efecto disuasivo.
China advierte, por su parte, que de cumplirse la amenaza norteamericana
de desplegar defensas antinucleares en Asia para proteger a Taiwan y
Japón, ellos tendrán que aumentar su arsenal nuclear defensivo...
quizás, utilizando información obtenida por sus espías en los Estados
Unidos. En tal caso, impelidos por la necesidad de poner a prueba sus
nuevas ojivas de combate, los chinos irrumpirían probablemente por la
brecha que acaba de abrir el Senado norteamericano en el régimen de
ensayos. Los frutos del espionaje son de poca utilidad para China pero,
combinados con los ensayos, podrían tenerla, y mucha.
El NMD conspira contra el proyecto de control de armas en su totalidad:
sus partidarios imaginan que protegerá del ataque nuclear a unos Estados
Unidos que se han lavado las manos respecto a la no proliferación de
armas nucleares echando a pique el CTBT. El despliegue del NMD y el
rechazo del CTBT son los pilares gemelos de la visión republicana del
futuro nuclear. El primero dará un escudo a los Estados Unidos; el
segundo mantendrá afilada su espada nuclear. Esta gente cree que los
Estados Unidos mantendrán una superioridad nuclear abrumadora ensayando
esas armas y, al mismo tiempo, aplastarán los ataques de los
"malhechores" partidarios de su proliferación valiéndose de sus defensas
misilísticas. Medio siglo de Guerra Fría ha demostrado que la
superioridad nuclear es una quimera y las defensas, que se sepa, son
técnicamente inviables, pero, por alguna razón, el hecho no afecta la
mente de estos estrategas. Como dijo Sam Brownback, senador por Kansas:
"Nunca pudimos obtener la paz mediante tratados. Estados Unidos siempre
ha propuesto una paz obtenida por la fuerza".
Se disputan parte de la herencia y dicen que no se hablan
Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 17 de marzo de 2002
NUEVA YORK.- Una notoria disputa que tiene como protagonistas a las
hijas del fallecido ex presidente norteamericano Richard Nixon, sobre un
legado de 19 millones de dólares de un viejo amigo de la familia,
finalmente estalló ayer al llegar a la Justicia.
La disputa no tiene que ver únicamente con el uso del dinero sino
también con la manera en que la memoria del ex mandatario estadounidense
será administrada.
De un lado está la visión de Julie Nixon Eisenhower, la hija que en los
años del escándalo por el caso Watergate estuvo más cerca de su padre y
buscó defenderlo, y, del otro, la de la hija más introvertida del ex
mandatario, Tricia Nixon Cox.
Años atrás, las hermanas eran muy unidas, ahora no se hablan.
En el medio de este litigio se halla la Nixon Library and Birthplace
Foundation de Yorba Linda (California) y la fundación que administra el
legado de Bebe Rebozo, un empresario de Miami que por mucho tiempo fue
un gran amigo del ex presidente.
Luego de la muerte de Nixon, en 1994, de la fundación que lleva su
nombre surgieron las primeras tensiones entre Cox, que deseaba mantener
la institución bajo el estrecho control de la familia, y Eisenhower
(esposa de David, hijo de otro presidente norteamericano, Dwight, de
quien Nixon fue vicepresidente en los años 50), que sostenía la
necesidad de establecer un consejo de administración independiente.
Las diferencias nunca fueron salvadas y la fundación es desde entonces
administrada por un consejo de 24 miembros del que forman parte, además
de las hermanas, algunos ex hombres de la Casa Blanca de la era Nixon,
como Henry Kissinger y Kenneth Kachigian.
Cox, después de la muerte de Rebozo, cuatro años atrás, se vengó
bloqueando los 19 millones de dólares destinados a la fundación: el
empresario de Miami había puesto como cláusula que ninguna decisión
podía adoptarse sin el previo consentimiento de las hermanas, con lo
cual el dinero permanece congelado en el Estado de Florida.
Desafío legal
Julie Nixon Eisenhower, apoyada por la fundación, decidió ahora desafiar
en el plano legal a su hermana para lograr separarla de las decisiones
sobre el legado de Rebozo y poder dirigir los fondos hacia California.
