“No hay problemas de salud por Fukushima”, dijo el premier de Japón
EL ACCIDENTE DE 2011 EN LA PLANTA NUCLEAR NIPONAShinzo Abe estuvo en Buenos Aires. Sostuvo que Tokio, futura sede olímpica, es “segura”.
En su breve paso por
Buenos Aires, el primer ministro japonés Shinzo Abe se encargó de
remarcar que su país, y particularmente Tokio, es “seguro” para los
Juegos Olímpicos 2020 que acaban de ganar (ver pág. 76). Exultante por
haber obtenido lo que vino a buscar, el mandatario aseguró que la crisis
desatada en la planta de energía nuclear de Fukushima está
absolutamente controlada, y defendió los millonarios programas oficiales
para detener las filtraciones y descontaminar el agua radiactiva.
" No hay ni habrá problemas de salud ” por la contaminación radiactiva, le respondió a Clarín en una brevísima conferencia de prensa. Sostuvo que “el gobierno ha establecido una serie de medidas para reducir la dependencia de la energía nuclear
” en los próximos tres años, al tiempo que aplicarán “los más severos
programas científicos de seguridad ” sobre las centrales atómicas.En Japón, la tercera economía mundial, la provisión de energía nuclear es sólo una parte mínima de la que utiliza su potente desarrollo. Es más, de sus 54 centrales nucleares sólo dos están en funcionamiento. Las otras se encuentran paradas. Inclusive cuatro de ellas se cerraron totalmente. El país se está abasteciendo de otro tipo de energía y promoviendo la conservación y la adopción de energías renovables.
El accidente en Fukushima le dio un golpe mortal a la energía nuclar. En marzo de 2011 la central atómica se vio afectada por el terremoto de 9 grados que sacudió y devastó al país, para inmediatamente sufrir el tsunami que arrasó con el sistema de refrigeración de los reactores. Esto provocó un recalentamiento que trajo innumerables problemas. Desde ese momento hay pequeñas filtraciones de agua contaminada que terminan en el mar. El mes pasado el gobierno decidió encarar el problema por su cuenta, desplazando a la operadora privada de la central, TEPCO’s, que no encontraba una solución. Para ello estableció una serie de medidas tendientes a frenar las filtraciones.
Desplegó un programa que incluye un sofisticado sistema de congelamiento del terreno alrededor de la planta, con tubos que llevan un potente refrigerante. También piensa establecer un proceso novedoso de descontaminación del agua radiactiva, que se viene almacenando peligrosamente en contenedores. Estos trabajos comenzarán inmediatamente y se espera que concluyan en dos años.
“El mundo está preocupado por Fukushima. Déjenme decirles que la situación está bajo control. No le hizo y no le hará ningún daño a Tokio”, dijo con gesto enérgico el primer ministro japonés para dejar en claro que van a poner todos los esfuerzos necesarios a fin de brindar unos juegos olímpicos a la altura de lo que es como potencia económica. “Hemos realizado monitoreos en la región costera de Fukushima. Las normas de seguridad de Japón tanto para alimentos como para aguas tienen el nivel más estricto del mundo”.
Abe sostuvo que “no ha habido problemas relacionados con la salud hasta ahora. No los hay en el presente y no los habrá en el futuro, lo afirmo de la forma más enfática”. “En este momento, bajo el cielo azul en Fukushima, los niños juegan al fútbol y miran hacia la reconstrucción y el futuro. Como primer ministro soy responsable y voy a cumplir con esa responsabilidad”, agregó.
Abe es un político liberal con ideas modernas que busca sacar al país de la recesión que se viene dando desde hace varios años. Este es su segundo mandato. Con un título en Ciencias Políticas, supo ganar las elecciones con propuestas de reactivación. Es un fuerte defensor de una actuación más agresiva por parte del Estado en favor de un estímulo marcado sobre la economía. Fukushima es una enorme piedra en el zapato del político. Si el nuevo sistema que piensan aplicar para detener las filtraciones da resultado, se habrá ganado el respaldo de la población
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