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jueves, 19 de marzo de 2015

RUSIA. LAS AMBICIONES GEOPOLÍTICA DE PUTIN NO PARAN DE CRECER




Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia

CRISIS UCRANIANAEl Congreso de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio. Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.
Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
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Rusia

Las ambiciones geopolíticas de Putin no paran de crecer

MOSCÚ.- Durante tres meses, el museo del Kremlin acogió una exposición con un claro mensaje político: la muestra Mapa de Rusia, patrocinada por el poder, estaba destinada a mostrar que desde el siglo XVII este país ha sido el Estado más extenso del mundo. Símbolo de la muestra, un remarcable mapa de 1872 que naturalmente no sólo incluye a Ucrania, sino también a todos los territorios de Asia Central, el Cáucaso y Extremo Oriente.
En momentos en que un incipiente y frágil cese del fuego se instala en el este de Ucrania, después de la anexión de facto de la península de Crimea, es legítimo preguntarse cuáles son las ambiciones geopolíticas de Vladimir Putin.
"Los términos adecuados que podrían resumir «la gran estrategia rusa» que conduce actualmente el líder del Kremlin, su objetivo político y sus declinaciones territoriales son «revisionismo» y «revanchismo»", dice Dimitri Trenin, especialista del Carnegie Endowment for International Peace.
Putin mismo lo reconoce: "El derrumbe del imperio soviético representa la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", repite desde hace años. Por esa razón está dispuesto a devolverle a su país las realidades geoestratégicas dignas de una gran potencia.
Hace poco menos de un cuarto de siglo que la Rusia soviética perdió la Guerra Fría. La URSS se dislocó dejando paso a repúblicas federativas; nacionalidades alógenas se constituyeron en Estados nacionales y Rusia recuperó las fronteras de la antigua Moscovia, conservando no obstante Siberia y el llamado Extremo Oriente ruso.
"Animado por una voluntad de revancha, Putin quiere «revisar» ese orden de cosas. Más precisamente desmontar para empujar fronteras y reconquistar territorios reivindicados, en lo que los dirigentes rusos llaman «el extranjero cercano» (el área postsoviética)", analiza Trenin.
En otras palabras, Putin y sus siloviki -esos "hombres de poder", formados como él en las oscuras filas del ex KGB- han decidido hacer de Rusia una potencia revisionista. Nadie ignora hasta qué punto semejante objetivo puede ser peligroso para la paz y el orden internacional.
Tras años de manipulación de conflictos llamados "congelados" en Moldavia y en el sur del Cáucaso, ese proyecto se materializó con la invasión militar rusa de Georgia en agosto de 2008 y la sucesiva anexión de facto de Abjasia y de Osetia del Sur. La ocupación militar de Crimea, cuya pertenencia a Ucrania es reconocida por la comunidad internacional, no hizo más que ratificarlo.
Para muchos especialistas, Crimea fue en realidad la primera etapa de un plan más vasto que sigue por las regiones orientales de Ucrania ubicadas sobre el Mar Negro.
"Habría que anticipar también una mayor presión sobre Georgia y Moldavia, dos países que decidieron firmar un acuerdo de asociación y libre comercio con la Unión Europea (UE). Y si la solidaridad geopolítica europea se fisura, después podría ser el turno de los Países Bálticos", dijo Trenin.
En el terreno táctico, Putin aprovecha las diferencias de posición de los Estados europeos y cultiva las relaciones bilaterales.
"A mediano plazo, apuesta por la pérdida de influencia de Estados Unidos en Europa. Para él, el crecimiento de China y los desafíos de la región Asia-Pacífico deberían absorber a Washington y provocar el debilitamiento de las instancias euro-atlánticas, la UE y la OTAN", afirma Yukon Huan, investigador asociado del Carnegie Moscow Center.
La "Gran Europa", evocada por la diplomacia rusa desde 2008, sería un retorno a las alianzas y contra-alianzas entre Estados europeos. En esa configuración, Rusia podría proyectar su poderío e instrumentalizar a uno contra otro.
El otro gran proyecto del líder del Kremlin es su Unión Euroasiática. Con frecuencia interpretada como un simple mercado común, con una finalidad económica y comercial, no es así como la ven Putin y sus siloviki. "La idea es la de una estructura perfectamente integrada, política y económicamente, centrada en Rusia y desde una lógica de poderío", advierte Irina Isakova en un trabajo sobre la geopolítica y geoestrategia rusa en el siglo XXI. "En el plano geográfico, la Unión Euroasiática cubriría «el extranjero cercano» y sería la expresión político-institucional de esa esfera de influencia que Rusia reivindica", prosigue.
Finalmente, ese "reunionismo" geopolítico busca dar forma a una suerte de nueva Unión Soviética, más flexible y eficaz que el modelo original. A nivel mundial, Putin intenta reconstituir una fuerza de oposición, para hacer de esa "Rusia-Eurasia" una tercera potencia, entre el polo americano-occidental y un incierto conjunto chino-asiático.
Todo ese proyecto de restauración es preocupante por numerosas razones. Pero sobre todo porque reposa en un solo hombre. "Occidente probablemente enfrenta hoy un peligro aun mayor que durante la guerra fría. Incluso durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962, los líderes soviéticos estaban obligados a contar con la presión del Politburó y las enseñanzas de la Segunda Guerra Mundial", recuerda Isakova.
Ahora, como lo afirma el líder de los propagandistas rusos, Dimitri Kiselev, incluso la decisión de utilizar el arma nuclear "será tomada personalmente por Vladimir Putin, que tiene la total y absoluta confianza del pueblo ruso".
"No Putin, no Rusia", afirmó la semana pasada un miembro del equipo gubernamental. El problema es que para Vladimir Putin, el único buen vecino es el vecino débil. Y los vasallos son mucho mejores que los aliados..
 
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Putin reformula la geopolítica mundial

MIRADA GLOBAL
  • Jorge Castro. Diario "Clarín". Buenos Aires, 23 de marzo de 2014.