En una carta reciente a otro miembro del consejo, Eisenhower señaló que
con su hermana tiene "una profunda diferencia filosófica sobre la misión
y la estructura de la fundación Nixon. ¿Debe ser conducida por un
consejo profesional independiente, como lo ha sido desde 1997, o debería
convertirse en una fundación familiar, concentrada en los intereses de
los integrantes vivos de la familia?"
Añadió que de ninguna manera le interesaba que la fundación se convierta
en un asunto exclusivamente familiar, pero, según la prensa
norteamericana, tanto ella como su marido prefirieron no hacer
comentarios públicos al respecto.
La visión contraria expresó Cox en una carta a otro miembro del consejo
administrador. "Me preocupa que los deseos de Bebe y su testamento no
sean respetados", indicó.
El dinero es fundamental para la Biblioteca Nixon, que a diferencia de
otras bibliotecas presidenciales de Estados Unidos, no acepta fondos
gubernamentales con el propósito declarado de mantener su independencia.
Es, además, la única biblioteca de este tipo que no contiene todos los
documentos del ex presidente, ya que cuando Nixon renunció en 1974,
envuelto en el escándalo de Watergate, sus papeles fueron durante mucho
tiempo objeto de investigaciones judiciales, por lo que la mayor parte
se encuentra aún en Washington, en archivos federales.
Agencias ANSA y AP
Un misil lanzado desde el Pacífico logró interceptar un simulado ataque hostil, en el test más complejo realizado hasta ahora
Diario "La Nación". Buenos Aires, 17 de marzo de 2002.
WASHINGTON.- Estados Unidos superó con éxito el test más complicado
realizado hasta la fecha en el marco de sus planes de construir un
escudo de defensa antimisiles, confirmaron ayer fuentes del Departamento
de Defensa en Washington.
Según la vocero del Pentágono, Cheryl Irwin, el misil destruyó por
colisión una falsa ojiva nuclear lanzada en la noche del viernes sobre
el océano Pacífico. Este fue el sexto test realizado en el marco del
programa y, en total, el cuarto exitoso.
El Pentágono detalló que por primera vez fueron lanzados tres globos
señuelo además del cohete intercontinental que portaba la cabeza nuclear
simulada, lo cual implica que el misil debió distinguir entre cuatro
posibles objetivos. Según Irwin, éste impactó en el objetivo correcto.
De acuerdo con las fuentes, el misil agresor fue lanzado desde la base
aérea de Vandenberg, en California. Unos veinte minutos después despegó
desde el arrecife de Kvajalein, en el Pacífico, a unos 7700 kilómetros
de distancia, un misil provisto de un llamado kill vehicle
(vehículo matador), que se desprendió del cohete portador y destruyó en
vuelo al que llevaba la falsa cabeza nuclear, antes de que éste iniciase
su reentrada en la atmósfera, a unos 225 kilómetros de altura.
La prueba tuvo un costo estimado de 100 millones de dólares y es una de
las muchas que el Pentágono prevé realizar incorporando cada vez más
complejidad hasta poder desarrollar un sistema totalmente operativo, lo
que podría ocurrir en 2006 o 2007.
Un gran paso
En un comunicado, el Departamento de Defensa consideró que el último
test es un "gran paso" en el programa de pruebas, que está avanzando "a
toda máquina". Estados Unidos continuará los tests con diversos
elementos, para poder hacer frente a la creciente amenaza por parte de
misiles balísticos, señaló el comunicado oficial.
El año último, el presidente George W. Bush dejó sin efecto su adhesión
al Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) firmado en 1972 con la Unión
Soviética. Esta decisión fue criticada por países como Rusia y China,
que acusaron a Washington de desatar una nueva carrera armamentista en
el nivel mundial, algo que se creía superado tras el fin de la Guerra
Fría, hace una década.
Además, los planes del Departamento de Defensa son criticados desde
dentro del país, especialmente por sectores demócratas, quienes los
consideran un despilfarro de recursos económicos que podrían utilizarse
en otros proyectos de seguridad nacional.
Agencias DPA, AP y EFE
KLIETZ, Alemania.- Con la última prueba misilística norteamericana de
fondo, los gobiernos europeos comienzan a advertir que se están
convirtiendo, cada vez más, en potencias de segunda categoría, incapaces
de afectar los objetivos de política exterior norteamericanos, por
cuanto sólo pueden poner sobre la mesa unos pocos -demasiado pocos-
recursos militares.
