Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia
CRISIS UCRANIANAEl Congreso de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio.
Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto
para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente
ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los
crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también
suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La
península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a
Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio
la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación
internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
Miércoles 18 de marzo de 2015
MOSCÚ.- Durante tres meses, el museo del Kremlin acogió una exposición con un claro mensaje político: la muestra Mapa de Rusia, patrocinada por el poder,
estaba destinada a mostrar que desde el siglo XVII este país ha sido el
Estado más extenso del mundo. Símbolo de la muestra, un remarcable mapa
de 1872 que naturalmente no sólo incluye a Ucrania, sino también a
todos los territorios de Asia Central, el Cáucaso y Extremo Oriente.
En
momentos en que un incipiente y frágil cese del fuego se instala en el
este de Ucrania, después de la anexión de facto de la península de
Crimea, es legítimo preguntarse cuáles son las ambiciones geopolíticas
de Vladimir Putin."Los términos adecuados que podrían resumir «la gran estrategia rusa» que conduce actualmente el líder del Kremlin, su objetivo político y sus declinaciones territoriales son «revisionismo» y «revanchismo»", dice Dimitri Trenin, especialista del Carnegie Endowment for International Peace.
Putin mismo lo reconoce: "El derrumbe del imperio soviético representa la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX", repite desde hace años. Por esa razón está dispuesto a devolverle a su país las realidades geoestratégicas dignas de una gran potencia.
Hace poco menos de un cuarto de siglo que la Rusia soviética perdió la Guerra Fría. La URSS se dislocó dejando paso a repúblicas federativas; nacionalidades alógenas se constituyeron en Estados nacionales y Rusia recuperó las fronteras de la antigua Moscovia, conservando no obstante Siberia y el llamado Extremo Oriente ruso.
"Animado por una voluntad de revancha, Putin quiere «revisar» ese orden de cosas. Más precisamente desmontar para empujar fronteras y reconquistar territorios reivindicados, en lo que los dirigentes rusos llaman «el extranjero cercano» (el área postsoviética)", analiza Trenin.
En otras palabras, Putin y sus siloviki -esos "hombres de poder", formados como él en las oscuras filas del ex KGB- han decidido hacer de Rusia una potencia revisionista. Nadie ignora hasta qué punto semejante objetivo puede ser peligroso para la paz y el orden internacional.
Tras años de manipulación de conflictos llamados "congelados" en Moldavia y en el sur del Cáucaso, ese proyecto se materializó con la invasión militar rusa de Georgia en agosto de 2008 y la sucesiva anexión de facto de Abjasia y de Osetia del Sur. La ocupación militar de Crimea, cuya pertenencia a Ucrania es reconocida por la comunidad internacional, no hizo más que ratificarlo.
Para muchos especialistas, Crimea fue en realidad la primera etapa de un plan más vasto que sigue por las regiones orientales de Ucrania ubicadas sobre el Mar Negro.
"Habría que anticipar también una mayor presión sobre Georgia y Moldavia, dos países que decidieron firmar un acuerdo de asociación y libre comercio con la Unión Europea (UE). Y si la solidaridad geopolítica europea se fisura, después podría ser el turno de los Países Bálticos", dijo Trenin.
En el terreno táctico, Putin aprovecha las diferencias de posición de los Estados europeos y cultiva las relaciones bilaterales.
"A mediano plazo, apuesta por la pérdida de influencia de Estados Unidos en Europa. Para él, el crecimiento de China y los desafíos de la región Asia-Pacífico deberían absorber a Washington y provocar el debilitamiento de las instancias euro-atlánticas, la UE y la OTAN", afirma Yukon Huan, investigador asociado del Carnegie Moscow Center.
La "Gran Europa", evocada por la diplomacia rusa desde 2008, sería un retorno a las alianzas y contra-alianzas entre Estados europeos. En esa configuración, Rusia podría proyectar su poderío e instrumentalizar a uno contra otro.
El otro gran proyecto del líder del Kremlin es su Unión Euroasiática. Con frecuencia interpretada como un simple mercado común, con una finalidad económica y comercial, no es así como la ven Putin y sus siloviki. "La idea es la de una estructura perfectamente integrada, política y económicamente, centrada en Rusia y desde una lógica de poderío", advierte Irina Isakova en un trabajo sobre la geopolítica y geoestrategia rusa en el siglo XXI. "En el plano geográfico, la Unión Euroasiática cubriría «el extranjero cercano» y sería la expresión político-institucional de esa esfera de influencia que Rusia reivindica", prosigue.