La anexión de Crimea por Rusia reformula el mapa geopolítico mundial surgido de 1991, cuando el colapso de la Unión Soviética convirtió a EE.UU. en la potencia hegemónica de la estructura unipolar de poder que duraría 17 años. Este vuelco estratégico transforma al episodio ucraniano en la expresión de una nueva estructura del poder mundial, en la que EE.UU. no ejerce más la unipolaridad hegemónica que había asumido en 1991. Ahora comparte las decisiones estratégicas de gobernabilidad del sistema con un grupo de países emergentes, entre ellos China y Rusia.
No hay “nostalgia imperial” en la crisis ucraniana, o un ansia obsesiva por renovar la “Guerra Fría”, sino una revisión de la relación de fuerzas mundiales realizada en el corazón de Europa, sobre la premisa de que la política internacional es ajena al pasado y al futuro y sólo fiel al “eterno presente”.
Rusia, como sistema de poder, es inseparable del colapso geopolítico de 1991, cuando se derrumbó el régimen soviético y al mismo tiempo -y esto es lo más importante- se desintegró el Estado ruso fundado por los Romanov en 1613.
Así cayó el sistema político/militar cuatro veces centenario que ganó bajo su encarnación soviética la Segunda Guerra Mundial, al imponerse al Tercer Reich en la batalla de Stalingrado (1942-1943); y que luego disputó, en una muestra sin par de energía política, durante 40 años la hegemonía mundial con EE.UU. No se comprende a Rusia hoy sin advertir que la Unión Soviética cayó en 1991 mientras mantenía intacta su estructura de defensa, incluso el arsenal misilístico de cabeza nuclear con el que disputaba la primacía estratégica con EE.UU. La importancia de Vladimir Putin en la historia rusa es porque ha reconstruido el Estado en los últimos 15 años. Lo hizo mediante una cultura estratégica forjada en 1500 años de historia, fundada en las nociones de hegemonía, poder e imperio, luego universalizadas en la etapa soviética por las figuras de Lenin y Stalin.
Es lo que Raymond Aron denomina el “hecho ruso”.
Putin carece de un plan estratégico integral en la crisis ucraniana. Actúa sobre la premisa de que, en caso de conflicto, “(…)primero combato, y después veo”, que fue lo que hizo tras el derrocamiento del presidente Victor Yanukovich en Kiev. Ahora, tras anexar Crimea, Putin ha propuesto un acuerdo político, cuyos rasgos esenciales son los siguientes: neutralidad de Ucrania, lo que implica el rechazo a toda posible adscripción a la OTAN; estructura federal y parlamentaria, desechando el sistema presidencialista y centralizado actual; y ratificación de que el ruso es la segunda lengua oficial.
Por eso sugiere crear un “grupo de apoyo internacional” (Rusia, UE, EE.UU.), que garantice la “soberanía, integridad territorial y neutralidad de Ucrania”, y del que participen todas sus fuerzas políticas y regionales.
Esta oferta caracteriza el conflicto como la obra de una “profunda crisis del Estado ucraniano”, que ha provocado una aguda polarización y un drástico agravamiento de los antagonismos domésticos.
Está descartado el uso de la fuerza militar por Occidente.
Así, Putin domina el espacio y tiene el tiempo a su favor. Significa que se encuentra en situación de fuerza y lleva las de ganar. George F. Kennan señaló que la política exterior rusa, incluyendo la fase soviética, muestra dos rasgos permanentes: su afirmación como gran potencia, con independencia del encuadre internacional; y el reclamo constante de hegemonía en su cinturón exterior.
La preocupación rusa por su status internacional -agrega Kennan- está en relación inversa con su honda inseguridad doméstica; resultado de invasiones letales y de profunda vulnerabilidad social y económica. La ausencia de Rusia de la historia mundial como gran potencia es una rareza histórica propia de las últimas dos décadas. Ahora, gracias a la nueva estructura del poder global, esa rareza histórica se ha corregido.
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Diario "Clarín". Buenos Aires, 6 de marzo de 2014.

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Ucrania acusó a Rusia y pidió ayuda a EE.UU. y a la ONU

EL NUEVO GOBIERNO EN KIEV El nuevo gobierno de Kiev denunció que unos 2.000 soldados pro rusos tomaron aeropuertos de Crimea. Y reclamó a Washington que garantice su soberanía. El Kremlin niega su participación.

