El enfriamiento chino golpea a Australia
ieco clarin Buenos Aires, 22 de marzo de 2015.
MIRADA GLOBALAustralia es el mayor exportador mundial de commodities (Brasil es el segundo); y más del 80% de su crecimiento económico en los últimos 22 años proviene de sus términos de intercambio. Es el único país del capitalismo avanzado que no ha experimentado en este período una situación recesiva. La razón es el vínculo estructural con China, que consumió el 60% de la producción mundial de mineral de hierro en 2011 y el 50% de la de cobre. La isla-continente es la mayor exportadora de materias primas del mundo y su ingreso per cápita es uno de los tres más altos.- Jorge Castro ANALISTA INTERNACIONAL
Australia es el país del mundo avanzado más
golpeado por la desaceleración de la economía china, así como Brasil lo
es entre los principales países emergentes. Es el mayor exportador
mundial de mineral de hierro, y el precio de este producto ha caído más
de 50% desde junio de 2013, hasta llegar a un nivel de US$70/ tonelada
en marzo de este año, el menor desde 1959; y el precio del carbón
–segundo bien exportado por la isla-continente – disminuyó 40% en ese
período.
Por eso, Australia ha experimentado la mayor caída de sus términos de intercambio (precio relativo de las exportaciones vs. precio relativo de las importaciones) de los últimos 55 años.
Australia es el mayor exportador mundial de materias primas (Brasil es el segundo); y más de 80% de su crecimiento económico en los últimos 22 años proviene de sus términos de intercambio. Ha sido el único país del capitalismo avanzado que no ha experimentado en este período una situación recesiva.
La razón es el vínculo estructural con China, que consumió más de 60% de la producción mundial de mineral de hierro en 2011 (en el cobre esta proporción fue 50%). El resultado fue que las exportaciones australianas de mineral de hierro eran 3,5% del total mundial en 2000 y treparon a 22% en 2011 (en el carbón pasaron de 4% a 10%).
El precio del mineral de hierro se multiplicó por 5 en esta etapa, y por 6 el del carbón; y Australia alcanzó los mejores términos de intercambio de su historia (160 sobre base 100 en 2000), 100 puntos por arriba de su menor nivel en 1986 (49/100).
La isla de 23,5 millones de habitantes recibió US$280.000 millones de inversiones en el sector minero entre 2000 y 2011, que treparon a US$860.000 millones, si se suman las destinadas al área energética.
Australia logró en 2011 uno de los tres niveles de ingreso per cápita más elevados del mundo (US$67.000 anuales); y si se ajusta el alza del PBI por el precio de los commodities, tuvo un crecimiento de 9,6% anual en este período. En los estados del norte, núcleo de la zona minera, la tasa de expansión alcanzó a 14%/16% por año.
El boom de inversiones provocó una extraordinaria apreciación del dólar australiano (+ 40%), que lo llevó a una relación A$1 = US$ 1,15, y hundió al resto de las actividades productivas, ante todo la industria automotriz, que clausuraría todas sus terminales en 2017 (incluyendo Ford, presente desde hace 100 años). Correlativamente, debilitó el aumento de la productividad, que crecía 1,6% anual en la década del 90, y cayó ahora a 0,6% por año, con tendencia declinante.
La tasa de inversión disminuyó 40% en los últimos 4 años; y el PBI alcanzó el año pasado el menor nivel desde 2010 (2,7% anual), en tanto los términos de intercambio cayeron 9% en 2014.
El impacto de la desaceleración china coincide con un cambio estructural irreversible en la sociedad australiana, de carácter demográfico: la fuerza de trabajo disminuiría en más de un tercio en los próximos 40 años, debido al envejecimiento generalizado de la población.
El número de personas de más de 65 años de edad se duplicaría en 2055; y los actuales 140 centenarios se multiplicarían para alcanzar a 40.000 entonces. La expectativa de vida australiana es la mayor del mundo, con 95,1 en los hombres y 96,6 en las mujeres.
En diciembre del año pasado, China y Australia concluyeron un acuerdo de libre comercio que entró en ejecución en 2015, y es el segundo establecido por la República Popular con un país del mundo avanzado (el primero fue con Suiza en noviembre).
Por eso, Australia ha experimentado la mayor caída de sus términos de intercambio (precio relativo de las exportaciones vs. precio relativo de las importaciones) de los últimos 55 años.
Australia es el mayor exportador mundial de materias primas (Brasil es el segundo); y más de 80% de su crecimiento económico en los últimos 22 años proviene de sus términos de intercambio. Ha sido el único país del capitalismo avanzado que no ha experimentado en este período una situación recesiva.
La razón es el vínculo estructural con China, que consumió más de 60% de la producción mundial de mineral de hierro en 2011 (en el cobre esta proporción fue 50%). El resultado fue que las exportaciones australianas de mineral de hierro eran 3,5% del total mundial en 2000 y treparon a 22% en 2011 (en el carbón pasaron de 4% a 10%).
El precio del mineral de hierro se multiplicó por 5 en esta etapa, y por 6 el del carbón; y Australia alcanzó los mejores términos de intercambio de su historia (160 sobre base 100 en 2000), 100 puntos por arriba de su menor nivel en 1986 (49/100).
La isla de 23,5 millones de habitantes recibió US$280.000 millones de inversiones en el sector minero entre 2000 y 2011, que treparon a US$860.000 millones, si se suman las destinadas al área energética.
Australia logró en 2011 uno de los tres niveles de ingreso per cápita más elevados del mundo (US$67.000 anuales); y si se ajusta el alza del PBI por el precio de los commodities, tuvo un crecimiento de 9,6% anual en este período. En los estados del norte, núcleo de la zona minera, la tasa de expansión alcanzó a 14%/16% por año.
El boom de inversiones provocó una extraordinaria apreciación del dólar australiano (+ 40%), que lo llevó a una relación A$1 = US$ 1,15, y hundió al resto de las actividades productivas, ante todo la industria automotriz, que clausuraría todas sus terminales en 2017 (incluyendo Ford, presente desde hace 100 años). Correlativamente, debilitó el aumento de la productividad, que crecía 1,6% anual en la década del 90, y cayó ahora a 0,6% por año, con tendencia declinante.
La tasa de inversión disminuyó 40% en los últimos 4 años; y el PBI alcanzó el año pasado el menor nivel desde 2010 (2,7% anual), en tanto los términos de intercambio cayeron 9% en 2014.
El impacto de la desaceleración china coincide con un cambio estructural irreversible en la sociedad australiana, de carácter demográfico: la fuerza de trabajo disminuiría en más de un tercio en los próximos 40 años, debido al envejecimiento generalizado de la población.
El número de personas de más de 65 años de edad se duplicaría en 2055; y los actuales 140 centenarios se multiplicarían para alcanzar a 40.000 entonces. La expectativa de vida australiana es la mayor del mundo, con 95,1 en los hombres y 96,6 en las mujeres.
En diciembre del año pasado, China y Australia concluyeron un acuerdo de libre comercio que entró en ejecución en 2015, y es el segundo establecido por la República Popular con un país del mundo avanzado (el primero fue con Suiza en noviembre).
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