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martes, 4 de agosto de 2015

HIROSHIMA 2007 Murió el piloto que lanzó la bomba de Hiroshima

Diario "La Capital". Rosario, 2 de noviembre de 2007
Murió el piloto que lanzó la bomba de Hiroshima
Paul Tibbets comandó la misión que el 6 de agosto de 1945 devastó la ciudad japonesa

Columbus, Ohio. — Paul Tibbets, el piloto del avión estadounidense que dejó caer la primera bomba atómica sobre Japón el 6 de agosto de 1945, murió ayer a los 92 años. Tibbets, quien falleció en su casa en Columbus, Ohio, había sufrido apoplejías y padecía de insuficiencia cardíaca, reportó el Columbus Dispatch en su edición electrónica. Nacido en Illinois en 1915, Tibbets voló por primera vez a los 12 años, cuando desde un biplano distribuyó caramelos sobre una multitud en Hialeah, cerca de Miami, Florida.

En septiembre de 1944, fue elegido en un grupo muy reducido de militares a quienes se les informó sobre el “proyecto Manhattan”, el desarrollo secreto de armas atómicas por Estados Unidos, y se le encargó que determinara y supervisara las modificaciones necesarias para que un bombardeo pudiese transportar y descargar una de esas bombas.

En su calidad de piloto experimentado que estuvo a cargo de una de las primeras misiones de bombardeos sobre Alemania en la Segunda Guerra Mundial, Tibbets comandó entonces el Enola Gay, un bombardero B-29 Superfortress que fue bautizado en memoria de su madre. Luego de un vuelo de seis horas hacia Japón, la tripulación de Tibbets dejó caer la bomba de cinco toneladas sobre la ciudad de Hiroshima a las 8.15 hora local. El artefacto explosivo recibió el nombre en código de “Little Boy”. “Si Dante hubiera estado con nosotros en el avión, pienso que se habría aterrorizado”, dijo Tibbets en una ocasión respecto del episodio. “Se produjo una explosión terrible, inimaginable. La ciudad podía verse tan claramente con la luz del sol pocos minutos antes y ahora era una fea mancha. Había desaparecido por completo bajo esa horrible manta de humo y fuego”, agregó.

Miles de muertos. La bomba mató al instante a unas 78.000 personas. Para finales de 1945, el número de víctimas mortales por las heridas y la radiación había alcanzado alrededor de 140.000, de una población calculada en 350.000. Tres días más tarde, Estados Unidos dejó caer una segunda bomba atómica, apodada “Fat Man”, sobre Nagasaki. Japón se rindió el 15 de agosto de 1945, lo que terminó con la Segunda Guerra Mundial.

Los bombardeos atómicos forzaron la rendición de Japón, y desde entonces, han sido causa de controversia entre quienes los consideran crímenes de guerra y quienes afirman que evitaron una cifra mayor de víctimas y bajas si hubiese continuado el conflicto.

El piloto, que en esa época era un coronel de 30 años, nunca mostró arrepentimiento por su participación en el lanzamiento de la bomba atómica, convencido de que contribuyó a salvar miles de vidas estadounidenses al precipitar el final de la contienda y hacer innecesaria la invasión de Japón. “Supe cuando recibí la orden de que iba a ser algo emocional”, dijo Tibbets el 6 de agosto de 2005, cuando se conmemoró el 60º aniversario del lanzamiento de la bomba. “Teníamos sentimientos, pero debíamos dejarlos de lado. Sabíamos que la bomba iba a matar gente en todas partes. Pero mi interés principal era hacer el trabajo lo mejor que pudiera, así podría acabar la matanza lo más rápido posible. Duermo tranquilamente todas las noches”.

Tibbets se convirtió en brigadier general antes de dejar el Ejército en 1966. Más tarde fue presidente de un servicio de taxis aéreos en Columbus.

El condecorado militar pidió que no se realizara funeral en su honor, ni se colocara una lápida en su tumba ante el temor de que podría convertirse en un lugar donde sus detractores realizaran protestas.

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