Diario "La Nación". Buenos Aires, Domingo 22 de junio de 2014 |
Las crisis en Medio Oriente / Los nuevos dueños del miedo
Atomizado y ubicuo: el terrorismo islámico se multiplica y gana terreno
Expertas
en la guerra de guerrillas y nutridas de armas y de logística
sofisticadas, las agrupaciones extremistas surgidas de la matriz de la
red Al-Qaeda viven su auge en el mundo musulmán; son cada vez más
numerosas y amenazan con tomar países enteros
Son más numerosos, más fuertes y más sofisticados. Todos los datos parecen favorables para los grupos extremistas islámicos , que hoy se expanden cada vez más en la tierra arrasada de países sin ley.
No
se trata de una sensación de inseguridad. Un informe de la Rand
Corporation señala que, desde 2010, la cantidad de formaciones
extremistas creció 58%; pasaron de 31 a 49. Medio Oriente, África, el
sur de Asia y también China son los hogares de estas familias del mal.
Además, están los combatientes solitarios, pertrechados y adoctrinados
en Afganistán, Paquistán o Siria, que cruzan las fronteras para matar o
hacer estallar bombas en los cinco continentes.A la par del crecimiento de los grupos jihadistas , aumentó a niveles inauditos su número de combatientes. De 50.000 a 100.000, según las estimaciones más elevadas de Rand. Y con esos refuerzos creció, desde luego, el volumen de los ataques, las víctimas y la desolación.
Allí está el Estado Islámico en Irak y el Levante (EIIL), una milicia armada hasta los dientes a las puertas de Bagdad. O los nigerianos de Boko Haram, que asaltan aldeas y secuestran chicas para instaurar su propio Estado islámico.
Es lo que estas decenas de grupos desplegados por el mundo tienen en común, el objetivo de tomar gobiernos o crear nuevos países tutelados en nombre de Alá y bajo la implacable ley islámica. Es decir, la ley de las manos cortadas para el ladrón, la de la ausencia de libros o música, la de la lapidación y la de la burka.
"No sólo hay más grupos jihadistas, sino que hay el doble de combatientes con respecto a 2010. El cambio más importante se dio por la lucha en Siria, donde están surgiendo nuevos grupos y combatientes. Siria explica buena parte de este salto", dijo a la nacion el analista Seth Jones, autor del informe de Rand.
Otra novedad es la orientación de estas sectas criminales. Al-Qaeda es la nave nodriza de decenas de bandas jihadistas y sigue siendo la marca del terrorismo sunnita por excelencia. Pero EIIL y Boko Haram tomaron una senda más expeditiva: su interés es hacerse de un territorio y apropiarse de él aunque en el medio haya que deshacerse de los chiitas. Semejante matanza de musulmanes no figuraba ni en los planes de obra de Osama ben Laden.
Pero, con todo, estos gigantes del extremismo, que quieren llevar a vastas poblaciones al paraíso perdido de la pureza ancestral, tienen tantas debilidades como fortalezas. La gente no los acepta. Si bien los grupos crecieron en tamaño, su base popular está en franco retroceso.
"El EIIL, Boko Haram, Al-Qaeda y los grupos similares tienen una gran debilidad: no son populares. A pesar de las apariencias, los apoya muy poca gente. Los talibanes sí tenían cierta popularidad por una mezcla de identidad, cultura y razones políticas. Pero suena que lo contrario prevalece en el caso de los grupos islamistas contemporáneos motivados por la violencia", dijo a la nacion Barah Mikail, del centro de estudios Fride, con sede en Madrid.
Por muy religiosa que pretenda ser, el Corán y el AK47 es una pareja más bien desagradable que, tarde o temprano, cae en desgracia entre los habitantes de los pueblos que los jihadistas toman.
Por otro lado, está lo que se pueda hacer para contrarrestar a estas bandas. Mientras la tarea del día es repeler su estrategia guerrillera por la vía armada, las autoridades de los maltrechos países donde anidan deberán trabajar, como en todas partes, en los problemas de fondo.
"La gente simplemente necesita comida, agua, trabajo, más justicia y más representación -dice Mikail-. Si no se abordan estos problemas, los grupos armados se tentarán con tratar de llenar el vacío que dejan los gobiernos que sólo se preocupan de sus intereses."
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