Hasta lord Robertson, secretario general de la OTAN, ha advertido que
Europa debe optar entre "modernización o marginalización". El embajador
norteamericano ante la OTAN, Nicholas Burns fue más allá y expresó: "Sin
una acción impactante para cerrar la brecha, encaramos la perspectiva
real de una alianza en dos niveles". Y señaló el riesgo de que dicha
alianza "sea tan desequilibrada que, tal vez, en el futuro, ya no
podamos luchar juntos".
Algunos países europeos, en especial Gran Bretaña y Francia, han
procurado modernizar sus ejércitos. Alemania ha emprendido también esta
reforma, pero su verdadero problema es que sólo destina a gastos
militares el 1,5 por ciento de su PBI, o sea, la mitad del porcentaje
asignado por Estados Unidos.
Altos funcionarios norteamericanos y europeos concuerdan en que,
mientras la guerra en Afganistán pone en evidencia las disparidades
entre el ejército de Estados Unidos y los de sus aliados, la eterna
renuencia europea a incrementar sus gastos de defensa le restó
credibilidad ante Washington.
Las responsabilidades globales de Estados Unidos, juntamente con sus
inversiones considerables y crecientes en alta tecnología bélica, desde
las comunicaciones satelitales hasta los aviones sin piloto Predator,
están dejando muy atrás a los miembros europeos más agresivos de la
OTAN.
Discrepancias
En opinión de Kori Schake, profesora del Instituto de Estudios en
Seguridad Nacional, en Washington, esa brecha está llegando a un punto
crítico. Después del 11 de septiembre, vaticina: "Estados Unidos
aumentará espectacularmente sus gastos de defensa y acelerará la
transformación de sus fuerzas armadas, en tanto que declinará su interés
por las misiones de manejo de crisis y el apoyo que les preste".
La incapacidad europea actual se debe, al menos en parte, a su creciente
discrepancia con Washington respecto de qué hace falta para combatir
las amenazas y la pobreza del mundo en desarrollo. Devastada por las
guerras del siglo XX, Europa prefiere gastar su dinero en asistencia
social interna y ayuda a los países pobres.
Gran Bretaña y Francia son verdaderas potencias militares y nucleares,
pero Estados Unidos está a punto de lanzarse a una carrera desviada.
Bush quiere aumentar el presupuesto del Pentágono en 120.000 millones de
dólares, lo cual lo llevaría a 379.000 millones. Esta cifra excede la
suma de los presupuestos militares de los 14 países que le siguen entre
los que más gastan.
Aún más inquietante, para algunos, ésta es la división implícita del
trabajo dentro de la OTAN: los norteamericanos combaten; los europeos
limpian y mantienen la paz.
Por Steven Earlanger De The New York Times xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Diario "La Nación". Buenos Aires, 16 de junio de 2000.
Diario "La Nación". Buenos Aires, 15 de diciembre de 1999.
Renunció el ministro británico Robin Cook por la crisis iraquí
Lunes 17 de marzo de 2003 •
LONDRES.- Robin Cook, líder laborista en la Cámara de los Comunes,
dimitió hoy como miembro del Gobierno de Tony Blair, en desacuerdo con
la posición oficial británica en la crisis iraquí.
Cook, que fue ministro de Asuntos Exteriores desde 1997 a 2001, tiene
previsto justificar su decisión en una rueda de prensa dentro de unas
horas.
El veterano político laborista renunció después de que su Gobierno
dijera hoy en la ONU que ha abandonado la vía diplomática para
solucionar el conflicto.
El primer ministro británico está decidido a apoyar un ataque contra
Irak liderado por Estados Unidos, sin que medie esa segunda resolución
en la que durante meses ha basado su discurso.
Fuente: EFE
WASHINGTON.– El gobierno de George W. Bush puso anoche en marcha la
nueva doctrina de la seguridad nacional, que tiene como principal eje el
ataque preventivo si se siente amenazado, que abandona la regla de la
acción militar como último recurso ante la agresión externa.
