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jueves, 24 de septiembre de 2015

GUANTÁNAMO 2014 Los ex detenidos en Guantánamo prometen "sólo buena voluntad"


Los ex detenidos en Guantánamo prometen "sólo buena voluntad"

En una carta, el sirio Omar Faraj agradeció a Mujica y dijo que harán "contribuciones positivas"
Diario "La Nación".
Corresponsal en Uruguay
Martes 09 de diciembre de 2014



MONTEVIDEO.- Agradecimiento profundo y disposición a "buena voluntad". Así, con ese mensaje, los ex presos de la cárcel de Guantánamo que llegaron anteayer a Uruguay expresaron su sentimiento hacia el país que les dio refugio. Una carta pública de uno de los hombres que pasaron más de una década detenidos sin juicio fue presentada como símbolo de ese deseo.

Omar Mahmoud Faraj, un sirio de 39 años que integra el grupo de los seis liberados que militares norteamericanos trasladaron desde la base en Cuba hasta Montevideo, escribió que su grupo brindará "sólo buena voluntad" y "contribuciones positivas" en su estancia en el país, mientras aprenden español y rehacen sus vidas.

El ministro de Defensa uruguayo, Eleuterio Fernández Huidobro, dijo ayer que los liberados "estarán un día más, a lo sumo", cumpliendo las disposiciones sanitarias, y que habrá que estar atentos a "lo que los médicos digan". Añadió que "se le van a terminar los análisis que les están haciendo en el Hospital Militar".
El funcionario sostuvo que la revisión médica es "la única razón" por la que los ex prisioneros de Guantánamo no se encuentran ya "por las calles de Montevideo, caminando como cualquier hijo de vecino".

Los hombres, que llegaron a Uruguay en buenas condiciones generales, fueron sometidos a análisis de rutina y los médicos destacaron anemia, desnutrición o problemas respiratorios.
El presidente uruguayo, José Mujica, había dicho que algunos empresarios le habían ofrecido cooperación en el operativo, para dar trabajo a algunos de los ex presos, acusados de terrorismo, pero que no han tenido juicio, y que últimamente fueron calificados de baja peligrosidad.

Ahora, el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (Sedhu), que en Uruguay es el encargado de aplicar los programas del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), tendrá la responsabilidad del reasentamiento de los ex presos.
El gobierno uruguayo inició el procedimiento de carácter de refugiados para los seis ex prisioneros, y la solicitud fue tomada por el vicecanciller Luis Porto, que preside la comisión que considera esos casos.
En la carta que divulgó el diario El País, entregada por el abogado de Faraj, Ramzi Kassem, el ex detenido dijo que "por los últimos 12 años" también fue conocido como "prisionero 329" en Guantánamo. "Soy uno de los hombres recién llegados como refugiados desde esa horrible prisión", comienza la misiva.
Dijo que está "seguro que muchos uruguayos sienten curiosidad" por la situación del grupo, y que por eso la carta iba dirigida "directamente al pueblo de Uruguay, en el espíritu de apertura y de la amistad".
"Yo nací en Siria en una familia grande, con un hermano y cinco hermanas. Aunque éramos de recursos modestos, yo recuerdo una niñez feliz, pasando días nadando en el río cerca de mi hogar", contó en la carta. "Dejé la escuela después del sexto grado para trabajar, primero, como mecánico, y después como carnicero", agregó.
Tras un paso por Irán, adonde fue "en busca de trabajo y para evitar el servicio militar obligatorio de dos años en Siria", Faraj luego viajó a Afganistán, donde en 2001, en plena guerra, tuvo temor de "que una de las partes beligerantes, la Alianza del Norte", lo matara "por ser árabe". De allí huyó a Paquistán, donde fue detenido. "Me entregaron a miembros del ejército estadounidense a cambio de una recompensa. Por seis meses, los norteamericanos me encarcelaron en Kandahar, en condiciones infrahumanas", relató. El 8 de junio de 2002 fue trasladado a Guantánamo, donde estuvo preso "en condiciones crueles, sin cargos, juicio o proceso justo".
En 2009 revisaron su expediente y determinaron que "debería ser liberado", pero quedó "cinco años más en esa prisión".
Agradeció al "pueblo uruguayo" y personalmente "al presidente José Mujica" por considerar que tuvo un "acto noble de solidaridad" con el compromiso de tratarlos "como seres humanos plenos, en vez de actuar como otro carcelero".
"En cuanto a mí y los otros prisioneros, deseo asegurarle a todos los uruguayos que brindaremos solo buena voluntad y contribuciones positivas a Uruguay mientras aprendemos español y rehacemos nuestras vidas aquí", concluyó la carta de Far
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Torturas de la CIA fueron peores de lo que se sabía: Senado de EE.UU.

