Desde Cuba, el Papa llamó a "servir a las personas y no a las ideologías"
También pidió fortificar el proceso de paz en Colombia. Mantuvo una reunión privada con Fidel Castro. Multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución de La Habana.
Carisma. Francisco arriba a la Plaza de la Revolución, donde celebró su primera misa en la isla.
El Papa Francisco llamó ayer durante su mensaje pastoral en Cuba a
servir "a las personas y no a las ideologías". Ante una Plaza de la
Revolución de La Habana, a la que asistieron el presidente cubano Raúl
Castro y otros 3.500 mandatarios de distintas naciones, el pontífice
recalcó en su homilía que "hay una forma de ejercer el servicio que
tiene como interés el beneficiar a los «míos», en nombre de lo
«nuestro». Ese servicio siempre deja a los «tuyos» por fuera, generando
una dinámica de exclusión", lamentó. "Por eso nunca el servicio es
ideológico, ya que no se sirve a ideas, sino que se sirve a las
personas", sostuvo.
Como siempre durante los viajes internacionales, poco después de que el vuelo AZ 4001 de Alitalia había despegado desde Santiago de Cuba con destino a Washington, Francisco se trasladó a la parte trasera del avión. Se quedó 30 minutos.
Explicó que no recibió a los disidentes porque no estaba previsto que tuviera audiencias privadas. Incluso reveló que le negó audiencia a "un jefe de Estado" que le había pedido un encuentro. Todo el mundo pensó entonces en la presidenta Cristina Kirchner. Aunque luego el embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, negó tajantemente que hubiera habido un pedido de audiencia.
Pero también algunos pensaron en el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, visto que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían pedido audiencia con el Pontífice durante su paso por Cuba, donde se negocia un acercamiento entre las dos partes.
Pese al calor tropical soportado y el cansancio acumulado en sus tres días en Cuba, el Papa volvió a sorprender por su buena forma y humor. Ante una pregunta sobre qué pensaba de esos titulares que lo acusan de ser "no católico", contó, entre risas, la anécdota de una señora muy católica que está convencida de que él es "el anti-Papa porque no usa los zapatos rojos".
-Durante su viaje, 50 disidentes fueron arrestados fuera de la nunciatura cuando ellos buscaban tener un encuentro con usted. ¿Le gustaría tener un encuentro con los disidentes? ¿Qué les diría?
-No tengo noticia de que haya sucedido eso. Y sus dos preguntas son futuribles. ¿Me gustaría? ¿Qué sucedería? A mí me gusta encontrarme con toda la gente. Considero que, primero, toda persona es hija de Dios y tiene derecho. Y, segundo, siempre el trato con otra persona enriquece. O sea, que el futurible lo respondo así. Si usted quiere que le diga algo más, le puedo decir algo en concreto. Primero, estaba bien claro que yo no iba a dar audiencias. Porque se pidieron audiencias de otros sectores, incluso de algún jefe de Estado. Y no, yo estoy en una visita en un país. Y segundo, de la nunciatura se hicieron llamadas telefónicas a algunas personas que están en ese grupo de disidentes y se les comunicó que yo, con gusto, cuando llegara a la Catedral los saludaría. Eso sí existió, pero, como ninguno se identificó como tal, yo no sé si estaban o no estaban.
-¿En su encuentro con Fidel, usted tuvo la percepción de que él se ha arrepentido?
-El arrepentimiento es una cosa muy íntima. Una cosa de conciencia. En el encuentro con Fidel yo hablé de historias de jesuitas conocidos, hablamos mucho sobre la encíclica Laudato Si.
-En el último viaje a América latina, criticó duramente el sistema capitalista liberal. En Cuba, parece que sus críticas del sistema comunista no eran muy severas, sino soft. ¿Por qué estas diferencias?
-En los discursos que he hecho en Cuba, siempre he puesto el acento en la doctrina social de la Iglesia. Pero las cosas que se deben corregir las he dicho claramente, no perfumadamente, ni soft.
-¿Por qué decidió no recibir a los disidentes? ¿Va a haber un rol de la Iglesia Católica en buscar la apertura de las libertades políticas, visto el rol que ha jugado en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?
-Primero el "los". No recibir "los". No, no recibí ninguna audiencia privada. Eso es para todos y hubo una de un jefe de Estado, se le dijo que no y que no tenía nada que ver con los disidentes. El trato con los disidentes fue el que expliqué. La Iglesia hizo listas, hubo recientemente un indulto de 3000 presos, ha pedido indultos y continuará haciéndolo.
-¿Cuba tiene un mal, ya que fue visitada tres veces en 20 años por un pontífice?
-No, no. No vine porque tenga un mal especial, sino por lo que se dio el 17 de diciembre pasado [por el acercamiento con Estados Unidos]; entonces, dije: "Voy a entrar a Estados Unidos por Cuba".
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Más adelante, pidió evitar un nuevo fracaso del
proceso de paz en Colombia y caminar hacia una "definitiva
reconciliación" que ponga fin al conflicto armado. "Por favor, no
tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y
reconciliación", dijo el pontífice desde La Habana, donde se realizan
negociaciones entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano.
