Petrobras deja atrás la euforia
2013-03-31 - ClarínClarín - Nota - Sup. iEco - Pag. 4
ENERGIA HIDROCARBUROS
Petrobras deja atrás la euforia
La bonanza petrolera que se anunciaba hace cinco años en Brasil todavía se hace desear. La producción de crudo bajó y crece la importación de nafta.
THE NEW YORK TIMES
ESPECIAL PARA CLARIN
DOUGLAS ENGLE / BLOOMBERG. Petroleo Brasileiro SA es un coloso de la producción submarina. En la foto, una de sus plataformas petroleras, en Angra dos Reis.
La producción de petróleo brasileña cae, proyectando dudas sobre la supuesta bonanza petrolera que se pre- anunciaba hace algunos años. La importación de nafta aumenta, exponiendo al país a los vaivenes de los mercados mundiales. Hasta la industria nacional del etanol, en otro tiempo envidiada como modelo de energía renovable, ha debido importar de EE.UU.
Pasó media década desde que los brasileños celebraron el descubri- miento de enormes cantidades de petróleo en yacimientos submarinos, que posicionaban al país para un ascenso triunfal en las filas de los productores mundiales.
En vez de eso, es otra clase de shock energético lo que está ocu- rriendo: la colosal Petrobras está perdiendo la carrera del abastecimiento petrolero.
Una política de protección a la industria nacional lleva al gigante petrolero a comprar barcos, plataformas y otros equipos a compañías brasileñas. Y mientras tanto afronta una fuerte alza de su deuda, demoras en proyectos y envejecimiento de los yacimientos. El prometedor petróleo submarino sigue siendo tremendamente complejo de explotar.
Hoy, en vez de encarnar el ascen- so de Brasil a potencia mundial, Petrobras simboliza la reducción del vigor de su economía, que después de un crecimiento del 7,5% en 2010 creció a menos del 1% el año pasado.
Hasta hace poco, Petrobras sólo era superada en valor por Exxon- Mobil entre las petroleras cotizantes en bolsas. Pero ahora vale menos que la petrolera nacional de Colombia. La caída intensifica el debate sobre el intento de la presidenta Dilma Rousseff de usar a Petrobras para proteger a la población de la desaceleración económica.
"En otro tiempo se pensaba que Petrobras era indestructible, pe- ro ya no", dice Adriano Pires, un reconocido consultor de energía brasileño. "Petrobras hoy es una herramienta de política económica de corto plazo, utilizada para proteger a la industria local frente a la competencia y para combatir la inflación. Este proceso desastroso se intensificará si no se revierte".
Rouseff, como su predecesor Luiz Inácio Lula da Silva, depen- dió enormemente de las empresas estatales como Petrobras para crear empleo y activar la economía. La presidenta y sus principales asesores destacan que la desocupación se mantiene cerca de sus mínimos históricos, lo cual contrasta fuertemente con Europa y EE.UU.
En un discurso reciente, Rous- seff explicó que la prioridad de su gobierno era sacar a millones de brasileños de la pobreza.
Compre nacional Para apuntalar los índices de aprobación de Rousseff con miras a la elección presidencial en 2014, Petrobras está construyendo nuevas refinerías, buscando petróleo offshore y comprándoles la mayor parte de sus equipos a empresas brasileñas. Todas estas medidas han generado docenas de miles de puestos de trabajo y reportado beneficios políticos tangibles.
"Mi vida mejoró", dice Adinael Soares Silva, de 38 años, y soldador de una refinería en construcción de Petrobras en Itaboraí, cerca de Río de Janeiro, que gana US$800 dólares por mes. "Donde estaba antes, no ganaba como para tener una cuenta de ahorro. Hoy sí".
Pero aunque ha ayudado a man- tener bajo el desempleo de Brasil (alrededor de un 5,4%), un creciente coro de críticos apunta a los problemas de Petrobras, que incluyen el atraso en los proyectos y su incapacidad de lograr el abastecimiento, lo cual la obliga a importar nafta y venderla con pérdida.
Tras los descubrimientos de petróleo en aguas profundas, el gobierno presionó para darle a Petrobras el control de las nuevas áreas. Fue un gran cambio respecto de los 90, cuando Brasilia termi- nó con el monopolio de Petrobras como parte de una profunda restructuración de la economía. Petrobras siguió siendo estatal pero se la expuso a la fuerzas del mercado, y así emergió como un híbrido que compitió ágilmente con las petroleras extranjeras.
Hoy Petrobras perdió buena parte de esa agilidad. En 2012, su producción cayó un 2%, la primera baja de esta envergadura en años.
El sector energético internacional también está cambiando, especial- mente en EE.UU., donde hay un vuelco hacia la extracción de petróleo y gas de shale. Se estima que Brasil posee vastas reservas de shale, pero el gobierno sigue enfocado en sus costosos megaproyectos en aguas profundas.
"EE.UU. está rediseñando el ma- pa mundial del petróleo, mientras que la euforia brasileña dejó paso a la inercia", dijo el influyente Folha de São Paulo en un editorial. Para complicar las cosas, la de- manda brasileña de nafta subió un 20% en 2012, reflejando el boom automotriz, alentado en parte por el gobierno.
Petrobras aun carece de suficien- tes refinerías en condiciones de procesar el crudo, lo que la obliga a comprar cada vez más nafta del exterior. Y sigue perdiendo dinero por las importaciones de nafta debido a que el gobierno mantiene los precios internos del combustible relativamente bajos para evitar que se acelere la inflación en una economía de crecimiento lento.
Los analistas del sector afirman que el gobierno usa a Petrobras pa- ra promover objetivos políticos. El gobierno de Rousseff, por ejemplo, impulsa medidas para reactivar la industria de la construcción naval, al disponer que Petrobras compre muchos de sus barcos y plataformas a astilleros brasileños.
Pero esto generó grandes costos adicionales no presupuestados y demoras en la entrega de buques, cercenando las esperanzas de Petrobras de cumplir con las ambiciosas metas de producción.
Pese a los desafíos que enfrenta, Petrobras, fundada en 1953, sigue siendo redituable y está mucho menos condicionada por la política que algunas de las grandes petroleras nacionales. En México, por caso, Pemex retiene desde hace mucho tiempo su condición monopólica pese a las bajas en la producción, y ahora el gobierno está considerando la posibilidad de abrirla a inversiones privadas.
Maria das Graças Foster, CEO de Petrobras, fue excepcionalmente sincera sobre los problemas de la compañía. En recientes conferencias telefónicas con analistas, dijo que la producción petrolera debería mantenerse estable este año o quizás incluso volver a declinar un poco. Pero también respondió con dureza a las críticas, al sostener que la producción de los nuevos yacimientos en aguas profundas había alcanzado los 300.000 barriles diarios. Para 2020, la empresa espera duplicar la producción total a 4,2 millones de barriles por día.
Otros ejecutivos de la compañía también buscaron moderar las ex- pectativas de que Brasil vaya a ingresar en una fase sólida de independencia energética. José Carlos Cosenza, ejecutivo de Petrobras, advirtió que Brasil posiblemente tenga que importar grandes cantidades de combustible por otros diez años. Más aún, se calcula que aumentará la demanda de nafta porque los brasileños compran más autos.
Traducción: Susana Manghi
DOUGLAS ENGLE / BLOOMBERG. Petroleo Brasileiro SA es un coloso de la producción submarina. En la foto, una de sus plataformas petroleras, en Angra dos Reis.
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