Diario "La Nación".Miércoles 19 de julio de 2000 |
La cumbre de paz de Camp David: dramáticas horas finales en busca de un acuerdo
Clinton exhorta a israelíes y palestinos a evitar un fracaso
Subsisten diferencias sobre Jerusalén.
WASHINGTON.- Bill Clinton apostaba a una noche más de desvelo en Camp
David para conseguir al menos un acuerdo parcial entre israelíes y
palestinos, que mantenían al cierre de esta edición las horas finales y
más dramáticas de una negociación que los mantuvo encerrados durante
ocho días.
Clinton transformó su partida a Japón, prevista para hoy temprano por la
mañana, en una suerte de ultimátum para el primer ministro de Israel,
Ehud Barak, y el líder palestino Yasser Arafat.
Aunque las negociaciones iban a seguir durante la noche, el vocero de la Casa Blanca, Joe Lockhart, se despidió de los periodistas que cubrían la cumbre de Camp David ayer por la tarde y dijo que la agenda de Clinton no había sufrido cambio alguno.
La Casa Blanca sólo atinó a postergar por doce horas la salida del avión, con los medios que anoche iban hacia Japón para cubrir la participación de Clinton en la cumbre de los siete países más industrializados más Rusia, conocido como el G-8.
Aunque quedó margen para el suspenso, porque el presidente de los Estados Unidos seguía empeñado en lograr un acuerdo de último momento, israelíes y palestinos no habían logrado en ocho días achicar las grandes diferencias que los separan de un acuerdo definitivo de paz.
Inminente fracaso
El desacuerdo sobre Jerusalén, que parece irreparable, estuvo a punto de terminar con la cumbre de manera anticipada, informó Reuters.Según una fuente cercana a la delegación palestina que cita la agencia de noticias, los tres líderes estaban por informar del fracaso al secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, cuando Clinton pidió una última reunión con Arafat.
En la zona este de la ciudad que para Israel es su capital eterna e indivisible, Arafat pretende instalar la capital del Estado de Palestina a partir del próximo 13 de septiembre.
Muy difícil
Las propuestas que llevó Barak a Camp David no conformaban al líder palestino, porque sólo le ofrecían -según trascendidos- un cierto grado de autonomía municipal en los barrios árabes de Jerusalén, junto con una expansión de las fronteras de la ciudad para acomodar la nueva realidad política."Es muy, muy difícil achicar las diferencias", dijo Lockhart, y contó que el presidente de los Estados Unidos había estado despierto hasta las cinco de la mañana por una reunión con Barak que terminó a las cuatro y media.
"Mucha gente ha estado despierta casi toda la noche por las últimas tres noches, ustedes pueden imaginar que están todos muy cansados, pero lo siguen intentando", contó el vocero de la Casa Blanca, cuando los negociadores enfrentaban la perspectiva de una cuarta noche consecutiva en vela.
Clinton convocó a Barak y a Arafat a Camp David con la esperanza de sellar un acuerdo histórico, como el que alcanzaron en el mismo lugar Israel y Egipto en 1978, bajo el auspicio de James Carter.
Quería evitar la escalada de violencia que puede estallar en Medio Oriente si Arafat decreta en forma unilateral el nacimiento del Estado palestino. Pero sabía también que se enfrentaba a los temas más complejos del conflicto.
Por esa razón, los funcionarios norteamericanos dejaron la puerta abierta para que de Camp David surgiera, si no un acuerdo definitivo sobre las fronteras y la capital del futuro Estado palestino, al menos un esquema provisorio que permita a las partes seguir trabajando sus diferencias.
Urgencia
Luego de una serie de postergaciones que siguieron a los primeros acuerdos que firmó con Israel como resultado de las conversaciones secretas de Oslo de 1993, Arafat llegó a Camp David con la premisa de que no aceptaría más dilaciones.Barak, a su vez, llegó dispuesto a negociar, pero siempre y cuando no traspasara tres principios que transformó en "líneas rojas".
Uno de ellos dice que Jerusalén no es una ciudad que se pueda dividir, el otro que Israel devolverá más territorios ocupados, pero sin volver a las fronteras que tenía antes de la guerra de 1967, y el tercero que sólo aceptará en dosis muy moderadas el regreso de refugiados palestinos al territorio de Israel.
Hasta anoche, el presidente norteamericano no había logrado presentar una solución que fuera aceptable para ambas partes, pero seguía empecinado en buscar, antes de su partida hacia Japón, una salida que evitara terminar en Camp David con un fracaso.
Protestas
- HEBRON, Cisjordania (AFP).- Un millar de palestinos manifestó ayer en Hebrón su rechazo por las concesiones que podrían hacer sus negociadores a Israel en la cumbre de Camp David. Los manifestantes, procedentes en su mayoría de campos de refugiados cercanos a Hebrón, enarbolaron bandeas y gritaron slogans en favor del "derecho a regresar" a Israel, que tiene 3,5 millones de refugiados palestinos.
Por María O´Donnell Corresponsal en EE.UU.
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