Pidió que la sangre de miles de inocentes durante el conflicto armado
"sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo, incluso en esta
bella isla, para una definitiva reconciliación".
El pontífice, al término del oficio, fue saludado por
la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y luego mantuvo una
reunión privada por más de 56 minutos con Fidel Castro, con quien
intercambió regalos.
El mensaje pastoral del Papa en la multitudinaria
misa que ofició en La Habana era aguardado ayer con expectación por la
posibilidad de que aludiese indirectamente a la realidad social y
política de la isla.
Los predecesores de Francisco, Juan Pablo II y
Benedicto XVI, también pronunciaron discursos similares durante sendas
visitas que hicieron a la isla en 1998 y 2012, respectivamente.
El prójimo como razón. Para su
homilía celebrada ante el presidente Castro, cientos de invitados de la
cúpula del gobierno comunista de la isla y decenas de miles de
feligreses y curiosos, en el segundo día de su visita a Cuba Francisco
eligió el "servicio al prójimo" como tema central.
"Lejos de todo tipo de elitismo, el horizonte de
Jesús no es para unos pocos privilegiados capaces de llegar al
«conocimiento deseado» o a distintos niveles de espiritualidad", dijo el
religioso jesuita.
"Quien quiera ser grande, que sirva a los demás, no
que se sirva de los demás", agregó. "Hay un servicio que sirve; pero
debemos cuidarnos del otro servicio, de la tentación del «servicio» que
«se sirve»", pidió.
Las autoridades pusieron también decenas de ómnibus a
disposición para que simpatizantes del gobierno y trabajadores
estatales pudieran llegar a la famosa plaza, conocida entre otras cosas
por una imagen gigante en relieve del guerrillero Ernesto "Che" Guevara.
Grupos de opositores políticos habían señalado de
antemano que temían que las autoridades impidan llegar a la plaza a
aquellos disidentes que quisieran hacerlo. Y en efecto así ocurrió, ya
que los fotógrafos pudieron documentar como jóvenes con remeras blancas
fueron sacados por la fuerza cuando quisieron protestar en la plaza
contra el régimen.
Varios niños recibieron simbólicamente la comunión de manos de Francisco durante la misa.
La visita de Francisco a Cuba tiene también un alto
perfil político debido a su papel de mediador en el histórico
acercamiento entre los gobiernos de La Habana y Washington.
Al concluir la misa, el cardenal Jaime Lucas Ortega,
arzobispo de La Habana, no solo agradeció al Papa sus gestiones a favor
del acercamiento entre Cuba y EEUU, sino también su impulso para la
superación de las disputas internas. "Para alcanzar", dijo, "en espíritu
cristiano de perdón y misericordia, la anhelada reconciliación entre
todos los cubanos, los que vivimos en Cuba o fuera de Cuba". El
arzobispo se convirtió en el único de los presentes, incluidos Castro y
Bergoglio, en referirse, aunque sin nombrarlas, a la disidencia y el
exilio.
Preguntado en las horas previas el padre Federico
Lombardi, portavoz del Vaticano, si el Papa pasaría de largo por Cuba
sin recibir a los disidentes ni abordar la cuestión, el jesuita
respondió que "no todo en la visita del Papa son discursos públicos;
también hay asuntos que se tratan en privado", dando a entender que
Bergoglio estaría mediando a favor de la oposición, pero lejos de los
medios y la polémica.
Reprimieron a disidentes
Varias activistas del grupo opositor cubano Damas de
Blanco fueron detenidas ayer antes de la misa del Papa en La Habana,
según dijo la líder de la organización, Berta Soler.
Unas 20 activistas fueron arrestadas alrededor de las
cinco de la mañana cuando salían de la sede del grupo en el distrito de
Centro Habana para ir a la misa de Francisco en la Plaza de la
Revolución, explicó Soler.
Todas fueron liberadas "sobre las 10 de la mañana",
dijo la opositora a la agencia DPA. La multitudinaria misa de Francisco
en la céntrica plaza habanera se celebró alrededor de las nueve de la
mañana. Las Damas de Blanco, que protestan todos los domingos con el
gobierno con una marcha delante de una iglesia, habían anunciado que
intentarían ir al acto religioso.
Soler también sostuvo que a ella y a otro activista
les impidieron acudir el sábado a la nunciatura apostólica para ver a
Francisco. Unas 140 personas estaban invitadas a un acto para saludar al
pontífice tras su llegada a La Habana.
"Me arrestaron junto a Angel Moya por la Seguridad
del Estado, impidiendo que llegáramos a la Nunciatura Apostólica",
denunció a través de su cuenta de Twitter. Otras activistas contrarias
al régimen también denunciaron que "las brigadas de respuesta rápida"
les impidieron acercarse a la morada del Papa. También el líder de la
llamada Unión Patriótica de Cuba, José Daniel Ferrer, denunció la
detención de 31 opositores que pretendían asistir a la misa.