  • María Laura Avignolo
Ucrania se está convirtiendo rápidamente en una crisis global, con los líderes europeos presionando por teléfono al presidente ruso, Vladimir Putin, para impedir que una revolución en una ex república soviética se transforme en un conflicto armado de imprevisibles consecuencias. Anoche, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas se reunió en Nueva York a pedido de Ucrania para analizar las derivaciones de la crisis.
El último elemento de tensión lo crearon ayer diez helicópteros rusos al sobrevolar Crimea mientras comandos armados pro rusos mantenían la ocupación militar de dos aeropuertos en Crimea. Moscú negó que se tratase de sus tropas, pero Ucrania consideró el hecho como una “invasión armada” y su presidente interino, Olexandre Turchinov, detalló por la noche que se trataba de 2.000 soldados rusos aerotransportados. Entretanto, el espacio aéreo en Crimea permanecía cerrado para la aviación civil y Ucrania estudiaba decretar el “estado de emergencia”.
La gravedad de la situación mereció la atención pública del presidente Barack Obama, quien dijo estar “profundamente preocupado” por los informes sobre actividades de militares rusos en Ucrania. El líder de la Casa Blanca advirtió a su colega, Vladimir Putin, que cualquier violación de la soberanía de ese país tendría “costos” (ver “Obama advierte...”).
Ayer, en tanto, reapareció el ex presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, quien en una conferencia de prensa negó haber escapado de Kiev. Tras insistir en que sigue siendo el legítimo presidente de Ucrania, se mostró “sorprendido” por el silencio de Putin. “Me pregunto por qué está tan reservado, por qué guarda silencio”, se interrogó ante los periodistas.
Tras recibir llamados del primer ministro británico, David Cameron, y de la canciller alemana, Angela Merkel, Putin llamó sin embargo a “un rápido retorno a la normalidad” después de su conversación ante preocupados y exasperados líderes europeos.
La Unión Europea ofreció un pacto comercial a Ucrania, que están dispuestos a firmar ahora, en medio de una tensión tan creciente que puede degenerar en un conflicto bélico global. El líder opositor ucraniano Vitaly Klitschko dijo a la BBC que Rusia está escalando deliberadamente las tensiones en Crimea. Los ucranianos de Kiev desconfían de cada acción de Putin y han pedido pública ayuda a Estados Unidos y Gran Bretaña como garantes de la soberanía del país al haber firmado con Kiev un tratado de protección en 1994, luego de su independencia de la ex Unión Soviética.
El temor a una guerra civil y a una operación militar rusa en Crimea se intensificó en las últimas horas. Ucrania acusó a Rusia de haber lanzado una “invasión armada” contra el país ayer por la mañana, después de que unos 50 hombres armados en uniformes de combate, que se identificaron como rusos, ocuparan dos aeropuertos en las cercanías de Sebastopol durante la noche. Se instalaron fuertemente pertrechados en la terminal doméstica del aeropuerto de Simferopol, la capital de Crimea, e izaron la bandera rusa. Lo mismo sucedió en otro aeropuerto menor.
Otro grupo armado que había invadido el Parlamento y otros edificios gubernamentales el jueves continuaba ayer en su interior, con armas y lanzacohetes y rodeados por la policía surgida tras la rebelión popular en Kiev. “Crimea es Rusia” dice una bandera, que han colgado desde el edificio.
El ministro del Interior interino ucraniano, Arsen Avakov, dijo que no hubo combates en la ocupación ni enfrentamientos, cuando supuestos militares de la flota naval rusa en Sebastopol tomaron dos aeropuertos cercano a su base.
“Yo estimo que lo que ha pasado es una invasión armada y una ocupación en violación de todos los acuerdos y normas”, dijo Avakov en su página de Facebook. Lo consideró “una provocación” y llamó al “diálogo”. El presidente interino ucraniano Turchinov había advertido que cualquier movimiento fuera de la base rusa en Sebastopol iba a ser considerado como “una agresión militar”.
El canciller polaco Radoslaw Sikorski, quien fue uno de los negociadores con los cancilleres europeos del acuerdo entre la oposición y el líder ucraniano hoy prófugo que concluyó el sitio a la plaza Independiencia en Kiev, la semana pasada, dijo que la ocupación es un paso drástico “que puede escalar a una guerra”.
Crimea, sede de los pro rusos en Ucrania, llamó ayer a un referéndum por la autonomía, después que un grupo armado con rifles y lanzacohetes favorable a Moscú ocupara el Parlamento.

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Obama advierte a Moscú que una intervención tendrá consecuencias

Diario "Clarín". Buenos Aires, 1 de marzo de 2014.

EL NUEVO GOBIERNO EN KIEV”Habrá costos”, amenazó el presidente de EE.UU. Y se mostró “profundamente preocupado” por los movimientos militares rusos.

La tensa situación que vive Ucrania por el despliegue de soldados rusos en Crimea generó preocupación en las potencias occidentales, quienes salieron en bloque a respaldar al flamante gobierno pro europeo instalado en Kiev. La posición más enérgica la adoptó Estados Unidos, cuyo presidente Barack Obama advirtió a Rusia que cualquier violación de soberanía de ese país será “ profundamente desestabilizadora ” y tendrá consecuencias.
En un lenguaje duro, el mandatario sostuvo que su gobierno “se coloca junto a la comunidad internacional al afirmar que habrá costos de existir cualquier intervención militar en Ucrania ”, ya que implica una violación de las leyes internacionales. “Estamos actualmente profundamente preocupados por informes sobre movimientos militares adoptados por la Federación Rusa dentro de Ucrania”, afirmó.
Previamente se había reunido a puertas cerradas el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para escuchar el informe del embajador ucraniano en ese organismo, Iuri Sergueyev. El diplomáticos señaló en el encuentro que el aumento de la presencia militar rusa en Crimea representaba “un desafío para la seguridad y la paz en la región”.
El primer ministro británico, David Cameron, mantuvo ayer una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, en la que le transmitió su inquietud por el giro que habían tomado los acontecimientos, y le remarcó la necesidad de que Ucrania mantenga su “integridad territorial” actual.
La misma posición adoptó la canciller alemana Angela Merkel. Llamó al mandatario ruso para pedirle “moderación” y que evite “cualquier paso que pueda contribuir a una escalada” de la crisis en la región.
Esta postura fue respaldada por los cancilleres de Canadá, Francia y Polonia, países que temen actitudes más hostiles por parte de Moscú. Todos los diplomáticos hicieron hincapié en respetar la “soberanía” de la ex república soviética.
Al mismo tiempo apelaron a que todas las partes cesen cualquier acción que pudiera alterar la tregua reinante.

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Obama advierte a Moscú que una intervención tendrá consecuencias

Diario "Clarín". Buenos Aires, 1 de marzo de 2014.

EL NUEVO GOBIERNO EN KIEV”Habrá costos”, amenazó el presidente de EE.UU. Y se mostró “profundamente preocupado” por los movimientos militares rusos.

La tensa situación que vive Ucrania por el despliegue de soldados rusos en Crimea generó preocupación en las potencias occidentales, quienes salieron en bloque a respaldar al flamante gobierno pro europeo instalado en Kiev. La posición más enérgica la adoptó Estados Unidos, cuyo presidente Barack Obama advirtió a Rusia que cualquier violación de soberanía de ese país será “ profundamente desestabilizadora ” y tendrá consecuencias.
En un lenguaje duro, el mandatario sostuvo que su gobierno “se coloca junto a la comunidad internacional al afirmar que habrá costos de existir cualquier intervención militar en Ucrania ”, ya que implica una violación de las leyes internacionales. “Estamos actualmente profundamente preocupados por informes sobre movimientos militares adoptados por la Federación Rusa dentro de Ucrania”, afirmó.
Previamente se había reunido a puertas cerradas el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para escuchar el informe del embajador ucraniano en ese organismo, Iuri Sergueyev. El diplomáticos señaló en el encuentro que el aumento de la presencia militar rusa en Crimea representaba “un desafío para la seguridad y la paz en la región”.
El primer ministro británico, David Cameron, mantuvo ayer una conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin, en la que le transmitió su inquietud por el giro que habían tomado los acontecimientos, y le remarcó la necesidad de que Ucrania mantenga su “integridad territorial” actual.
La misma posición adoptó la canciller alemana Angela Merkel. Llamó al mandatario ruso para pedirle “moderación” y que evite “cualquier paso que pueda contribuir a una escalada” de la crisis en la región.
Esta postura fue respaldada por los cancilleres de Canadá, Francia y Polonia, países que temen actitudes más hostiles por parte de Moscú. Todos los diplomáticos hicieron hincapié en respetar la “soberanía” de la ex república soviética.
Al mismo tiempo apelaron a que todas las partes cesen cualquier acción que pudiera alterar la tregua reinante.

