Diario "Clarín". Buenos Aires, 12 de setiembre de 2014.
Multitudinaria marcha en reclamo de la independencia en Barcelona
Los catalanes festejaron su Día de la Patria Fue una de las mayores concentraciones realizadas en Cataluña para apoyar un referéndum que Madrid rechaza.
Centenares de
miles de personas respondieron masivamente a la convocatoria en apoyo
del llamado a una consulta por parte del gobierno de la comunidad
autónoma para decidir si se organiza un plebiscito soberanista.
Nunca en otras reuniones por la Diada, el Día de la Patria Catalana, había sido tan nutrida
la presencia de los ciudadanos, cuando los críticos al nacionalismo
catalán esperaban una menor concurrencia por la decisión del gobierno de
Madrid de asegurar que recurriría al Tribunal Constitucional para
invalidar la convocatoria de una consulta el 9 de noviembre próximo por
parte del ejecutivo de Cataluña.Dos inmensas columnas formaron en las principales avenidas de Barcelona filas en amarillo y rojo que representaran los colores de la Senyera, la bandera catalana. Bajo un sol de justicia, sin que se registrara ningún incidente, la demostración se realizó durante horas en un clima fervoroso.
“Ahora es la hora”, era la consigna de la marcha. La historia cambió mucho el clima de la demostración porque se conmemoraban los 300 años en que las tropas borbónicas de Felipe VI, en la guerra de sucesión contra las Habsburgo de Austria, realizaron un cerco muy dilatado de Barcelona, a la que bombardearon implacablemente.
Después entraron a sangre y fuego, provocando una gran destrucción y una matanza espantosa. Las leyes con las que Cataluña protegía sus libertades e identidad fueron abolidas por Felipe V, quien remató la derrota con la absorción total de Cataluña, que perdió una demoledora prueba histórica y ganó un resentimiento que ha nutrido a las distintas variantes nacionalistas.
La guerras carlistas del siglo XIX, que tuvieron amplia repercusión en Cataluña, y la cruenta guerra civil española, donde los catalanes defendieron otra vez su independencia e identidad, fueron acontecimientos que robustecieron la hostilidad hacia España y la voluntad independentista.
Estos recuerdos no hicieron sino aumentar los resentimientos. En los medios catalanes y en la reconstrucción de los hechos de 1714 por la TV se aludió a la gesta sin ahorrar dramatismos.
Esta vez lo que pudo constatar Clarín es que de la consulta se habló entre la gente mucho menos que de independencia. La bandera catalana ondeó pero con la estrella del independentismo. La hegemonía de la “estrelada” fue abrumadora, sobre todo en los jóvenes.
Familias enteras acudieron a la marcha, todas con la bandera independentista que promovía la juventud. Un periodista alejado de la izquierda se negó en una popular tertulia televisada a apoyar los lugares comunes que quieren cerrar los ojos ante esta ruptura de la sociedad catalana. “Muy pocos jóvenes menores de 35 años no son independentistas”, explicó.
Las cosas han cambiado.
El independentismo parece hegemonizar el fervor popular y ése es un logro claro e inesperado.
Los 470.000 inscriptos del año pasado para integrar la cadena humana que cruzó el territorio catalán creció ayer hasta los 550.000 que se apuntaron a la gigantesca V que desde un vértice central se abrió por la avenida Diagonal y la Gran Vía de las Cortes Catalanas. Según la Guardia Urbana de Barcelona, 1,8 millones de personas se congregaron en la ciudad. En cualquier caso, la imagen proyectada desde el aire permitió a los organizadores asegurar que el independentismo goza de plena forma en vísperas de la convocatoria de la consulta soberanista que el presidente catalán Artur Mas mantiene intacta y que Madrid ha prometido impugnar.
En la lejana plaza de las Glorias Catalanas donde se encontraron, una joven de 15 años que cumplirá 16 el 9 de noviembre trepó sobre una pequeña escalera y votó en una urna blanca acompañada de una vasta ovación.
Para entonces, las largas filas que representaban los colores de la “Senyera” se extendían por once kilómetros. Desde el aire era un espectáculo extraordinario. Los organizadores habían querido provocar una fuerte impresión internacional. En medio de las columnas se desplegaban los retratos inmensos de líderes internacionales a los que se requería apoyo para poder votar. El presidente Mas reiteró las demandas catalanas: “Queremos ser tratados como las otras naciones del mundo y, por lo tanto, decidir nosotros mismos sobre nuestra economía, nuestros servicios públicos, nuestra identidad y la forma de relacionarnos con Europa y otras naciones del mundo”.
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