Hace 10 años, la guerrilla cerró la puerta del diálogo
La Voz del Interior Córdoba, Argentina, 21 de febrero de 2012
El 20 de febrero de 2002, las Farc secuestraron un avión y
le pusieron fin al proceso de paz. Pastrana reconoce que fue un error
conceder una "zona de despeje".
Bogotá. A
10 años de la ruptura de los acuerdos de paz que el entonces presidente
Andrés Pastrana intentó firmar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (Farc), la principal guerrilla del país mantiene en su poder
a personas secuestradas desde antes de esa fecha y continúa con su
sangrienta lucha.
El 20 de febrero de 2002 se conoce en la historia colombiana como
“el fin del Caguán”, forma genérica de referirse a los acuerdos que
Pastrana intentó alcanzar con el entonces jefe de las Farc, Pedro
Antonio Marín, más conocido por sus alias “Manuel Marulanda Vélez” o
“Tirofijo”.Los efectos negativos de esa frustrada negociación se hicieron sentir tres días después con el secuestro de la candidata presidencial Ingrid Betancourt, la rehén de mayor valor político que tuvo la guerrilla en sus 50 años de actividad.
Un presente desfavorable. La prensa colombiana destacó ayer al recordar esa fecha que el presente no es favorable a las Farc, que en esta década sufrieron varios golpes, desde la liberación de Betancourt y otros 14 preciados rehenes, hasta el abatimiento de varios de sus jefes principales en acciones de combate y la muerte por cuestiones naturales de “Marulanda”.
Esta situación empujó a la guerrilla más antigua de Colombia a urdir acuerdos de cooperación con el otro grupo insurgente del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que, no obstante, acaba de hacer pública su vocación de entablar acuerdos con las autoridades.
Este aniversario también encuentra a las Farc enfrascadas en las idas y vueltas de una entrega unilateral de rehenes que busca levantar su desacreditada popularidad e impulsar un cada vez más lejano intercambio de prisioneros con el gobierno de Juan Manuel Santos.
Por el lado de las autoridades, el aniversario marca su incapacidad para encontrar una solución política a un conflicto que ya lleva más de 50 años, pese a los golpes asestados a las Farc en los últimos años.
En ese sentido, un análisis publicado por el diario El Tiempo destaca que para llegar a ese acuerdo de paz “se requiere una estrategia de seguridad y paz que considere la manera de hacer frente a todos los factores de violencia”.
“Además de las guerrillas hay que tener en cuenta otros factores de violencia como los grupos paramilitares y los que surgieron a partir de su desmovilización”, apuntó el matutino bogotano.
De la misma manera, “hay que considerar cómo enfrentar el problema del narcotráfico, cuyos recursos alimentan el conflicto y estimulan la criminalidad”, agregó.
“Un proceso de paz exitoso requiere de un gran consenso y de un decidido apoyo de la sociedad. Antes de iniciar un nuevo proceso, hay que ir preparando el terreno para una solución política duradera y definitiva que pueda terminar con más que seis décadas de violencia”, finaliza el análisis.
La voz de sus protagonistas. Los protagonistas del fallido proceso de paz revisaron las lecciones aprendidas y condicionaron el diálogo a que la guerrilla muestre una voluntad clara de acabar con la violencia.
El ex presidente Pastrana, que gestionó el proceso durante más de tres años, admitió ayer el fracaso que supuso haber concedido a la guerrilla una llamada “zona de despeje” militar de casi 43 mil kilómetros cuadrados en el Caguán.
Al momento de romper el proceso, Pastrana le reclamó a “Tirofijo” haber convertido el área neutral en “una guarida de secuestradores, laboratorio de drogas ilícitas, un depósito de armas, dinamita y vehículos robados”.
“Hay que buscar ese acuerdo, pero en este momento no se puede ni siquiera comenzar a hablar de paz mientras no haya gestos claros”, acotó el ex presidente a Caracol Radio.
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2.500 mensajes de todo el mundo para los secuestrados
Miles de mensajes fueron recibidos y transmitidos en la segunda maratón por radio en favor de la libertad de los rehenes.
Por Redacción LAVOZ
La Voz del Interior Córdoba, Argentina, 21 de febrero de 2012
Miles de mensajes fueron recibidos y transmitidos en la segunda maratón por radio en favor de la libertad de los rehenes.
Alemania, Corea del Sur, España, Francia y México son algunos de los
países desde los que se enviaron mensajes a esta campaña de 110 horas
continuas, que se inició a la medianoche del sábado en la Plaza de
Bolívar, en Bogotá.El Segundo Maratón de Mensajes por la Libertad de los Secuestrados y la Reconciliación fue convocada por el programa Las Voces del Secuestro y el movimiento Colombia Soy Yo, con el apoyo de otras ocho organizaciones no gubernamentales.
La campaña, que irá hasta el mediodía del jueves, se transmite por la llamada Red Mundial de Radio, que enlaza emisoras en los cinco continentes, en alianza con decenas de estaciones colombianas, incluidas comunitarias y de las fuerzas de seguridad.