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La crisis de Ucrania golpea los mercados, en especial el de Rusia

Por  y   | The wall Street Journal Americas
 
El rublo cayó a un mínimo histórico y la bolsa de Rusia se desplomó el lunes conforme los gobiernos occidentales advirtieron que podrían imponer duras sanciones si el Kremlindecidiera ocupar Ucrania.
La crisis geopolítica impulsó los precios del petróleo y los granos e hizo que los inversionistas se abalanzaran sobre activos considerados seguros como el oro y se desprendieran de sus posiciones en acciones.
Los países con lazos económicos más estrechos con Rusia, como Alemania, fueron los más perjudicados. El DAX, el índice de referencia de la Bolsa de Fráncfort, cayó 3,4%. En Estados Unidos, el Promedio Industrial Dow Jones perdió 0,9% para quedar en 16.168 puntos, mientras que el S&P 500 retrocedió 0,7% y se ubicó en 1.845,73 unidades.
El mayor castigo, sin embargo, fue absorbido por la propia Rusia. El rublo se desplomó a un mínimo histórico frente al dólar y el euro. El banco central intentó frenar el éxodo al subir las tasas de interés, pero sólo logró un éxito parcial. El índice bursátil de referencia Micex terminó con un descenso de 11%. Las acciones de la energética Gazprom, que tiene una alta ponderación en el indicador, cayeron 14%.
"Los primeros riesgos de los que están escapando los inversionistas son los de Ucrania y Rusia", sostuvo Paul Lambert, director de divisas en Insight Investment en Londres, que administra alrededor de US$450.000 millones en activos.
Las tensiones con Occidente podrían afectar seriamente a la economía del país. Datos divulgados el lunes mostraron que el sector manufacturero ruso se contrajo por cuarto mes consecutivo.
La drástica alza de las tasas de interés decretada por el Banco de Rusia para contener el derrumbe del rublo podría llevar a la economía a la recesión si se prolonga demasiado. El impacto, sin embargo, podría ser amortiguado por los altos precios del petróleo. Rusia es uno de los mayores exportadores de energía del mundo.
Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, manifestó el lunes que el impacto directo de la crisis de Ucrania en el continente sería relativamente limitado, aunque añadió que "las dimensiones geopolíticas" de la crisis podrían tener efectos que "van más allá de los vínculos reales".
Hasta el momento, sin embargo, la presión occidental sobre Moscú se ha limitado a la retórica y la cancelación de reuniones, incluyendo los preparativos para la reunión del Grupo de los Ocho prevista para junio en Sochi. La ambivalencia de la Unión Europea refleja la dificultad de usar las sanciones en forma efectiva contra Rusia, el mayor productor de energía del mundo y uno de los principales socios comerciales e inversionistas en numerosos países europeos.
Las caídas bursátiles también afectaron a empresas occidentales como la automotriz francesa Renault SA, la cervecera danesa Carlsberg A/S y la petrolera británica BP PLC.
"Rusia es un mercado muy importante para nosotros, lo que va mucho más allá de las condiciones puramente de negocios", observó Johan de Nysschen, presidente ejecutivo de Infiniti, una marca de Nissan. El ejecutivo agregó que la empresa seguía los acontecimientos "con mucho cuidado".
El interés del bono de Ucrania a 10 años denominado en dólares trepó a 10,33%. El retorno del bono ucraniano en dólares que vence en 2014, aumentó 17 puntos porcentuales a 43%, según Tradeweb. Los precios y los rendimientos de los bonos se mueven en direcciones opuestas.
A su vez, la moneda ucraniana, la grivna, se cotizó a unas 10 unidades contra el dólar y acumula una devaluación de cerca de 22% desde inicios del año.
"No es probable que esta incertidumbre se disipe pronto", indicó Rob Drijkoningen, codirector de deuda de mercados emergentes de la firma de valores Neuberger Bergman. "Ucrania enfrenta algunos problemas económicos importantes, falta de crecimiento, una moneda sobrevalorada y decrecientes reservas de divisa extranjera, pero si se toman en cuenta los sucesos más recientes, la atención del nuevo gobierno se ha centrado en lidiar con Rusia más que en resolver los desequilibrios", añadió. Drijkoningen posee menos bonos de Ucrania en relación a su ponderación en índices de referencia. También apostó contra el rublo ruso y aumentó esa apuesta la semana pasada.
Los antecedentes históricos, no obstante, sugieren que las caídas de las bolsas podrían ser efímeras, al menos en EE.UU.
Sam Stovall, estratega jefe de renta variable de S&P Capital IQ realizó un amplio estudio el año pasado sobre la reacción de las acciones estadounidenses desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a acontecimientos extremos como guerras, asesinatos, colapsos financieros o atentados terroristas. Los 14 ejemplos que menciona tienen un hilo en común: inicialmente se produce una venta generalizada, pero las acciones pronto repuntan y recuperan sus pérdidas.
En agosto de 2008, por ejemplo, la guerra entre Rusia y Georgia no causó un gran impacto en las bolsas de EE.UU. El índice S&P 500 cayó 1,8% el 7 de agosto de 2008, el primer día del conflicto armado. El mercado recuperó esas pérdidas el día siguiente y cerró el mes con un alza.
La Primavera Árabe comenzó en diciembre de 2010 y, en última instancia, desembocó en el derrocamiento de los líderes de países como Egipto, Libia y Túnez, entre otros. El S&P 500 retrocedió 3,1% en agosto, pero repuntó 3,8% y cerró el año con un alza de 30%, un máximo histórico.
Lo que hay que tener en cuenta en relación al impacto del conflicto de Ucrania en los mercados estadounidenses es que, al menos con la información que está disponible en la actualidad, las ventas pueden ser pronunciadas, pero lo más probable es que no duren mucho tiempo..
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Temor a una guerra / Moscú mantiene su desafío

