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jueves, 26 de marzo de 2015

MEDIO ORIENTE 1997 DISMINUYE LA TENSIÓN ÁRABE ISRAELÍ



Diario “La Nación”. Buenos Aires, Lunes 18 de agosto de 1997 
Disminuye la tensión árabe israelí
Los líderes judíos y palestinos se mostraron optimistas ante una nueva reunión para tratar la seguridad conjunta
JERUSALEN, 17 (AFP).- Israelíes y palestinos adoptaban hoy un tono más conciliador, pocas horas antes de una nueva reunión sobre problemas de seguridad en presencia de expertos de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
"Esta reunión trilateral será la primera desde la puesta en marcha de este mecanismo por el mediador norteamericano Dennis Ross", declaró a la AFP David Bar-Illan, vocero del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu.
"Esperamos que haya progresos en la lucha contra el terrorismo que la Autoridad Palestina se comprometió a dirigir", añadió.
Dijo también que Israel podría a cambio levantar las sanciones impuestas a los palestinos tras el doble atentado suicida del 30 de julio en Jerusalén.
La secretaria de Estado norteamericano, Madelaine Albright, indicó que su primera visita a Oriente Medio prevista para septiembre depende de los resultados concretos de estas discusiones sobre seguridad.
Bloqueo económico
Israel cerró los territorios palestinos y retuvo el pago de unos 70 millones de dólares que debe transferir a la Autoridad Palestina en concepto de tasas y derechos aduaneros.
El presidente palestino, Yasser Arafat, suavizó el tono hoy, después de amenazar la víspera a Israel con una nueva Intifada (levantamiento palestino).
"Estamos totalmente comprometidos en el proceso de paz, pero al mismo tiempo nos enfrentamos a un castigo colectivo impuesto por el gobierno israelí", afirmó a los periodistas, al tiempo que se declaró determinado a "continuar el diálogo con todas las corrientes palestinas".
Asimismo, hizo alusión al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas), opuesto al compromiso con Israel y responsable de la mayoría de los atentados antiisraelíes, y del que Netanyahu exigió el "aplastamiento".
Arafat se reunió el sábado en Gaza con un consejero de Netanyahu, el abogado Yitzhak Moljo, indicaron fuentes oficiales en Jerusalén.
En esa ocasión, Moljo se felicitó por la rápida detención el sábado por la policía palestina de los tres asesinos de un taxista israelí.
Subrayó, además, que "la reunión trilateral de seguridad prevista para hoy debe permitir reestablecer la confianza mutua", precisaron.
Boicot selectivo
Un consejero económico de Arafat, Mohammed Rashid, apeló el sábado al boicot "selectivo y progresivo" de los productos israelíes por los palestinos, en réplica al bloqueo de Cisjordania y de la franja de Gaza que, en su opinión, priva de sus salarios a 170.000 palestinos.
Las ventas de Israel a los territorios palestinos superan los 1000 millones de dólares al año.
Bar-Illan lamentó en su declaración de hoy el tono "bélico" empleado por los dirigentes palestinos en sus recientes declaraciones.
Por otra parte, Bar-Illan también se congratuló por la detención de los asesinos del taxista y la condena que fue dictada en su contra -dos de ellos a trabajos forzosos a perpetuidad y uno a 15 años de cárcel- aunque destacó que no hay equilibrio entre la persecución de delincuentes comunes y el desmantelamiento de infraestructuras terroristas.
Atentados: se sigue la pista londinense
LONDRES, 17 (AP).- El director del servicio de inteligencia israelí viajó a Londres para investigar informes según los cuales los recientes atentados dinamiteros en Jerusalén fueron planificados allí, reportó hoy el Sunday Telegraph.
Ami Ayalon, director del Shin Bet, se encuentra reunido con agentes del servicio de inteligencia británico, quienes investigan las actividades de militantes islámicos en Londres, informó el periódico.
Sin embargo, el gobierno británico se rehúsa a comentar las actividades de su servicio secreto.
Las fuerzas de seguridad israelíes aún no identificaron a los dos atacantes suicidas que detonaron bombas en un mercado al aire libre en Jerusalén a fines de julio último, que arrojaron varias víctimas.
El Sunday Telegraph, un semanario de tendencia conservadora, dijo, sin mencionar fuentes, que Ayalon viajó a Gran Bretaña después de recibir informes según los cuales unos terroristas islámicos entraron a Israel con pasaportes ingleses.
Los servicios de inteligencia estiman que los autores del atentado recibieron entrenamiento y financiamiento en el exterior, manifestó el semanario, debido a que llevaban una gran cantidad de dinares jordanos y las etiquetas de su ropa habían sido arrancadas.
El gobierno israelí pidió al británico tomar medidas con respecto a los militantes islámicos que, al parecer, actúan libremente en Londres.
Un "odio sin odio" subsiste en los sobrevivientes
JERUSALEN, 17.- Bajo el sol del mediodía, el mercado de Mahané Yehuda, el principal de Jerusalén, está atestado de gente. Igual que el 30 de julio último, cuando dos kamikazes vestidos con elegantes trajes y maletín ejecutivo en mano, ingresaron al popular centro de abastecimiento judío para perpetrar poco después, a la una y diez de la tarde, un atroz atentado.
