Jueves 02 de abril de 2009
Histórica cumbre en Londres
Empieza el G-20, con la misión de cambiar la economía mundial
Graciela Iglesias
Para LA NACION
Para LA NACION
LONDRES.- Durante un desayuno, dos sesiones de dos horas y media cada
una y un almuerzo, siempre a puertas cerradas en el amurallado predio
ferial de ExCel, en un rincón apartado del viejo puerto de cargas
londinense, los líderes de 22 países industrializados y emergentes
buscarán hoy la receta para salvar al planeta de la peor recesión en la
historia moderna.
De esta forma participarán de una reunión descripta por el financista
George Soros como el "matar o morir" de la economía internacional.
La cumbre estuvo precedida por violentas manifestaciones anticapitalistas en el corazón financiero de Londres, que dejaron un muerto y pusieron en claro que el ánimo de la gente está lo suficientemente caldeado como para aceptar un eventual fracaso.
El éxito de la cumbre se encuentra lejos de estar garantizado, principalmente por los fuertes desacuerdos entre sus miembros principales. Mientras que Estados Unidos y Gran Bretaña proponen aumentar los planes de estímulo para relanzar el consumo, Francia, Alemania y Brasil sostienen que sólo una mayor regulación de los mercados financieros podrá poner fin a la crisis.
La cumbre se llama G-20, pero en realidad serán 22 los países representados, incluidos la Argentina, Arabia Saudita, Brasil, China, la India, Indonesia, Rusia y Estados Unidos. El grupo de los 20 fue creado en 1999 para tratar de resolver la crisis económica de Japón y el resto del sudeste asiático.
Pero el desafío ahora es mucho mayor. Es por eso que, además de los jefes de Estado, unos 1000 funcionarios, entre ellos el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon; los jefes del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn; del Banco Mundial, Robert Zoellick, y de la Organización Mundial del Comercio, Pascal Lamy, asistirán al encuentro.
En conjunto, las delegaciones presentes constituyen un 80% del PBI mundial y representan a un 64% de la población del planeta. Pero no hay que creer que todos los participantes ejercerán un mismo grado de influencia. Documentos filtrados por la prensa alemana revelaron que el gobierno británico confeccionó una lista en la cual la Argentina, Canadá, Australia, Rusia, Indonesia, México y Turquía figuran en una lista de "países B", mientras Gran Bretaña, Brasil, China, Francia, Alemania, la India, Italia, Japón, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur y los Estados Unidos son considerados "países A".
Esto explica, quizá, la carrera por ganar el protagonismo del encuentro. Primeros en la línea de largada, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, dieron una conferencia de prensa conjunta para "marcar la línea roja" de la posición europea: el comunicado final debe contener un plan concreto para la regulación del sistema financiero internacional.
El mensaje de Merkel fue claro: la cumbre debe sentar las bases para crear un nuevo orden de los mercados financieros que evite que se repita una crisis como la que se está viviendo. "Tenemos que ir más allá de lo hablado en [noviembre en la cumbre de] Washington y debemos hacerlo en esta cumbre porque no habrá otra -sostuvo, negando así rumores de un segundo encuentro en Roma-. No debe quedar ni un lugar ni un producto y ni una sola institución sin supervisión y sin transparencia."
Más iracundo, Sarkozy destacó que "fue Europa la que dio luz al G-20 y no es en Europa donde la crisis irrumpió. Esto no es una batalla de egos? Yo confío en Obama. Pero un gobierno debe decir lo mismo que dice su líder. La política no es sólo hacer discursos bonitos -subrayó con una sonrisa socarrona-. Es sobre todo asumir responsabilidades".
Sarkozy reiteró su amenaza de abandonar las negociaciones si las demandas franco-alemanas no son aceptadas. Las probabilidades de que esto ocurra, sin embargo, son remotas. Cuesta creer que el mandatario francés vaya a golpearle la puerta a Barack Obama en la cara en Londres para horas más tarde recibirlo con los brazos abiertos en la cumbre de la OTAN en Estrasburgo.
Convergencias
Pero eso no es todo. La reacción conciliadora de la verdadera estrella de este show, el presidente norteamericano, y del anfitrión, el primer ministro Gordon Brown, parece haber anticipado la existencia de un compromiso. "Estimo que hay bastantes convergencias [entre los países que participan de la cumbre]", dijo Obama. "Un acuerdo está al alcance de la mano en unas pocas horas", sostuvo.Un siempre sonriente Obama no dudó en aceptar que su país fue responsable, en parte, de la debacle. Advirtió, sin embargo, que "el voraz consumidor norteamericano" no puede ser más el motor de la economía mundial. Y defendió la necesidad de incrementar estímulos fiscales e hizo notar que muchos de los que critican esa posición "ya han tomado ese camino". Una referencia directa al gobierno alemán, que tiene previsto dar ayudas fiscales equivalentes a un 3% de su producción nacional en los próximos dos años.
De haber quedado alguna aspereza, ninguna quedó a la vista cuando Merkel y Sarkozy compartieron copas de champagne y canapés con los "anglosajones" en el Palacio de Buckingham y luego platos de cordero preparados por el famoso chef Jamie Oliver en Downing Street.
Londres, sin embargo, no tiene buenos antecedentes en lo que respecta a cumbres económicas. Aquella que tuvo lugar en medio de la Gran Depresión, en 1933, resultó ser un desastre. En gran medida, porque la delegación de Estados Unidos no asistió. Esta vez, sin embargo, los norteamericanos tienen un papel crucial. Y no están solos. "Por primera vez las grandes economías emergentes tienen un lugar crítico en la mesa de negociaciones", destacó Mike Froman, un consejero económico de la Casa Blanca.
China, la India y Brasil, por ejemplo, habrían logrado poner especial acento en la necesidad de reformar las instituciones financieras multilaterales, especialmente el FMI.
Se cree que el comunicado final anunciará que los países apurados por la falta de financiación, como algunas economías latinoamericanas y de Europa Oriental, recibirán nuevos créditos del FMI. Para los países pobres, la financiación vendrá del Banco Mundial (BM).
El documento también establecería un fondo para garantizar la financiación a la exportación. Los negociadores también habrían acordado que los fondos de alto riesgo sean supervisados por un foro dotado de amplios poderes. Los paraísos fiscales que se niegan a cooperar recibirán sanciones y los ejecutivos de la banca serán remunerados según "sus prestaciones reales, su apoyo al crecimiento sostenible y su capacidad para evitar riesgos excesivos", de acuerdo con principios por ser fijados por el Foro de Estabilidad Financiera.
Finalmente, los líderes del G-20 reafirmarían su compromiso de no levantar nuevas barreras a las inversiones o al comercio, no crear subsidios a las exportaciones y "no refugiarse en el proteccionismo".
Claves de la reunión
- El Grupo de los 20 está formado por los ocho países más industrializados, los 11 países con las principales economías emergentes y la UE como bloque.
- La cumbre de Londres tiene como objetivo reestructurar la economía mundial para salir de la crisis.
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