Diario "Clarín". Buenos Aires, 13 de octubre de 2013.
La economía china va al ritmo de la demografía
MIRADA GLOBAL
China crece ahora en
condiciones de pleno empleo urbano, con salarios reales que aumentan 20%
por año y un incremento del PBI per cápita (+8% anual) superior a la
expansión del PBI nominal (+7,5% anual en 2013).
El resultado es
que una tasa de crecimiento de 7,5% anual (dos puntos y medio inferior
al nivel de expansión posterior a 1978) es mayor, en términos
económicos, que el 10,1% del producto que aumentó en 2000, sobre todo en
lo que se refiere al nivel de ingreso (U$S 7.800 per cápita, medido en
capacidad de compra doméstica / PPP); y cuando 1/3 de la población (435
millones) dispone ya de ingresos reales tres veces superiores a los del
promedio (U$S 22.000 anuales). De ahí que, mientras la economía se desacelera, aumentan en forma más que proporcional los capitales que ingresan del exterior.
En enero de este año, los capitales líquidos que se incorporaron a la República Popular ascendieron a RMB 684.000 millones (U$S 85.500 millones), revirtiendo la disminución experimentada en 2012, en que surgió un déficit en la cuenta capital de U$S 117.000 millones.
Más importante que el alza del PBI per cápita, y su contrapartida necesaria, el aumento de la productividad de todos los factores es la evidencia de que, mientras la economía china se desacelera, se profundiza la convergencia estructural (aumento del PBI per cápita + auge de la productividad por encima de los niveles norteamericanos).
El cambio de fondo de la economía china es de orden demográfico: la fuerza de trabajo ha dejado de expandirse, y tiende a declinar. Por lo tanto, el principal factor del aumento extraordinario de su capacidad de crecimiento potencial de largo plazo (10% anual) de los últimos 30 años, se debilita y en el horizonte amenaza contraerse hasta 50%, o quizás 2/3 de los niveles posteriores a 1978. El Banco Mundial y el Consejo de Estado estiman que la fuerza de trabajo se reduciría en 200 millones de personas entre 2020 y 2050 (20% del total).
Esta es la razón por la que los salarios reales aumentaron 18,3% anual desde 2004 y 20% por año a partir de 2009. También es la causa que obliga a la industria manufacturera a escalar en la cadena del valor agregado y la complejidad tecnológica, como respuesta al aumento de los costos laborales, o por el contrario salir del país.
Por eso el gobierno chino prevé que la fuerza de trabajo industrial disminuirá en 80 millones de trabajadores en 2030 y que los restantes 50 millones adquirirán niveles de productividad semejantes a los de sus congéneres estadounidenses, los más productivos del mundo.
Este cambio estructural es la causa fundamental del aumento del consumo en los últimos 5 años, por encima de los niveles de expansión del PBI nominal (9% anual vs. 7,5% por año). También es la razón por la que se ha desatado un éxodo de las actividades industriales trabajo-intensivas hacia las provincias del interior, o a otros países con menores costos laborales.
Los dos frenos fundamentales del auge de la productividad en China son la represión financiera (control de las tasas de interés) y el predominio de las empresas estatales en sectores protegidos de la economía (acero, carbón, telecomunicaciones). En estos dos sectores está el eje del ciclo de reformas que se anunciaría en noviembre.
La particularidad del crecimiento chino hace que el impacto de su desaceleración afecte en forma dispar al mercado mundial de commodities: perjudica a los exportadores de minerales, cuyos precios han caído 30% / 40% en el último año; y favorece extraordinariamente a los productores de commodities agroalimentarios, cuyos precios han trepado a niveles récord, con importaciones al mercado chino que crecerían 40% en los próximos 10 años.
La segunda década del siglo XXI promete ser mejor para la Argentina que los primeros 10 años del siglo, gracias a China
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