Martes 21 de mayo de 2013
Marco Aurelio García: "La declaración de Vale nos parece un gran error"
El asesor de Dilma Rousseff para asuntos internacionales dice que la reducción del comercio bilateral es coyuntural
En
su carta de presentación figura "Asesor para Asuntos Internacionales de
la Presidencia", pero quienes siguen de cerca la realidad brasileña
saben que el peso real de las opiniones de Marco Aurelio García (71
años) sobre la política internacional de su país es mucho más grande de
lo que dice el título de su cargo.
"El profesor" -como lo llaman-,
nació en Porto Alegre, estudió derecho y filosofía en la Universidad
Federal de Río Grande del Sur y en la Escuela de Altos Estudios y
Ciencias Sociales en Francia. Ex afiliado al Partido Comunista
Brasileño, se exilió en Santiago y en París durante la dictadura militar
y fue entonces cuando inició sus contactos con agrupaciones de
izquierda europeas y latinoamericanas.De vuelta en su país, a fines de los ?70, conoció a un carismático sindicalista metalúrgico que años más tarde resultaría elegido presidente de Brasil: Lula Da Silva. Fue Marco Aurelio quien, en 1980, redactó el acta de fundación del Partido de los Trabajadores (PT) que hoy sigue en el poder. Las millas acumuladas como secretario de relaciones internacionales del PT, acompañando a Lula en cada excursión al exterior, fueron uno de los puntos que jugaron en su favor cuando en 2002, lo designaron para ocupar el cargo que conserva hasta hoy.
De visita en Buenos Aires para participar de un seminario organizado por la Untref, dijo que la relación bilateral es buena, aunque tiene problemas "que existen desde siempre".
-Da la sensación de que en el último tiempo se repiten los problemas, los anuncios sobre cómo solucionarlos y el incumplimiento de acuerdos. ¿Qué se puede sacar en limpio de la última -y larguísima- reunión entre las presidentas? ¿Por qué esta vez podría ser diferente?
-No creo que sea diferente, pero tampoco que las anteriores hayan sido malas reuniones. Lo que vimos fue una discusión de gran convergencia sobre los temas políticos: Paraguay, América del Sur, Unasur, Venezuela. Y eso me parece importante teniendo en cuenta la calidad del eje Argentina-Brasil. Por otro lado, tenemos problemas económicos y comerciales, algunos son viejos y otros van apareciendo. En eso también hubo algunos niveles de convergencia. Muchas veces el problema es especificar la cuestión. No es tanto las respuestas que uno da sino las preguntas que uno pone.
-¿Cuáles son las principales preguntas que Brasil se hace respecto de la Argentina?
-Nosotros no hacemos preguntas, nos hacemos conjuntamente preguntas.
-En el último tiempo, agrupaciones empresariales brasileñas se quejaron del Mercosur. Lo ven como un corset para el desarrollo del país y proponen la firma de acuerdos comerciales de modo independiente.
-La actividad comercial entre Brasil y la Argentina, aunque haya sufrido una reducción que es coyuntural, es grande. No se tienen problemas cuando el comercio es pequeño y hay pocas inversiones. Argentina es la tercera línea comercial de Brasil -la primera es China-. Respecto de las inversiones hay que hablar con cada uno de los empresarios que eventualmente han dicho no vamos a hacer más inversiones. No escuché ninguna afirmación perentoria, puede haber una posición de una empresa X, pero prefiero valorar aquellas que están aquí y quieren continuar haciendo inversiones aquí.
-Un caso muy ruidoso es el de Vale, que sí dijo que se iba.
-Vale es una empresa privada, sin embargo, tratamos de ayudar en el acercamiento de posiciones entre Vale y el gobierno argentino. Tengo entendido que había una propuesta importante, de buena calidad, sobre eso y tanto la presidenta Cristina como la presidenta Vilma fueron sorprendidas por una declaración de la retirada de Vale que se hizo a la hora en que las dos estaban reunidas. Eso nos parece un gran error, no la retirada sino hacer una declaración cuando dos presidentes están reunidas. Ellos tenían previsto volver a esa discusión en forma reservada, y no elimino la posibilidad de que se pueda establecer una nueva negociación.