En el sitio de la bloguera opositora Yoani Sánchez,
14ymedio.com, se asegura que entre los detenidos hubo al menos tres
activistas de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), que habían logrado
llegar hasta la plaza.
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El Papa, sobre los disidentes: "Estaba bien claro que yo no iba a dar audiencias"
Durante
el vuelo a EE.UU., respondió así a las críticas por su falta de
contacto con la oposición; reveló que un jefe de Estado, que no
identificó, pidió una audiencia
LA NACION
Miércoles 23 de septiembre de 2015
A BORDO DEL VUELO PAPAL.- ¿Por qué no recibió a disidentes cubanos? ¿Y por qué tuvo un discurso percibido como demasiado soft con el régimen comunista de la isla?
Esas
fueron las preguntas que ayer más le hicieron a Francisco los
periodistas del vuelo papal. Y, quizá porque existe una cuestión de
Estado de la que no puede hablar, y más aún después de su papel de
mediador en el deshielo con Estados Unidos, el Papa fue muy diplomático.
Con evasivas, evitó definiciones concretas.Como siempre durante los viajes internacionales, poco después de que el vuelo AZ 4001 de Alitalia había despegado desde Santiago de Cuba con destino a Washington, Francisco se trasladó a la parte trasera del avión. Se quedó 30 minutos.
Explicó que no recibió a los disidentes porque no estaba previsto que tuviera audiencias privadas. Incluso reveló que le negó audiencia a "un jefe de Estado" que le había pedido un encuentro. Todo el mundo pensó entonces en la presidenta Cristina Kirchner. Aunque luego el embajador argentino ante la Santa Sede, Eduardo Valdés, negó tajantemente que hubiera habido un pedido de audiencia.
Pero también algunos pensaron en el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, visto que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) habían pedido audiencia con el Pontífice durante su paso por Cuba, donde se negocia un acercamiento entre las dos partes.
Pese al calor tropical soportado y el cansancio acumulado en sus tres días en Cuba, el Papa volvió a sorprender por su buena forma y humor. Ante una pregunta sobre qué pensaba de esos titulares que lo acusan de ser "no católico", contó, entre risas, la anécdota de una señora muy católica que está convencida de que él es "el anti-Papa porque no usa los zapatos rojos".
-Durante su viaje, 50 disidentes fueron arrestados fuera de la nunciatura cuando ellos buscaban tener un encuentro con usted. ¿Le gustaría tener un encuentro con los disidentes? ¿Qué les diría?
-No tengo noticia de que haya sucedido eso. Y sus dos preguntas son futuribles. ¿Me gustaría? ¿Qué sucedería? A mí me gusta encontrarme con toda la gente. Considero que, primero, toda persona es hija de Dios y tiene derecho. Y, segundo, siempre el trato con otra persona enriquece. O sea, que el futurible lo respondo así. Si usted quiere que le diga algo más, le puedo decir algo en concreto. Primero, estaba bien claro que yo no iba a dar audiencias. Porque se pidieron audiencias de otros sectores, incluso de algún jefe de Estado. Y no, yo estoy en una visita en un país. Y segundo, de la nunciatura se hicieron llamadas telefónicas a algunas personas que están en ese grupo de disidentes y se les comunicó que yo, con gusto, cuando llegara a la Catedral los saludaría. Eso sí existió, pero, como ninguno se identificó como tal, yo no sé si estaban o no estaban.
-¿En su encuentro con Fidel, usted tuvo la percepción de que él se ha arrepentido?
-El arrepentimiento es una cosa muy íntima. Una cosa de conciencia. En el encuentro con Fidel yo hablé de historias de jesuitas conocidos, hablamos mucho sobre la encíclica Laudato Si.
-En el último viaje a América latina, criticó duramente el sistema capitalista liberal. En Cuba, parece que sus críticas del sistema comunista no eran muy severas, sino soft. ¿Por qué estas diferencias?
-En los discursos que he hecho en Cuba, siempre he puesto el acento en la doctrina social de la Iglesia. Pero las cosas que se deben corregir las he dicho claramente, no perfumadamente, ni soft.
-¿Por qué decidió no recibir a los disidentes? ¿Va a haber un rol de la Iglesia Católica en buscar la apertura de las libertades políticas, visto el rol que ha jugado en el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?
-Primero el "los". No recibir "los". No, no recibí ninguna audiencia privada. Eso es para todos y hubo una de un jefe de Estado, se le dijo que no y que no tenía nada que ver con los disidentes. El trato con los disidentes fue el que expliqué. La Iglesia hizo listas, hubo recientemente un indulto de 3000 presos, ha pedido indultos y continuará haciéndolo.
-¿Cuba tiene un mal, ya que fue visitada tres veces en 20 años por un pontífice?
-No, no. No vine porque tenga un mal especial, sino por lo que se dio el 17 de diciembre pasado [por el acercamiento con Estados Unidos]; entonces, dije: "Voy a entrar a Estados Unidos por Cuba".
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Diario "Clarín". Buenos Aires, 22 de setiembre de 2015. |
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