Diario "La Capital" Rosario, Jueves, 20 de mayo de 2010
Cumbre sí, pero no cima
Reflexiones. La UE y América Latina y el Caribe han estado de cumbre en Madrid, y de ella se anuncian excelentes resultados, especialmente por la reanudación de conversaciones entre Europa y Mercosur. Así debe de ser, pero a condición de hacer las acotaciones pertinentes.
Por M. A. Bastenier
La UE y América Latina y el Caribe han estado de cumbre en Madrid, y de ella se
anuncian excelentes resultados, especialmente por la reanudación de conversaciones entre Europa y
Mercosur. Así debe de ser, pero a condición de hacer las acotaciones pertinentes. Se ha dicho que
la UE y América Latina no saben lo que quieren la una de la otra, a lo que habría que añadir que la
una padece de existencia institucional insuficiente y la otra aún está por pensar. Lo que hay, por
ello, entre el Viejo Continente y el Nuevo Mundo, es un haz de relaciones bilaterales en niveles
muy diferentes que aprovechan las cumbres como momentos de diálogo, pero raramente comprometen a la
Unión en su conjunto, y jamás a una América Latina que aún se busca el alma.
Como dijo el ex presidente colombiano Ernesto Samper en un reciente encuentro
euro-americano: "América Latina pasa por una guerra fría de baja intensidad". Y ese conflicto se
desarrolla en capas concéntricas. En la superestructura se libra una pugna por la hegemonía. Los
presidentes Lula de Brasil y Chávez de Venezuela optan a la dirección de Iberoamérica, de forma
blanda en el caso de Brasilia, y con glotonería izquierdizante en el de Caracas. La presidencia
brasileña se conformaría con que América Latina mostrara una faz mínimamente unificada ante el
exterior, que actuara como un bloque bajo su propia coordinación, del que le cabría esperar hoy,
por ejemplo, apoyo en su mediación en el conflicto de Occidente con Irán. Y Hugo Chávez pretende
que por la vía de su cruda generosidad se produzca un progresivo alineamiento en las posiciones de
la izquierda bolivariana. Es el juego que salió mal con el golpe de Honduras, pero la partida sigue
como muestra el exitoso veto del chavismo a la presencia del presidente hondureño, Porfirio Lobo,
en la cumbre.
De manera más difusa, camino del sial de esta guerra fría, se halla el forcejeo
entre Iglesias. La penetración neo-pentecostalista en México y América Central, y de ahí hasta el
Cono Sur, se opone con su acción despolitizadora de los estratos de población más humildes a toda
hegemonía, tácita o expresa, en la medida en que favorece un statu quo que, pese a las
distracciones de Washington en Asia central, solo puede acabar por ser pro-norteamericano. Es la
que se ha llamado revancha de Dios por las posiciones ultra-conservadoras del Vaticano en las
últimas décadas.
En México, esa guerra duda si mantenerse en la baja intensidad, embarrada en la
ofensiva contra el narcotráfico, y, pese a los esfuerzos del presidente Calderón por no perderle la
cara a sus países hermanos, aleja a la primera potencia de lengua española de su concierto natural,
en el que podría afianzar pero también limitar el sobrevuelo brasileño de Iberoamérica.
Y en el centro mismo aparece la revolución boliviana que debe decidir si el país
indígena e hispánico va a seguir formando parte de Occidente. El ex presidente boliviano Carlos
Mesa ha escrito en la nueva publicación latinoamericana "Escenarios" que es urgente "una relectura
de la palabra mestizaje", no sólo de etnias, sino también de civilizaciones, con lo que se enfrenta
a la síntesis que propugna el propio Evo Morales. Mesa identifica en la nueva constitución de la
Bolivia plurinacional el meollo de ese esfuerzo: "Hay una doble línea, la primera de negación de
valores universales como si fueran imposiciones de la cultura occidental, y -contradictoriamente-
la segunda que intenta ensamblar visiones propias del pasado indígena pre-hispánico con elementos
que se reconocen ya como parte integral del acervo de la humanidad"; y a ello añade que la
distinción como fundamento de la ciudadanía que hace la Carta entre "pueblos originarios" y "no
originarios" -habida cuenta de que Adán y Eva fueron los únicos originarios- desequilibra en favor
del indigenato cualquier pretensión de refundación democrática del país.
Esas son algunas líneas de fractura de esa guerra fría que hace tan prolija la
relación con Europa. Y por ahí se explica también la ausencia de Hugo Chávez, que no ha querido
vestir una cumbre en la que no veía nada a ganar y de la que sólo podía beneficiarse su rival
brasileño. El 60 por ciento del electorado latinoamericano tiene entre 18 y 25 años, y por eso el
futuro de esa parte del mundo se debatirá en la próxima década, cuando millones de ciudadanos,
originarios o por originar, decidan qué es lo que quieren ser de mayores.
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Los acuerdos comerciales entre la Unión Europea y América latina podrán ayudar mucho para generar inversiones sustentables, sostuvo el secretario general iberoamericano Enrique Iglesias, quien tiene una visión muy optimista respecto de la potencialidad que hoy tiene América latina ante la situación de crisis mundial.