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Torturas de la CIA fueron peores de lo que se sabía: Senado de EE.UU.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, admitió en agosto de este año que oficiales estadounidenses habían "torturado a alguna gente" luego de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Elpais.com.co | AFP
El Senado de Estados Unidos hizo público este martes un informe sobre las brutales técnicas de tortura que la CIA usó para interrogar sospechosos tras los atentados de 2001, lo que preocupa a la clase política y aliados de Washington, como Polonia.
Las torturas y métodos de interrogatorio utilizadas por la CIA contra sospechosos fueron "mucho peores" de lo que se había reconocido públicamente hasta ahora, apunta el informe.
El documento de 525 páginas, que incluye párrafos enteros cubiertos por una tinta negra para proteger información confidencial, apunta que la CIA impidió que el Congreso y la Casa Blanca tuvieran acceso a información sobre lo ocurrido. Los brutales métodos de interrogatorio "no fueron una forma eficiente de adquirir información precisa u obtener la cooperación de detenidos", señala el informe, que sin embargo apuntó que la CIA insistía en la eficacia del sistema.
El estudio del Senado también denuncia que la CIA "no llevó un conteo profundo o preciso del número de personas que detuvo, y del número de detenidos que no reunían las condiciones mínimas para ser detenidas".
El informe sobre la investigación promovida por el Senado y realizada entre 2009 y 2012 fue finalmente publicado pese a que el secretario de Estado, John Kerry, advirtió la semana pasada sobre el impacto negativo que podría tener para los intereses estadounidenses en el mundo.
El documento contiene duras revelaciones sobre el programa secreto que puso en marcha el gobierno del presidente George W. Bush (2001-2009) para interrogar a las personas consideradas sospechosas de tener vínculos con Al Qaeda, después de los ataques del 11 de septiembre.
Los sospechosos fueron sometidos a técnicas que incluían el ahogamiento simulado, mantenerlos durante períodos prolongados en posiciones incómodas, impedirles dormir y otros métodos que fueron aplicados en centros de detención clandestinos manejados por la CIA y en la prisión de la base militar de Estados Unidos en la bahía de Guantánamo en la isla de Cuba.

Obama toma distancia de Bush

Desde que llegó al poder en 2009, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha tratado de distanciarse de las estrategias aplicadas por el gobierno de su antecesor, George W. Bush. Este martes afirmó que la tortura es "contraria a los valores" que defiende el país.
"Por esa razón decidí prohibir la tortura cuando asumí la presidencia, porque una de las herramientas más poderosas que tenemos para enfrentar a los terroristas y mantener seguros a los estadounidenses es mantenernos fieles a nuestros ideales", dijo Obama.
Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, había dicho que se han tomado "medidas prudentes" para reforzar la seguridad en las instalaciones de Estados Unidos y en las misiones diplomáticas en el extranjero para prevenir posibles reacciones de descontento por la divulgación del contenido. Interrogada sobre el objetivo de la divulgación, Dianne Feinstein, presidenta demócrata de la comisión, opinó que es saludable para "una sociedad justa que se basa en el derecho".
Dirigentes del opositor Partido Republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el costo excesivo del informe (40 millones de dólares) para los contribuyentes estadounidenses. Uno de ellos, el presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, dijo el domingo que la divulgación era "una pésima idea" y que "nuestros aliados nos dicen que provocará violencia y muertes".
Dick Cheney, quien fue vicepresidente de Bush, defendió vigorosamente la crudeza de las técnicas utilizadas para interrogar a los sospechosos, argumentando que ellas eran "totalmente justificadas" y necesarias para obtener información que permitiera salvar la vida de estadounidenses y otras personas en el mundo que pudieran verse afectadas por ataques terroristas de Al Qaeda.
Por su parte, la directiva de Human Rights Watch, Laura Pitter, defendió la decisión de divulgar el informe. "Dos administraciones ocultaron durante demasiado tiempo la extensión de los abusos del programa de la CIA a la opinión pública estadounidense", dijo.
Pitter añadió: "Esperamos que la difusión de la informe será el comienzo, no el final, de las investigaciones sobre las torturas en Estados Unidos para garantizar que no volverán a ocurrir".
Uno de los países que podría quedar malparado tras las revelaciones de este martes es Polonia. Varsovia anunció que Obama y la primer ministra polaca, Ewa Kopacz, aspiran a que la publicación del informe sobre las prisiones de la CIA "no tenga un impacto negativo" en las relaciones bilaterales.
Obama y Kopacz hablaron por teléfono, informó el gobierno polaco. Polonia nunca admitió oficialmente la existencia de cárceles secretas de la CIA en su territorio, donde estaban detenidos presuntos terroristas de Al Qaeda capturados por Estados Unidos. Sin embargo, en julio pasado la Corte Europea de Derechos Humanos (CEDH) condenó a Polonia por "complicidad" en las torturas sufridas por un palestino y un saudita.

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