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lunes, 24 de agosto de 2015

HEZBOLLAH 2008 Hezbollah declara la guerra a Israel







Tensión en Medio Oriente: repercusiones tras la muerte de Mughniyeh

Hezbollah declara la guerra a Israel

Hay alerta máxima en el ejército y las embajadas israelíes; el grupo terrorista amenazó con atacar blancos en el exterior
JERUSALEN.- Un día después de que se conociera la muerte de Imad Mughniyeh, presunto jefe de operaciones del grupo terrorista Hezbollah, Israel puso ayer en alerta máxima a su ejército y a sus embajadas en todo el mundo, y reforzó la frontera con el Líbano, ante el temor a atentados o una ofensiva de esa organización, que amenazó al Estado judío con una "guerra abierta".
Israel también advirtió a sus ciudadanos en el exterior que estuvieran alertas ante posibles ataques o secuestros, después de que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, llamó a sus seguidores a vengarse de la muerte de Mughniyeh atacando blancos israelíes en el extranjero.
También Irán -principal apoyo de Hezbollah-, el grupo palestino Hamas y la red Al-Qaeda en Irak llamaron a cometer ataques contra blancos judíos.
El gobierno de Israel negó que hubiera tenido algo que ver con el asesinato de Mughniyeh, que murió el martes pasado en Damasco, al explotar una bomba adosada a su auto. No obstante, fuentes militares israelíes se negaron a confirmar o desmentir la participación de su país en el ataque.
Pese a que nunca lo reconoció oficialmente, se cree que la agencia de inteligencia israelí, el Mossad, ha matado a numerosos extremistas en operaciones en el extranjero. El gran interés que tenía Israel en ver a Mughniyeh muerto hizo que ayer todos los dedos acusadores apuntaran a ese país.
Entre otros ataques, Mughniyeh era acusado de haber planeado los atentados contra la embajada israelí en Buenos Aires, en 1992, y contra la sede de la AMIA, en 1994. También era señalado por Israel como el organizador del secuestro de dos soldados israelíes en la frontera con el Líbano, en 2006, lo que desató la guerra de mediados de ese año con Hezbollah.
Uno de los terroristas más buscados y escurridizos del mundo, Mughniyeh, de 45 años, también era acusado por Estados Unidos de haber planeado los atentados suicidas de 1983 contra la embajada norteamericana y un cuartel de ese país en Beirut, que dejaron más de 300 muertos. Washington, que también celebró su muerte, ofrecía 5 millones de dólares por su cabeza.
"Ustedes mataron a Imad Mughniyeh fuera del territorio natural de la guerra [por el Líbano]; han atravesado la línea roja. Sionistas, tengo una palabra para ustedes: si quieren este tipo de guerra abierta, la tendrán", amenazó ayer Nasrallah, en un mensaje grabado, durante el funeral de Mughniyeh en Beirut. "La sangre de Mughniyeh anuncia el fin de Israel", agregó Nasrallah, que se encuentra oculto desde el fin de la guerra de 2006.
En un indicador de los estrechos lazos que unían a Mughniyeh con Teherán, el canciller iraní, Manuscher Mottaki, se trasladó ayer a Beirut para asistir a su funeral y leer un mensaje del presidente Mahmoud Ahmadinejad. "La sonrisa de satisfacción en las caras de los sionistas criminales no permanecerá por mucho tiempo. Millones de Mughniyeh están listos a unirse a los combatientes contra los ocupantes", señaló Ahmadinejad en el mensaje.
Por su parte, el presidente del Parlamento iraní, Ghollam Reza Haddad, advirtió que "el futuro de la entidad sionista será peor que su presente".
También el jefe de Al-Qaeda en Irak, Abu Omar al-Baghdadi, llamó a atacar a Israel, y propuso usar el territorio iraquí como "plataforma de lanzamiento" para tomar Jerusalén.
Y Hamas, que controla la Franja de Gaza desde el año pasado, instó al mundo musulmán a "levantarse para enfrentar al demonio sionista".

