Martes 17 de enero de 2012
La crisis global / Sin alivio en Europa
Una nueva rebaja golpea a la zona euro
Standard
& Poor's bajó la calificación del fondo de rescate y alimentó aún
más la incertidumbre; los mercados europeos, en calma
PARIS.- Negros nubarrones siguieron acumulándose ayer sobre Europa cuando la agencia Standard & Poor's
(S&P) redujo la nota del Fondo Europeo de Estabilización Financiera
(FEEF), planteando serias dudas sobre la real capacidad de la unión
monetaria de autofinanciarse para superar la crisis y de rescatar a
Grecia, el más débil de sus socios, que se encuentra al borde del
default.
No por esperada la medida fue menos desagradable. Después de que el viernes la agencia norteamericana rebajó la nota de Francia
y de otros ocho países de la zona euro, la decisión de quitarle su
triple A al FEEF parecía inevitable. El anuncio se produjo a mediados de
la tarde: la calificación del FEEF pasó de AAA a AA+.La medida de S&P debería reducir en forma automática la capacidad de préstamo de ese mecanismo europeo destinado a financiar el rescate de los países más frágiles de la unión monetaria.
A partir de ahora, "las emisiones AAA del Fondo pasarán de 440.000 millones de euros a 271.000 millones", según el banco RBS. Esa consecuencia podría haber sido menos grave si Alemania hubiera aceptado aumentar sus garantías en el FEEF para compensar la degradación de Francia y Austria. Pero la idea fue desechada rotundamente por la canciller Angela Merkel durante el fin de semana.
Los dirigentes del Fondo aseguraron que su capacidad crediticia no sufrirá ninguna modificación.
"Esa capacidad seguirá siendo de 440.000 millones de euros. El FEEF tiene los medios para cumplir con sus compromisos actuales y eventualmente con otros adicionales hasta que se concrete el lanzamiento del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MES) en julio", afirmó su presidente, Klaus Regling.
La jornada había comenzado, sin embargo, con una nota de optimismo después de que otra agencia, Moody's, anunció su decisión de mantener a Francia la nota AAA. Moody's prolongó, sin embargo, la perspectiva "estable" de la calificación.
La decisión de la segunda agencia mundial llenó de júbilo a las autoridades francesas, acorraladas por sondeos catastróficos y el escepticismo del electorado. Moody's saludó el esfuerzo del equipo de Nicolas Sarkozy por reducir el déficit del país a 3% en 2013 y juzgó positivamente las medidas tomadas para lograrlo.
Pero la agencia calificó de "importantes" los riesgos creados por la deuda y el débil crecimiento en la zona euro, "factores que no controla el gobierno, pero que pesan sobre las finanzas francesas", explicó. Moody's estima, en consecuencia, que la triple A de Francia permanece "bajo presión".
La segunda buena noticia del día fue el comportamiento de los mercados, que manifestaron una calma absoluta tras la degradación de nueve países europeos el viernes pasado por parte de S&P. En su primer test ante los mercados, Francia no tuvo inconvenientes en colocar 8590 millones de euros a corto plazo con tasas reducidas y fuerte demanda de los inversores.
"La deuda francesa es una inversión que no constituye ningún riesgo", afirmó el ministro de Economía francés, François Baroin. "En el fondo, la degradación no cambia nada", dijo por su parte Sarkozy desde Madrid, donde se reunió con el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy.
Todas las plazas bursátiles europeas terminaron en alza. París cerró con una suba de 0,89%; Fráncfort, con un repunte de 2,3%; Milán subió 1,4%, y Londres, 0,37%.
Pero el peligro sigue acechando a la zona euro debido a Grecia, cuyo riesgo de un default incontrolado aumenta de hora en hora. Las negociaciones sobre la anulación de la mitad de la deuda griega con los bancos privados están suspendidas y deberían recomenzar mañana, en un marco de verdadero escepticismo.
Signo de la persistencia de la crisis, los bancos depositaron 493.270 millones de euros en el Banco Central Europeo (BCE) durante el fin de semana, un récord absoluto.
En ese contexto de incertidumbre y a pesar de la calma manifestada ayer por los mercados, las degradaciones en cascada de Standard & Poor's deberían actuar como una severa advertencia para los responsables políticos de la Unión Europea (UE). Los inversores esperan con renovada ansiedad no sólo los resultados de las negociaciones sobre la deuda griega, sino también las decisiones de la cumbre europea del 30 del actual.
Además de la irritación general manifestada contra las agencias de calificación (ver aparte), los líderes europeos hacen esfuerzos para demostrar que son conscientes de la gravedad de la situación.
"Nos hallamos ante una crisis sin precedente que nos obliga a reducir los gastos y el déficit, pero también a encontrar el camino de un nuevo crecimiento, resolviendo los problemas de competitividad", declaró Sarkozy. Sus propósitos fueron apoyados con entusiasmo por su anfitrión, Rajoy, que se declaró partidario de la creación de un impuesto a las transacciones financieras.
Más dramáticas aún fueron las declaraciones del presidente del BCE, el italiano Mario Draghi, para quien "Europa se encuentra en una situación económica extremadamente grave". "El peor error sería cubrirse los ojos", advirtió Draghi..
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