Ieco Diario "Clarín". Buenos Aires, 27 de setiembre de 2015.
Obama y Xi Jinping fijan las reglas
mirada globalNo se puede “normalizar” la economía de EE.UU. sin el respaldo de la República Popular.
Tras 7 años de
inacción, y una desocupación de 5,3% –virtual pleno empleo–, la Reserva
Federal (Fed) no aumentó las tasas de interés (0%/1,5% anual), y adujo
que se debía a la presión deflacionaria proveniente de China.
“Recientes
acontecimientos globales han restringido la actividad económica
(desaceleración de la economía china -7% anual en el primer semestre de
2015), lo que impondrá previsiblemente una mayor presión depresiva en la
inflación de corto plazo”. La Fed pretende una inflación de 2% anual, y
emitió US$85.000 millones mensuales desde 2009 para lograrlo. Las reservas chinas ascienden a US$4,1 billones (junio 2015), 40% del total mundial, y bajaron US$400.000 millones en los últimos tres meses. Deutsche Bank sostiene que si los activos chinos disminuyen US$1,1 billones (lo que podría ocurrir en los próximos 12 meses), la presión sobre la tasa de los títulos del Tesoro a 10 años aumentaría en 200 puntos básicos. Esto hace que “ … si los treasuries en manos extranjeras disminuyen US$100.000 millones en un mes, los títulos del Tesoro a 5 años aumentan 40/60 puntos básicos”.
Es imposible “normalizar” a la economía norteamericana (fijar niveles de tasas consistentes con la tasa de crecimiento potencial) en los términos previos a la crisis 2008/2009, sin el concurso de la República Popular.
Xi Jinping visitó esta semana Washington; y el comercio bilateral China-EE.UU. alcanzó en 2014 a US$555.100 millones –el mayor del mundo–, con una inversión recíproca de US$120.000 millones (era 0 en 2000), y hay inversiones chinas en 45 Estados de la Unión.
La clave del vínculo es el acuerdo de inversiones (BIT) que se concluiría en 2016 e implica libre acceso de los capitales de ambos países a la totalidad de los sectores productivos y servicios del otro, salvo reducida lista de seguridad.
China adelantó este acuerdo al crear la Zona de Libre Comercio de Shanghai, que la integra al sistema mundial, incluyendo libre convertibilidad del renminbi.
La República Popular invertiría en el exterior US$1,5 billones en los próximos 8 años, y destinaría a EE.UU. y Europa la mitad o más. Y prevé que las exportaciones estadounidenses a su mercado superen US$530.000 millones por año.
El poder es hoy capacidad de formular reglas que encaucen la evolución de la sociedad global; y sólo pueden hacerlo los actores globales, China y EE.UU. en primer lugar. La agenda Barack Obama/Xi Jinping se orienta al futuro, fundada en una visión común. El primer punto es el acuerdo sobre el cambio climático (Beijing/APEC, noviembre 2014) constituye la política común a presentar en la cumbre de París (diciembre 2015).
El segundo es completar el acuerdo nuclear con Irán y convertirlo en alianza de los tres países para reconstruir el poder político en el Levante (Irak, Siria), como forma de responder al desafío del Estado Islámico (EI).
El tercero es resolver el desafío nuclear de Corea del Norte, salvaguardando su régimen político y acelerando su integración con China y Corea del Sur. Estos puntos son temas de un Estado Mundial en construcción. Y es el significado del encuentro Xi Jinping/Obama.
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