-Usted dijo que no puede existir integración real sin integración física y energética, lo que sigue siendo un gran déficit en la región. ¿Hablaron las presidentas sobre proyectos concretos?
-Hay proyectos desde hace mucho tiempo en el ámbito energético y cosas que ya están funcionando. El déficit de infraestructura entre la Argentina y Brasil, aunque exista, es mucho más chico que el déficit que tenemos con otros países como Paraguay, por ejemplo. Ahora ya está muy avanzada la línea de transmisión que se está haciendo entre Itaipú y Asunción, que cambiará completamente la vida del Paraguay porque siendo un gran productor de energía -quizás el más grande productor per cápita de energía del mundo-, tenían apagones. Eso está provocando ya un desplazamiento muy grande de empresarios brasileños que quieren hacer plantas industriales en Paraguay.
-Más allá de cuestiones subjetivas como "el clima de negocios" local, criticado por el sector privado de Brasil, hay aspectos mensurables que afectan la relación bilateral, como el desvío de comercio que se dio a partir de las restricciones argentinas.
-Eso estamos discutiendo, pero hay que decir que un empresario nunca dirá a la prensa que el clima de negocios en la Argentina, Brasil o Estados Unidos es una maravilla. La gente habla cuando cree que sus intereses pueden estar afectados por políticas gubernamentales.
-Dijo que las presidentas acordaron abordar la agenda bilateral de manera global. ¿No es más fácil destrabar problemas puntuales?
-El abordaje tiene que ser puntual, las soluciones tienen que ser globales.
-Una teoría de compensación en la que se acepta perder ciertas cosas...
-Es la vida, ¿no?
-¿Cree que el estilo para negociar del gobierno argentino contempla renuncias?
-Eso fue dicho, y las partes están analizando otras cosas también, porque lo que se dice no es necesariamente cierto. Y no porque uno quiere hacer trampa, son percepciones. Por ejemplo, el problema del déficit comercial se debe en una parte al desvío de comercio, en otra a las DJAI, en otra a problemas que son claves, como que la Argentina y Brasil tuvieron un crecimiento más reducido y eso afecta al comercio..
Diario "La Nación". Buenos Aires, Martes 16 de abril de 2013
Capítulo II
Vale le dio otra vez la espalda a la Argentina
Una
subsidiaria de la minera brasileña Vale, Hidrovías do Brasil, le
solicitó financiamiento al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para
construir una flota de barcazas y remolcadores destinados a transportar
anualmente 3,2 millones de toneladas de mineral de hierro, por la
hidrovía Paraná-Paraguay, con transbordo en los puertos argentinos de
San Nicolás o uruguayo de Nueva Palmira.
El proyecto contemplaba
la fabricación de 144 barcazas de doble casco y 2500 toneladas de
capacidad, y 8 remolcadores de empuje de 7200 HP, principalmente. El
total de inversiones necesarias: US$ 400 millones.En un momento en que los astilleros de Brasil están copados por pedidos de buques de suministro para abastecer las plataformas petroleras ultramarinas, una demanda de estas características podría representar más que una simple reactivación de la descuidada industria naval nacional. Podría, además, haber sido un puntapié para concretar la "relatada" integración productiva de las cadenas de valor navales argentino-brasileñas. Podría, por último, haber dado mucho trabajo.
Nada de eso sucedió. Todo lo contrario, y del modo más chocante e inesperado.
En primer lugar, porque la empresa brasileña -que en el proceso ya había madurado la decisión (posteriormente confirmada) de abandonar el proyecto de Potasio Río Colorado- nunca cotizó en astilleros argentinos.
