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viernes, 29 de noviembre de 2013

IRAK. LAS FALACIAS DE LA INTERVENCIÓN DE LOS EE.UU.



IRAK: LAS FALACIAS DE LA INTERVENCIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS.



Dr. Alfredo Bruno Bologna



La teoría del dominó fue utilizada por primera vez por el alto comisionado francés en Indochina, general Lattre de Tassigny. El concepto lo adoptó la administración Eisenhower, interpretando que si el comunismo triunfaba en un país asiático los demás lo seguirían uno tras otro. Se especulaba en ese entonces que las piezas del dominó caerían en este orden: Vietnam, Laos, Tailandia, Birmania, Camboya, Malasia e Indonesia.

En nuestros días esta teoría se podría aplicar a la guerra de Irak, observando como se están cayendo progresivamente las fichas del dominó. Este enfoque se puede analizar desde dos perspectivas: los cambios que se están produciendo domésticamente en los Estados Unidos y aquellos que se están produciendo en la coalición que respaldan el accionar de Estados Unidos en Irak.

En esta ocasión nos ocuparemos del frente interno.

La guerra del Golfo,  1990-1991, según la perspectiva norteamericana. 1

El 2 de agosto de 1990, se produce la Invasión de Kuwait por parte de Saddam Hussein.

Según relata el escritor Carlos Fuentes, el general Colin Powell, en esa época jefe del Estado Mayor,  dijo que Kuwait no merecía una intervención norteamericana. En cambio, Brent Scowcroft, consejero de seguridad nacional del presidente George Bush padre abogó por detener la agresión de Saddam. Bush padre se inclinó por esta segunda propuesta. Saddam fue derrotado. Pero los Estados Unidos no lo persiguieron hasta Bagdad. ¿Por qué?  Las razones de ayer iluminan las falacias de hoy.  Bush padre y Scowcroft, una vez cumplida la misión en Kuwait, consideraron que no hubiera sido un problema llegar a Bagdad. Los problemas eran otros. Convertirse en una fuerza de ocupación indefinida. Enfrentar una insurrección guerrillera. Encontrar una estrategia de salida y responder a la pregunta de Scowcroft, ¿Qué se hace con Irak, cuando se es dueño de Irak? El costo era más alto que las ventajas y Bush padre no invadió Irak.  2

Carlos Fuentes considera que Bush hijo lo realiza para enmendar un error del padre o para demostrar que para macho, el hijo. No coincidimos con esta apreciación, ya que existía en Estados Unidos un grupo de halcones que venía actuando a partir de la Administración de Bush padre, como por ejemplo el actual vicepresidente Cheney que ejercía entonces las funciones de Secretario de Defensa.

Nos estamos refiriendo al Project The New American Century, organización sin fines de lucro, creada el 3 de junio de 1997, y en cuya declaración de principios se adelanta a estimular la guerra preventiva. El 26 de enero de 1998, mediante una carta abierta,  sugieren al presidente Clinton la intervención en Irak. “Estamos convencidos – dice la carta – que la política norteamericana hacia Irak no está siendo exitosa y que pronto podemos enfrentar una amenaza en Medio Oriente mas seria que cualquier otra conocida desde el fin de la Guerra Fría. En su próximo discurso sobre el Estado de la Unión, usted tiene la oportunidad para plantear un claro y determinado curso de acción para mitigar esta amenaza”. 3

Entre los miembros de esta sociedad, se encontraban entre otros, el actual vicepresidente, Dick Cheney,  el Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, el presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz y el académico Francis Fukuyama  
     Varios han sido los motivos por los cuales el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush y países aliados, invadieron Irak el 20 de marzo de 2003 al margen de la Organización de las Naciones Unidas. Entre ellas podemos citar: Saddam Hussein posee armas químicas y biológicas, Saddam Hussein participó de los atentados del 11 S y colaboró con Al Qaeda y Saddam Hussein compró uranio en Níger con la intención de fabricar armas nucleares.

PRIMERA FALACIA: Saddam Hussein posee armas químicas y biológicas.

