Diario "La Nación". 30 de octubre de 201301:00
La Casa Blanca sopesa poner fin a las escuchas de dirigentes aliados
El director de la vapuleada Agencia de Seguridad Nacional
dijo que los informes sobre el espionaje a ciudadanos europeos son
falsos. El gobierno de Obama intenta mitigar el malestar causado por las
revelaciones. El Congreso interpela a los jefes de inteligencia.
En el Capitolio. En medio del escándalo con Europa, el general Keith Alexander defendió las prácticas de la NSA.
La Casa Blanca afirmó ayer que revisaría sus
prácticas en materia de espionaje de dirigentes extranjeros, pero seguía
siendo vaga en sus promesas frente a la cólera de los europeos y a las
críticas del Congreso. Un alto funcionario de la presidencia explicó
ayer que el gobierno de Barack Obama evalúa declarar ilegales las
escuchas de conversaciones de dirigentes aliados, como reveló más
temprano el diario The New York Times, pero señaló que esa decisión aún
no se había tomado. El funcionario, que habló desde el anonimato,
calificó en cambio de inexactas las declaraciones la víspera de la
dirigente de la comisión de inteligencia del Senado estadounidense,
Dianne Feinstein, quien dijo haber recibido del Ejecutivo la garantía de
que "la recolección (de datos) de nuestros aliados no continuará". El
lunes, Obama señaló que había solicitado una evaluación de las
operaciones de recolección de información, específicamente las de la
NSA, "para asegurar que aquello que somos capaces de hacer no signifique
necesariamente que debamos hacerlo".
El jefe de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA)
estadounidense, general Keith Alexander, dijo ayer que las revelaciones
del diario francés Le Monde, el español El Mundo y el italiano LEspresso
sobre la interceptación de las comunicaciones de los ciudadanos
europeos por la NSA son "completamente falsas". "Para ser totalmente
claro, no hemos recogido esas informaciones sobre ciudadanos europeos",
afirmó durante una audiencia en la comisión de Inteligencia de la Cámara
de Representantes (Diputados). Alexander hizo una apasionada defensa de
la vapuleada agencia de inteligencia, asegurando que la NSA está
enfocada en prevenir ataques a estadounidenses y aliados, y que opera
bajo estricta supervisión. "Es mucho más importante para este país que
defendamos a esta nación y asumamos los golpes, que renunciar a un
programa y que la nación fuera atacada", dijo Alexander refiriéndose a
la críticas contra su agencia.
"Todos espían". Por su parte, el
director nacional de Inteligencia de Estados Unidos, James Clapper, dijo
ayer que los países aliados de Washington desarrollan regularmente
actividades de espionaje contra líderes estadounidenses y sus servicios
de inteligencia. En respuesta a una serie de preguntas en una audiencia
ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Clapper
sostuvo que espiar a líderes extranjeros es un principio básico de las
operaciones de inteligencia.
Le Monde y El Mundo informaron estos últimos días,
sobre la base de documentos suministrados por el ex consultor de la NSA
Edward Snowden, que la agencia estadounidense había espiado más de 70
millones de llamadas telefónicas en Francia y 60 millones en España en
el lapso de un mes. Por su lado, el diario LEspresso dice que los
italianos fueron espiados por los servicios estadounidenses y
británicos.
El jefe de la NSA confirmó además las revelaciones
del diario The Wall Street Journal según las cuales las interceptaciones
telefónicas practicadas en esos países y atribuidas al organismo que
dirige fueron realizadas por los servicios secretos europeos y luego
"suministradas" a la agencia estadounidense.
España investiga. Luego de las
revelaciones de El Mundo, la Fiscalía española abrió ayer diligencias
informativas para estudiar si hay indicios de delito en las presuntas
escuchas. En un editorial, The New York Times se refirió a la reacción
del gobierno frente a las recientes revelaciones como una "patética
mezcla de garantías insuficientes sobre reevaluaciones en curso y de
lugares comunes sobre la necesidad de seguridad en una época de
peligros". Y una columnista de The Washington Post, Dana Milbank,
ironizó sobre el hecho de que "para un hombre inteligente, Obama dice
saber muy poco acerca de lo que hace la Casa Blanca".
Libre comercio. La vicepresidenta de
la Comisión Europea, Viviane Reding, llamó ayer a Washington a
"restablecer la confianza" con la Unión Europea. "Los amigos y aliados
no se espían", lanzó en Washington. A su vez, la Oficina del
Representante estadounidense de Comercio Exterior (USTR) expresó que
sería desafortunado que la crisis del espionaje perturbe las
negociaciones para crear una zona de libre comercio con la UE. Una
delegación del Parlamento europeo llegó el lunes a EEUU para una visita
de tres días a fin de mantener conversaciones sobre "el impacto de los
programas de vigilancia sobre los derechos fundamentales de los
ciudadanos de la UE".
En Alemania, los diputados se reunirán el 18 de
noviembre en una sesión extraordinaria para debatir las denuncias de
espionaje, incluidas las de escuchas a la canciller Angela Merkel. La
revista Der Spiegel, que había revelado sospechas del gobierno federal
sobre el asunto, aseguró que el presidente Obama estaba al tanto desde
2010 de este programa de vigilancia, lo que fue desmentido por la NSA el
domingo. Alemania enviará esta semana a EEUU a una delegación de altos
representantes de sus servicios de espionaje para avanzar en las
discusiones con la Casa Blanca y la NSA sobre las acusaciones lanzadas
recientemente.
Proyecto de ley
Un grupo bipartidista de legisladores introdujo ayer
en el Congreso de Estados Unidos un proyecto de ley que pretende poner
fin a la recolección de millones de registros telefónicos de ciudadanos
por parte de la agencia de seguridad (NSA). El proyecto está impulsado
por el senador demócrata Patrick Leahy, presidente de la Comisión de
Asuntos Judiciales del Senado, y el congresista republicano Jim
Sensenbrenner, jefe de la subcomisión contra el Crimen y el Terrorismo
de la Cámara de Representantes.
Berlín expulsaría a diplomáticos
El ministro del Interior alemán, advirtió ayer a
Estados Unidos que si se demuestra que uno de sus diplomáticos espió y
quebrantó la ley germana, será expulsado del país. El titular en
funciones de Interior, Hans-Peter Friedrich, aseguró que si se confirman
las informaciones sobre el espionaje alemán “debe haber las
correspondientes consecuencias”. “Está bastante claro que si alguien
aquí en la embajada o en algún otro lugar es responsable o se lo
encuentra culpable en este asunto, será sancionado, o si es diplomático
deberá abandonar el país”, afirmó.
El ministro agregó en este sentido que “no sería la
primera vez que se expulsa del país a un diplomático de una embajada”.
Friedrich remarcó que lo esencial en este momento es aclarar lo que
ocurrió y consideró que Alemania y Estados Unidos deben “responder
conjuntamente” las preguntas suscitadas en torno al programa de
espionaje en suelo alemán y reconoció que por el momento Washington no
tiene respuesta para muchas de sus preguntas. Además, se mostró
convencido de que Alemania tiene que sacar conclusiones de este
escándalo, volver a pensar en los acuerdos de transmisión de datos con
Washington y mejorar la seguridad de las comunicaciones tanto en Berlín
como en el conjunto de la red europea. No obstante, Friedrich puso
especial énfasis en “no cometer el error de poner en duda” el conjunto
de las relaciones bilaterales entre ambos países, que calificó de
“buenas y necesarias”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario