Diario "Clarín", Buenos Aires, 15 de setiembre de 2013.
Dilma suspende la visita de Estado a Washington por el espionaje
LAS INTERCEPCIONES DE COMUNICACIONES Y CORREO PRIVADO DEL GOBIERNO BRASILEÑOEl viaje debía realizarse en octubre. Brasil protestó al comprobar que se habían espiado los mails de la presidenta.
La presidenta Dilma
Rousseff ya está decidida a suspender su visita a Washington, programada
para el 23 de octubre y donde sería recibida con los honores de jefa de
Estado. La causa de una medida tan drástica que congelaría la relación
con la Casa Blanca, ya bastante conturbada, es la ausencia de una
explicación amplia y creíble a los casos de espionaje practicado por la
norteamericana Agencia Nacional de Seguridad, conocida por su sigla NSA,
que la involucró directamente. El propio gobierno norteamericano llegó a
reconocer la semana, aunque en forma indirecta, la veracidad de las
denuncias sobre las interceptaciones regulares de mails y llamados
presidenciales brasileños a través de teléfonos celulares.
Tanto el diario Folha de São Paulo como el carioca O Globo
publicaron ayer que la decisión de suspender el viaje de Dilma se tomó
en una reunión cumbre realizada en Brasilia en la Granja do Torto, la
residencia oficial de descanso. Allí, se realizó un encuentro donde
participaron los dirigentes más próximos a la presidenta. Entre ellos,
el ex presidente Lula da Silva, el ministro de Educación Aloizio
Mercadante y el titular del Partido de los Trabajadores Rui Falcao. De
acuerdo con la prensa brasileña, fueron más de 6 horas de reunión y allí
habrían aconsejado a Rousseff a dejar en suspenso esa visita. “Ella ya
quería cancelarla. Y ahora está prácticamente decidida” relató uno de
los participantes de esa cita a los periodistas de Folha y de Globo.
La única manera de revertir la “postergación” de la gira “es que
Estados Unidos presente una justificación clara, lo que hasta ahora no
sucedió”, reveló la fuente.El miércoles último, el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil Luiz Alberto Figueiredo pasó por Washington para reunirse con Susan Rice, la principal asesora de Barack Obama en asuntos de seguridad. Todo indica que los resultados fueron magros. Un comunicado emitido por la funcionaria estadounidense admitió la “legitimidad” de las preocupaciones de Rousseff, aunque luego cargó contra la prensa por “distorsionar” el alcance de las actividades de espionaje de la NSA.
Dos denuncias vehiculizadas por la TV Globo, una el domingo 1º de septiembre y otra el domingo 8 de este mes, revelaron las periódicas “invasiones” a mails de la presidenta, a sus comunicaciones por celular y las de sus ministros, como también mostraron el interés de la agencia estadounidense por “radiografiar” ilegalmente a la petrolera brasileña Petrobras, a través de periódicas interferencias en la red privada de esta empresa. De este último caso se supo justo después que Dilma se encontrara en San Petersburgo con su colega Obama, a propósito de la cumbre del G-20 en esa ciudad. Durante la cita, Rousseff le había señalado que su gobierno, y ella misma, quieren saber exactamente cómo fue el proceso de espionaje y cuánto afectó al Estado brasileño. Obama se comprometió personalmente con el esclarecimiento demandado por Brasil y le dijo: “Créame, yo no sabía del alcance de esta actividad”.
La trama de estos episodios, que tomaron estado público recientemente, fue develada por los documentos que el ex técnico de la NSA, Edward Snowden, transfirió para su análisis al periodista del diario británico The Guardian, Glenn Greenwald. Precisamente, el Congreso de Brasil enviará en breve una misión de la Comisión de Relaciones Exteriores de Diputados para reunirse en Moscú con el ex espía norteamericano, hoy asilado en esa capital para obtener mayor información.
De acuerdo con el funcionario citado por O Globo, que estuvo el viernes en la reunión del “comité de crisis” ad-hoc en Brasilia, es “muy remota” la posibilidad de revertir la cancelación de la visita: “El gobierno norteamericano ya trabaja con la hipótesis de postergar el encuentro entre Dilma y Obama”. Hay un temor adicional en el Palacio del Planalto. ¿Qué ocurriría si en vísperas de la visita oficial de Dilma hubiera más denuncias del estilo de las que ya fueron filtradas? De acuerdo con las fuentes brasileñas eso traería más “incomodidad” a la presidenta.
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Miércoles 18 de septiembre de 2013
Malestar
Indignada, Dilma no viajará a Washington
Postergó la visita de Estado por el espionaje a sus comunicaciones
RÍO DE JANEIRO.- Finalmente, Dilma Rousseff se atrevió a decirle não a Barack Obama.
En una inusual demostración de firmeza en las relaciones entre Estados
Unidos y América latina, la presidenta de Brasil rechazó ayer la
invitación para una visita de Estado a Washington el mes próximo.
Consideró que la Casa Blanca no le dio explicaciones ni disculpas
suficientes por el espionaje a sus comunicaciones y las de millones de brasileños.