Alerta

En respuesta a estas múltiples amenazas, las embajadas e instituciones judías de todo el mundo fueron puestas en alerta, y se reforzó la seguridad en aviones y barcos israelíes. La oficina del premier Ehud Olmert advirtió a los israelíes de viaje o residentes en el exterior que tomaran medidas de precaución ante posibles secuestros, y recomendó a sus ciudadanos no viajar a países árabes o musulmanes.
También fueron puestas en alerta máxima las fuerzas armadas, y se reforzó la frontera con el Líbano.
El analista israelí Ephraim Kam dijo que era probable que Hezbollah respondiera a la muerte de Mughniyeh con un gran atentado en el exterior, como el de la embajada de Israel en Buenos Aires. El experto recordó que ese ataque ocurrió un mes después de que Israel matara al entonces líder de Hezbollah, Abbas Musawi. .
Agencias AP, ANSA, Reuters y AFP 
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Dos marchas opuestas llenaron de tensión las calles de Beirut

Se realizó el funeral de Mughniyeh y se recordó al premier antisirio Rafik Hariri

BEIRUT.- En un clima de alta tensión y en medio de un enorme dispositivo de seguridad para evitar incidentes, cientos de miles de partidarios de la mayoría antisiria que gobierna el país se manifestaron ayer con motivo del tercer aniversario del asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri.
Al mismo tiempo, la organización extremista Hezbollah realizó el funeral del terrorista Imad Mughniyeh, asesinado el lunes en Damasco.
Ambos actos se realizaron en momentos en que una grave crisis política sacude al Líbano. La falta de acuerdo entre la mayoría parlamentaria aliada de Occidente y los grupos chiitas partidarios de Damasco y de Teherán ha provocado la vacante del puesto de presidente del país desde fines de 2007 y ha llevado a algunos analistas a hablar de una guerra civil en ciernes.
Los manifestantes convocados por la mayoría antisiria se dirigieron bajo la lluvia hacia la Plaza de los Mártires de Beirut, mientras reclamaban la elección de un presidente, que debe votarse en el Parlamento. Muchos de ellos portaban banderas libanesas y retratos de Hariri.
"Los intentos de asesinar al Líbano se están desarrollando, uno por parte de Israel a través de la guerra de 2006, y muchos otros conducidos por el régimen sirio", afirmó Saad Hariri, hijo de Rafik, al hablar ante cientos de miles de personas reunidas en la Plaza de los Mártires. El ex premier Rafik Hariri fue asesinado el 14 de febrero de 2005 en un atentado con coche bomba que dejó otros 22 muertos en el corazón de Beirut. En ese momento muchos apuntaron a Damasco, que desmintió su supuesta implicación en el ataque.
Sin embargo, Siria, que había dominado la política libanesa durante décadas, debió retirar sus tropas del Líbano tras la muerte de Hariri, ante la presión de la comunidad internacional, que aún hoy la vincula con el hecho.
Ayer se habían desplegado unos 9000 policías en Beirut para prevenir choques entre los partidarios de Hariri y los de Mughniyeh, que fue acusado de haber planeado los atentados de la embajada de Israel y de la AMIA en Buenos Aires, y era buscado, desde hacía dos décadas, por Interpol y Estados Unidos.
Incluso se instaló una valla de hierro en la Plaza de los Mártires para separar a los partidarios de Hariri de los seguidores de la oposición, que desde hace más de un año tienen instaladas tiendas de campaña en ese lugar en señal de protesta. Y se prohibió la circulación de motocicletas en la capital, con frecuencia empleadas por militantes radicales para perpetrar atentados.

Gesto de Saad Hariri

El cortejo fúnebre con el féretro de Mughniyeh, cubierto con la bandera amarilla de Hezbollah, se movilizó por la periferia sur de Beirut y congregó a cientos de miles de personas, precedidas por guerrilleros del grupo terrorista, que desfilaban a paso marcial.
El propio Saad Hariri, que encabezó el acto para conmemorar a su padre, condenó ayer el asesinato de Mughniyeh, en un gesto que buscó atenuar el enfrentamiento entre los dos principales sectores políticos libaneses. Los actos de ayer se produjeron luego de enfrentamientos armados entre los dos bandos, que hicieron resurgir el fantasma de una guerra civil. .
Agencias AFP, EFE, ANSA y DPA 
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El análisis de la noticia

El riesgo de repetir un pasado sangriento

Por Tom Perry
De la agencia Reuters
BEIRUT.- Tres años después del asesinato de Rafik Hariri, la crisis provocada por su muerte divide hoy más profundamente al Líbano y amenaza al Estado y la sociedad que él trató de reconstruir después de la guerra civil.
El aniversario de la muerte de Hariri, conmemorado ayer, se ha convertido en un símbolo de la divisiones entre sus herederos y sus enemigos, que libran un conflicto político que ha paralizado el gobierno y ha agravado el resentimiento entre los diferentes sectores de la sociedad.
La antisiria coalición de gobierno, encabezada por Saad, el hijo y heredero político de Hariri, enfrenta desde hace 15 meses el desafío de las facciones opositores respaldadas por Damasco. El conflicto ya derivó en violentos enfrentamientos en las calles, que son cada vez más habituales.
Mientras los mediadores tratan por todos los medios de poner fin a la crisis, la escalada en la guerra de palabras y las escaramuzas acrecentó el temor a más baños de sangre, aunque muchos consideran que son pocas las perspectivas de una nueva guerra civil.
"Las cosas están empeorando. Temo que si la crisis no se destraba pronto, la situación podría estallar", expresó una importante fuente de la oposición.
Este año, como el anterior, el aniversario de la muerte de Hariri demostró el abismo que separa a la coalición de gobierno de la oposición, encabezada por el poderoso grupo chiita Hezbollah, la única facción que conservó sus armas después de la guerra civil (1975-1990). Este aniversario volvió a estar precedido de un hecho de violencia: la muerte, el martes pasado, de Imad Mughniyeh en Damasco, hecho por el cual el grupo terrorista acusó a Israel.

"Preparados"

Saad Hariri y sus aliados han intensificado su retórica contra Hezbollah y sus aliados de la oposición, a los que acusan de tratar de recuperar el control sirio del Líbano. La presión internacional forzó a Siria a poner fin a su presencia militar de 29 años en el país, después del asesinato de Hariri, por el cual el gobierno libanés acusó a Damasco.
Adoptando un criterio más audaz frente a una crisis que ha dejado al Líbano sin presidente desde noviembre pasado, Saad Hariri hizo hace unos días una clara referencia a la perspectiva de un conflicto. "Si nuestro destino es combatir, estamos preparados", afirmó Hariri, que heredó la posición de su difunto padre como principal político musulmán sunnita en el Líbano.
Sin embargo, según los observadores, ambos bandos quieren evitar una lucha armada. Después de calificar la retórica de Saad Hariri de pura propaganda política para lograr más apoyo, Hezbollah insistió, como siempre, en que la oposición "no será arrastrada a un conflicto interno".
El predominio militar de ese grupo aún excluye la posibilidad de un conflicto armado generalizado, según los observadores. Pero, si bien ninguna de las partes quiere la guerra, duras expresiones como las de Saad Hariri podrían desencadenar más violencia en un país plagado de arsenales.
"El país no puede soportar toda esta furia, toda esta violencia, todas estas amenazas, mientras se encuentra al borde del abismo", dijo en un editorial el diario oficialista An-Nahar . .
Traducción: Luis Hugo Pressenda 
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Dichos y hechos