En su alocución del 28 de enero de 2003, sobre el Estado de la Unión en el Congreso norteamericano, el presidente Bush mencionó que la ONU concluyó en 1999 que Saddam Husseim tenía suficientes materiales de armas biológicas para producir más de 25.000 litros de ántrax; suficientes dosis para matar a varios millones de personas. Nuestros agentes de inteligencia estiman que Saddam Hussein contaba con material para producir hasta 500 toneladas de sarín, gas mostaza y el agente nervioso VX . Los datos de inteligencia de los Estados Unidos indican que Saddam Hussein tenía más de 30.000 proyectiles capaces de transportar agentes químicos.  Bush menciona que a través de la información de tres desertores iraquíes, Saddam Hussein , contaba con varios laboratorios móviles para la fabricación de armas biológicas. 4

En una entrevista concedida a la periodista Bárbara Walters de la cadena ABC el 9 de setiembre de 2005, el ex Secretario de Estado norteamericano, General Colin Powell,  hace explícita referencia a su participación en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 5 de febrero de 2003 en la cual argumentó a favor de la guerra contra Irak. En su intervención de 83 minutos, exhibió un frasco que simulaba contener ántrax, mostró fotografías satelitales, videos, grabaciones de audio y declaraciones de informantes que sirvieron para justificar la invasión a Irak.

Powell confiesó que “Es una mancha, porque fui quién hizo esa presentación en nombre de los Estados Unidos ante el mundo, y eso será siempre consignado en mi hoja de servicios. El recuerdo de ese episodio es doloroso.”

Powell se declaró “consternado” por el hecho de que algunos responsables de los servicios de inteligencia estadounidenses, supieran que algunas fuentes no eran confiables. Él creía que los informes que le estaban dando eran correctos.5

     El escritor Carlos Fuentes dice que menos mal que en esa ocasión, se refiere a la reunión del Consejo de Seguridad del 5 de febrero de 2003,  Adolfo Aguilar Zinser de México y Juan Gabriel Valdés de Chile, salvaron el honor, la verdad y los principios. Menos mal que Dominique de Villepin negó el voto de Francia a partir de este principio: “Solo el consenso y el respeto a la ley dan legitimidad a la fuerza y fuerza a la legitimidad. Y que mal que no se dio al inspector de armamentos de la ONU, Hans Blix, la oportunidad de culminar su mandato y dejar sentado que Irak no poseía armas de destrucción masiva. Se hubieran evitado las muertes de 2000 soldados y 30.000 civiles iraquíes. 6

Luego que fueron descubiertos los vehículos, la CIA desmintió que se tratara de camiones acondicionados para elaborar armas de destrucción masiva.




SEGUNDA FALACIA: Saddam Hussein participó de los atentados del 11 S y colaboró con Al Qaeda.

En el discurso, ya mencionado del presidente Bush sobre el Estado de la Nación del 28 de enero de 2003, menciona que “las pruebas de las fuentes de inteligencia, comunicaciones secretas y declaraciones por personas actualmente bajo custodia muestran que Saddam Hussein ayuda y protege a los terroristas, incluso a miembros de Al Qaeda.

     Después de los atentados en los Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001, el Congreso de ese país,  a pesar de la oposición del presidente George W. Bush,  creó una Comisión Investigadora, ,  compuesta por 10 miembros, cinco por cada partido (republicano y conservador), presidida por el ex gobernador del Estado de New Jersey, Tom Kean, con el objeto de determinar si los organismos de seguridad de ese país estaban en condiciones de enfrentar un ataque terrorista con las características del 11-S.

     El informe preliminar, luego de un año de trabajo, conocido como “Una mirada sobre el enemigo” fue conocido el 16 de junio de 2004 y determina que Estados Unidos no estaba preparado para enfrentar un ataque terrorista como el realizado el 11 de setiembre.

     En el mencionado informe se analizan otros aspectos como la supuesta vinculación de Irak con los ataques mencionados.

     La hipótesis de una colaboración entre el régimen de Saddam Hussein y la red Al Qaeda, tal como fue formulada por la administración Bush para justificar la guerra en Irak fue puesta en duda por la Comisión Investigadora.

     Según el informe, en su estadía en Sudan desde 1991 a 1996, Bin Laden analizó la posibilidad de cooperar con Irak pese a su oposición al régimen laico de Hussein.

     En los inicios, Al Qaeda apoyó a los opositores islamitas al régimen de Saddam en la región kurda iraquí. Para preservar sus vínculos con Irak, los sudaneses persuadieron a Bin Laden de que pusiera fin a ese apoyo e intentaron establecer contactos entre Irak y Al Qaeda. Un alto dirigente de la inteligencia iraqui había realizado tres visitas a Sudán para encontrarse finalmente con Bin Laden en 1994. Este propuso a Irak que dentro de su territorio se pudieran entrenar las milicias de Al Qaeda y la asistencia para obtener armas, pero nunca recibió respuestas de Saddam Hussein. Estos contactos fueron restablecidos cuando Bin Laden retorna a Afganistán pero sin lograr acuerdos de cooperación.