El
propio Obama intentó salvar el viaje del 23 de octubre con un llamado
personal a Rousseff, anteayer, pero la presidenta no consideró
convincentes sus argumentos, según informó ayer el Palacio del Planalto
en un duro comunicado, en el que prefirió hablar de "postergación" en
vez de "cancelación"."No están dadas las condiciones para realizar la visita en la fecha acordada", señala el texto de la presidencia, en referencia al escándalo que estalló el mes pasado cuando el programa Fantástico, de la red Globo, reveló que al menos hasta 2012 la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos había espiado las llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos de Rousseff y varios de sus asesores. Lo mismo había hecho con el entonces candidato presidencial mexicano Enrique Peña Nieto, hoy en el poder. "Las prácticas ilegales de intercepción de comunicaciones y datos de ciudadanos, empresas y miembros del gobierno brasileño constituyen un hecho grave que atenta contra la soberanía nacional y los derechos individuales; es incompatible con la convivencia democrática entre países amigos. Teniendo en cuenta la proximidad de la programada visita de Estado a Washington, y en ausencia de una oportuna investigación de lo ocurrido, con las correspondientes explicaciones y el compromiso de cesar las actividades de intercepción, no están dadas las condiciones para realizar la visita en la fecha anteriormente acordada", señaló la presidencia brasileña. El mes pasado, el programa Fantástico de la televisora Globo reveló que, por lo menos hasta el año pasado, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) espió las llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos de Rousseff y varios asesores suyos, así como los del entonces candidato presidencial en México, Enrique Peña Nieto, hoy en el poder. Los documentos internos de la NSA fueron entregados al periodista estadounidense Glenn Greenwald -columnista del diario británico The Guardian y residente en Río de Janeiro- por el ex analista de la agencia Edward Snowden, hoy refugiado en Moscú. En ese momento, Rousseff se declaró indignada por las acusaciones y exigió a Washington explicaciones. Hace dos semanas, durante la cumbre del G-20 en San Petersburgo, Obama intentó convencer a su colega de que él no había estado al tanto del espionaje y se comprometió a iniciar una investigación. Luego el caso se enturbió más cuando se reveló que la NSA también espió a Petrobras, la mayor empresa brasileña. Rousseff acusó a Estados Unidos de estar buscando secretos industriales y comerciales bajo la excusa de garantizar su seguridad nacional. La semana pasada, el canciller brasileño viajó a Washington para escuchar las aclaraciones de parte de la asesora presidencial de Seguridad Nacional, Susan Rice, pero sus esfuerzos fueron en vano. Estados Unidos esperaba que la visita -la primera de este tipo ofrecida este año por la Casa Blanca- sirviera para sellar una nueva etapa en las relaciones bilaterales. Y quiso evitar que el escándalo ahuyentara a Brasil de dos importantes acuerdos: la compra de 36 cazabombarderos fabricados por Boeing -en un negocio en el que también compiten Suecia y Francia- y las licitaciones de exploración petrolera en la llamada capa pré-sal de las costas brasileñas. "El presidente dijo que entiende y lamenta las preocupaciones que las revelaciones de supuestas actividades de inteligencia estadounidense generaron en Brasil y dejó en claro que está comprometido a trabajar con la presidenta Rousseff y su gobierno a través de canales diplomáticos para superar este tema como fuente de tensión en nuestra relación bilateral", destacó, por su parte, un comunicado de la Casa Blanca ayer, en el que se resaltó que "Obama espera recibir a la presidenta Rousseff en Washington en una fecha por combinar mutuamente". Según apuntaron fuentes diplomáticas a LA NACION, es muy poco probable que la visita de Estado de Rousseff -la primera desde que en 1995 fue recibido Fernando Henrique Cardoso- ocurra este año ni tampoco en la primera mitad del próximo año, cuando la mandataria estará abocada a su campaña por la reelección, en los comicios de octubre. Aunque ambos gobiernos buscaron subrayar que esta "embarazosa situación" no afectará los amplios vínculos entre Brasil y Estados Unidos -con fuertes intereses comerciales y económicos, así como una gran cooperación a nivel educativo, energético y en defensa-, el episodio llevó a las relaciones bilaterales a su peor momento desde los últimos años del gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010). Entonces, Brasil, que había intentado mediar con Irán para que abandonara su polémico programa nuclear, quedó resentido con Washington por haber socavado sus esfuerzos. En una reunión que mantuvo la semana pasada Rousseff con Lula, su mentor político le aconsejó desistir de realizar la visita a Washington tras el escándalo del espionaje. El tema generó gran rechazo también en el Congreso, donde se votó por crear una comisión investigadora, se decidió ofrecer protección policial al periodista Greenwald y enviar una delegación de legisladores a Moscú para interrogar a Snowden. Al mismo tiempo, el gobierno brasileño comenzó consultas para diseñar métodos de protección a las comunicaciones dentro de Brasil. Las razones del Palacio del PlanaltoEn un comunicado, Dilma justificó su decisión de no viajar a Washington por el escándalo de espionajeVoto clave en el mensalãoEl llamado "juicio del siglo" por el escándalo del mensalão empezaría a definirse hoy con el voto del decano del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF), Celso de Mello. El jueves pasado, cuando faltaba un solo voto sobre 11, el STF aplazó su decisión de aceptar o rechazar la apelación de los 12 políticos condenados por el caso de corrupción que hizo tambalear al gobierno de Lula da Silva, en 2005. De Mello deberá desempatar la votación, que estaba cinco a cinco..
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