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viernes, 27 de junio de 2014

ARGENTINA - BRASIL. QUE RELACIÓN QUEREMOS. CARBONE, MARIA FLORENCIA.


Argentina-Brasil

Tiempo de definir qué relación queremos

Entre la declamada alianza estratégica y la realidad aparece una agenda repleta de diferencias y materias pendientes; qué nos acerca y qué nos aleja de nuestro principal socio comercial; presente y futuro de un vínculo clave
Por   | LA NACION
Reflejarse en otros modelos e intentar reproducir esas relaciones. Resignarse a mirar al vecino desde abajo, ¿o intentar ponerse a su altura? Definirlo -y tratarlo- como aliado estratégico, ¿o transformarse en su socio?
A medida que Brasil avanza en su posicionamiento internacional, los dilemas aumentan para la Argentina: ¿dónde y cómo pararse frente al principal socio natural del país?
El titular de la UIA, José Ignacio De Mendiguren, lanzó hace un tiempo una idea: "Quiero que la Argentina sea para Brasil lo que Canadá es para Estados Unidos, no lo que es México".
¿Cuál es la diferencia entre una relación y la otra? Para ambos, el principal destino de exportación es Estados Unidos. La diferencia es cualitativa más que cuantitativa: mientras Canadá le vende principalmente bienes intermedios y servicios, México concentra la mayor parte de sus envíos en productos de menor valor agregado.
"Aspirar a una relación al estilo Canadá-Estados Unidos es una propuesta muy interesante, claramente superior a la relación México-Estados Unidos, pero por ahora debe ser tomada como una mera expresión de deseos con poco fundamento en la realidad", dice Alieto Guadagni.
El economista, ex embajador argentino en Brasil, explica que las diferencias macroeconómicas "son cruciales" y condicionan desde el inicio cualquier pretensión loable de avanzar hacia la profundización de una industrialización moderna propia del siglo XXI.
"Es difícil el avance de una estrategia argentina de largo plazo hacia un estadío superior en nuestro comercio exterior porque existen vallas muy difíciles de superar", dice. Luego enumera cuáles son las "vallas" a las que se refiere:
  • Alzas inflacionarias en costos internos en pesos por encima del tipo de cambio, en una repetición histórica de la fracasada tablita de Martínez de Hoz en los '70.
  • Dificultades crecientes en el acceso a mercados de capital que dificultan nuestra capacidad de financiar nuevos proyectos densos en capital propios de las etapas superiores de la industrialización en el siglo XXI.
  • Elevadas tasas de interés impulsadas por un alto riesgo país, sostenidas no por un elevado endeudamiento sino por la sucesión de una serie de graves errores de alto costo para el futuro de la inversión en la Argentina.
Raúl Ochoa, de la Untref, opina que la frase de De Mendiguren "tiene que ver con la capacidad de tracción de Estados Unidos y, por supuesto, con la que tiene Brasil por el tamaño de su economía". Sin embargo, cree que ser "el Canadá" lleva a equívocos.
"Canadá es lo que es por méritos propios, supera largamente a EE.UU. en los índices de calidad de vida, cuidado medio ambiental, distribución de la renta y tiene a nivel global un papel importante teniendo en cuenta que su población es de poco más de 33 millones de habitantes y tiene una destacada actividad en I&D. Además, su política exterior difiere de la estadounidense -reconoce a Cuba- y no participó en la guerra de Irak. Dicho en otras palabras, Canadá tiene un ALC con Estados Unidos (es previo al Nafta) pero esto no implica una subordinación canadiense sino una amplia relación entre socios que comparten una de las más extensas fronteras comunes en el mundo. México, por su parte, no ha aprovechado las ventajas del ALC con EE.UU. por sus propias debilidades en materia de educación, infraestructura y desarrollo industrial."
Félix Peña sostiene que entre la Argentina y Brasil existe una relación especial, resultado de la común e inevitable pertenencia al espacio regional sudamericano, de la contigüidad geográfica, de diversidades que se suelen complementar, de una clara voluntad política que se nutre de lo que enseña la historia en común y, en especial, de la conciencia que se tiene de que es ventajoso para ambas naciones el trabajar juntas.
"Ello no excluye diferencias de intereses e incluso a veces conflictos ocasionales, por ejemplo en el plano comercial. Pero también incluye muchos gestos solidarios de uno y otro país, que en determinadas circunstancias son valiosos para el otro y que no siempre tienen -o pueden tener- notoriedad pública. La esencia de esta relación especial -no siempre bien comprendida por observadores externos- es la apreciación de ambos lados de los beneficios que significa convivir en un "barrio de calidad" y es, además, la conciencia existente desde hace más de un cuarto de siglo, especialmente al más alto nivel político, de que con la calidad del barrio no se juega", comenta el director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank.

