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sábado, 9 de noviembre de 2013

REINO UNIDO. POLÉMICA POR LA DURAS PENAS TRAS LOS DISTURBIOS

La Capital. Rosario, 18 de agosto de 2011

Polémica en Londres por las duras penas impuestas tras los disturbios

Londres.- ¿Varios meses de prisión por el robo de dos bochas de helado? ¿Cárcel por dos botellas de agua mineral? ¿O cuatro años por llamar a unos disturbios que no ocurrieron nunca? Las sentencias son duras.

Por Michael Donhauser / DPA
Londres.- ¿Varios meses de prisión por el robo de dos bochas de helado? ¿Cárcel por dos botellas de agua mineral? ¿O cuatro años por llamar a unos disturbios que no ocurrieron nunca? Las sentencias son duras. Y éstas no son dictaminadas bajo un régimen dictatorial, sino en un país que se considera la cuna de la democracia. Los tribunales británicos aplican mano dura desde los recientes disturbios en varias ciudades inglesas, con penas que algunos consideran excesivas y producto de cierta "histeria" entre los jueces.
El primer ministro David Cameron marcó el rumbo a seguir tras los disturbios que dejaron cinco muertos y muchas casas ardiendo. En su intervención de hace una semana en el Parlamento, el premier dejó claro que los jóvenes vándalos no serían tratados con benevolencia."Quien es lo suficientemente mayor para cometer delitos es también suficientemente mayor para ser castigado por ello", dijo Cameron en medidas aplaudidas por gran parte de la población. "Todo el que haya sido violento debe ir a la cárcel", agregó.
Varios juristas se mostraron ya entonces asombrados por lo que parecía ser una violación de la división de poderes. Ayer se difundieron incluso informaciones de que los tribunales londinenses habían recibido indicaciones pertinentes de una instancia judicial superior.
Según la nueva directriz, los jueces no tienen que atenerse al reglamento normal para el código penal en relación con disturbios. La indicación fue comunicada por Novello Noades, el juez principal de la corte distrital de Camberwell, en el sur de Londres.
Se estima que uno de cada cuatro vándalos que han comparecido ante la ley eran miembros de una de las temidas pandillas callejeras. "Las sentencias deben asustar", reconoció públicamente el juez Elgan Edwards en Cheshire tras dictaminar cuatro años de cárcel para dos jóvenes de 21 y 22 años. Ambos habían convocado a disturbios a través de Facebook, aunque la policía se percató de ello a tiempo.
Reparar el daño. "Los inculpados y las víctimas deben convivir también después", recordó Vicki Helyar-Cardwell, presidenta de la alianza Justicia para los delincuentes. Helyar-Cardwell considera más adecuado condenar a los acusados a reparar ellos mismos los daños causados. "Encerrar a gente joven puede convertir a saqueadores de ocasión en criminales serios", dijo. Las directrices penales, agregó, no son en vano las que son.
Esta misma posición es sostenida por políticos como el parlamentario liberal demócrata Tom Brake, así como también el viceprimer ministro Nick Clegg.
Hasta ayer se había detenido a casi 2.800 sospechosos en Londres y otras ciudades. De ellos, 1.277 habían comparecido hasta el martes ante los tribunales y 1.005 fueron acusados formalmente por su implicación en los disturbios. "Las investigaciones están lejos de haber terminado", dijo el jefe de la policía londinense, Tim Godwin, que estima que habrá unas 3.000 detenciones en total.
La tasa de los que van a prisión o quedan detenidos de forma preventiva es del 65 por ciento. En tiempos normales suele ser del 10 por ciento.
Cárceles superpobladas. Analistas aseguran que la política de Cameron implica también un problema práctico: en las cárceles de Inglaterra y Gales hay ahora 85.000 reclusos. Gran parte de las prisiones están sobrepobladas, y la Justicia trabaja ya al límite con jornadas de 24 horas.
"Sentencias excesivas causan más apelaciones. Las cárceles y los tribunales apenas si dan abasto", dijo Andrew Neilson, de la asociación de juristas Howard League for Penal Reform. "El peligro es que algunas de esas sentencias no son proporcionadas, y con ello se resta valor a nuestras respuestas a delitos más graves", afirmó.
La policía evitó ataques clave interceptando mensajes
Londres.— La policía británica evitó durante la ola de disturbios ataques en lugares simbólicos de Londres como Oxford Street o la ciudad olímpica gracias a la interceptación de mensajes encriptados transmitidos a través de BlackBerry y de Twitter, según reveló Scotland Yard.
  La comisaria adjunta de la Policía Metropolitana, Lynne Owens, explicó ante una comisión parlamentaria que las autoridades analizaron una cantidad de información “abrumadora” procedente de chats y redes sociales durante la semana pasada y que parte de estos datos resultaron vitales.
  El sistema de mensajería instantánea de BlackBerry ha ganado popularidad entre los jóvenes y se ha convertido en un sistema privado y seguro de comunicación, lo que aparentemente fue utilizado durante la ola de violencia para convocar nuevas concentraciones.
  “Gracias a la investigación de éste y otros sistemas, fuimos capaces de asegurar varios lugares y no se produjeron daños”, explicó Owens, citando como ejemplos lugares dispuestos para los futuros Juegos Olímpicos, Oxford Street o centros comerciales como Westfields.
  El jefe interino de Scotland Yard, Tim Godwin, señaló que el lunes de la semana pasada, con los disturbios extendidos por gran parte de Londres, la policía recibía información de Inteligencia sobre esta crisis cada segundo. Sin embargo, gran parte de esta información era “obviamente equivocada” o incluso “tonta”, lo que llevó a las fuerzas de seguridad a plantearse incluso si no convendría más cerrar temporalmente las redes sociales.
  “Lo contemplamos, lo contemplé, pedir a las autoridades que las apagasen”, admitió Godwin, para después aclarar que “la legalidad de eso es muy cuestionable” y, además, la información que proporcionaron las redes sociales resultó ser “muy útil”.
  Sobre las discrepancias entre el gobierno y la policía acerca de la respuesta a los disturbios, Godwin afirmó que estas diferencias se habían “exagerado” en la prensa.
Otra muerte
Un joven de unos 20 años falleció el martes en Cumbria, en el noroeste de Inglaterra, después de que los agentes que lo detuvieron usaran una pistola de descarga eléctrica Taser, según informaron ayer medios británicos. Un portavoz de la policía de Cumbria dijo que los agentes “arrestaron al joven bajo la sospecha de que estaba causando daños criminales”. La Comisión Independiente de Quejas de la Policía ya abrió una investigación sobre los hechos.

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