Diario "La Nación". Buenos Aires, Jueves 24 de junio de 2010
El último revés de una guerra sumida en el caos
Steven R. Hurst
Agencia AP
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WASHINGTON.- Los irrespetuosos comentarios del comandante Stanley
McChrystal sobre el presidente Barack Obama y su equipo son el último
revés de una guerra de nueve años de duración sacudida por bajas
crecientes, disminución del apoyo público, dudas de los aliados y
disputas entre Washington y Kabul.
Obama no tenía opción. Debilitado por un imparable derrame de petróleo
en el Golfo de México, en medio de los problemas económicos de la nación
y los sombríos pronósticos para su partido en las elecciones
legislativas de noviembre, no podía darse el lujo de dejar pasar los
inflamados comentarios públicos de su comandante militar en Afganistán.
En realidad, McChrystal se despidió a sí mismo. Obama sólo hizo el anuncio. El mandatario dijo que el comportamiento del general "socava el control civil sobre los militares".
Es probable que la oposición republicana se aferre a la crisis de McChrystal como evidencia de la debilidad de Obama como comandante en jefe, pese a que el partido apoya la política del presidente en Afganistán. Los demócratas más progresistas ya estaban desencantados con Obama por continuar la guerra ante situaciones desventajosas y a un enorme costo.
El jefe inmediato de McChrystal, el secretario de Defensa Robert Gates, dijo que los comentarios del general eran una "distracción" del "peculiar foco" de Estados Unidos que es "combatir una guerra contra Al-Qaeda y sus aliados extremistas, que amenazan directamente a Estados Unidos, a Afganistán y a nuestros amigos y aliados de todo el mundo".
Los problemas de McChrystal con Obama comenzaron poco después de que fuera designado comandante en mayo de 2009. El general envió a Gates un informe que concluía que la misión afgana requería 40.000 soldados más para no fracasar.
Esa estimación se filtró y enfureció profundamente a la Casa Blanca, que se encontraba en medio de un prolongado estudio destinado a decidir cómo seguir esa guerra. Algunos dijeron que McChrystal estaba maltratando a la administración con amenazas. Finalmente, Obama accedió a enviar 30.000 soldados más, concediéndole a McChrystal casi todos los recursos que deseaba.
McChrystal ya había recibido una reprimenda de Obama después de que el comandante se burló públicamente de la postura del vicepresidente Joe Biden, quien defendía la opción de un pequeño incremento de efectivos con un gran énfasis en los esfuerzos destinados a combatir la insurgencia para ganar así el apoyo del pueblo afgano.
Pero la misión enviada para tomar la ciudad de Marja, en el sur del país, no ha sido el rotundo éxito que habían prometido los militares. Según la revista Rolling Stone, McChrystal se refiere a ese operativo como "una úlcera sangrante".
Apoyo de Karzai
Además, el general parecía haber acordado con el presidente afgano Hamid Karzai -quien, claramente, tiene una mala relación con la administración- cómo conducir una ofensiva contra Kandahar, la ciudad más grande del Sur y una fortaleza de los talibanes.
La operación de Kandahar es considerada crucial dentro de la estrategia estadounidense de eliminar a los talibanes. En una declaración que hizo pública anteayer, Karzai defendió a McChrystal.
Los problemas de Obama en Afganistán, por mucho que hayan sido agravados ahora por las quejas públicas de McChrystal, no se han aliviado por las disputas internas estadounidenses.
El esfuerzo bélico estadounidense, que siempre ha estado marcado por el agrio recuerdo de la derrota estadounidense en Vietnam y que la mayoría del pueblo norteamericano considera ya no vale la pena continuar, según lo revelan las encuestas, también ha causado problemas a los aliados de Washington.
El lunes, Inglaterra llegó a las 300 muertes en su fuerza destacada en Afganistán, una "pésima noticia", en palabras del premier británico, David Cameron.
Canadá, otro aliado clave en el conflicto, destituyó a su comandante militar en Afganistán supuestamente por haber entablado una relación inapropiada con una subordinada. Canadá retirará todos sus efectivos el año próximo.
Anteayer, el presidente interino de Polonia, Bronislaw Komorowski, dijo que concluirá la misión militar de su país en Afganistán en 2012, si es que gana las elecciones del mes próximo. Komorowski explicó que en 2011 empezaría a la retirada gradual de las fuerzas polacas de alrededor de 2600 efectivos, y que terminaría la misión el año siguiente. Eso, dijo, sólo es un eco de la promesa de Obama de empezar a retirar las tropas estadounidenses en julio de 2011.
Holanda, por su parte, retirará sus fuerzas el primero de agosto.
McChrystal asumió el comando militar en Afganistán después de que Obama destituyó al general David McKiernan hace 13 meses. Esa fue la primera destitución presidencial de un general en época de guerra desde que el presidente Harry Truman destituyó al general Douglas MacArthur durante la Guerra de Corea. .
Traducción de Mirta Rosenberg
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