Cerca y lejos

Dante Sica, de la consultora abeceb.com, argumenta que la relación Argentina-Brasil es de las más importantes en la región porque "tenemos plataformas comunes, compartimos la frontera de agronegocios más grande del mundo, riquezas minerales y energéticas complementarias". Luego, cita las diferencias: "Si la economía de Brasil es 3,5 veces más grande que la Argentina, en la industria hay que multiplicar por 6. En los últimos 30 años ellos han tenido políticas más estables, mientras que nosotros hemos visto afectado el tejido industrial. Aquí no hubo gran inversión en sectores claves."
Sica destaca otra diferencia. "En los últimos años, la agenda de Brasil en la Argentina cambió: pasó de ser una agenda comercial a la de un país inversor, por eso más allá de los problemas de comercio, miran los temas regulatorios y de giro de divisas. Es interesante observar el avance de Brasil que pasó de 60 a 350 empresas. Y eso no se debe a que invirtieron acá porque las compañías estaban baratas sino a que las firmas brasileñas tienen acceso a fuentes de financiación. Acá falta un mercado de capitales competitivo necesario para apalancar cualquier proceso de desarrollo".
En ese período, Brasil aumentó sus compras al mundo, pero la Argentina perdió participación y lo sigue haciendo. "Argentina estuvo más pendiente del mercado interno. Trabar las importaciones que llegan desde Brasil puede servir en el corto plazo, pero no es bueno para las cadenas productivas, que figuran en cuanto discurso oficial se pronunció en los últimos 10 años. La verdadera integración tiene una agenda repleta de desafíos. La Fiesp (Federación de Industriales de San Pablo) presentó una lista con 36 productos que hoy compra a otros, pero podría adquirir en la Argentina, pero para eso es clave que el país mejore su competitividad. Más que mirar sus avances tenemos que definir políticas locales", añadió Sica.
Ochoa aporta otra definición: "La relación con Brasil pasa más por socios que por aliados estratégicos. Este término "aliados" implica ciertas visiones comunes que superan lo estrictamente económico-comercial; por caso, en las relaciones internacionales a cómo encarar el fenómeno chino; llevar posiciones acordadas al G-20 y consensuar posturas similares frente a la negociación en la UE. En la actualidad estamos lejos de esa situación".
¿Y a futuro? "Es posible, pero requiere previamente del lado argentino debatir sobre lo que es más conveniente para nuestro país y a su vez tener una Agenda Brasil que supere lo coyuntural y evalúe pro y contras de una relación más estrecha definiendo los objetivos estratégicos que se quieren alcanzar", responde.
"Deberíamos ser mucho más que la puerta de entrada al Brasil, aunque cabe señalar que nuestro socio no nos hace fácil el ingreso a determinados sectores (normas y regulaciones a las compras gubernamentales, por ejemplo). Deberíamos intentar potenciar la llegada de inversiones para determinados sectores donde nuestro país ha demostrado tener ventajas comparativas como biotecnología, desarrollo agroindustrial, servicios profesionales e industrias culturales", agrega Ochoa.
Para Peña, se trata de intensificar lo que ha hecho hasta hoy. "Dialogar mucho, dedicar tiempo y esfuerzo a entender al otro, y ser muy práctico a la hora de concertar alianzas con ganancias mutuas. Para ello es fundamental que cada uno sepa bien lo que quiere y lo que puede en el trabajo asociativo con el otro. Y ello requiere, dentro de cada país y entre ambos, un sistemático trabajo de concertación público-privada, empresaria-académica, tanto en el plano de la producción, de la innovación, de la creatividad y de la conectividad."
Peña es de los que piensa que entre Argentina y Brasil hay una "complementariedad dinámica", que a veces favorece más a un lado y otras, al otro. "La intensidad y los alcances de la relación económica bilateral depende mucho de que cada una de las naciones -y en especial sus empresas- tengan claras estrategias de cómo potenciar lo que pueden lograr a través del empleo de métodos asociativos y con una firme voluntad de trabajar juntas en su proyección al resto del mundo", acota.
Guadagni cree que las alternativas futuras en el relacionamiento con Brasil son muy promisorias, pero advierte que eso exige "una visión inteligente acerca de los desafíos de la globalización y del ascenso del nuevo mundo emergente, que no parece hayan sido aún visualizadas por las autoridades económicas que hoy tienen la responsabilidad de plantearlas y negociarlas".
Una agenda estratégica común. Un plan de desarrollo conjunto. Mirar -y hablar- juntos al mundo. La lista de deseos y planes se repite. Brasil está en el discurso. La realidad impone que esté en la agenda fáctica.

números

El creciente intercambio bilateral y las posibilidades para el futuro
  • Comercio
    Cómo evolucionó en la última década.Según datos de abeceb.com, en 2001, las exportaciones argentinas fueron de US$ 6206 millones; en 2011, US$ 17.345 millones. Las importaciones pasaron de US$ 5230 millones en 2001, a US$ 21.798 millones el año pasado.
  • Composición
    Qué hay en la canasta del intercambio. Entre los principales productos que la Argentina le vende a Brasil figuran: autos (36,9%); bienes agrícolas (24,3%); y autopartes (9,9%). Respecto de las compras, autopartes (25,1%); autos (23,5%) y químicos (11,9%) encabezan la lista.
  • Presal, la estrella
    Los descubrimientos de petróleo Presal se refiere a un conjunto de rocas ubicadas en el mar, con potencial para la generación y acumulación de petróleo. Los mayores descubrimientos fueron realizados por Petrobras en la capa presal ubicada entre los estados de Santa Catarina y Espírito Santo.
  • Una gran oportunidad de inversión.
    Según la Agencia Nacional del Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles de Brasil, la demanda de inversiones para el presal superará los US$ 400.000 millones en materiales, equipamiento, sistemas y servicios hasta 2020.

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