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jueves, 26 de junio de 2014

BRASIL. LA CRISIS DINAMITÓ EL APOYO A DILMA: CAYÓ DEL 57 AL 30 %.Eleonora Gosman

Diario "Clarín". Buenos Aires, 30 dejunio de 2013. P.26

La crisis dinamitó el apoyo a Dilma: cayó del 57 al 30%

TENSIÓN EN BRASILApenas un tercio del país tiene buena imagen de su gestión. Es el costo por la ola de protestas. Sin embargo, según la encuesta de Datafolha, el 73% respalda su propuesta de una reforma política.
  • Eleonora Gosman
La popularidad de Dilma Rousseff viene en caída vertical. Del 57% de apoyo a fines de mayo pasó, ahora, al 30% de quienes piensan que su gobierno es bueno. Sin embargo, la presidenta brasileña sigue como candidata principal en las elecciones de 2014. La misma consulta de Datafolha mostró que sus adversarios, entre ellos la ex senadora y medioambientalista Marina Silva, la siguen de lejos. Para consuelo de la jefa de Estado, su propuesta de convocar a una Constituyente y a un plebiscito para una reforma del sistema político tiene un amplio respaldo entre los ciudadanos.
El 73% está a favor de una Asamblea Constituyente específica para ese asunto y el 68% apoya el plebiscito. Justamente ésa fue una de las propuestas de Dilma que suscitaron el rechazo de los partidos opositores. Llegaron a decir que se trataba apenas de una “maniobra de distracción”. No es lo que piensa la mayoría de los ciudadanos consultados.
Según la encuestadora Datafolha, que tiene fama de acertar en los sondeos electorales, Dilma llegó a la misma evaluación que los brasileños hacían del ex presidente Lula da Silva en 2005, cuando estalló el escándalo conocido como “mensalao” (por las mensualidades presuntamente pagadas a legisladores a cambio de disciplinar el voto). En aquella época, el ex mandatario había descendido a apenas 28% de la preferencia. Después de ese bajón, se recuperó rápido y fue reelecto en 2006 aunque precisó acudir a una segunda vuelta. El otro ex presidente, Fernando Henrique Cardoso, líder del Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB), terminó su gobierno en 2002 con un nivel bajísimo de aprobación. En septiembre de 1999 tuvo su peor fase, cuando apenas concitaba el respaldo de 13 por ciento de los brasileños.
El senador Aécio Neves, principal candidato de la oposición, afirmó que “las encuestas indican lo que ya marcaban las protestas: una insatisfacción que no es únicamente con la presidenta sino con toda la clase política, en razón de la ausencia de propuestas efectivas a los problemas enfrentados por las personas”. Dijo que en Brasil “hay déficits acumulados a lo largo de años” y que “nos cabe a todos analizar con humildad y responsabilidad ese mensaje” del pueblo.
A pesar de las intensas movilizaciones callejeras que todavía conmueven el país, y que comenzaron en San Pablo en reclamo de una baja en el precio del transporte público, si hoy fueran las elecciones, la presidenta Rousseff le ganaría a sus dos adversarios de mayor peso, el senador Neves, del PSDB, y la ex ministra Marina Silva, del partido Red Solidaria.
Las intenciones de voto en el primer turno muestran que la actual jefa de Estado tendría un 30%, contra 23 de Marina y 17 por ciento de Neves. En el segundo turno, según Datafolha, Dilma se alzaría con la presidencia.
Pese a que su posibilidad de ser reelegida es grande, que se concrete dependerá en gran medida de la capacidad de la mandataria de “escuchar” efectivamente las voces de las calles. Ministros del entorno presidencial y dirigentes del Partido de los Trabajadores, creen que la caída que tuvo la presidenta es por el momento “un traspié”. Y, como es obvio, resulta de las recientes protestas populares por todo el país. Pero en el derrape presidencial no solo influyó la masa juvenil que desfiló por las 27 capitales brasileñas. También tuvo que ver una desmejora en las expectativas económicas, un hecho del que da cuenta la encuesta de Datafolha. La percepción de que la economía puede golpear los bolsillos, tanto por la mayor inflación como por la caída del empleo, que temen ocurra los próximos meses. No obstante, en la cúpula del gobierno se afirma que el segundo semestre del año será mucho mejor, en términos económicos, que el primero. Razonan que eso permitiría a Dilma recuperar su prestigio.

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