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viernes, 7 de agosto de 2015

BRASIL-EE.UU. 2009 Lula pidió a Obama libertad comercial


La crisis global / Encuentro clave en Washington

Lula pidió a Obama libertad comercial

En la Casa Blanca, el presidente brasileño señaló que el proteccionismo no es la salida para la debacle y reclamó respuestas "políticas"
Por   | LA NACION

WASHINGTON.- Consagrado ayer como el referente regional para la Casa Blanca, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, se estrenó en el papel con perfil de estadista. Sin medias vueltas, pidió al presidente norteamericano, Barack Obama, una nueva y más justa mirada hacia América latina, una relación "de confianza y no de injerencia" y libre de "proteccionismos comerciales".
Junto con eso, Lula reclamó una aproximación de Estados Unidos hacia Cuba, Venezuela y Bolivia.
. "Tengo esperanza de que vaya a ocurrir", señaló Lula tras reunirse con el mandatario estadounidense.
"Pienso que debemos construir en América latina una nueva relación, una relación de confianza, de no injerencia, de compaginar las cosas buenas", añadió Lula, que subrayó que Obama "tiene una oportunidad histórica para mejorar las relaciones con América latina", después de que durante el anterior gobierno de George W. Bush llegaran a su nivel más bajo en décadas.
"Es preciso que Estados Unidos comprenda que América Latina vive una experiencia de crecimiento económico, una experiencia muy rica de ejercicio de la democracia", dijo Lula.
Lula se convirtió ayer en el primer líder de la región en ser recibido personalmente por Obama en el Salón Oval. Ambos pasearon por los jardines de la Casa Blanca y luego dialogaron a solas por más de una hora.
Finalizada la reunión, comparecieron juntos en conferencia de prensa, donde se elogiaron mutuamente. "Yo admiro el liderazgo progresista" de Lula, dijo Obama, que no dudó en decir que Estados Unidos tiene "mucho que aprender" de Brasil en el campo de las anergías renovables.
Hubo buena química entre los dos y promesas de una pronta visita del presidente norteamericano a Brasil (ver aparte). Pero fue evidente que a Lula le salía la satisfacción por los poros ante el significado político del momento. Y tanto fue así que estuvo mucho más comunicativo que Obama en el encuentro con los periodistas.
Sí reclamó Lula respuestas "políticas" ante la crisis económica, a pocos días de la cumbre del G-20, y de energía, indicó el presidente brasileño. Y dejó en claro la necesidad de que el crédito vuelva a fluir para asegurar la estabilidad "a corto plazo" y que una opción de proteccionismo comercial no es la salida. Eso, cuando Obama se ha mostrado reticente a abrir el mercado de Estados Unidos a algunos productos brasileños y ha defendido una suerte de "compre nacional" con su medida de Buy american .
"En estos momentos, una opción de proteccionismo comercial significaría agravar la crisis económica", advirtió Lula. Fue el momento en que Obama respondió apuntando hacia adelante: los cancilleres de ambos países "trabajarán para limar diferencias de comercio bilateral y cerrar la distancia en la Ronda Doha", anunció, en referencia a la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, y al canciller brasileño, Celso Amorim.
"Quizá no nos podamos poner de acuerdo de la noche a la mañana. Pero eso no significa que defender los empleos sirva para erigir una muralla", se atajó, sonriente, Obama.

"Fuerte amistad"

Dedicado desde que asumió el gobierno, hace siete semanas, a estimular la alicaída economía de Estados Unidos, Obama elogió el liderazgo de Lula, con quien intercambió ideas ante la crisis económica mundial y preparó el terreno para la próxima reunión del G-20, que deliberará dentro de tres semanas en Londres, encuentro al que también asistirá la presidenta Cristina Kirchner.
"La amistad entre Brasil y Estados Unidos es fuerte y puede ser aún más fuerte", dijo Obama, que aprovechó la ocasión para negar diferencias de criterio entre Estados Unidos y Europa con miras a ese encuentro.
"No hay tal división. Ignoro de dónde salió esta noción de que alguna forma se están desarrollando bandos respecto al G-20 -dijo Obama-. Es completamente contrario a nuestras políticas, es un debate inventado."
Las diferencias que niega responden a la manera de afrontar la crisis financiera a puertas de la reunión del G-20. Washington está presionando para aumentar el gasto gubernamental, mientras que países como Francia piden dar más énfasis a la regulación de los mercados.
Ayer, Obama deslizó la posibilidad de que se cree un "organismo internacional" que supervise el gasto que cada país hace con inyecciones específicas de capital para revertir los efectos de la crisis.
"Lo que el presidente y yo pensamos es que esta crisis económica puede ser resuelta con decisiones políticas en la reunión del G-20", dijo Lula. Para tranquilizar a los mercados y devolver la confianza a los ciudadanos, "todos los líderes tienen que dejar de echar culpas al pasado y tomar decisiones rápidas", agregó.
 
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El Salón Oval se llenó del calor brasileño

Barack Obama prometió visitar Río de Janeiro, "por sus bellas playas", y también el Amazonas
WASHINGTON (De nuestra corresponsal).- ¡Todos al Salón Oval!, pareció ser la tácita orden. Y, con el beneplácito del presidente Barack Obama, los cronistas y enviados especiales entraron a la oficina presidencial más famosa del mundo para asistir a una conferencia de prensa conjunta.
Lo cierto es que Obama trató de dar calor y un toque de informalidad al corolario de su encuentro con su par brasileño. Y de buena gana aceptó las preguntas lanzadas con desparpajo de sábado. Y un poco de pasión carioca. Dijo que estaba dispuesto a visitar Brasil "dentro de poco´´ y que le gustaría ir a Río de Janeiro con su esposa, Michelle.
"Soy alguien que creció en Hawai; sentí que era muy importante que [algún día] pudiera ir como mínimo a Río, donde entiendo que las playas son muy bellas", dijo Obama, que agregó que luego le gustaría visitar la zona del Amazonas.
"En realidad, sospecho que a los republicanos [que son la oposición de su gobierno] les gustaría que me perdiera en la Amazonia´´, bromeó.
"Pero ¿cuándo, cuándo piensa venir a Brasil?", lo interrumpió una colega brasileña.
"Pronto. La verdad es que aún no tengo fecha", admitió Obama.
Los dos mandatarios caminaron por los jardines de la Casa Blanca, antes de llegar al Salón Oval. La reunión empezó a las 11 y fue llamativamente extensa: más de una hora.
Lula, que mantuvo dos reuniones con el anterior jefe de la Casa Blanca, George W. Bush, dijo que rezaba más por Obama que por él mismo, y dados los problemas que le cayeron encima al presidente norteamericano, que no le gustaría estar en su lugar.
"Parece que has estado hablando con mi mujer", le respondió Obama.
La química entre los dos líderes no pasó por alto las diferencias que, muchas veces, jalonaron la relación bilateral; sobre todo, en materia comercial. Pero eso no significa que no pueda construirse una relación sólida. "La relación de los Estados Unidos con Brasil es fuerte y puede serlo mucho más", aseguró Obama.
Ambos mandatarios volverán a encontrarse en la Cumbre de las Américas, en abril, junto a sus pares del continente, en Trinidad y Tobago.
El de ayer fue un primer paso en lo que se refiere a la relación personal entre los dos mandatarios. Pero, por debajo de eso, hay una estrategia de años de diplomacia y de atención a las relaciones internacionales. .
 

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