     Bin Laden recibió apoyo del gobierno de  Sudan en su período de residencia entre 1991-1996. Por presiones del gobierno de los Estados Unidos, tuvo que dejar ese país y se trasladó a Pakistán que apoyaba al régimen talibán instalado en Afganistán. Pakistán no rompió relaciones con los taliban hasta después de los atentados del 11S, conociendo que en ese país se refugiaba Bin Laden quién era un firme aliado del régimen de Afganistán. Según la Comisión Investigadora, Pakistán se beneficiaba con su relación con Al Qaeda y los taliban, ya que en sus campos de entrenamiento se formaban milicias para luchar contra el ejército indio en la región de Cachemira.7

     A su vez el ex Secretario de Estado, General Colin Powell dijo que “nunca había visto evidencia que sugiriera una conexión entre los atentados del 11 de setiembre de 2001 en los Estados Unidos y el régimen de Bagdad”. 8

     Se debe agregar que nunca fueron buenas las relaciones entre  Bin Laden y Saddam Hussein. Cuando este último intervino en Kuwait en 1990, el líder de Al Qaeda brindó sus servicios al Reino de Arabia Saudita para detener al ejército iraquí fundamentando que el Reino tenía un ejército bien equipado y que no era necesario recurrir al ejército de los Estados Unidos. Bin Laden criticó la decisión del Reino al solicitar tropas de Estados Unidos que ocuparían bases militares en la cuna de la religión islámica. 9

     El silencio de Saddam Hussein ante los atentados del 11 de setiembre de 2001 no puede tomarse como causa de la participación de Irak en los mismos y las autoridades de ese país, a pedido de Estados Unidos han manifestado su colaboraron en la búsqueda de terroristas de Al Qaeda en su territorio.

     De esta manera queda despejada otra de las causas presentadas por el presidente Bush para justificar la invasión a Irak.


TERCERA FALACIA: Saddam Hussein compró uranio en Níger con la intención de fabricar armas nucleares.

Como vimos varios han sido los motivos por los cuales, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush y sus aliados, invadieron Irak el 8 de marzo de 2003 al margen de Naciones Unidas.

Hacemos referencia ahora a la presunta compra de uranio a Niger por parte de Saddam Hussein y las consecuencias que se derivaron en una crisis del gobierno norteamericano.

En el discurso pronunciado el 28 de enero de 2003 sobre el Estado de la Unión, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, ante el Congreso de ese país expresó que el gobierno de Saddam Hussein trató recientemente de obtener cantidades considerables de uranio y tubos de aluminio de alta resistencia apropiados para la producción de armas nucleares en Africa.

El origen  de esta falacia tiene distintas derivaciones que pasaremos a detallar.

La pista italiana

El corresponsal del diario “Clarín” en Roma reproduce la información suministrada por el diario “La República” de esa ciudad y  confirmado luego por The New York Time, sobre el tema de la compra del uranio de Niger expresando que este acontecimiento tiene su origen  en la capital de Italia.10

Un mes después de los ataques terroristas a los Estados Unidos el 11 de setiembre de 2001, hubo un extraño robo en las oficinas de la Embajada de Níger en Roma. El objetivo real era obtener hojas membretadas y los sellos de la representación diplomática de uno de los países más pobres del planeta, pero que tiene una enorme importancia estratégica por ser un importante productor de uranio. Según la investigación del diario “La República”, un funcionario del SISMI, servicio secreto italiano, elaboró un falso dossier con el material robado y mucha imaginación, y el 15 de octubre de 2001 fue enviado a la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, la CIA. En setiembre de 2002, mientras crecía la voluntad de la Casa Blanca de hacer la guerra a Saddam Hussein, el semanario italiano Panorama, propiedad del primer ministro Silvio Berlusconi, publicó un amplio artículo en el que revelaba que Saddam Hussein había procurado 500 toneladas de uranio natural en Níger. Ante el parlamento italiano, el director del SISMI, Niccoló Pollari, afirmó que los servicios poseían las pruebas documentales de la compra de uranio. Tanto la CIA como el Departamento de Estado creyeron que el informe del SISMI  era falso y procuraron realizar su propia investigación.  El gobierno italiano negó indignado haber promovido la falsa historia, pero The New York Times citó fuentes de la CIA que le informaron que las “noticias sobre el uranio de Niger comprado por Saddan Hussein le llegaron a través de los servicios militares italianos”.