Finalmente, ese "reunionismo" geopolítico busca dar forma a una suerte de nueva Unión Soviética, más flexible y eficaz que el modelo original. A nivel mundial, Putin intenta reconstituir una fuerza de oposición, para hacer de esa "Rusia-Eurasia" una tercera potencia, entre el polo americano-occidental y un incierto conjunto chino-asiático.
Todo ese proyecto de restauración es preocupante por numerosas razones. Pero sobre todo porque reposa en un solo hombre. "Occidente probablemente enfrenta hoy un peligro aun mayor que durante la guerra fría. Incluso durante la crisis de los misiles de Cuba en 1962, los líderes soviéticos estaban obligados a contar con la presión del Politburó y las enseñanzas de la Segunda Guerra Mundial", recuerda Isakova.
Ahora, como lo afirma el líder de los propagandistas rusos, Dimitri Kiselev, incluso la decisión de utilizar el arma nuclear "será tomada personalmente por Vladimir Putin, que tiene la total y absoluta confianza del pueblo ruso".
"No Putin, no Rusia", afirmó la semana pasada un miembro del equipo gubernamental. El problema es que para Vladimir Putin, el único buen vecino es el vecino débil. Y los vasallos son mucho mejores que los aliados..
Putin reformula la geopolítica mundial
MIRADA GLOBAL- Jorge Castro. Diario "Clarín". Buenos Aires, 23 de marzo de 2014.
La anexión de Crimea por Rusia reformula el
mapa geopolítico mundial surgido de 1991, cuando el colapso de la Unión
Soviética convirtió a EE.UU. en la potencia hegemónica de la estructura
unipolar de poder que duraría 17 años. Este vuelco estratégico transforma al episodio ucraniano en la expresión de una nueva estructura del poder mundial, en la que EE.UU. no ejerce más la unipolaridad hegemónica que había asumido en 1991. Ahora comparte las decisiones estratégicas de gobernabilidad del sistema con un grupo de países emergentes, entre ellos China y Rusia.
No hay “nostalgia imperial” en la crisis ucraniana, o un ansia obsesiva por renovar la “Guerra Fría”, sino una revisión de la relación de fuerzas mundiales realizada en el corazón de Europa, sobre la premisa de que la política internacional es ajena al pasado y al futuro y sólo fiel al “eterno presente”.
Rusia, como sistema de poder, es inseparable del colapso geopolítico de 1991, cuando se derrumbó el régimen soviético y al mismo tiempo -y esto es lo más importante- se desintegró el Estado ruso fundado por los Romanov en 1613.
Así cayó el sistema político/militar cuatro veces centenario que ganó bajo su encarnación soviética la Segunda Guerra Mundial, al imponerse al Tercer Reich en la batalla de Stalingrado (1942-1943); y que luego disputó, en una muestra sin par de energía política, durante 40 años la hegemonía mundial con EE.UU. No se comprende a Rusia hoy sin advertir que la Unión Soviética cayó en 1991 mientras mantenía intacta su estructura de defensa, incluso el arsenal misilístico de cabeza nuclear con el que disputaba la primacía estratégica con EE.UU. La importancia de Vladimir Putin en la historia rusa es porque ha reconstruido el Estado en los últimos 15 años. Lo hizo mediante una cultura estratégica forjada en 1500 años de historia, fundada en las nociones de hegemonía, poder e imperio, luego universalizadas en la etapa soviética por las figuras de Lenin y Stalin.
Es lo que Raymond Aron denomina el “hecho ruso”.
Putin carece de un plan estratégico integral en la crisis ucraniana. Actúa sobre la premisa de que, en caso de conflicto, “(…)primero combato, y después veo”, que fue lo que hizo tras el derrocamiento del presidente Victor Yanukovich en Kiev. Ahora, tras anexar Crimea, Putin ha propuesto un acuerdo político, cuyos rasgos esenciales son los siguientes: neutralidad de Ucrania, lo que implica el rechazo a toda posible adscripción a la OTAN; estructura federal y parlamentaria, desechando el sistema presidencialista y centralizado actual; y ratificación de que el ruso es la segunda lengua oficial.
Por eso sugiere crear un “grupo de apoyo internacional” (Rusia, UE, EE.UU.), que garantice la “soberanía, integridad territorial y neutralidad de Ucrania”, y del que participen todas sus fuerzas políticas y regionales.