Por su parte, la ex congresista colombiana Piedad Córdoba aseguró ayer en Bogotá que intenta que las Farc pongan en libertad no sólo a los seis rehenes cuya liberación han prometido, sino a todos los militares y policías cautiv
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Diario "La Nación". Buenos Aires, Jueves 18 de octubre de 2012
El arma secreta de Colombia en las conversaciones con las Farc
BOGOTÁ-Cuando los curtidos rebeldes se encuentren esta semana
cara a cara con los negociadores colombianos en Oslo y La Habana para
delinear un acuerdo de paz, deberán medir su ingenio con Sergio
Jaramillo, un académico políglota de griego clásico convertido en
experto de seguridad.
Jaramillo, de 45 años, encabezó el equipo
colombiano que negoció secretamente este año con las Fuerzas Armadas
Revo-lucionarias de Colombia, o Farc, el mayor y más antiguo grupo
rebelde de América Latina, en un refugio de La Habana. Luego de siete
meses, ambas partes acordaron un plan para la paz, que fue anunciado en septiembre .Las conversaciones arrancan en Oslo y siguen en La Habana.
"Soy optimista", afirmó Jaramillo, el Alto Comisionado de Colombia para la Paz, en una entrevista reciente. "Este es un es-cenario nuevo para las Farc, que nunca antes estuvieron dispuestas a dejar las armas".
El proceso busca terminar con medio siglo de conflicto y transformar la economía colombiana, la política de la región y el negocio de la cocaína.
El conflicto a menudo se trasladó más allá de las fronteras colombianas y afectó las relaciones con los vecinos Venezuela y Ecuador, países a los que Bogotá acusó de respaldar las guerrillas. La paz podría alterar la dinámica del comercio de drogas, ya que un tratado impactaría la estrecha relación que las Farc mantienen con el negocio de la cocaína.
Un "dividendo de paz" también podría impulsar el crecimiento de Colombia en 2% al año, afirman funcionarios.
La paz podría sellar un lugar en la historia colombiana para el presidente Juan Manuel Santos, un ex ministro de Defensa al que Jaramillo reconoce como "la fuente de inspiración y cerebro detrás de este acuerdo". Santos busca un segundo mandato y apostó su futuro político a lograr la paz.
La hoja de ruta de cinco puntos incluye un amplio plan de desarrollo rural para generar empleos para campesinos -los principales reclutas de las Farc-, un lugar para las guerrillas en el proceso político colombiano, un fin al lucrativo comercio de drogas de las Farc, indemnizaciones para las víctimas y finalmente un alto al fuego.
Los rebeldes se enfrentarán a Jaramillo, un académico con aire de profesor distraído, pero cuyos colegas afirman tiene una determinación de acero para alcanzar una paz duradera.
"Es nuestra arma secreta", afirmó Enrique Santos, el hermano mayor del presidente y asesor del grupo de negociaciones, que es encabezado por un ex vicepresidente, Humberto de la Calle.
Las conversaciones secretas este año pueden ser vistas como precursoras de las próximas rondas, que podrían durar meses. Los primeros encuentros sentaron a la mesa durante varios días seguidos a cinco negociadores del gobierno colombiano y cinco guerrilleros, junto a dos testigos cubanos y dos noruegos como garantes.
Jaramillo fue un negociador intenso, indicaron sus colegas. Una vez, recuerda Santos, uno de los rebeldes exasperados se quejó ante Santos de la testarudez de Jaramillo: "Nos pueden llamar estalinistas, pero él es peor que Stalin", dijo.
Los negociadores afrontan una tarea difícil, en parte, afirma el gobierno, porque las guerrillas de las FARC tienen una visión del mundo que desapareció con la caída del Muro de Berlín en 1989. "El truco es escucharlos para poder construir un puente que conduzca a una salida realista".
Por su parte, el jefe de las Farc, Timoleón Jiménez, conocido como Timochenko, declaró al semanario colombiano Voz del mes pasado que los esfuerzos de Bogotá de combatir a los rebeldes eran "inútiles".
"Es el estado el que vuelve a la mesa de negociaciones con las Farc", dijo. "Nosotros, las Farc, seguimos estando aquí: luchando, resistiendo, avanzando. Ahora, volvemos al teatro natural de la política, del diálogo civilizado".
Conversaciones de paz anteriores no tuvieron éxito. En 1999, cuando las Farc tenían cerca de 20.000 combatientes, el gobierno desmilitarizó una zona del tamaño de Suiza en sus selvas sureñas, y declaró una tregua como parte de las negociaciones. Las FARC usaron las conversaciones como una oportunidad para reagruparse, y el acuerdo finalmente fracaso luego de que las guerrillas secuestraran un avión y a un senador.
En 2002, los colombianos desilusionados con el proceso de paz eligieron como presidente a Álvaro Uribe, quien persiguió a las guerrillas durante los ocho años siguientes con miles de millones de dólares en ayuda de EE.UU.
Hoy, las Farc tienen unos 8.500 miembros y están más aisladas fuera de Colombia, donde se han convertido en parias internacionales. Tanto EE.UU. como la UE las califiCan como grupo terrorista.
Jaramillo dice que los ex defensores de las Farc, especialmente el presidente Hugo Chávez de Venezuela, donde las guerrillas buscaron refugio durante años, ahora apoyan el proceso de paz.
-Kjetil Malkenes Hovland, en Oslo, contribuyó a este artículo. .
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