España: ¿cómo se sostiene un país con seis millones de desocupados?
ENFOQUES¿Por qué no se ha producido aún un estallido social? ¿Cómo se mantiene el sistema de pensiones? Con seis millones de desocupados, España tiene la tasa de desempleo más alta del mundo desarrollado, y los pronósticos para el 2013 no son mejores. El jueves se dieron a conocer los datos de la última Encuesta de Población Activa.
La mala noticia, con todo, no puede calificarse de
sorpresa. Bruselas ya alertó el 8 de enero de que el paro había
alcanzado los 6,14 millones de personas en España –con una tasa de
desempleo del 26,6%, la más alta de la Europa comunitaria, por encima de
la de Grecia– y que uno de cada tres desempleados de la UE-17 estaba en
territorio español.
Seguramente quien lo vivirá con especial preocupación es el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que señaló hace menos de un mes, en una rueda de prensa celebrada el Día de los Santos Inocentes, que iba a intentar que no se superaran los seis millones de parados. Ese deseo de Año Nuevo ha sido concedido aunque la magnitud de las cifras pueden volver a generar desconfianza en los inversores hacia España.
Con la tasa de paro más elevada del mundo desarrollado, según la OCDE, el desempleo español suscita diversas preguntas. Por un lado, ¿cómo es posible que con más de seis millones de parados –cifra que según las proyecciones de la EPA puede subir a cerca de siete millones a fines de 2013– en España no se dé un estallido social de primera magnitud? Por el otro, ¿cómo puede sostenerse un sistema de pensiones en el que hay menos de dos trabajadores cotizando por pensionista (ratio de 1,99, según los datos de la Seguridad Social)?
Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra y consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), argumenta la inexistencia de un conflicto social mayor en España recordando un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) que señala que hay más de cuatro millones de personas en economía sumergida.
“Es muy difícil estimar quiénes de estos trabajan en negro y constan como parados, pero es un dato que da buena idea de por qué las cosas están como están”, explica Amat. Su opinión encaja con datos presentados esta semana por la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, que informó de que en 2012 afloraron un 12% más de empleos sumergidos y que las infracciones en el cobro de las prestaciones de desempleo se se doblaron en el mismo período.
Amat sostiene que si el Gobierno central no toma medidas de reactivación “estaremos ante una espiral diabólica”. El catedrático afirma que hasta que no se tomen estas decisiones “no se frenará la sangría en el ámbito laboral”.
“Hasta ahora sólo ha habido recorte de gasto social, de inversiones en infraestructuras y subida de impuestos, pero la Unión Europea reclama una tercera pata: medidas de reactivación”, según Amat.
¿Cómo podría reactivarse el mercado laboral? Amat considera que reemprender la Ley del Emprendedor –que en Francia ha permitido la creación de 1,3 millones de empresas, ha ayudado a aumentar la recaudación impositiva y que permite crear un negocio en dos minutos y por Internet– sería una buena medida y “no requiere poner dinero encima de la mesa”.
“Cuando voy al extranjero siempre me preguntan qué pasa en España que no pasa nada”, señala Gonzalo Bernardos, profesor titular del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona. En su opinión, aunque es cierto que hay economía sumergida, el problema radica en que en el mercado laboral español no existe industria sustitutiva de la inmobiliaria. “La única solución es que muchos tienen ya que irse”, opina el profesor, que añade que “hasta que no se modifique la política económica de Alemania esto no va a cambiar”.
Con un contundente “estamos a un paso del estallido social”, Bernardos opina que la reforma laboral del PP, “que dicen que reactiva la economía”, lo que ha provocado es “que se despida a gente y que bajo la amenaza de despedir a más gente, se bajen los salarios”.
Según Bernardos, para impulsar una economía se puede dar más crédito con rebajas del tipo de interés –”aunque el dinero ahora es para tapar el desastre de los bancos”–, se pueden reducir los impuestos, algo que hoy “es imposible porque se tiene que reducir el déficit”; incrementar el gasto en infraestructuras, “imposible en el momento actual”; o devaluar la moneda, “cosa que el presidente del Banco Central Europeo no hace”. “¿Dónde está la reactivación?”, se pregunta el profesor.
Otro interrogante que pone sobre la mesa la última EPA del 2012 es cómo se mantiene el actual sistema de pensiones. Hay 16,4 millones de afiliados a la Seguridad Social, seis millones de parados y nueve millones de pensionistas. Con menos de dos personas cotizando por cada pensionista, ¿cómo se sostiene el sistema?
“Si la proporción entre cotizantes, parados y pensionistas no se cambia está en peligro el sistema de pensiones”, dice el catedrático Amat.
Bernardos opina, por su parte, que es “inasumible” el actual sistema de pensiones con las perspectivas de hoy. Por un lado, envejece la población y aumenta la esperanza de vida. Por el otro, la economía está en clara depresión laboral, como indica la EPA. “Nos jubilaremos a los 70 años, con pensiones más bajas, que para cobrarlas deberemos haber cotizado 25 años, y esto sucederá de la noche a la mañana”, prevé el que fue vicerrector de Economía de la Universitat de Barcelona hasta 2012. “Las cuentas no salen”, concluye.
