Diario "Clarín". Buenos Aires, 23 de agosto de 2015
Esta vez el pánico es a causa de China
DEL EDITOR
Entre el jueves y
el viernes de la semana pasada, el índice Dow Jones de la Bolsa de
Nueva York se derrumbó 887 puntos, una caída del 5%. Fue la mayor baja
en dos días que se tenga registro desde noviembre de 2008, en el peor
momento de la crisis financiera internacional que condujo a la Gran
Recesión a partir del año siguiente.
El pánico esta vez fue causado no por las hipotecas basura en Estados Unidos, sino por la desaceleración de la economía china y varios otros mercados emergentes. A esto se suma la posibilidad de una nueva guerra de monedas, en caso de que la Reserva Federal de EE.UU. decida seguir adelante con su anunciada suba de tasas de interés en setiembre.
En cualquier caso, los países que hasta hace poco eran considerados como la locomotora de la economía mundial ahora han pasado a ser los furgones de cola. El peso de China, la segunda economía del mundo, es tan grande que su menor demanda está arrastrando a la baja a todas las materias primas, incluyendo el crucial precio del petróleo, que bajó 5% la semana pasada, a menos de 40 dólares por barril. A la soja, un producto clave para la Argentina, no le fue mejor: cerró la semana con una caída del 7,5%, a poco más de 330 dólares por tonelada.
Lo que está ocurriendo es que el gigante asiático "ya no tracciona como antes" a la economía mundial y sus importaciones han caído un 15% en un año, explica el director general de la OMC, Roberto Azevedo. El precio de las materias primas todavía está de 20 a 30% más caro que a fines de la década de 1990, agrega.
Es muy poco para la Argentina, donde las exportaciones están cayendo en picada a causa del derrumbe de los precios internacionales y el atraso cambiario propio. En el primer semestre del año, el bajón de exportaciones fue del 15% contra el mismo período del año anterior, que tampoco había sido bueno.
En este marco, no sorprende que el nerviosismo haya llevado al dólar paralelo a cerca de sus máximos del año, 15,5 pesos. El Banco Central no ha podido hacer retroceder al dólar a sus niveles de junio a pesar de haber implementado una batería de medidas, incluyendo aumentos de tasas de interés y emisiones de bonos ajustados al dólar oficial como forma de absorber pesos en la plaza.
La buena noticia es que el precio de los alimentos subirá en el largo plazo, dice el CEO mundial de Nestlé. Pero hay que llegar allí, en un país en el que las expectativas cambian por semana.
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