Ucrania denunció un ultimátum de Rusia para que se rinda en Crimea

El Kremlin desmintió la amenaza, pero envió más fuerzas y equipos militares a la península; la protesta prorrusa se extiende; crece la presión de EE.UU. y la UE
KIEV.- La ofensiva rusa en Crimea no se detiene y amenaza con transformarse en un conflicto mundial. En lo que podría ser un dramático giro de la crisis, las autoridades de Ucrania denunciaron ayer que recibieron un ultimátum para que sus fuerzas se rindan en Crimea, la estratégica península que fue copada por militares rusos durante los últimos días.
El Kremlin, sin embargo, desmintió la información, pero no dio ni un paso atrás en su desafío y dijo que la toma de Crimea respondía a un pedido del depuesto presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich. Hasta ahora cruzados de brazos ante la invasión de un país que estaba negociando su ingreso a la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) amagaron ayer con pasar a la acción y sancionar a Rusia. Así, la crisis amenaza con convertirse en el mayor conflicto entre Rusia y Occidente desde la caída del muro de Berlín, en 1989.
"El ultimátum ruso pide reconocer las nuevas autoridades de Crimea, deponer nuestras armas e irnos o prepararnos para un asalto", denunció el vocero del Ministerio de Defensa ucraniano, Vladyslav Seleznyov, que precisó que el ultimátum vencía en la madrugada de hoy. Según la agencia Interfax, la amenaza fue lanzada por el comandante de la flota rusa del Mar Negro, Alexander Vitko.
Horas después, sin embargo, una fuente de la flota rusa calificó de "absurdo total" la noticia del supuesto asalto inminente. "Estamos acostumbrados a que nos acusen a diario de usar la fuerza contra nuestros colegas ucranianos", agregó.
La península de Crimea está desde el sábado ocupada de facto por comandos armados con apoyo de Moscú, que izaron la bandera rusa en los edificios oficiales e impiden que las tropas ucranianas salgan de sus cuarteles.
En las últimas horas, además, el presidente Vladimir Putin envió diez helicópteros de combate y ocho aviones de transporte a la zona, donde ya desplegó, según Kiev, más de 16.000 soldados.
Escalada
Ante el temor a un ataque inminente, Estados Unidos y la UE amenazaron ayer con imponer sanciones a Rusia si el país no revé la ocupación tácita de Crimea.
"Si Rusia continúa en la trayectoria actual, Estados Unidos tomará una serie de medidas económicas y diplomáticas para aislar a Rusia", dijo el presidente Barack Obama, que describió la actual situación en la que se encuentra la península de Crimea como "muy preocupante" .
"Rusia no puede hacer uso impune de sus soldados y violar principios fundamentales de vigencia mundial", agregó Obama.
Poco antes, los ministros de Exterior de la UE, reunidos en Bruselas, también habían amenazado con imponer sanciones a Rusia si su gobierno continúa ejerciendo presión militar sobre Ucrania, en una declaración que advierte que las estrategias aplicadas tendrían "consecuencias" para las relaciones bilaterales entre Bruselas y Moscú.
Esas consecuencias podrían tomar forma en la cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de gobierno convocada para pasado mañana, en Bruselas.
Ayer, en tanto, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) comenzó, a pedido de Moscú, una nueva reunión de urgencia sobre la crisis en Ucrania, el tercer encuentro de este tipo en cuatro días.
Lejos de amedrentarse, desde Ginebra el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, denunció las amenazas de "sanciones" y "boicots" de Occidente y justificó la acción de Rusia en Ucrania, al sostener que los ultranacionalistas amenazan "la vida y los intereses regionales de los rusos y de la población que habla ruso". La mayoría de la población de Crimea es de origen ruso y recibió como héroes a las tropas invasoras.
Mientras crecía el cruce verbal de acusaciones , Oleksander Turchinov, presidente interino de Ucrania, advirtió que la presencia militar rusa en la región de Crimea continúa aumentando e instó a Moscú a detener lo que calificó una agresión. "La situación en Crimea sigue siendo tensa y la presencia militar de Rusia está creciendo", dijo Turchinov, que hoy recibirá al secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Ayer, además, el apoyo a Moscú y el deseo de independizarse de Kiev con un referéndum se extendió a las ciudades de Donetsk (este), bastión de Yanukovich, donde unos 300 manifestantes asaltaron la delegación del gobierno central, y a Odessa (sur), donde manifestantes prorrusos asaltaron y tomaron la sede del Parlamento regional.
Allí, los manifestantes exigieron a los diputados que desobedezcan a las nuevas autoridades de Kiev, a las que acusan de haber tomado el poder en un golpe de Estado cuando depusieron hace nueve días a Yanukovich, por su intención de reforzar sus lazos con Moscú.

