Lo que dejó la
cumbre nuclear
Obama comienza a poner su sello en la política exterior
El presidente de EE.UU. combina la persuasión personal con la Realpolitik
en la escena mundial
WASHINGTON.- Cuando
asumió la presidencia, el año pasado, Barack Obama les dijo a sus asesores en
política exterior que tenía dos conjuntos de temas para enfrentar. El primero
sería el conformado por los asuntos problemáticos que le había legado su
predecesor, como Irak, Afganistán y la imagen de Estados Unidos en el mundo. El
segundo conjunto estaba integrado por su propia agenda para el futuro.
Después de 15 meses dedicados a
abordar los irritantes asuntos que heredó, Obama ahora empieza a propulsar
agresivamente su propia visión de la política exterior, definiéndose más
claramente en la escena mundial. La conferencia sobre seguridad nuclear a la
que asistieron 47 naciones representó una oportunidad de afirmar su liderazgo
en lo referido a las medidas preventivas, en vez de tan sólo demostrar que no
es George W. Bush. "Su legado en política interna probablemente sea la reforma de salud. Pero en política exterior probablemente sea esta agenda de no proliferación nuclear", dijo Nancy E. Soderberg, ex diplomática y actual presidenta de The Connect US Fund, un grupo sin fines de lucro que promueve las relaciones internacionales.
La cumbre nuclear se celebró después de semanas de un enfoque más firme y enérgico en el ámbito de los asuntos internacionales, ya que Obama procura mostrarse fuerte para desmentir algunas opiniones del extranjero que lo catalogan como un presidente débil.
Se negó a ceder a las demandas rusas sobre límites a los misiles defensivos y consiguió un tratado de control de armas que, aunque modesto, establece el marco necesario para mejores relaciones. Se involucró en disputas de alto perfil con los líderes de Israel y Afganistán. Y ahora enfrenta una prueba crítica, que es la de forjar una coalición para imponer nuevas sanciones a Irán.
En los últimos días, Obama ha retrocedido en su enfrentamiento con el presidente de Afganistán, Hamid Karzai. Pero durante la conferencia de prensa que cerró la cumbre nuclear pareció insinuar una renovada determinación de volver a insertarse en la disputa entre Israel y los palestinos.
Para la mayoría de los nuevos presidentes, la política exterior es una experiencia de aprendizaje que puede demandar meses, si no años, hasta que el mandatario se sienta más cómodo en su papel de líder mundial. Los asesores dicen que Obama, al igual que sus predecesores, ha ganado confianza y que ya maneja mejor las relaciones internacionales. Pero en el camino ha aprendido algunas duras lecciones sobre los límites de su poder de persuasión. Ha reconocido que subestimó, por ejemplo, lo difícil que sería conseguir reunir a palestinos e israelíes, y su actuación en el caso de Irán no produjo mayor cooperación por parte de ese país que el enfoque elegido por Bush.
Si hay una doctrina Obama emergente, es una mucho más próxima a la realpolitik que la de su predecesor, centrada en las relaciones con las grandes potencias tradicionales y relegando a un segundo plano temas como los derechos humanos y la democracia. Después de años de tensión con Bush, ha generado en todo el mundo mucha mejor disposición, y sin embargo no parece tener una fuerte amistad personal con muchos líderes mundiales.
"Todo el mundo siempre divide a los presidentes entre idealistas y realistas", dijo Rahm Emanuel, el jefe de gabinete de la Casa Blanca. "Si hay que poner a Obama en alguna categoría, posiblemente sea más bien la de la realpolitik , como Bush 41", el primer presidente George Bush, dijo Emanuel. Y agregó: "Obama sabe que las relaciones personales son importantes, pero también sabe que debe tener sangre fría y distancia para considerar los intereses de su nación".
Nada sentimental
Stephen G. Rademaker, un funcionario de la administración Bush, dijo: "Para ser un presidente que proviene del ala liberal del partido demócrata, resulta notable la manera en que ha seguido una estrategia de gran poder. Es casi kissingeriano. No es muy sentimental. Los derechos humanos no ocupan demasiado lugar en su política exterior y prácticamente se ha desentendido de todo lo referido a promover la democracia".De hecho, durante la cumbre nuclear, Obama se reunió con líderes con malos antecedentes en el ámbito de los derechos humanos, como el presidente de Kazakhstán Nursultan Nazarbayev, un ex jefe comunista de mano dura.
Richard Haass, que fue un funcionario de alto nivel del Departamento de Estado durante el gobierno de Bush, dijo que después de la aprobación de la reforma de salud Obama ha salido fortalecido y tiene ahora la oportunidad de concentrarse en concretar su visión de la política exterior. El tratado con Rusia y la cumbre nuclear, agregó, son el principio del progreso para Obama. "No son acontecimientos transformadores, "pero en política exterior es importante mantener la pelota en movimiento", añadió. .
Peter Baker The New
York Times Traducción de Mirta Rosenberg
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