  • Histórica visita. En lo que será la primera visita de un jefe de Estado iraní al vecino Irak desde la revolución islámica de 1979, el presidente Mahmoud Ahmadinejad llegará a Bagdad el 2 de marzo para reunirse con su par iraquí, Jalal Talabani, y con el primer ministro, Nuri al-Maliki, se anunció ayer.
La histórica visita, que durará dos días, se producirá en momentos en que el régimen de Teherán es acusado por Estados Unidos de apoyar en Irak a grupos chiitas que son hostiles a la presencia norteamericana en ese país, aunque el gobierno iraní lo negó.
"La visita no es provocadora. Esperamos que Irán juegue un papel positivo en el futuro iraquí", dijo el vocero del Departamento de Estado, Sean McCormack. (EFE)
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  • En la Argentina. La DAIA y la AMIA "permanecen atentas" tras la muerte de Imad Mughniyeh y señalaron que "la seguridad pública y de las fronteras concierne al gobierno" de Cristina Fernández. "Es para todos, porque el terrorismo no discrimina", dijo ayer el secretario general de la AMIA, Edgardo Gorenberg. Familiares de las víctimas del atentado a la AMIA cuestionaron que Siria no haya reportado la presencia de Mughniyeh en su territorio, donde incluso se habría reunido con funcionarios de gobierno antes de ser asesinado. Ni la DAIA ni la AMIA han modificado sus medidas de seguridad habituales ante las amenazas de Hezbollah, informó la Agencia Judía de Noticias. (DyN)
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  • "Pruebas tangibles". El canciller sirio, Walid Muallem, afirmó ayer que Damasco presentará "pruebas tangibles" sobre los autores del atentado contra Imad Mughniyeh. "Esperamos esclarecer este vil crimen", dijo. (ANSA) 
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La ola de violencia en el Líbano: acuerdo para reducir las tensiones

Hezbollah cede el control de Beirut

Lo hizo luego de que el ejército suspendió dos medidas del gobierno en su contra; ayer hubo 14 muertos en el norte del país
BEIRUT.- Un día después de tomar parte de la capital libanesa, en lo que fue calificado de "un golpe de Estado armado y sangriento" por el oficialismo, el movimiento prosirio y proiraní Hezbollah cedió al ejército el control de la ciudad luego de que las fuerzas armadas revocaron dos medidas del gobierno cuestionadas por este grupo terrorista.
Militantes armados de Hezbollah habían salido a la calle en Beirut y en otros puntos del país el miércoles pasado después de que el gobierno intentara desmantelar su red de comunicaciones militares y remover al jefe del aeropuerto de Beirut, sospechado de connivencia con este grupo chiita, apoyado por Siria e Irán y enemigo de Israel.
Los militantes chocaron contra los seguidores del gobierno, lo que dio lugar a los peores enfrentamientos internos en el Líbano desde la guerra civil que tuvo lugar entre 1975 y 1990. Desde el pasado jueves murieron por lo menos 37 personas en los enfrentamientos y 113 resultaron heridas.
Ayer reinaba una tensa calma en la ciudad. "La presencia de elementos armados se ha reducido significativamente", dijo un vocero del ejército.
"La oposición finalizará toda la presencia armada en Beirut, de modo que la capital quedará en manos del ejército", dijo Hezbollah, en un comunicado.
Sin embargo, la violencia se extendió ayer hacia otros puntos del Líbano, como Trípoli y el valle de la Bekaa. En la ciudad de Halba, en el Norte, se produjeron enfrentamientos, con 14 muertos, entre seguidores de la Corriente de Futuro, de la mayoría gubernamental antisiria, y partidarios de Hezbollah.
El estallido mostró la capacidad de Hezbollah de jaquear al gobierno libanés, respaldado por Washington. Los disturbios se intensificaron el jueves pasado, tras un encendido discurso del líder de la organización, Hassan Nasrallah, que había calificado las medidas del gobierno, ayer dejadas sin efecto temporariamente por el ejército, de "declaración de guerra".
No obstante, el premier libanés prooccidental, Fouad Siniora, aclaró ayer, en un discurso al país, que "no ha declarado la guerra ni nunca lo hará" a Hezbollah, e instó a la organización a un diálogo "sin condiciones previas", patrocinado por una "parte neutral".
"Nuestro verdadero enemigo es Israel", aseveró el premier en varias oportunidades, en referencia al país con el que Hezbollah libró una guerra abierta en 2006. "Es Hezbollah quien tiene un problema con el Líbano", agregó. Siniora cuestionó al grupo, que tiene un brazo político y otro militar, "que llama al diálogo, habla de calma y prepara la guerra". Y advirtió que el país "no caerá bajo el golpe [de Estado], ni volverá a la hegemonía del terrorismo".