El 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush sintió que
había sido elegido para llevar adelante la misión de salvar al mundo del
terrorismo. Esa idea, que abrazó cuando el país todavía estaba
estremecido por los atentados, se transformó rápidamente en el motor de
su administración y de su política exterior durante más de un año y
medio y fijó en el régimen de Saddam a la expresión más reveladora del
mal.
Bush mira al mundo como una representación bíblica del bien en contra
del mal, y esta percepción se fue haciendo cada día más presente en las
últimas semanas, cuando no sólo planteó que su misión era terminar con
las armas de destrucción masiva en Irak, sino también liberar a su
pueblo de Saddam.
Anoche, cuando anunció al mundo el inicio de la guerra, Bush dio el paso
más audaz de su presidencia, que a su vez representa la derrota más
contundente de la diplomacia en las Naciones Unidas y marca el fin de
una era en las relaciones entre las naciones. Se abre así una etapa de
incertidumbre y reacomodamiento internacional, cuyo desenlace aún no se
puede prever.
Estados Unidos atacó Irak para desarmar a Saddam, pero también para
derrocarlo. De ese modo pretende llevar la democracia a una región
dominada por monarquías y dictaduras, muchas de las cuales han sido, y
lo son hoy, aliadas históricas de Estados Unidos. Pero ese pensamiento
de Bush choca con el de especialistas en Medio Oriente. Shiren Hunter,
del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales, considera que el
inicio de la guerra tendrá un efecto adverso en las relaciones de
Estados Unidos con el mundo islámico, especialmente con los musulmanes.
La intervención militar en Irak era un hecho irrefrenable desde que Bush
habló en la ONU, el 12 de septiembre de 2002, cuando denunció que
Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva. La ONU alumbró una
resolución para que Irak desarmara sus arsenales bajo la amenaza de
afrontar “serias consecuencias” si no cumplía.
Heridas en Europa
Pero el gobierno de Bush no creía que Saddam fuera a cumplir. Por eso
ordenó el despliegue de tropas en el Golfo Pérsico, abriendo un gran
debate en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN),
primero, y en Europa después, que dejó heridas profundas ante el rechazo
de Alemania y Francia a respaldar una guerra.
El conflicto da paso, además, a la conformación de una nueva alianza en
Europa, en la que se incorpora España con mucha fuerza, se mantiene
Gran Bretaña y se suman países del ex Pacto de Varsovia –de la ex Unión
Soviética–.
Bush ignoró el fuerte rechazo internacional a la guerra y fundamentó su
accionar en la necesidad de garantizar al pueblo estadounidense su
seguridad. Condoleezza Rice, la influyente titular del Consejo de
Seguridad Nacional le respondió a diplomáticos que esta semana le
plantearon su preocupación por las consecuencias que una guerra sin el
apoyo de la ONU tendría en ese organismo y en las otras instituciones
multilaterales, que el presidente de los Estados Unidos no podía
detenerse a pensar en ello.
El gobierno de Estados Unidos entiende que no era necesario el
consentimiento del Consejo de Seguridad porque la resolución 1441, que
votó por unanimidad en noviembre del año pasado, daba vía libre para
usar la fuerza.
El día que se votó esa medida en el Consejo de Seguridad, el secretario
de Estado Colin Powell le dijo al canciller francés, Dominique de
Villepin –uno de los más duros opositores a la guerra–, que si no
estaban dispuestos a votar una segunda resolución era mejor que no
aprobaran la primera.
La decisión de llevar a Estados Unidos a la guerra Bush la adoptó en
soledad, como lo hizo su padre, el ex presidente George Bush, cuando en
1991 ordenó a los 425.000 soldados norteamericanos iniciar las
operaciones contra el régimen de Saddam Hussein. Aunque no lo reconozca,
Bush quiere terminar el trabajo inconcluso de su padre.
Un nuevo comando reforzará la defensa interna de EE.UU.
Fue creado para evitar nuevos atentados
Diario "La Nación". Buenos Aires, 18 de abril de 2002.
NUEVA YORK.- Como consecuencia directa de los ataques terroristas del 11
de septiembre, el Pentágono anunció ayer la creación del Comando Norte,
destinado a mejorar la defensa del territorio norteamericano frente a
amenazas que provengan de su interior.