En segundo lugar, porque el crédito solicitado al BID, sería destinado a financiar la construcción de remolcadores en Turquía, y barcazas en China.
En tercer lugar, porque el gobierno argentino no hizo demasiado para impedir que una institución multilateral de crédito interamericano subsidiara astilleros turcos y chinos para ampliar la flota de una empresa brasileña, que operaría en puertos regionales y navegaría la mitad de su trayecto en un río argentino.
Sucede que el marco normativo del banco le impone realizar primero una consulta de "no oposición" entre los miembros, antes de remitirla al Directorio para su evaluación.
Eso pasó el 1° de noviembre de 2012, cuando el gerente general del BID, Hans Schulz, envió la "solicitud de no objeción" respecto del préstamo para el Proyecto de Transporte Hidrovías (RG-L1049) al ministro de Economía, Hernán Lorenzino. La misiva aclara: "El convenio constitutivo del BID dispone en su artículo 3, sección 7 (b) que no concederá financiamiento en el territorio de un miembro si este se opone a dicho financiamiento".
Plazos
Si luego de 15 días la Argentina no presentaba objeciones, el BID consideraría la falta de respuesta como prueba suficiente de no oposición al financiamiento.Finalmente, el 5 de este mes, el BID comunicó en su sitio que había decidido concederle US$ 100 millones a Hidrovías do Brasil para que construyera en Turquía y en China.
El BID le remitió la carta el 1° de noviembre a Economía, que registró su ingreso el 8 de ese mes. Ya habían corrido siete de los 15 días impuestos por el BID.
Economía le envió la consulta al subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, el 19 de noviembre.
El plazo ya se había vencido.
No obstante, Tettamanti puso en autos al sector privado, a través de la Federación de la Industria Naval Argentina (FINA), cuya respuesta se fechó el 29 de noviembre. "La construcción de la flota para efectuar el transporte detallado se ajusta a los estándares de construcción de varios astilleros de nuestro país, que no han recibido solicitudes de cotización", destacaba el comunicado de la FINA.
La FINA le advirtió al subsecretario que el proyecto de crédito no indicaba dónde se construiría la flota detallada. Como una profecía anunciada, y autocumplida, señalaba: "Sería realmente lamentable que con un crédito promocional como el mencionado en el proyecto se subsidie la mano de obra de países extrazona, casi siempre asiáticos, cuando nuestra región se encuentra ávida y a la espera de proyectos similares para fortalecer y afianzar nuestra industria naval".
La FINA le pidió a Tettamanti -del que era de esperar total comprensión, considerando que es propietario de un astillero con capacidad para abastecer una parte más que importante de la flota solicitada- que condicionara la solicitud de no objeción de nuestro país "al compromiso de construcción de la flota en astilleros de la región en proporción equivalente a los derroteros transitados", porque más del 50% del trayecto de la flota navegará el río Paraná.
"Es lamentable. El Gobierno no objetó el crédito", protestaron desde la FINA. El secretario del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON), Cayo Ayala, señaló que "esto demuestra, una vez más, la falta de apoyo a los astilleros y mano de obra nacional".
Desde la Cámara Santafesina de la Industria Naval, Miguel Álvarez calificó de "escándalo" el otorgamiento de este crédito cuando en la región hay astilleros "que están exportando embarcaciones en condiciones altamente competitivas en precio y calidad".
"Es necesario modificar el Acuerdo de la Hidrovía Paraná-Paraguay firmado por los cinco países de la cuenca, para prohibir la importación de embarcaciones extrazona que están en condiciones de construirse en astilleros locales, moción que la Argentina debería presentar ante el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH")", señaló Álvarez.
Como corolario, las vicisitudes indican que Vale le volvió a dar la espalda a la "competitividad" argentina, que la complementariedad interindustrial con Brasil es una entelequia, y que la industria naval no es prioridad del Gobierno (de lo contrario, los tiempos burocráticos se habrían acortado)..
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