La trama diplomática norteamericana

Como consecuencia de las dudas que creaba la información suministrada por Italia, la CIA envía en febrero de 2002 al embajador Joseph Wilson a Niger para comprobar la compra de uranio por Saddam, con el fin de hacerse un arsenal de armas de destrucción masiva. Luego de la misión a Niger el  embajador Wilson informa fehacientemente que no hay ningún tipo de adquisición de uranio por parte de Saddam Hussein.

En su discurso del 28 de enero de 2003 sobre el Estado de la Unión, el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush para justificar la invasión de Irak dijo:

“El gobierno británico se ha enterado que Saddam Hussein trató recientemente de obtener cantidades considerables de uranio de Africa. Nuestras fuentes de inteligencia nos dicen que ha tratado de comprar tubos de aluminio de alta resistencia apropiados para la producción de armas nucleares. Saddan Hussein no ha explicado estas actividades de manera creíble. Está claro que tiene mucho que ocultar” 11

El 6 de julio de 2003, el embajador Wilson publicó una nota en el diario Washington Post para denunciar la falsedad de la información suministrada por el presidente Bush. Critica la manipulación de algunos datos realizados por esa administración con el fin de “justificar” la invasión a Irak.

Por su parte también la CIA admite que fue un error del presidente referirse a lo que no existió, el uranio de Niger para Saddam. Este escándalo en la Administración Bush, hoy conocido como CIAgate comenzó cuando para vengarse de un diplomático que elevó un informe negativo sobre las causas para invadir Irak, una persona de la Casa Blanca informó a la prensa el nombre de la esposa del diplomático que a su vez era agente de la CIA.

     El 14 de julio  de 2003, el columnista Robert Novack revela que la esposa de Wilson, Valerie Plame, es una agente de la CIA citando como fuente a “dos altos funcionarios de la Administración Bush”. La pregunta aquí es ¿Quién hizo esta filtración delictiva? 12

Como se sabe, revelar el nombre de un agente de la CIA es un delito federal que puede tener como consecuencia una prisión de hasta diez años. 

Departamento de Justicia

En setiembre de 2003 el Departamento de Justicia abre una investigación para esclarecer quién suministró el nombre de la agente de la CIA a los medios de prensa y ordena en diciembre de ese año al fiscal Patrick Fitzgerald que investigara si efectivamente funcionarios del gobierno filtraron el nombre de Valerie Plane.

En estos momentos aparecen los nombres de Lewis Libby, jefe del gabinete del vice presidente Richard “Dick” Cheney y Karl Rove, asesor del presidente George W. Bush. Según el escritor Carlos Fuentes hablaron con media docena de periodistas para argumentar que Wilson había sido enviado a Niger por iniciativa de su mujer, la espía de la CIA, Valerie Plane.  Libby le informó en tres oportunidades, sobre esta situación a Judith Miller del diario The New York Times. El columnista Robert D. Novak entrevistó a “dos altos funcionarios de la Administración Bush y divulga la identidad de Plane como espía de la CIA el 14 de julio de 2003. De la misma manera Mattew Cooper detalla este hecho a la  Revista Time.

El 21 de mayo de 2004 el gran jurado cita a Mattew Cooper y a la Revista Time para que declaren y entreguen documentación.

El fiscal Patrick Fitzgerald  comienza la indagación de Lewis Libby con la presunción de que fuera él quien suministró el nombre de Plane a al prensa y que mintió al negarlo.
El secreto profesional

El 12 de agosto de 2004 la periodista del diario The New York Times,                        Judith Miller, es citada a declarar por el gran jurado. Un juez condena a la periodista a prisión por negarse a revelar sus fuentes. El 13 de octubre de 2004 el juez de distrito Thomas F. Hogan ordena el encarcelamiento por desacato de  Judith Miller y a Mattew Cooper.

