La Capital. Rosario, 18 de agosto de 2011
Polémica en Londres por las duras penas impuestas tras los disturbios
Londres.- ¿Varios meses de prisión por el robo de dos bochas de helado? ¿Cárcel por dos botellas de agua mineral? ¿O cuatro años por llamar a unos disturbios que no ocurrieron nunca? Las sentencias son duras.
Por Michael Donhauser / DPA
Londres.- ¿Varios meses de prisión
por el robo de dos bochas de helado? ¿Cárcel por dos botellas de agua
mineral? ¿O cuatro años por llamar a unos disturbios que no ocurrieron
nunca? Las sentencias son duras. Y éstas no son dictaminadas bajo un
régimen dictatorial, sino en un país que se considera la cuna de la
democracia. Los tribunales británicos aplican mano dura desde los
recientes disturbios en varias ciudades inglesas, con penas que algunos
consideran excesivas y producto de cierta "histeria" entre los jueces.
El primer ministro David Cameron marcó el rumbo a
seguir tras los disturbios que dejaron cinco muertos y muchas casas
ardiendo. En su intervención de hace una semana en el Parlamento, el
premier dejó claro que los jóvenes vándalos no serían tratados con
benevolencia."Quien es lo suficientemente mayor para cometer delitos es
también suficientemente mayor para ser castigado por ello", dijo Cameron
en medidas aplaudidas por gran parte de la población. "Todo el que haya
sido violento debe ir a la cárcel", agregó.
Varios juristas se mostraron ya entonces asombrados
por lo que parecía ser una violación de la división de poderes. Ayer se
difundieron incluso informaciones de que los tribunales londinenses
habían recibido indicaciones pertinentes de una instancia judicial
superior.
Según la nueva directriz, los jueces no tienen que
atenerse al reglamento normal para el código penal en relación con
disturbios. La indicación fue comunicada por Novello Noades, el juez
principal de la corte distrital de Camberwell, en el sur de Londres.
Se estima que uno de cada cuatro vándalos que han
comparecido ante la ley eran miembros de una de las temidas pandillas
callejeras. "Las sentencias deben asustar", reconoció públicamente el
juez Elgan Edwards en Cheshire tras dictaminar cuatro años de cárcel
para dos jóvenes de 21 y 22 años. Ambos habían convocado a disturbios a
través de Facebook, aunque la policía se percató de ello a tiempo.
Reparar el daño. "Los inculpados y
las víctimas deben convivir también después", recordó Vicki
Helyar-Cardwell, presidenta de la alianza Justicia para los
delincuentes. Helyar-Cardwell considera más adecuado condenar a los
acusados a reparar ellos mismos los daños causados. "Encerrar a gente
joven puede convertir a saqueadores de ocasión en criminales serios",
dijo. Las directrices penales, agregó, no son en vano las que son.
Esta misma posición es sostenida por políticos como
el parlamentario liberal demócrata Tom Brake, así como también el
viceprimer ministro Nick Clegg.
Hasta ayer se había detenido a casi 2.800 sospechosos
en Londres y otras ciudades. De ellos, 1.277 habían comparecido hasta
el martes ante los tribunales y 1.005 fueron acusados formalmente por su
implicación en los disturbios. "Las investigaciones están lejos de
haber terminado", dijo el jefe de la policía londinense, Tim Godwin, que
estima que habrá unas 3.000 detenciones en total.
La tasa de los que van a prisión o quedan detenidos
de forma preventiva es del 65 por ciento. En tiempos normales suele ser
del 10 por ciento.
Cárceles superpobladas. Analistas
aseguran que la política de Cameron implica también un problema
práctico: en las cárceles de Inglaterra y Gales hay ahora 85.000
reclusos. Gran parte de las prisiones están sobrepobladas, y la Justicia
trabaja ya al límite con jornadas de 24 horas.
"Sentencias excesivas causan más apelaciones. Las
cárceles y los tribunales apenas si dan abasto", dijo Andrew Neilson, de
la asociación de juristas Howard League for Penal Reform. "El peligro
es que algunas de esas sentencias no son proporcionadas, y con ello se
resta valor a nuestras respuestas a delitos más graves", afirmó.
