LAS NEGOCIACIONES POR EL AREA DE LIBRE COMERCIO DE LAS AMERICAS (ALCA)
Camino a un acuerdo comercial con EE.UU.
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Cuando Simón Bolívar convocó en Panamá a un congreso para las nuevas repúblicas americanas, 175 años atrás, la diplomacia de los EE.UU. ofreció una experiencia casi profética sobre lo que sería su relación con América latina: los dos delegados de la Casa Blanca jamás llegaron a destino. Uno murió en el camino, y el otro apenas logró cruzar México cuando el congreso había concluido.
La historia la relató, dos meses atrás, el mismísimo Robert Zoellick —el representante comercial de los EE.UU.—, en una reunión privada, convocada en Washington por el influyente Consejo de las Américas, fundado por David Rockefeller.
Claro que no fue el único fracaso en la materialización de las expectativas liberales de más de un siglo atrás. Varios años después de la iniciativa de Bolívar, el secretario de Estado James Blaine trató de recuperar las oportunidades perdidas con una propuesta un tanto audaz en favor del panamericanismo: organizó la primera Conferencia Internacional Americana e invitó a los 73 delegados a recorrer 8.000 kilómetros en tren, durante 42 días, a través de los EE.UU. La conferencia duró seis meses y aunque los delegados se comprometieron a ampliar la cooperación comercial, cuando regresaron a sus países de origen apenas lograron mantener el impulso.
Desde que asumió la presidencia de los EE.UU., George W. Bush se ha propuesto alcanzar acuerdos comerciales con todos los países de América latina e impulsar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), firmado en diciembre del 94.
El ALCA implica un mercado de 800 millones de personas y un PBI de 12,5 billones de dólares.
Pero los 34 países que integran ese acuerdo —incluida la Argentina— reclaman que Washington suprima las barreras no arancelarias que traban las exportaciones, como los subsidios al agro; la ley antidumping, las cuotas para la importación y los controles fitosanitarios.
La posición argentina
"La Argentina tiene varios frentes de negociación a nivel internacional: el ALCA es uno de ellos; pero las negociaciones se harán respetando los acuerdos preexistentes, como el Mercosur", le dijo a Clarín el vicecanciller Horacio Chighizola.
En realidad, la posición argentina fue expresada en la reciente reunión del Grupo Cairns, que reúne a 17 países agroexportadores que pugan por la liberalización del comercio agrícola internacional: "El mejor foro de discusión con los EE.UU. es la iniciativa cuatro más uno", precisó el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini, luego de que el gobierno de Bush ofreciera un acuerdo comercial bilateral a la Argentina.
La Cancillería tiene cuatro frentes de negociación: 1.- el multilateral, con la reunión de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que se realizará en noviembre en Doha —capital de Qatar—; 2.- el Mercosur; 3.- las negociaciones con la Unión Europea (UE), y 4.- el ALCA.
"El tema agrícola tiene que tener un tratamiento prioritario. En la OMC, no vamos a aceptar que se incluyan medidas sanitarias, que pueden aparecer como proteccionistas", explica Marcelo Regúnaga, el secretario de Agricultura. Los países en desarrollo tienen que tener un trato especial preferencial "y eso también lo vamos a plantear en la reunión de la OMC."
Hasta la reunión de Qatar hay un plazo de 64 días y, durante ese período, los representantes del Grupo Cairns se reunirán en Ginebra para precisar los temas de la agenda agrícola, una cuestión central en las negociaciones con los EE.UU.
Los puntos que se acordaron en Punta del Este son:
La eliminación de los subsidios a las exportaciones.
El mejoramiento del acceso a los mercados: bajas sustanciales de los picos arancelarios. Hay productos que quedaron con aranceles altos, como el maní (130%) y el trigo (100%).
El escalonamiento arancelario.
Un aumento de las cuotas que hay con arancel cero.
La eliminación de los subsidios internos, que son muy distorsivos.
Según Zoellick, Bush buscará avanzar en una estrategia de mayor competitividad agrícola. Y un capítulo fundamental será la liberalización del comercio agrícola.
Tanto en el gobierno como en el sector privado, reconocen que el ALCA es una negociación compleja, entre 34 países, y por esa razón la Argentina se inclinó por un acuerdo "cuatro más uno", como también está previendo un acuerdo Mercosur-Unión Europea.
"La UE envió una propuesta al Mercosur que incluye plazos de desgravación de aranceles, restricciones no arancelarias y barreras al comercio, pero no se refiere al tema de los subsidios. El problema es que el Mercosur tiene una crisis de cumpli miento de las reglas de juego", opina Diego Pérez Santiesteban, el presidente de la Cámara de Importadores.
Para Roberto Bouzas, economista de Flacso, "las negociaciones para mejorar las condiciones de acceso al mercado de los EE.UU. son importantes y es una buena decisión que se haga desde el Mercosur; pero las expectativas de alcanzar un acuerdo de libre comercio con los EE.UU. es desmedida y las autoridades norteamericanas lo pusieron en su justa dimensión".
"Una cosa son las declaraciones en favor del ALCA y otra en qué medida las negociaciones tienen una sustancia efectiva", dice Bouzas. En su opinión, la diplomacia argentina está demasiado centrada en la cuestión agrícola, cuando en realidad hay muchos otros temas que deberían ser incluidos en la agenda, como el tratamiento de las inversiones y la propiedad intelectual.