Para Merkel, Putin "vive en otro mundo"

Sin pelos en la lengua, la canciller alemana, Angela Merkel, le comentó con ira al presidente norteamericano, Barack Obama, durante una conversación telefónica, que en su opinión "Vladimir Putin perdió contacto con la realidad".
El comentario apareció en el diario The New York Times y también fue reproducido por la versión digital de la publicación alemana Bild, que agregó que, en opinión de Merkel, el presidente ruso "vive en otro mundo".
A través de su vocero, Steffen Seibert, Merkel -que no desmintió las publicaciones- reiteró ayer la posición del gobierno alemán, al sostener que "el comportamiento de Rusia en Crimea es inaceptable" y está cometiendo una "violación del derecho internacional" y del memorándum de Budapest que Ucrania firmó en 1994 sobre el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares..
Agencias AP, AFP, EFE, DPA y ANSA
Del editor: cómo sigue.
Mientras Occidente da vueltas en un juego verbal, Putin actúa; sus tropas parecen haber llegado a Crimea para quedarse.
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Opinión

Restaurar el orgullo de Rusia, la obsesión que ciega a Putin

Por   | The New York Times
NUEVA YORK.- Para Vladimir Putin, la ruptura de la Unión Soviética fue "la mayor catástrofe geopolítica" del siglo XX. Todos tenemos algo que nos revuelve el estómago. La obsesión de Putin es restaurar el orgullo de Rusia restaurando su imperio sobre las naciones.
La toma de la península de Crimea por parte de los rusos, una clara violación de la misma legislación internacional que a Putin tanto le gusta invocar, convirtió a Ucrania en el polvorín de Europa. Los fantasmas de Sarajevo y los Sudetes siguen asolando a los europeos. Putin dice que está protegiendo a los rusohablantes de los usurpadores de Kiev, un gobierno proeuropeo compuesto, según Moscú, por agentes encubiertos del voraz Occidente, cuyas palabras de libertad son un mero camuflaje para sus intereses.
Eso es un invento, un "bolazo" ruso, en palabras del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Vale la pena recordar que el catalizador de esta crisis no fue una supuesta incorporación de Ucrania a la Unión Europea. No fue una supuesta incorporación de Ucrania a la OTAN. No fue alguna amenaza contra la flota rusa en el Mar Negro de Crimea. El catalizador, con toda la banalidad que esto encierra, fue el acuerdo comercial que Kiev y la Unión Europea planeaban firmar.
Ésa fue la mojarrita que Putin infló hasta convertir en ballena cuando intentó torcerle al brazo a Ucrania para que rechazara el acuerdo, un curso de acción que el presidente ruso ya ha seguido y con igual vehemencia imperial con muchos de sus vecinos. En esta ocasión, sin embargo, la gente se rebeló y obligó al chapucero presidente ucraniano, el sibarita de gatillo fácil Viktor Yanukovich, a volar a los brazos de su patrón ruso.
El mensaje que envía Putin al presidente Obama y a Occidente con la toma de Crimea es transparente: ni un paso más.
Tras la ampliación de la OTAN a los países bálticos (y hasta qué punto es crucial ahora la protección de la OTAN para Lituania, Estonia y Letonia), tras la apertura de la Unión Europea a países como Polonia y Rumania (liberados, como los Estados bálticos, del imperio soviético), tras la lección de humildad de la OTAN a Serbia (la aliada cristiana ortodoxa de Rusia), tras la sensación de Occidente de que Rusia había manipulado el mandato de las Naciones Unidas sobre Libia para hacer lo que quería, después de todas estas cosas, el presidente ruso está diciendo, como ya lo había dejado en claro en Siria: "Juego terminado".
Pero éste no es ningún juego. La obsesión de Putin con el orden mundial del siglo XX, con rebobinar el reloj hasta antes de la "catástrofe", le impide ver el apasionado apego a sus propias nacionalidades que tienen los Estados liberados de la rígida sujeción soviética. La jugada ucraniana de Putin revela una grotesca amnesia.
Fue en Ucrania donde a principios de la década de 1930 Stalin eligió conducir su primer experimento de "utopía" agraria, con la colectivización de la tierra, la guerra contra los kuláks por los granos y la definitiva aniquilación de la forma de subsistencia de los campesinos ucranianos. Como resultado, en 1933 llegó la hambruna. Varios millones perdieron la vida. Más tarde, los nazis cometieron en Ucrania sus peores atrocidades, con igual desprecio por la sola idea de su independencia. Y ahí murieron varios millones más.
Pensar, por ejemplo, que la Alemania actual (una idea inverosímil) pudiese avanzar sobre el oeste de Polonia con el argumento de proteger a los de origen alemán que viven allí nos da una idea de la ofensa histórica que Putin les infligió a muchos ucranianos, y del temor que infunde en otras naciones con minorías rusas y un lúgubre recuerdo de Moscú, como Lituania.
Obama dijo que Putin pagará el precio. Kerry habló de "un enorme precio". Pero los errores de Obama con Siria suscribieron el envalentonamiento y la sensación de impunidad de Putin. Ahora, las opciones son limitadas. Estamos en la Era de la Reticencia, el poderío norteamericano sigue dominando, pero ya no es determinante. Estados Unidos se ha replegado sobre sí mismo.
Desde 1945, la seguridad y la prosperidad norteamericanas están ligadas a la difusión de la libertad en una Europa integrada y libre. Es vital para los intereses de Estados Unidos que esto no se revierta.
Si Ucrania fuera sojuzgada nuevamente por Moscú, o desmembrada por la anexión de Crimea a Rusia, en violación de los compromisos suscriptos por los rusos en 1994, Obama sería quien presida el declive de ese lazo transatlántico. Cambiar de eje y enfocarse en Asia no puede implicar el abandono de Ucrania. Obama debe hacer valer toda forma de presión diplomática, comercial y económica y aislar a Putin.
Obama podría decir: "Tenemos que recurrir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas [...]. La ley sigue siendo la ley, y debemos ceñirnos a ella, nos guste o no. Bajo la actual legislación internacional, el uso de la fuerza sólo está permitido en defensa propia o por decisión del Consejo de Seguridad. Cualquier otra cosa es inaceptable bajo la Carta de las Naciones Unidas y constituiría un acto de agresión". Esas palabras, por supuesto, son de Putin. Las usó para referirse a Siria.
Traducción de Jaime Arrambide.
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Opinión