Esta oferta caracteriza el conflicto como la obra de una “profunda crisis del Estado ucraniano”, que ha provocado una aguda polarización y un drástico agravamiento de los antagonismos domésticos.
Está descartado el uso de la fuerza militar por Occidente.
Así, Putin domina el espacio y tiene el tiempo a su favor. Significa que se encuentra en situación de fuerza y lleva las de ganar. George F. Kennan señaló que la política exterior rusa, incluyendo la fase soviética, muestra dos rasgos permanentes: su afirmación como gran potencia, con independencia del encuadre internacional; y el reclamo constante de hegemonía en su cinturón exterior.
La preocupación rusa por su status internacional -agrega Kennan- está en relación inversa con su honda inseguridad doméstica; resultado de invasiones letales y de profunda vulnerabilidad social y económica. La ausencia de Rusia de la historia mundial como gran potencia es una rareza histórica propia de las últimas dos décadas. Ahora, gracias a la nueva estructura del poder global, esa rareza histórica se ha corregido.
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Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
CRISIS UCRANIANAEl Congreso
de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum
el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que
disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
No hay “nostalgia imperial” en la crisis ucraniana, o un ansia obsesiva por renovar la “Guerra Fría”, sino una revisión de la relación de fuerzas mundiales realizada en el corazón de Europa, sobre la premisa de que la política internacional es ajena al pasado y al futuro y sólo fiel al “eterno presente”.
Rusia, como sistema de poder, es inseparable del colapso geopolítico de 1991, cuando se derrumbó el régimen soviético y al mismo tiempo -y esto es lo más importante- se desintegró el Estado ruso fundado por los Romanov en 1613.
Así cayó el sistema político/militar cuatro veces centenario que ganó bajo su encarnación soviética la Segunda Guerra Mundial, al imponerse al Tercer Reich en la batalla de Stalingrado (1942-1943); y que luego disputó, en una muestra sin par de energía política, durante 40 años la hegemonía mundial con EE.UU. No se comprende a Rusia hoy sin advertir que la Unión Soviética cayó en 1991 mientras mantenía intacta su estructura de defensa, incluso el arsenal misilístico de cabeza nuclear con el que disputaba la primacía estratégica con EE.UU. La importancia de Vladimir Putin en la historia rusa es porque ha reconstruido el Estado en los últimos 15 años. Lo hizo mediante una cultura estratégica forjada en 1500 años de historia, fundada en las nociones de hegemonía, poder e imperio, luego universalizadas en la etapa soviética por las figuras de Lenin y Stalin.
Es lo que Raymond Aron denomina el “hecho ruso”.
Putin carece de un plan estratégico integral en la crisis ucraniana. Actúa sobre la premisa de que, en caso de conflicto, “(…)primero combato, y después veo”, que fue lo que hizo tras el derrocamiento del presidente Victor Yanukovich en Kiev. Ahora, tras anexar Crimea, Putin ha propuesto un acuerdo político, cuyos rasgos esenciales son los siguientes: neutralidad de Ucrania, lo que implica el rechazo a toda posible adscripción a la OTAN; estructura federal y parlamentaria, desechando el sistema presidencialista y centralizado actual; y ratificación de que el ruso es la segunda lengua oficial.
Por eso sugiere crear un “grupo de apoyo internacional” (Rusia, UE, EE.UU.), que garantice la “soberanía, integridad territorial y neutralidad de Ucrania”, y del que participen todas sus fuerzas políticas y regionales.
Esta oferta caracteriza el conflicto como la obra de una “profunda crisis del Estado ucraniano”, que ha provocado una aguda polarización y un drástico agravamiento de los antagonismos domésticos.
Está descartado el uso de la fuerza militar por Occidente.
Así, Putin domina el espacio y tiene el tiempo a su favor. Significa que se encuentra en situación de fuerza y lleva las de ganar. George F. Kennan señaló que la política exterior rusa, incluyendo la fase soviética, muestra dos rasgos permanentes: su afirmación como gran potencia, con independencia del encuadre internacional; y el reclamo constante de hegemonía en su cinturón exterior.
La preocupación rusa por su status internacional -agrega Kennan- está en relación inversa con su honda inseguridad doméstica; resultado de invasiones letales y de profunda vulnerabilidad social y económica. La ausencia de Rusia de la historia mundial como gran potencia es una rareza histórica propia de las últimas dos décadas. Ahora, gracias a la nueva estructura del poder global, esa rareza histórica se ha corregido.