"Hay problemas de organización en la manera en que se formula la política exterior argentina: hay una precaria organización y objetivos contrapuestos."
Brasil, por el momento, no parece un participante entusiasta de las negociaciones, porque hay un fuerte componente de representación de intereses defensivos, asociados al mercado doméstico.
"El ALCA es de desinterés completo para los brasileños porque siempre fue imaginado como un proceso de culminación de una serie de acuerdos de preferencia comercial que se van anudando entre sí", explica Ricardo Etchegaray, economista de la consultora Ecolatina.
Brasil: al margen
La pregunta es cuánto podrían ceder los EE.UU. al ALCA, y cuál es el margen de los EE.UU. para hacer concesiones comerciales. Sobre este punto, el economista Juan Llach, cree que la gran cuestión es el tema agroalimentario.
"Cuando se anunció hace meses la posibilidad de un acuerdo de libre comercio Chile-NAFTA hubo una dura reacción en contra de California y Florida. Son lobbies muy poderosos, pero allí se pondrá a prueba la real voluntad de los EE.UU. de acordar. Creo que la reunión del Grupo Cairns en Punta del Este es un buen comienzo."
Para Llach, "los brasileños son menos ingenuos que algunos argentinos respecto de un acuerdo rápido ''cuatro más uno''. A los dos países les conviene categóricamente negociar juntos y en el marco del Mercosur: se obtendrán así mejores resultados para todos. Brasil levantó mucho el perfil de su postura contraria al proteccionismo agroalimentario, coincidiendo con la Argentina".
El otro punto clave de la discusión es que Bush no tiene la autoridad para negociar por medio del "fast-track", que es la vía rápida de negociación. Por eso que tal vez se posterguen las discusiones más profundas hasta que sea aprobado.
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Diario "Clarín". Buenos Aires, 9 de setiembre de 2001
El gobierno argentino está dispuesto a negociar en bloque con sus socios del Mercosur a través de la propuesta "cuatro más uno", aunque el gran interrogante es Brasil. Desde que el gobierno de los EE.UU. lanzó la propuesta de sellar un acuerdo con la Argentina, la cancillería brasileña evitó hacer comentarios oficiales, aunque levantó mucho el perfil de su postura contraria al proteccionismo agroalimentario, coincidiendo con la Argentina. Los dos países reconocen que les conviene negociar juntos con los norteamericanos. Hay quienes creen que dadas las probabilidades de serias dificultades para convencer a las autoridades de los EE.UU. de reducir, eliminar o cambiar las normas anti-dumping y de salvaguardias, es imprescindible obtener una instancia eficaz de resolución de controversias. También se hace imprescindible que estos temas sean tratados en la próxima reunión de la OMC. El "fast track", en tanto, requiere un timing cuidadoso de las negociaciones y del contenido de cada una de ellas. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx Diario "Clarín". Buenos Aires, 9 de setiembre de 2001
Vicecanciller de la Argentina La Argentina se pronunciará a través de los acuerdos preexistentes, como el Mercosur. En la reciente reunión del Grupo Cairns, se decidió discutir el tema agrícola en la reunión de la OMC, que se hará en noviembre en Qatar. Para el 24 de setiembre hay una invitación de Robert Zoellick para discutir con los EE.UU. el tema "cuatro más uno", en Washington. Pero además de ese acuerdo, el gobierno lleva adelante varias negociaciones en paralelo con otros bloques comerciales, como la UE, la comunidad andina, México y los países asiáticos. ROBERTO BOUZAS Economista de Flacso Las negociaciones para mejorar las condiciones de acceso al mercado de los EE.UU. son importantes y es una buena decisión que se haga desde el Mercosur. Pero las expectativas de una acuerdo de libre comercio con los EE.UU. son desmedidas, y las autoridades norteamericanas lo han puesto en su dimensión justa. Hay que diferenciar entre el discurso y la realidad: una cosa son las declaraciones en favor del ALCA y otra la efectividad de las negociaciones. La representación comercial de los EE.UU. está más preocupada por la reunión de la OMC que por el ALCA. MARCELO REGUNAGA Secretario de Agricultura El ALCA es una negociación compleja entre 34 países; de allí que es más efectiva una negociación Mercosur-EE.UU., como también lo estamos previendo con la UE. Brasil siempre ha tenido dudas respecto de una negociación rápida con el gobierno norteamericano. Lo que estamos aguardando es que haya una reducción concreta y pronta del proteccionismo: la eliminación de los subsidios a las exportaciones, el mejoramiento del acceso a los mercados, el escalonamiento arancelario, aumentos de las cuotas con arancel cero y la eliminación de subsidios internos, que son distorsivos. JUAN LLACH Director de Economía IAE-Univ. Austral Tanto los EE.UU. como Europa tienen gran interés en expandirse hacia América latina, continente atrasado pero con buen potencial de crecimiento. Lo agroalimentario es clave y si no hay verdadera apertura en este esquema, nuestro interés en el acuerdo es mucho menor. El principal beneficio es la importación de tecnología, garantizada en buena medida con el arancel de bienes de capital en cero. Los brasileños son menos ingenuos respecto de un acuerdo rápido "cuatro más uno". Tanto a la Argentina como a Brasil les conviene negociar en el marco del Mercosur. xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx |
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