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viernes, 22 de mayo de 2015

EE.UU. 2012. RENACIMIENTO PETROLERO


EE.UU. experimenta un renacimiento petrolero

El país busca reducir su dependencia de Medio Oriente con la explotación de recursos internos y en otras partes de Occidente, como América Latina
Estados Unidos reducirá a la mitad su dependencia del petróleo de Medio Oriente para fines de esta década y podría eliminarla por completo para 2035 debido a una menor demanda y la rápida expansión de nuevas fuentes de crudo en el hemisferio occidental, anticipan ahora los analistas.
El cambio, un resultado de avances tecnológicos que están dando pie a nuevas fuentes de petróleo en formaciones de rocas de esquisto, arenas petroleras y en las profundidades del océano, implica profundas consecuencias para la economía y la seguridad energética estadounidenses. Una buena parte de esta sorprendente abundancia proviene del uso extendido de la fracturación hidráulica, o fracking en inglés, una técnica perfeccionada durante la última década en campos estadounidenses en los que previamente se consideraba que no valía la pena explorar.
Para 2020, casi la mitad del crudo que consume en EE.UU. será producido en ese país, mientras 82% provendrá de su lado del Atlántico, según la Oficina de Información Energética de EE.UU. Para 2035, los envíos de petróleo desde Medio Oriente a EE.UU. y Canadá "podrían prácticamente desaparecer", predijo hace poco la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), en parte debido a que autos que consumen menos energía y un aumento en el suministro de combustible renovable ayudarían a reducir la demanda.
El cambio alcanza una meta de larga data del gobierno: obtener más petróleo de fuentes cercanas y estables, y menos de una región volátil al otro lado del mundo. "Mientras en un momento hubo preocupaciones reales y serias sobre la capacidad de mantener un suministro sostenible para EE.UU. en caso de problemas en Medio Oriente, eso cambió", sostiene Carlos Pascual, el más alto funcionario de energía en el Departamento de Estado de EE.UU.
Funcionarios estadounidenses enfatizan que Medio Oriente seguirá siendo importante para la política exterior de su país en parte debido a la influencia continua de la región sobre los precios globales del petróleo. "Necesitamos seguir prestando atención a cómo funcionan los mercados globales, porque tenemos un interés fundamental en que esos mercados sean estables", indica Pascual.
Eso significa que los militares estadounidenses seguirán protegiendo las rutas de distribución de petróleo, como ha hecho durante décadas. "Nadie más puede protegerlas y si no lo hiciéramos, los precios del petróleo en EE.UU. subirían", afirma Michael O'Hanlon, experto en seguridad nacional de la Brookings Institution, quien sostiene que EE.UU. gasta US$50.000 millones al año para proteger envíos de petróleo. Pero China, un creciente consumidor de crudo de Medio Oriente, busca una mayor presencia en la región, y su armada se sumó a esfuerzos para combatir a los piratas cerca de Somalia.
De todos modos, la creciente producción de energía en EE.UU. podría permitirle a ese país reducir su dependencia en la impredecible región con el tiempo. La necesidad del petróleo de Medio Oriente ha tenido una fuerte influencia en las políticas estadounidenses de relaciones exteriores, seguridad nacional y defensa durante la mayor parte del último medio siglo. Ayudó a impulsar a EE.UU. a participar en la búsqueda de la paz árabe-israelí; llevó a Washington a alinearse con las monarquías del Golfo Pérsico; lo influenció para ponerse del lado de Irak en su guerra con Irán; luego lo motivó a volverse en contra de Irak luego de su invasión de Kuwait, lo que desató la Guerra del Golfo, y luego llevó a Washington a incrementar y sostener su presencia militar en la región.
Más allá del éxito que hayan tenido esas estrategias para asegurar la influencia estadounidense en la región, todo también tuvo su precio. El involucramiento en el proceso de paz árabe-israelí le ganó a EE.UU. la enemistad de muchas de las fuerzas más radicales de la zona, molestas por la ausencia de un Estado palestino. La decisión de incrementar la presencia militar en la región se usó como motivo de agitación anti-estadounidense y ataques por parte de Al-Qaeda y otras fuerzas extremistas.
El alejamiento del petróleo de Medio Oriente significa lazos más cercanos con Canadá, que está emergiendo como el principal aliado energético de EE.UU., pero también con los vecinos latinoamericanos que son sólidos socios comerciales. Es más probable que el dinero gastado en esos países termine volviendo a EE.UU. que el dinero invertido para comprar crudo iraquí o saudita. Las economías impulsadas por petrodólares también disminuyen el atractivo de emigrar al norte para los lati-noamericanos pobres, señala Jeremy Martin, director del programa energético del Instituto de las Américas en La Jolla, California.
La revolución energética estadounidense también se percibe al otro lado del Atlántico. Países en Europa del Este, que desde hace tiempo dependen de Rusia para obtener su energía, buscan desarrollar sus propios recursos de esquisto con la ayuda de empresas de EE.UU. Incluso Rusia, que necesita nuevas fuentes de petróleo para mantener su estatus como superpotencia energética, está incursionando en el fracking con la mayor petrolera estadounidense, Exxon Mobil Corp. Exxon y la estatal rusa OAO Rosneft han ampliado una alianza existente para incluir el desarrollo conjunto de escasas reservas petroleras en Si-beria occidental.
La perspectiva de que nuevas fuentes de suministro en América resulten en años de precios del petróleo estables o incluso decrecientes es una fuente de gran preocupación en el Kremlin. Los crecientes ingresos petroleros durante sus 12 años en el poder ayudaron al presidente Vladimir Putin a multiplicar por ocho el gasto del gobierno, que fue destinado, entre otras cosas, a aumentar pensiones y salarios hasta costosos proyectos como los Juegos Olímpicos de Sochi y una importante expansión del sector militar. Ahora, su gobierno tiene problemas para encontrar formas de ajustarse el cinturón, cuando los precios del petróleo -y por lo tanto los ingresos fiscales- están bajando. Encontrar un nuevo motor para la economía rusa es "un desafío colosal", indica el ministro de Economía, Andrei Belousov.
El renacimiento del petróleo estadounidense está reduciendo los precios del crudo, dándole un impulso a la economía en momentos en que una desaceleración global amenaza la demanda.
En tanto, sigue habiendo obstáculos para desarrollar la riqueza petrolera en el hemisferio occidental.
Argentina nacionalizó hace poco los activos del gigante energético español Repsol SA, al sostener que la empresa no invertía lo suficiente para desarrollar todo el potencial petrolero del país. La medida hace que los inversionistas sean recelosos ante la idea de arriesgar capital allí para explotar formaciones de roca de esquisto que podrían rivalizar con los pozos petroleros en auge en EE.UU.
En Brasil, donde la mayoría del petróleo recién descubierto se encuentra bajo gruesos domos de sal a mucha mayor pro-fundidad del fondo del mar, un pequeño derrame en un pozo de Chevron Corp. en altamar llevó a una demanda con cargos penales, que Chevron disputa. Además, el gigante estatal Petroleo Brasileiro SA recortó su pronóstico de producción mundial para 2020 en 11%, al estimar que extraer su petróleo sería mucho más costoso que lo anticipado.
Analistas del gobierno de EE.UU. prevén que las compras de petróleo de EE.UU. a Medio Oriente, África y Europa desciendan a alrededor de 2,5 millones de barriles diarios para 2020, frente a los más de cuatro millones diarios actuales. Las importaciones de los miembros de la OPEP del Golfo Pérsico caerán a 860.000 barriles diarios ese año, desde los 1,6 millones de barriles actuales.
Las inversiones globales en petróleo y gas se triplicaron entre 2003 y 2011, según IHS Cambridge Energy Research Associa-tes.
En el hemisferio occidental, donde EE.UU. y Canadá brindaron más estabilidad política para los inversionistas, casi se cuadriplicaron. En 2011, 48% de la inversión global en petróleo, o US$320.000 millones, terminaron en América, un aumento de 39% frente a 2003..