Se trata de una de las mayores reestructuraciones militares en los
últimos 40 años, con lo cual se busca aggiornarla y adaptarla para
responder con rapidez a nuevos desafíos, como ataques suicidas y
atentados con armas de destrucción masiva.
"Hoy nuestro país enfrenta una era de lo inesperado", dijo el secretario
de Defensa, Donald Rumsfeld, al anunciar el realineamiento en la
estructura de comandos militares. "Debemos estar listos para ganar la
actual guerra global contra el terrorismo, pero, al mismo tiempo,
prepararnos para otras sorpresas e incertidumbres que seguramente
enfrentaremos en el siglo XXI", agregó.
Puntos por definir
El Comando Norte (ya bautizado familiarmente como NorthCom) comenzará a
funcionar a partir del 1° de octubre, probablemente desde la base aérea
Peterson, en el Estado de Colorado. Aunque todavía quedan algunos puntos
por definir -entre ellos quién será el encargado de este nuevo órgano-,
el Comando Norte tendrá bajo su responsabilidad la defensa del
territorio norteamericano, incluidas las aguas próximas a ambas costas.
Hasta ahora, la defensa del suelo nacional estaba a cargo de varios
comandos, parte de una estructura nacida en plena Guerra Fría y diseñada
más para combatir ataques de ejércitos, armadas o fuerzas aéreas en
otras partes del mundo que dentro de las propias fronteras.
El presidente George W. Bush aún no decidió si el futuro y controvertido
sistema de defensa antimisiles (con posible base en Alaska) estará bajo
el control del nuevo comando.
Mientras tanto, el nombre que más suena en Washington para ponerse al
frente del NorthCom es el del general de la fuerza aérea Ralph Eberhart,
quien hoy encabeza tanto el Comando Espacial (a cargo de la defensa de
los intereses norteamericanos fuera de este planeta) como el Comando
Aeroespacial (responsable de la protección del espacio aéreo sobre
Estados Unidos y Canadá).
Temores permanentes
Estas modificaciones en la estructura militar son un claro producto de
los temores permanentes a que la red terrorista Al-Qaeda (liderada por
Osama ben Laden) pueda intentar nuevos atentados con sus células
esparcidas dentro del país.
Rumsfeld aclaró que, llegado el caso, las fuerzas militares del Comando
Norte se subordinarán a las autoridades civiles. También anunció que el
jefe del Comando Europeo, Joseph Ralston, se hará cargo de los asuntos
militares relacionados con Rusia, mientras que el Comando Pacífico
tomará bajo su manto a la Antártida.
El anuncio de estos cambios forma parte de una política más amplia de
Bush para renovar el Estado Mayor Conjunto y ascender a una generación
de jefes militares menos ortodoxos y más abiertos a los nuevos retos de
defensa. Entre otros, se espera que antes de fin de año el general
Ralston (fuerza aérea) sea suplantado en Europa por el general James
Jones, actual comandante de los Marines, la fuerza de despliegue rápido
encargada tanto de operaciones de combate específicas como de misiones
de mantenimiento de la paz.
En cuanto al Comando Sur (encargado de velar por los intereses
norteamericanos en América Central y del Sur), Rumsfeld ha escogido al
general del ejército James "Tom" Hill para tomar las riendas y evaluar
una participación más activa de Estados Unidos en la lucha antidrogas en
Colombia y estar alerta ante la situación de Cuba pos-Castro.
Finalmente, la Casa Blanca tiene en la mira al general John Keane,
número dos del ejército, para reemplazar al general Eric Shinseki,
conocido por sus posturas de defensa tradicionales.
Por Alberto Armendáriz Para LA NACION
Comenzó el ataque de EE.UU. y Gran Bretaña contra Afganistán
Bombardearon
desde aviones, barcos y submarinos; se lanzaron 50 misiles, que
destruyeron el Ministerio de Defensa en Kabul y blancos en varias
ciudades
Diario "La Naión". Lunes 08 de octubre de 2001
WASHINGTON.- A 26 días de los atentados contra las Torres Gemelas y el
Pentágono, los Estados Unidos y Gran Bretaña iniciaron ayer su
largamente esperada ofensiva sobre Afganistán.
La operación, que duró cinco horas, consistió en un ataque de misiles y
bombas sobre instalaciones militares del régimen talibán y sobre campos
de entrenamiento de terroristas islámicos en varias ciudades.
Los primeros Tomahawk, de un total de 50 misiles crucero, cayeron sobre
Kabul a las 20, hora local, y destruyeron el Ministerio de Defensa
talibán.
En los ataques intervinieron 15 bombarderos y 25 aviones cazabombarderos.
El dispositivo bélico funcionó con base en la isla británica Diego
García, en el océano Indico, y en buques y portaaviones de EE.UU. y el
Reino Unido instalados en el Golfo Pérsico. Ambos países atacaron
también con submarinos armados con Tomahawk.
Además de la capital, los bombardeos se extendieron a la ciudad de
Kandahar, base del movimiento talibán, acusado de proteger al principal
sospechoso de los atentados contra Estados Unidos, el multimillonario
saudita Osama ben Laden.
También fue atacada Jalalabar, donde funcionan varios centros de
operaciones de Al- Qaeda, la red terrorista que lidera Ben Laden.
"Acciones enfocadas"
El presidente norteamericano, George W. Bush, calificó las represalias
de "acciones cuidadosamente enfocadas", destinadas a "interrumpir el uso
de Afganistán como una base de operaciones terroristas" y dijo que
cuenta con el apoyo de más de 40 países. Por su parte, el premier
británico, Tony Blair, afirmó que el ataque "es legítimo" y que la lucha
no es contra el pueblo afgano.
En ese sentido, la puesta en marcha de la operación Libertad Duradera
mostró, llamativamente, un ataque militar simultáneo a la entrega de
ayuda humanitaria arrojada desde aviones a gran altura.
El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, no aclaró si los 70.000 hombres
que EE.UU. y Gran Bretaña desplegaron en la región entrarán en breve en
combate.
Ante la posibilidad de nuevos atentados, la administración
norteamericana dispuso medidas de máxima seguridad en el Pentágono, en
el Capitolio y en los aeropuertos de todo el país.
Comenzó el bombardeo a Afganistán
WASHINGTON.- Estados Unidos y Gran Bretaña iniciaron ayer un ataque con
misiles y bombas contra instalaciones militares del régimen talibán y
contra las bases de operaciones de la guerrilla islámica liderada por
Osama ben Laden en Afganistán, en respuesta a los atentados del 11 de
septiembre en Nueva York y Washington.
En las operaciones se utilizaron 15 aviones bombarderos B-1, B-2 y B-52,
que operaron desde la base británica de la isla Diego García en el
océano Indico, 25 aviones de combate, 50 misiles Tomahawk y bombas
guiadas por satélite, lanzadas desde buques ubicados en el Golfo
Pérsico, y que comenzaron a caer sobre Kabul desde las 20 hora local.
Uno de los primeros blancos alcanzados fue el Ministerio de Defensa de
los talibanes en la capital afgana. Por dos horas la ciudad se mantuvo a
oscuras por los cortes de electricidad.
Los ataques se extendieron rápidamente a campos de entrenamiento de
terroristas en Jalalabad, y al centro de radares del aeropuerto de
Kandahar. Esta ciudad es el corazón del movimiento talibán y alberga al
líder político y religioso, el mullah Mohammed Omar. El gobierno talibán
aclaró que tanto él como Ben Laden sobrevivieron a los ataques.
Mientras las detonaciones se hacían cada vez más repetidas sobre Kabul,
el presidente estadounidense, George W. Bush, confirmó la puesta en
marcha de la operación Libertad Duradera e indicó que “la batalla está
entablada ahora en muchos frentes”. El presidente norteamericano dijo
que Afganistán recibió la primera fase de los ataques, pero admitió que
nuevas incursiones podrían tener lugar contra otros países que den apoyo
a la acción del terrorismo internacional.
Desde el Pentágono, el secretario de Defensa norteamericano, Donald
Rumsfeld, aclaró que uno de los primeros objetivos de los ataques es
destruir los sistemas de defensa antiaérea de los talibanes y los
sistemas de aviones. Una vez superados esos obstáculos la coalición
contra el terrorismo podría incrementar sus incursiones aéreas sobre
Afganistán e intentaría desplegar fuerzas de tierra.
Los talibanes cuentan con misiles tierra-aire y equipos móviles de artillería antiaérea.