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Diario "Clarín". Buenos Aires, 6 de marzo de 2014. |
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Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia
Desafiante, Crimea anuncia que votará su anexión a Rusia
CRISIS UCRANIANAEl Congreso de la estratégica península ucraniana resolvió que habrá un referéndum el 16 de marzo. El gobierno interino anti ruso de Kiev advirtió que disolverá ese Parlamento. Fuerte crítica de Obama.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio.
Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto
para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente
ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los
crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también
suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La
península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a
Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio
la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación
internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
La crisis en Ucrania ha escalado en las últimas horas con nuevas amenazas y retos cruzados. El Congreso de Crimea resolvió ayer pedirle a Rusia la incorporación de esa estratégica península a su territorio.
Para eso adelantó al 16 de marzo un referendum autonomista previsto
para fines de mes. Al conocerse la noticia en Kiev, el presidente
ucraniano interino, Oleksander Turchinov, que no es reconocido por los
crimeos, anunció que disolverá el Parlamento regional y también
suspenderá la consulta. No aclaró cómo ejecutará esa decisión. La
península está en manos de fuerzas pro rusas leales al gobierno local y a
Moscú.
Desde Washington casi inmediatamente, Barack Obama repudio
la iniciativa, sostuvo que es inconstitucional y viola la legislación
internacional. Criterio que reiteró luego su canciller John Kerry.Un parlamento de sólo 100 escaños votó 78-0, con ocho abstenciones, a favor de la celebración del referendo y por la anexión con Rusia. Es una síntesis del mapa general de Crimea. La región de dos millones de habitantes, se divide en 60% de rusos, 26% de ucranianos y el resto, tártaros. La mayoría respalda la anexión con la “Madre Rusia”, como antes de la disolución de la URSS.
El referendum no tendrá, sin embargo, efecto vinculante. Por más que todos los ciudadanos de Crimea quieran, la Constitución no permite este tipo de instrumentos para dirimir problemas de independencia. Pero un triunfo amplio de los planteos separatistas tendrá un profundo valor simbólico.
En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue informado del deseo de Crimea de incorporarse a la Federación Rusa y de inmediato se reunió con su consejo de seguridad, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Casi al mismo tiempo, todos los grupos parlamentarios de la Duma del Estado (Cámara de Diputados) de Rusia se manifestaron a favor de la unidad territorial de Ucrania. “Todos los bloques parlamentarios nos pronunciamos a favor de la preservación de su integridad, pero reconocemos el derecho de los crimeos a someter a referéndum todos los asuntos que estimen convenientes”, dijo el diputado Leonid Slutski, presidente del Comité para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Algunos analistas sostienen que tampoco a Putin le entusiasma mucho la posibilidad de que Crimea se aleje de Ucrania. “Perderían más de un millón de votos a la hora de elegir un presidente en Ucrania que responda a sus intereses. No es un buen negocio. mejor tener a Ucrania completa que a sólo la península”, explican especialistas desde Kiev.
Como respuesta a Crimea, en un discurso televisado en directo, el presidente interino de Ucrania, Turchinov, anunció ayer que lanzará “el procedimiento de disolución de la asamblea regional crimea”. “Es una maniobra ilegal e ilegítima, un crimen respaldado por los militares rusos”, agregó.
“De acuerdo con las facultades que tengo conferidas, he suspendido la decisión del Parlamento de Crimea de celebrar el referéndum”, añadió, aunque no dijo cómo llevará adelante la medida, en un lugar donde las fuerzas militares no le responden a él y siguen considerando presidente al destituido Víktor Yanukóvich. Tampoco las nuevas autoridades de Kiev reconocen al gobierno de Simferópol, la capital de Crimea.
La ex primera ministra ucraniana, Julia Timoshenko, también se manifestó en contra de la consulta. “Un referéndum sobre una parte del territorio sólo puede celebrarse en el conjunto del territorio”. Y luego se preguntó: “¿Cómo puede ser democrática una consulta que se celebra bajo los kalashnikovs de las tropas rusas?”.
Obama quien ayer, junto a la Unión Europea, adoptó leves sanciones contra Rusia sostuvo que el referéndum violaría el derecho internacional”. Añadió en una rueda de prensa que “en 2014 los tiempos en que las fronteras podían ser redefinidas despreciando a los dirigentes democráticamente electos han pasado”.
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