Recorrer Mahané Yehuda hoy, sin pensar en las dos bombas activadas por los terroristas suicidas -10 kilogramos de TNT embalados junto a herrumbrados tornillos y clavos-, en los 16 muertos, y en los 170 heridos, es imposible.
Aunque todo parezca haber vuelto a la normalidad -los puesteros en voz alta intentan vender su "mejor y más fresca" verdura, y las mujeres comparan precios y calidad antes de decidir la compra-, caminar por ahí pone la piel de gallina. El horror, el olor a sangre, la imagen de pedazos de carne humana saltando por el aire, y, sobretodo, el miedo, parecen estar más vivos que nunca.
Donde se voló uno de los dos extremistas, en la parte cubierta del mercado, ya no está el puesto que solía vender frutas, sino un espacio vacío, donde una docena de velas encendidas recuerdan a las víctimas.
Un milagro lo salvó
Justo allí en frente, Jacob vende golosinas de todo tipo y color. Habla poco inglés, pero lo suficiente como para contar, emocionado, que el día del atentado se salvó por haber ido al baño apenas un minuto antes del estallido.
Las paredes de su rincón están recién pintadas de blanco. Evidentemente, Jacob quiso borrar todo vestigio de la masacre. El polvo, la sangre, el caos y el humo que ese día invadieron el mercado. "Mi compañero resultó herido -dice-, y apenas volví del baño, lo ayudé a ir hasta la ambulancia. Se lastimó el hombro. Sigue en el hospital".
Más adelante, a unos cien metros, en un puesto que vende pan árabe como pan caliente, valga la redundancia, Tal cuenta que también estaba cuando ocurrió la explosión: "fue horrible", recuerda.
Situación irreversible
Judío, 25 años, arito y gel en el pelo cortado al ras, Tal está convencido de que el ataque puede pasar de vuelta, "probablemente no aquí, sino en cualquier parte de la ciudad. Toda la seguridad del mundo, incluso el ejército, no pueden parar esto".
Mientras la gente toquetea, antes de llevar, el pan recién salido del horno que sus ayudantes tiran sobre enormes bandejas de madera, Tal sentencia que la paz entre árabes y judíos "no es posible". Para demostrar que habla con fundamento, cuenta que durante sus tres años en el ejército israelí (el servicio militar obligatorio) estuvo en el Líbano, en Gaza, en Cisjordania, y que hasta vivió la Intifada (el movimiento de resistencia palestino que comenzó a fines de 1987 y terminó a mediados de 1991).
De esa experiencia sacó la conclusión de que quiere irse del país. "No quiero quedarme, quiero ir a los Estados Unidos. Aquí nunca habrá paz, hay demasiados problemas y al gobierno israelí lo único que le importa es el dinero, no le importa la gente", acusa.
Tal está resentido porque trabajó tres años en el ejército israelí y del gobierno no recibió nada a cambio: "No tengo departamento, no tengo auto, no tengo nada. Aquí todo es carísimo y es imposible comprar un departamento. Para eso, tendría que trabajar 25 años. Pero la injusticia es que los judíos rusos que recién llegan al país, obtienen un departamento enseguida".
Amigos árabes
Aunque resulta sorprendente, como muchos otros puesteros del mercado, Tal trabaja sin problemas con 15 árabes, que lo ayudan en la trastienda de la panadería. "Son mis amigos, ellos también quieren la paz. Son los de Hamas (grupo integrista islámico) y los palestinos que están en el poder quienes no la quieren", opina.
Después del atentado del otro día, que puso al proceso de paz, una vez más, al borde del colapso y convirtió a la retórica de sus protagonistas, Benjamin Netanyahu y Yasser Arafat, en un cúmulo de invectivas encendidas como nunca, uno esperaría encontrar odio en Mahané Yehuda. O árabes y judíos arrojándose tomates, en el mejor caso, o piedras e injurias. Pero no es así. Parecería existir un odio, sin odio.
Los puesteros definen a los árabes que allí trabajan como "sus árabes", y los diferencian muy bien de los árabes terroristas, "esos que ponen bombas contra inocentes".
Eliahu, sentado frente a montones de especias color pastel, dice: "Cuando se trabaja con gente, uno no hace preguntas sobre sus opiniones políticas. Arabes, judíos... nos conocemos como gente, sólo gente. Hasta cuando gritamos "ºfuera árabes!", ellos entienden que no estamos hablando de ellos, que no estamos gritando contra ellos".
En medio de un aroma fuerte pero agradable, una mujer se para frente al puesto y pregunta si la páprika es fresca. "Claro que es fresca, señora. Todo es fresco: puedo asegurarle de que tiramos toda nuestra mercadería después de la bomba".
Resentimiento personalizado
Por más de que David, un carnicero que tiene un puesto más adelante, diga en voz alta que "hay que matar a todos los árabes", Sami, su ayudante (también árabe), no reacciona. Trabaja con cuchillos enormes y afilados y bien podría clavarle uno en la espalda a su patrón, al escuchar semejante frase. Pero en cambio asegura que lo quiere. "No tienen corazón los suicidas que cometieron el atentado", agrega.
Sami, como muchos otros árabes, fue arrestado por la policía después de las bombas. Y cuenta que algunos hasta fueron golpeados.
Ahora volvió. Dice que tiene miedo, pero no tanto como para no volver al mercad

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