Mientras continuaba la represalia bélica estadounidense-británica, Ben
Laden apareció en la cadena de televisión árabe, Al Jazeera, y emitió un
mensaje en el que llamó a los musulmanes a la guerra santa (jihad) y
dijo que el gobierno y población norteamericanos están sujetos a nuevos
atentados (ver página 3).
La acción militar contra el gobierno afgano se produjo por sostener y
dar refugio a la organización Al-Qaeda (La Base), que lidera Ben Laden.
Ambos sospechosos de los atentados terroristas en las Torres Gemelas y
el Pentágono. Los ataques cuentan con un amplio apoyo internacional,
unos 40 países estarían participando de distintas formas del operativo.
El Pentágono informó a Israel su decisión de atacar una hora antes de
que se lanzara el primer misil.
Las más duras condenas a los ataques se hicieron oír desde Irán e Irak, y
los palestinos se pronunciaron en favor de definir, junto al resto de
los países árabes y musulmanes, una posición común sobre la ofensiva
contra el régimen de Kabul.
Misiles y alimentos
Al mismo tiempo que caían misiles sobre territorio afgano, el gobierno
norteamericano lanzaba ayuda humanitaria desde gran altura. La Casa
Blanca informó que lanzó ayer 37.500 raciones de comida en territorio
afgano.
Los misiles fueron disparados desde buques estadounidenses y británicos
instalados en el mar de Oman. Partieron desde el Golfo Pérsico,
recorrieron una distancia de unos 1000 kilómetros y alcanzaron
Afganistán luego de atravesar el espacio aéreo de Paquistán. Por brindar
esa asistencia, el gobierno de Pervez Musharraf, el único en el mundo
que reconoce al gobierno talibán, podría ingresar en una conflictiva
situación con el país vecino.
Al referirse al dispositivo bélico, el general Richard Myers, jefe de la
Junta de Estado Mayor de los Estados Unidos, indicó que en las primeras
oleadas contra el régimen talibán se dispararon unos 50 misiles
Tomahawk, se utilizaron 15 bombarderos y 25 cazabombarderos, que
despegaron de bases aéreas de la zona y desde portaaviones ubicados en
el Golfo Pérsico. Los efectos sobre la población civil de Afganistán no
se conocían anoche con certeza. De acuerdo con lo expresado por un
enviado de la televisión iraní al norte del país, los ataques habrían
provocado “numerosas víctimas entre la población civil”.
Agencias AP, AFP, ANSA y Reuters
Cifras de un golpe anunciado
50 Tomahawk Misiles de largo alcance Los misiles fueron lanzados desde el Golfo Pérsico por buques estadounidenses y británicos.
15 bombarderos Además de 25 cazabombarderos Aviones B-1, B-2 y B-52 intervinieron en los ataques de lanzamiento de bombas sobre varias ciudades.
37.500 raciones Comida y ayuda humanitaria La asistencia a la población afgana se lanzó desde gran altura en contenedores especiales.
70.000 hombres Estadounidenses y británicos Las tropas de la coalición esperan para un despliegue. Los talibanes tendrían unos 40.000 combatientes.
Parte de guerra
Ofensiva: buques y aeronaves de los EE.UU. y Gran
Bretaña lanzaron el primer ataque contra instalaciones de Osama ben
Laden en Afganistán.
Bush: el presidente norteamericano prometió castigo para
los talibanes, pidió paciencia y destacó el apoyo a los Estados Unidos
de la comunidad internacional.
Ben Laden: en un mensaje grabado poco antes de la
ofensiva estadounidense, el terrorista saudita anunció el inicio de una
guerra santa contra Washington y advirtió que “EE.UU. nunca más conocerá
la seguridad”.
Paquistán: mientras varios dirigentes islámicos se
enfurecieron por los ataques de ayer, el gobierno de Islamabad, dividido
por los desacuerdos internos, aún no se pronunció sobre lo ocurrido, y
la incierta reacción del pueblo paquistaní despierta inquietud.
Blair: el premier británico justificó el ataque aliado y
puso a disposición del Pentágono submarinos y la base militar Diego
García, en el océano Indico.
Israel: el gobierno de Sharon dio su total respaldo a Washington y aseguró que deseaba ayudar a los Estados Unidos.