Restaurar el orgullo de Rusia, la obsesión que ciega a Putin

Por   | The New York Times
NUEVA YORK.- Para Vladimir Putin, la ruptura de la Unión Soviética fue "la mayor catástrofe geopolítica" del siglo XX. Todos tenemos algo que nos revuelve el estómago. La obsesión de Putin es restaurar el orgullo de Rusia restaurando su imperio sobre las naciones.
La toma de la península de Crimea por parte de los rusos, una clara violación de la misma legislación internacional que a Putin tanto le gusta invocar, convirtió a Ucrania en el polvorín de Europa. Los fantasmas de Sarajevo y los Sudetes siguen asolando a los europeos. Putin dice que está protegiendo a los rusohablantes de los usurpadores de Kiev, un gobierno proeuropeo compuesto, según Moscú, por agentes encubiertos del voraz Occidente, cuyas palabras de libertad son un mero camuflaje para sus intereses.
Eso es un invento, un "bolazo" ruso, en palabras del secretario de Estado norteamericano, John Kerry.
Vale la pena recordar que el catalizador de esta crisis no fue una supuesta incorporación de Ucrania a la Unión Europea. No fue una supuesta incorporación de Ucrania a la OTAN. No fue alguna amenaza contra la flota rusa en el Mar Negro de Crimea. El catalizador, con toda la banalidad que esto encierra, fue el acuerdo comercial que Kiev y la Unión Europea planeaban firmar.
Ésa fue la mojarrita que Putin infló hasta convertir en ballena cuando intentó torcerle al brazo a Ucrania para que rechazara el acuerdo, un curso de acción que el presidente ruso ya ha seguido y con igual vehemencia imperial con muchos de sus vecinos. En esta ocasión, sin embargo, la gente se rebeló y obligó al chapucero presidente ucraniano, el sibarita de gatillo fácil Viktor Yanukovich, a volar a los brazos de su patrón ruso.
El mensaje que envía Putin al presidente Obama y a Occidente con la toma de Crimea es transparente: ni un paso más.
Tras la ampliación de la OTAN a los países bálticos (y hasta qué punto es crucial ahora la protección de la OTAN para Lituania, Estonia y Letonia), tras la apertura de la Unión Europea a países como Polonia y Rumania (liberados, como los Estados bálticos, del imperio soviético), tras la lección de humildad de la OTAN a Serbia (la aliada cristiana ortodoxa de Rusia), tras la sensación de Occidente de que Rusia había manipulado el mandato de las Naciones Unidas sobre Libia para hacer lo que quería, después de todas estas cosas, el presidente ruso está diciendo, como ya lo había dejado en claro en Siria: "Juego terminado".
Pero éste no es ningún juego. La obsesión de Putin con el orden mundial del siglo XX, con rebobinar el reloj hasta antes de la "catástrofe", le impide ver el apasionado apego a sus propias nacionalidades que tienen los Estados liberados de la rígida sujeción soviética. La jugada ucraniana de Putin revela una grotesca amnesia.
Fue en Ucrania donde a principios de la década de 1930 Stalin eligió conducir su primer experimento de "utopía" agraria, con la colectivización de la tierra, la guerra contra los kuláks por los granos y la definitiva aniquilación de la forma de subsistencia de los campesinos ucranianos. Como resultado, en 1933 llegó la hambruna. Varios millones perdieron la vida. Más tarde, los nazis cometieron en Ucrania sus peores atrocidades, con igual desprecio por la sola idea de su independencia. Y ahí murieron varios millones más.
Pensar, por ejemplo, que la Alemania actual (una idea inverosímil) pudiese avanzar sobre el oeste de Polonia con el argumento de proteger a los de origen alemán que viven allí nos da una idea de la ofensa histórica que Putin les infligió a muchos ucranianos, y del temor que infunde en otras naciones con minorías rusas y un lúgubre recuerdo de Moscú, como Lituania.
Obama dijo que Putin pagará el precio. Kerry habló de "un enorme precio". Pero los errores de Obama con Siria suscribieron el envalentonamiento y la sensación de impunidad de Putin. Ahora, las opciones son limitadas. Estamos en la Era de la Reticencia, el poderío norteamericano sigue dominando, pero ya no es determinante. Estados Unidos se ha replegado sobre sí mismo.
Desde 1945, la seguridad y la prosperidad norteamericanas están ligadas a la difusión de la libertad en una Europa integrada y libre. Es vital para los intereses de Estados Unidos que esto no se revierta.
Si Ucrania fuera sojuzgada nuevamente por Moscú, o desmembrada por la anexión de Crimea a Rusia, en violación de los compromisos suscriptos por los rusos en 1994, Obama sería quien presida el declive de ese lazo transatlántico. Cambiar de eje y enfocarse en Asia no puede implicar el abandono de Ucrania. Obama debe hacer valer toda forma de presión diplomática, comercial y económica y aislar a Putin.
Obama podría decir: "Tenemos que recurrir al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas [...]. La ley sigue siendo la ley, y debemos ceñirnos a ella, nos guste o no. Bajo la actual legislación internacional, el uso de la fuerza sólo está permitido en defensa propia o por decisión del Consejo de Seguridad. Cualquier otra cosa es inaceptable bajo la Carta de las Naciones Unidas y constituiría un acto de agresión". Esas palabras, por supuesto, son de Putin. Las usó para referirse a Siria.
Traducción de Jaime Arrambide.

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Putin afirmó que usará la fuerza como “último recurso”

Diario "Clarín". Buenos Aires, 5 de marzo de 2014.