Con relación al mercado laboral español actual, Lorenzo Rivarés, portavoz de la patronal de las grandes empresas de trabajo temporal (Agett), opina que “no es suficientemente flexible y no es suficientemente eficiente”. “Hay que intentar evitar que haya un 24% de economía sumergida, que es sangrante para todos”. En opinión de Agett, el desempleo en España “no llegará a los siete millones”.
Seguramente quien lo vivirá con especial preocupación es el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que señaló hace menos de un mes, en una rueda de prensa celebrada el Día de los Santos Inocentes, que iba a intentar que no se superaran los seis millones de parados. Ese deseo de Año Nuevo ha sido concedido aunque la magnitud de las cifras pueden volver a generar desconfianza en los inversores hacia España.
Con la tasa de paro más elevada del mundo desarrollado, según la OCDE, el desempleo español suscita diversas preguntas. Por un lado, ¿cómo es posible que con más de seis millones de parados –cifra que según las proyecciones de la EPA puede subir a cerca de siete millones a fines de 2013– en España no se dé un estallido social de primera magnitud? Por el otro, ¿cómo puede sostenerse un sistema de pensiones en el que hay menos de dos trabajadores cotizando por pensionista (ratio de 1,99, según los datos de la Seguridad Social)?
Oriol Amat, catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad Pompeu Fabra y consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), argumenta la inexistencia de un conflicto social mayor en España recordando un estudio de la Fundación de Cajas de Ahorro (Funcas) que señala que hay más de cuatro millones de personas en economía sumergida.
“Es muy difícil estimar quiénes de estos trabajan en negro y constan como parados, pero es un dato que da buena idea de por qué las cosas están como están”, explica Amat. Su opinión encaja con datos presentados esta semana por la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, que informó de que en 2012 afloraron un 12% más de empleos sumergidos y que las infracciones en el cobro de las prestaciones de desempleo se se doblaron en el mismo período.
Amat sostiene que si el Gobierno central no toma medidas de reactivación “estaremos ante una espiral diabólica”. El catedrático afirma que hasta que no se tomen estas decisiones “no se frenará la sangría en el ámbito laboral”.
“Hasta ahora sólo ha habido recorte de gasto social, de inversiones en infraestructuras y subida de impuestos, pero la Unión Europea reclama una tercera pata: medidas de reactivación”, según Amat.
¿Cómo podría reactivarse el mercado laboral? Amat considera que reemprender la Ley del Emprendedor –que en Francia ha permitido la creación de 1,3 millones de empresas, ha ayudado a aumentar la recaudación impositiva y que permite crear un negocio en dos minutos y por Internet– sería una buena medida y “no requiere poner dinero encima de la mesa”.
“Cuando voy al extranjero siempre me preguntan qué pasa en España que no pasa nada”, señala Gonzalo Bernardos, profesor titular del Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona. En su opinión, aunque es cierto que hay economía sumergida, el problema radica en que en el mercado laboral español no existe industria sustitutiva de la inmobiliaria. “La única solución es que muchos tienen ya que irse”, opina el profesor, que añade que “hasta que no se modifique la política económica de Alemania esto no va a cambiar”.
Con un contundente “estamos a un paso del estallido social”, Bernardos opina que la reforma laboral del PP, “que dicen que reactiva la economía”, lo que ha provocado es “que se despida a gente y que bajo la amenaza de despedir a más gente, se bajen los salarios”.
Según Bernardos, para impulsar una economía se puede dar más crédito con rebajas del tipo de interés –”aunque el dinero ahora es para tapar el desastre de los bancos”–, se pueden reducir los impuestos, algo que hoy “es imposible porque se tiene que reducir el déficit”; incrementar el gasto en infraestructuras, “imposible en el momento actual”; o devaluar la moneda, “cosa que el presidente del Banco Central Europeo no hace”. “¿Dónde está la reactivación?”, se pregunta el profesor.
Otro interrogante que pone sobre la mesa la última EPA del 2012 es cómo se mantiene el actual sistema de pensiones. Hay 16,4 millones de afiliados a la Seguridad Social, seis millones de parados y nueve millones de pensionistas. Con menos de dos personas cotizando por cada pensionista, ¿cómo se sostiene el sistema?
“Si la proporción entre cotizantes, parados y pensionistas no se cambia está en peligro el sistema de pensiones”, dice el catedrático Amat.
Bernardos opina, por su parte, que es “inasumible” el actual sistema de pensiones con las perspectivas de hoy. Por un lado, envejece la población y aumenta la esperanza de vida. Por el otro, la economía está en clara depresión laboral, como indica la EPA. “Nos jubilaremos a los 70 años, con pensiones más bajas, que para cobrarlas deberemos haber cotizado 25 años, y esto sucederá de la noche a la mañana”, prevé el que fue vicerrector de Economía de la Universitat de Barcelona hasta 2012. “Las cuentas no salen”, concluye.
Con relación al mercado laboral español actual, Lorenzo Rivarés, portavoz de la patronal de las grandes empresas de trabajo temporal (Agett), opina que “no es suficientemente flexible y no es suficientemente eficiente”. “Hay que intentar evitar que haya un 24% de economía sumergida, que es sangrante para todos”. En opinión de Agett, el desempleo en España “no llegará a los siete millones”.
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