Está claro que en el caso del Mercosur y la Unión Europea (UE) los acuerdos distan de convertirse en realidad. La Cumbre de Mar del Plata no se abocará a este tema en particular y los funcionarios o analistas más optimistas sostienen que con mucha suerte habrá que esperar hasta fines del año que viene para que haya avances concretos.
"No estamos en foja cero, pero soy muy pesimista sobre la concreción de un acuerdo UE-Mercosur en lo inmediato porque si se sigue limitando el tema a las barreras arancelarias iremos a un nuevo fracaso en las negociaciones", expresó Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, uno de los principales think tanks para América latina en España.
Una mirada también pesimista del asunto la brindó Juan Carlos Sánchez Alonso, director general de Política Exterior para Iberoamérica. "Si se despeja el panorama político de Francia el año que viene, es probable que las negociaciones UE-Mercosur entren en buen ritmo", destacó. Cuando se refería a Francia, estaba hablando claramente por aquellos países que tienen una dura postura con este acuerdo comercial por las desventajas arancelarias en materia agrícola que generaría.
El otro eje central para atracción de inversores lo darán las mejoras en seguridad ciudadana que afectan tanto a los latinos como el ánimo de los empresarios a la hora de ver a dónde llevan su capital. Algo de esto mencionó Fernando García Casas, director del gabinete de la Secretaría General Iberoamericana, cuando sostuvo que "existe en América latina una pandemia oculta que representa un desafío para la región si se tiene en cuenta que el 70% de los secuestros en el mundo provienen de allí".
Además, es muy probable que la crisis de Ecuador sea otro de los temas centrales. De hecho, el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa ya pidió a Enrique Iglesias que se pusiera en debate una cláusula específica en la cumbre para condenar el intento de golpe de Estado en ese país, ocurrido en septiembre. El tema se tomó y es probable que genere un fuerte debate aunque no tan álgido como fue la discusión por el caso de Honduras en la Cumbre Iberoamericana que el año pasado se hizo en Portugal..
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Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 21 de noviembre de 2010
Acuerdos económicos que se demoran
La relación comercial con la UE, estancada
MADRID (De un enviado especial).- ¿A qué hacen referencia específicamente los españoles cuando hablan de inseguridad jurídica?
La
respuesta la dio el secretario de Comercio del Ministerio de Industria,
Turismo y Comercio, José García de Quevedo: "Para que un inversor se
fije seriamente en América latina se deben tomar en cuenta por lo menos
cuatro ejes: un marco legislativo estable, la no aplicación de normas
retroactivas, la no discriminación y la compensación justa de las
inversiones", dijo el funcionario de José Luis Rodríguez Zapatero.Los acuerdos comerciales entre la Unión Europea y América latina podrán ayudar mucho para generar inversiones sustentables, sostuvo el secretario general iberoamericano Enrique Iglesias, quien tiene una visión muy optimista respecto de la potencialidad que hoy tiene América latina ante la situación de crisis mundial.
Está claro que en el caso del Mercosur y la Unión Europea (UE) los acuerdos distan de convertirse en realidad. La Cumbre de Mar del Plata no se abocará a este tema en particular y los funcionarios o analistas más optimistas sostienen que con mucha suerte habrá que esperar hasta fines del año que viene para que haya avances concretos.
"No estamos en foja cero, pero soy muy pesimista sobre la concreción de un acuerdo UE-Mercosur en lo inmediato porque si se sigue limitando el tema a las barreras arancelarias iremos a un nuevo fracaso en las negociaciones", expresó Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, uno de los principales think tanks para América latina en España.
Una mirada también pesimista del asunto la brindó Juan Carlos Sánchez Alonso, director general de Política Exterior para Iberoamérica. "Si se despeja el panorama político de Francia el año que viene, es probable que las negociaciones UE-Mercosur entren en buen ritmo", destacó. Cuando se refería a Francia, estaba hablando claramente por aquellos países que tienen una dura postura con este acuerdo comercial por las desventajas arancelarias en materia agrícola que generaría.
El otro eje central para atracción de inversores lo darán las mejoras en seguridad ciudadana que afectan tanto a los latinos como el ánimo de los empresarios a la hora de ver a dónde llevan su capital. Algo de esto mencionó Fernando García Casas, director del gabinete de la Secretaría General Iberoamericana, cuando sostuvo que "existe en América latina una pandemia oculta que representa un desafío para la región si se tiene en cuenta que el 70% de los secuestros en el mundo provienen de allí".
El temario
De todo eso se hablará en la Cumbre de Mar del Plata, el 3 y 4 del mes próximo, aunque en lo formal el tema de debate sea "la educación para el desarrollo".Además, es muy probable que la crisis de Ecuador sea otro de los temas centrales. De hecho, el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa ya pidió a Enrique Iglesias que se pusiera en debate una cláusula específica en la cumbre para condenar el intento de golpe de Estado en ese país, ocurrido en septiembre. El tema se tomó y es probable que genere un fuerte debate aunque no tan álgido como fue la discusión por el caso de Honduras en la Cumbre Iberoamericana que el año pasado se hizo en Portugal..
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