El 4 de julio de 2005,   Mattew Cooper ante la posibilidad de ser encarcelado por desacato, aceptó declarar en el tribunal.  Dijo que había deducido la identidad de Plane  partir de una conversación con Rove, pero aseguro que el asesor de Bush no había nombrado explícitamente a la agente de la CIA. También mencionó que había hablado con el embajador Wilson y su esposa Valerie Plane y con Lewis Libby.

El día 6 de julio de 2005 el juez Hogan envía a Miller a la cárcel por negarse a testificar sobre sus conversaciones confidenciales con altos funcionarios de la Administración Bush.

Una delegación de la SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) visitó en la cárcel a la periodista Judith Miller. El presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, Gonzalo Marroquin expresó que “lo ocurrido con Miller puede generar una limitación para acceder a la Información de los Estados Unidos, que ha sido un ejemplo para la prensa latinoamericana”. Por su parte el presidente de la SIP, Alejo Miró Quesada elogió a Miller diciendo: “Creemos en la protección de las fuentes y vinimos aquí para expresar nuestra solidaridad con Miller”.  13

El 21 de octubre de 2005 se publicó una solicitada en el diario The New York Times de apoyo  y solidaridad con la actitud asumida por Judith Miller de no divulgar los nombre de sus informantes. En la lista de adherentes a la postura de Miller se encontraban altos funcionarios, como primeros ministros y cancilleres. Aparecían por Argentina, el señor José Claudio Escribano del diario “La Nación”, el escritor Santiago Kovadloff y el copresidente del Foro Iberoamericano,  Ricardo Esteves. Esta solicitada la reprodujo el diario “La Nación” el 22 de ese mes.

Luego de 86 días de prisión, el 29 de setiembre de 2005, la periodista Miller anuncia haber obtenido permiso de su fuente para romper su promesa de confiabilidad y menciona entonces al jefe de gabinete del vice presidente Cheney, Lewis Libby. Luego de esta declaración la periodista es dejada en libertad.

Según la información proporcionada por el diario “La Nación” , se produce una fuerte polémica interna en el diario de Millar.

 Al conocerse el nombre de la fuente que Miller ocultó celosamente y que hoy Times interpreta como un acuerdo para proteger a Bush en perjuicio de los lectores del diario, la periodista pasa por su peor momento. Tanto el director del diario Bill Keller, y los columnistas Maureen Dowd y Byron Calame defenestraron a Miller el último fin de semana en sendos artículos críticos. 14

Según Bill Keller, director del diario,  ella fue una suerte de vocera encubierta de la administración Bush. 15

Después de 28 años de trabajo en el periódico The New York Times, la periodista Judith Miller dejó su lugar en el diario el 9 de noviembre de 2005, argumentando que en los últimos cinco meses se había convertido en noticia, algo que un redactor de ese medio nunca quiere ser.
Renuncias en la Casa Blanca

El Jefe de gabinete del vicepresidente Richard Cheney, Lewis Libby fue acusado el 28 de octubre de 2005 de perjuro, obstrucción a la justicia y falso testimonio bajo juramente, en relación con la divulgación de la identidad de la espía de la CIA, Valerie Plone. En caso de ser hallado culpable podría ser condenado hasta 30 años de cárcel.

El 28 de octubre de 2005, Lewis Lebby, presenta la renuncia a sus funciones y enfrenta una acusación de obstrucción de la justicia, dos cargos de perjurio y dos de falso testimonio.

Queda aún sin resolver la situación del principal asesor político del presidente George W. Bush, Karl Rove, quién de acuerdo a la revelación de un periodista de la revista Time le reveló el nombre de Plane al fiscal especial Patrick Fitzgerald.

El Congreso norteamericano


La oposición demócrata en el Senado de los Estados Unidos convocó a una sesión secreta sin precedentes en los últimos 25 años, para discutir el escándalo que provocó la renuncia de un importante asesor de la Casa Blanca. El debate también se centró en la información que Washington utilizó para justificar en 2003 el inicio de la guerra en Irak. La sesión fue reclamada por el líder de la minoría demócrata, Harry Reid quién ante la presentación de cargos contra el jefe de gabinete del vicepresidente Richard Cheney, Lewis Libby, demuestra como el gobierno “fabricó y manipuló los datos de inteligencia para vender la guerra en Irak. Reid criticó la “nula” respuesta de los republicanos ante la manipulación de los datos de inteligencia, su lentitud a la hora de investigar todo lo relacionado con la guerra y dijo que el Congreso, bajo el control republicano "reiteradamente ha optado por anteponer sus intereses políticos a la seguridad nacional" 16

Los conflictos entre la Casa Blanca y la CIA

El ex funcionario de la CIA, Lee Strickland, dijo que en treinta años que pasó en la agencia, no recordaba ninguna época en la que hubiera habido tanta tensión con la Casa Blanca como ahora. 17  

Se debe recordar que el 3 de junio de 2004, renunció como Director de la CIA, George Tenet, tras las críticas por el papel de la agencia en la política por las armas de destrucción masiva del régimen de Irak.