Desobediencia civil

Aunque la emergencia parecía desactivada, la oposición anunció que mantendrá la campaña de desobediencia civil que mantiene desde noviembre de 2006, tras la dimisión de seis ministros chiitas del gobierno. El Líbano tampoco tiene presidente desde noviembre del año pasado. "No aceptaremos el nombramiento de un nuevo presidente hasta que no se forme un nuevo gobierno de unidad nacional", dijo ayer el diputado opositor Ali Hassan Jalil, del movimiento chiita Amal, aliado de Hezbollah.
La emergencia comenzó a descomprimirse ayer con la alocución de Siniora, que dejó en manos del ejército -visto mayormente como una fuerza neutral- la última palabra sobre la decisión de su Ejecutivo de desmantelar la red de telecomunicaciones de Hezbollah y de destituir al jefe de la seguridad del aeropuerto de Beirut, Wafiq Shqeir.
"Apelo al ejército a que imponga el imperio de la ley y que haga que los hombres armados abandonen las calles", había pedido Siniora. Poco después, el mando militar, encabezado por el general Michel Sleiman, anunció que frenaba la aplicación de las resoluciones del gobierno hasta que se investigaran los hechos en profundidad.
Por esta decisión, Shqeir mantendrá su puesto en el aeropuerto hasta que se esclarezca si estaba al corriente de que Hezbollah había instalado cámaras de vigilancia en la aeroestación. En cuanto a la red de comunicaciones, considerada por Hezbollah fundamental para combatir a Israel, el ejército se comprometió a estudiar un informe del Ejecutivo que dice que viola la soberanía libanesa.

Masivo éxodo a Damasco

  • DAMASCO (AFP).- Miles de libaneses y extranjeros huyeron del Líbano, a causa de la ola de violencia que estalló en el país, y se refugiaron en Siria, cuya capital, Damasco, tenía sus hoteles abarrotados. La única salida posible de la capital libanesa era por tierra, en virtud de que el aeropuerto y el puerto de Beirut estaban paralizados. "La situación en el Líbano ha hecho aumentar la ocupación hotelera a casi el 100%", señaló un trabajador de un hotel de la capital siria. "Son muchas las personas que vienen a Siria huyendo de los acontecimientos en el Líbano", comentó, a su vez, una trabajadora del hotel Cham. 
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Comparan la ofensiva con la toma de Gaza

BEIRUT (EFE).- Aún conmocionados por la toma de buena parte de Beirut por parte de Hezbollah, varios políticos oficialistas libaneses no dudaron en comparar ayer la ofensiva del grupo chiita con la toma de la Franja de Gaza por el movimiento extremista palestino Hamas en 2007.
En una entrevista con el diario egipcio Al-Ahram , Raduan al-Sayed, asesor político del premier libanés Fouad Siniora, denunció que "Irán pretende convertir a Beirut en una nueva Gaza", porque ha visto que ha comenzado a perder su influencia sobre el Líbano.
En la misma línea, el diputado oficialista Samir Franyie dijo que lo sucedido en los últimos días es "un golpe de Estado, una tentativa de hacer en Beirut lo que [el grupo palestino] Hamas hizo en Gaza, pero aquí con una milicia prosiria y proiraní", en referencia a Hezbollah.
El grupo islámico Hamas se hizo con el control de la Franja de Gaza el 14 junio del año pasado, después de varios días de enfrentamientos con los partidarios de Al-Fatah.
Sin embargo, para Franyie, la oposición libanesa "no ha logrado su objetivo, porque el gobierno sigue existiendo".
"Quienes tomaron la decisión de dar este golpe no midieron las consecuencias de su acción, porque la gente les pedirá cuentas. Tampoco podrán tomar el Palacio Gubernamental", donde se encuentra Siniora con algunos de sus ministros.
"No se puede dialogar teniendo un revólver en la cabeza, porque eso no es diálogo", dijo Franyie, que condicionó la apertura de conversaciones a que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, "se disculpe por lo sucedido".
Por su parte, el diputado Ghassan Mujeiber, miembro del grupo del líder cristiano opositor Michel Aun, señaló que "la ausencia de diálogo condujo a esta situación" de parálisis.
"La solución existe, pero se necesita dialogar ", explicó Mujeiber.
En cualquier caso, descartó una guerra civil "porque sólo una parte posee armas", y criticó al ejercito libanés por haber permitido el cierre del aeropuerto de Beirut por parte de Hezbollah.
 