CRISIS UCRANIANA El presidente ruso dijo que la posición de Moscú es legítima, pero alivió el clima bélico. Sostuvo que en Ucrania hubo un golpe y que no retrocederá en la defensa de los intereses de sus ciudadanos.
Con un discurso desafiante, el presidente ruso Vladimir Putin decidió romper el silencio que había mantenido desde el comienzo de la crisis en Ucrania. Durante una conferencia de prensa, sostuvo ayer que en la vecina nación hubo “un golpe de Estado contra un gobierno democráticamente elegido” y advirtió que “tiene derecho de apelar a la fuerza” para defender a los rusos que allí viven, aunque, aliviando un poco el clima bélico de las últimas horas, señaló que ese sería “el último recurso”. El líder del Kremlin negó haber mandado tropas a la crítica zona de Crimea, pese a que varias fotos muestran allí a miles de soldados con uniformes similares a los que tiene su Ejército.
Por momentos tranquilo, en otros tenso, pero siempre seguro de sí mismo, el líder ruso compareció en un encuentro con la prensa difundido por TV para justificar una intervención militar rusa no declarada y que hizo saltar la alarma mundial. “¿Cuál puede ser el motivo para el uso de las fuerzas armadas? Por supuesto, un caso extremo”, conjeturó.
Con una retórica amenazante, el ex agente de la KGB advirtió en contra de la imposición de sanciones con las que amenazaron la semana pasada la Unión Europea y EE.UU. “ Quien piense en sanciones debe ser consciente también de las consecuencias”, señaló, sin evaluar que el 50% de los negocios que mantiene Rusia hacia afuera son precisamente con Europa.
“Ya tenemos una petición del presidente (en referencia al depuesto Viktor Yanukovich) para intervenir. Y si vemos que la ilegalidad se extiende también a las regiones del este, si la gente nos pide ayuda, nos reservamos el uso de todas las opciones a nuestra disposición para proteger a esos ciudadanos”, señaló.
En respuesta a los que condenan cualquier uso de la fuerza en Ucrania, Putin insistió en que sería “legítima y dentro del marco de la legislación internacional”. “Incluso si tomamos la decisión de emplear las fuerzas armadas, será legítima”, dijo.
Putin aseguró que no mandó tropas a Crimea y que quienes tomaron el control de la península son “fuerzas locales de autodefensa”. Esas afirmaciones están en línea con las autoridades rusas, que niegan haber desplegado grupos militares. Pero, según múltiples testimonios, los soldados en Crimea utilizan uniformes y patentes del Ejército ruso, aunque no llevan insignias ni banderas distintivas.
En la crítica península está la base naval de guerra rusa en el Mar Negro y también un destacamento de más de 20.000 hombres. A esos soldados en los últimos días se le habrían agregado unos 6.000.
Cuando le preguntaron por las sanciones con las que amenazó Occidente y una posible expulsión de Rusia del G8, Putin contraatacó recordando a estos países que muchas de las guerras en las que actuaron fueron ilegítimas. “Nos acusan de ilegitimidad de nuestras acciones. Y si les pregunto si creen que todo lo que hacen es legítimo, me responden que sí. Entonces les tengo que recordar las acciones de Estados Unidos en Afganistán, Irak, Libia”, enumeró.
La crisis en Ucrania comenzó luego de un fuerte ajuste y de que Yanukovich se negara a firmar un acuerdo de asociación con la UE. Tras grandes protestas que dejaron más de 100 muertos, el mandatario abandonó el país. Moscú respondió con la movilización de tropas en Crimea.

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Diario "La Nación". Buenos Aires, 4 de marzo de 2014.

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Putin afirmó que usará la fuerza como “último recurso”

CRISIS UCRANIANA El presidente ruso dijo que la posición de Moscú es legítima, pero alivió el clima bélico. Sostuvo que en Ucrania hubo un golpe y que no retrocederá en la defensa de los intereses de sus ciudadanos.

Con un discurso desafiante, el presidente ruso Vladimir Putin decidió romper el silencio que había mantenido desde el comienzo de la crisis en Ucrania. Durante una conferencia de prensa, sostuvo ayer que en la vecina nación hubo “un golpe de Estado contra un gobierno democráticamente elegido” y advirtió que “tiene derecho de apelar a la fuerza” para defender a los rusos que allí viven, aunque, aliviando un poco el clima bélico de las últimas horas, señaló que ese sería “el último recurso”. El líder del Kremlin negó haber mandado tropas a la crítica zona de Crimea, pese a que varias fotos muestran allí a miles de soldados con uniformes similares a los que tiene su Ejército.
Por momentos tranquilo, en otros tenso, pero siempre seguro de sí mismo, el líder ruso compareció en un encuentro con la prensa difundido por TV para justificar una intervención militar rusa no declarada y que hizo saltar la alarma mundial. “¿Cuál puede ser el motivo para el uso de las fuerzas armadas? Por supuesto, un caso extremo”, conjeturó.
Con una retórica amenazante, el ex agente de la KGB advirtió en contra de la imposición de sanciones con las que amenazaron la semana pasada la Unión Europea y EE.UU. “ Quien piense en sanciones debe ser consciente también de las consecuencias”, señaló, sin evaluar que el 50% de los negocios que mantiene Rusia hacia afuera son precisamente con Europa.
“Ya tenemos una petición del presidente (en referencia al depuesto Viktor Yanukovich) para intervenir. Y si vemos que la ilegalidad se extiende también a las regiones del este, si la gente nos pide ayuda, nos reservamos el uso de todas las opciones a nuestra disposición para proteger a esos ciudadanos”, señaló.
En respuesta a los que condenan cualquier uso de la fuerza en Ucrania, Putin insistió en que sería “legítima y dentro del marco de la legislación internacional”. “Incluso si tomamos la decisión de emplear las fuerzas armadas, será legítima”, dijo.
Putin aseguró que no mandó tropas a Crimea y que quienes tomaron el control de la península son “fuerzas locales de autodefensa”. Esas afirmaciones están en línea con las autoridades rusas, que niegan haber desplegado grupos militares. Pero, según múltiples testimonios, los soldados en Crimea utilizan uniformes y patentes del Ejército ruso, aunque no llevan insignias ni banderas distintivas.
En la crítica península está la base naval de guerra rusa en el Mar Negro y también un destacamento de más de 20.000 hombres. A esos soldados en los últimos días se le habrían agregado unos 6.000.
Cuando le preguntaron por las sanciones con las que amenazó Occidente y una posible expulsión de Rusia del G8, Putin contraatacó recordando a estos países que muchas de las guerras en las que actuaron fueron ilegítimas. “Nos acusan de ilegitimidad de nuestras acciones. Y si les pregunto si creen que todo lo que hacen es legítimo, me responden que sí. Entonces les tengo que recordar las acciones de Estados Unidos en Afganistán, Irak, Libia”, enumeró.
La crisis en Ucrania comenzó luego de un fuerte ajuste y de que Yanukovich se negara a firmar un acuerdo de asociación con la UE. Tras grandes protestas que dejaron más de 100 muertos, el mandatario abandonó el país. Moscú respondió con la movilización de tropas en Crimea.

Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia

Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia

CRISIS UCRANIANAEl Congreso de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio. Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.
Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
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El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
CRISIS UCRANIANAEl Congreso de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio. Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.
Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
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El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.

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