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Preguntas clave para entender el proceso

Todavía no hay estudios sólidos que evalúen su impacto

-¿Qué es la hidrofractura o fracking?
-Es una tecnología desarrollada para extraer reservas de gas y petróleo almacenados en formaciones de rocas porosas ubicadas a gran profundidad. Consiste en provocar pequeñas fracturas en la roca para permitir su liberación, inyectando agua y arena a alta presión.
-¿Desde cuándo se aplica?
-Fue desarrollada hace más de medio siglo, pero comenzó a explotarse masivamente desde 2005, particularmente en los Estados Unidos. En la Argentina se hicieron pruebas hace décadas, pero en pequeña escala.
-¿Provoca la contaminación de acuíferos superficiales?
-Las formaciones locales que alojan petróleo y gas no convencionales son muy profundas (están a más de 3000 metros de la superficie) y están separadas de los acuíferos de uso doméstico por muchas capas impermeables. En forma rutinaria, para atravesarlos, se aíslan las tuberías con un "encamisado" de acero y hasta ahora no hubo grandes problemas. Sin embargo, algunos especialistas consideran que se impone una actitud de precaución hasta que haya estudios fehacientes, porque la inyección de agua a gran presión aumenta la posibilidad de filtraciones y sus efectos pueden ser de muy largo plazo.
-¿Es cierto que produce microsismos?
-Provoca vibraciones que pueden detectarse con equipos adecuados, pero de un nivel 100.000 veces menor que lo perceptible por los seres humanos. Hasta ahora, no hay estudios que indiquen que podría activar fallas geológicas o provocar terremotos.
-¿Requiere el uso de una cantidad de agua mucho mayor que la extracción convencional?
-Sí. Por cada pozo de petróleo o gas no convencionales se emplean entre 10.000 y 30.000 m3, dependiendo de las características geológicas de la formación. El uso de agua para la extracción de hidrocarburos está estrictamente regulado por las autoridades de cada provincia. Según el IAPG, "la explotación intensiva de Vaca Muerta (requeriría menos del 1% del recurso hídrico de Neuquén, frente a un 5% que requiere la población, la industria y el agro de la provincia, y un 94% que desagua en el mar".
-¿Influye en el cambio climático?
-En un primer momento se lo consideró un avance con respecto a la generación de energía con carbón, pero ahora existe la preocupación de que libere grandes cantidades de metano, uno de los gases de efecto invernadero.
-¿Se usa en otros países?
-Se aplica en gran escala en los Estados Unidos, está aprobado en Canadá y Ucrania, rige una moratoria en Gran Bretaña, se está analizando en Suiza, Alemania, España, Rumania y República Checa, y está prohibida en Francia y en Bulgaria..

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