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La red telefónica de la milicia chiita, en el ojo de la tormenta

Hezbollah calificó su ilegalización de "declaración de guerra"
Traducción: Mirta Rosenberg
BEIRUT (AP).- El sistema telefónico de Hezbollah provoca nueva inquietud. La red privada de telefonía construida por la organización chiita ocupa el centro de la tormenta política que ha llevado al Líbano peligrosamente cerca de una nueva guerra civil.
La red terrestre, que según dijo el ministro de Telecomunicaciones, Marwan Hamadeh, fue instalada con la ayuda de Irán, fue crucial para que Hezbollah pudiera frustrar el masivo ataque israelí en la guerra de hace dos años.
Los israelíes arruinaron las redes de telefonía celular para impedir que los comandantes de Hezbollah se comunicaran con sus tropas desplegadas, pero la línea terrestre siguió funcionando. Un ataque contra esta red podría reducir gravemente la capacidad de defensa de Hezbollah contra Israel o sus opositores locales.
Recientemente, Hamadeh declaró al diario pan-árabe Asharq al-Awsat que la red había sido completada en el sur del Líbano, a lo largo de la frontera israelí, así como en el valle oriental de Bekaa, en el sur de Beirut y en varias áreas cristianas del monte Líbano.
El lunes, el gobierno de Fouad Siniora declaró ilegal la red telefónica. Como respuesta, Hassan Nasrallah, cabeza del grupo chiita, dijo el jueves que esa actitud era "una declaración de guerra" contra Hezbollah, que considera que el sistema telefónico es "un arma de gran importancia" dentro de su arsenal.
Según el periódico, Teherán ha usado una empresa iraní que estaba reconstruyendo casas destruidas durante la guerra de 2006 para que tendiera el cableado de la red de Hezbollah.
Hamadeh afirmó que Hezbollah quiere comunicar a todos los efectivos militares del Líbano, Irán y Siria por medio de una vasta red telefónica. "Su objetivo no es la resistencia ni la seguridad. Quieren conectar las fuerzas iraníes y sirias y quieren escuchar las conversaciones de todo el mundo", dijo.
Según un informe del gobierno libanés, la red tiene capacidad para rastrear 100.000 números empleando un formato digital. Otros informes dicen que el hardware del que dispone Hezbollah puede engancharse a la red telefónica principal del Líbano.
Hamadeh le dijo al diario An-Nahar que el tema de la red de comunicaciones de Hezbollah "ya no tiene nada que ver con la seguridad ni la resistencia, sino más bien con la seguridad del Líbano y el derrocamiento de su régimen".
El jueves, el día en que la lucha estalló en Beirut, An-Nahar dijo que los funcionarios del gobierno habían recibido amenazas directas advirtiéndoles que no tocaran la red de telecomunicaciones. Al mismo tiempo, se les advirtió que dejaran en su cargo al jefe de seguridad del aeropuerto, incluso después de que se supo que en el aeropuerto se habían encontrado cámaras de vigilancia que se hallaban bajo el control de Hezbollah.
Un funcionario de la oposición le dijo al sitio NOW Lebanon que la red telefónica no es algo nuevo, y acusó a los que volvieron a poner el tema en primer plano de querer estimular una explosión en la escena política interna.
"La red es exactamente igual que los brazos de Hezbollah y es parte de su seguridad, y es obvio que esta situación es parte de un plan estadounidense de internacionalizar el país y su seguridad", dijo. .
 
 
 

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