La policía evitó ataques clave interceptando mensajes
Londres.— La policía británica evitó durante la ola
de disturbios ataques en lugares simbólicos de Londres como Oxford
Street o la ciudad olímpica gracias a la interceptación de mensajes
encriptados transmitidos a través de BlackBerry y de Twitter, según
reveló Scotland Yard.
La comisaria adjunta de la Policía Metropolitana, Lynne Owens, explicó ante una comisión parlamentaria que las autoridades analizaron una cantidad de información “abrumadora” procedente de chats y redes sociales durante la semana pasada y que parte de estos datos resultaron vitales.
El sistema de mensajería instantánea de BlackBerry ha ganado popularidad entre los jóvenes y se ha convertido en un sistema privado y seguro de comunicación, lo que aparentemente fue utilizado durante la ola de violencia para convocar nuevas concentraciones.
“Gracias a la investigación de éste y otros sistemas, fuimos capaces de asegurar varios lugares y no se produjeron daños”, explicó Owens, citando como ejemplos lugares dispuestos para los futuros Juegos Olímpicos, Oxford Street o centros comerciales como Westfields.
El jefe interino de Scotland Yard, Tim Godwin, señaló que el lunes de la semana pasada, con los disturbios extendidos por gran parte de Londres, la policía recibía información de Inteligencia sobre esta crisis cada segundo. Sin embargo, gran parte de esta información era “obviamente equivocada” o incluso “tonta”, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a plantearse incluso si no convendría más cerrar temporalmente las redes sociales.
“Lo contemplamos, lo contemplé, pedir a las autoridades que las apagasen”, admitió Godwin, para después aclarar que “la legalidad de eso es muy cuestionable” y, además, la información que proporcionaron las redes sociales resultó ser “muy útil”.
Sobre las discrepancias entre el gobierno y la policía acerca de la respuesta a los disturbios, Godwin afirmó que estas diferencias se habían “exagerado” en la prensa.
La comisaria adjunta de la Policía Metropolitana, Lynne Owens, explicó ante una comisión parlamentaria que las autoridades analizaron una cantidad de información “abrumadora” procedente de chats y redes sociales durante la semana pasada y que parte de estos datos resultaron vitales.
El sistema de mensajería instantánea de BlackBerry ha ganado popularidad entre los jóvenes y se ha convertido en un sistema privado y seguro de comunicación, lo que aparentemente fue utilizado durante la ola de violencia para convocar nuevas concentraciones.
“Gracias a la investigación de éste y otros sistemas, fuimos capaces de asegurar varios lugares y no se produjeron daños”, explicó Owens, citando como ejemplos lugares dispuestos para los futuros Juegos Olímpicos, Oxford Street o centros comerciales como Westfields.
El jefe interino de Scotland Yard, Tim Godwin, señaló que el lunes de la semana pasada, con los disturbios extendidos por gran parte de Londres, la policía recibía información de Inteligencia sobre esta crisis cada segundo. Sin embargo, gran parte de esta información era “obviamente equivocada” o incluso “tonta”, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a plantearse incluso si no convendría más cerrar temporalmente las redes sociales.
“Lo contemplamos, lo contemplé, pedir a las autoridades que las apagasen”, admitió Godwin, para después aclarar que “la legalidad de eso es muy cuestionable” y, además, la información que proporcionaron las redes sociales resultó ser “muy útil”.
Sobre las discrepancias entre el gobierno y la policía acerca de la respuesta a los disturbios, Godwin afirmó que estas diferencias se habían “exagerado” en la prensa.
Otra muerte
Un joven de unos 20 años falleció el martes en
Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, después de que los agentes que lo
detuvieron usaran una pistola de descarga eléctrica Taser, según
informaron ayer medios británicos. Un portavoz de la policía de Cumbria
dijo que los agentes “arrestaron al joven bajo la sospecha de que estaba
causando daños criminales”. La Comisión Independiente de Quejas de la
Policía ya abrió una investigación sobre los hechos.
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