Las diferencias entre la Casa Blanca y la CIA por Irak se remontan a la guerra del golfo de 1991. Algunos funcionarios que trabajaban para el entonces presidente George H. Bush, apuntaban a la comunidad de inteligencia por no haber reconocido la manera como Saddam se había embarcado en su programa nuclear. Cuando muchos de esos mismos funcionarios retornaron a la Casa Blanca de la mano de George W. Bush, probablemente cuestionaron si esta vez la CIA podía ser eficaz al investigar el arsenal de Saddam y sus posibles conexiones con terroristas. Las tensiones continuaron durante el verano de 2004, cuando la CIA permitió que el ex director de su unidad Osama ben Laden, Michael Scheuer, publicara un libro crítico de la invasión a Irak en 2003. En la actualidad, con este caso, se vuelve a observar los conflictos de poder existentes en el gobierno norteamericano.

La Casa Blanca se sinceró sobre sus objetivos en Irak.

Después de este escándalo, finalmente el 13 de noviembre de 2005, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley, reconoció a la agencia ANSA que el gobierno del presidente George W. Bush hizo una evaluación errónea de la información de inteligencia sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en Irak antes de invadir ese país en marzo de 2003. Sin embargo, Hadley negó que Bush hubiera manipulado la información de inteligencia y que hubiera engañado a la opinión pública para justificar la invasión a ese país. “Nos equivocamos”, fue el lacónico comentario que hizo el asesor a la cadena de televisión CNN, al admitir que fue un error haber apelado a la presunta existencia de armas de destrucción masiva durante el régimen de Sadam Hussein. Pero el asesor insistió en que Bush “confió en todo la información de inteligencia que recibió” cuando acusó a Irak de poseer estas armas, que nunca fueron halladas. 18

 Así como fue falsa la información sobre la participación de Irak en los atentados del 11-S, como también su vinculación a la red Al Qaeda, hoy queda demostrado que ese país no tenía  armas de destrucción masiva. Después de todo esto se espera que por primera vez salgan a la luz verdaderos motivos que llevaron a Washington a invadir el país árabe.  


NOTAS Y CITAS BIBLIOGRÁFICAS



1.    En otro trabajo hemos desarrollado la Guerra del Golfo (1990-1991) desde la perspectiva de Al Qaeda. La tercera guerra mundial se inició en Medio Oriente en 1990. Otro Sur. Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Rosario, agosto de 2004. N.2 P. 10.

2.    FUENTES, Carlos, Fitzgerald, el fiscal de Bush. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 11 de noviembre de 2005. P.21. El autor confunde Níger con Nigeria.

3.    Sobre esta asociación se puede consultar: www. newamericancentury.org

4.    Conviene distinguir las armas químicas de las biológicas. La primeras están relacionados químicamente a insecticidas. Pueden ser incluidos en bombas, proyectiles, cabeza de misil o tanques atomizadores. Algunos de los más tóxicos son el gas sarín y el VX. En cuanto a las armas biológicas, la mayoría son organismos vivos. En una situación de guerra pueden ser esparcidos por el aire. Para eso se utiliza desde misiles con compartimientos especiales para cargas biológicas, bombas de artillería, atomizadores o pequeños recipientes con ántrax o viruela. Ver www.emedicine.com. USA Today. Oficina de Evaluación del Congreso de Estados Unidos. Organización de las Naciones Unidas. Ministerio de Ciencia y Tecnología de España.

5.    Powell se arrepintió del discurso que dio en la ONU sobre Irak. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 10 de setiembre de 2005.

6.    FUENTES, Carlos, Op. cit.

7.    Este informe preliminar ha sido ampliado por la COMISIÓN NACIONAL DE INVESTIGACIÓN, Extracto del Informe Final de los Atentados Terroristas contra Estados Unidos. Editorial Paidós. Buenos Aires, 2004 P. 78

8.    Powel op. cit.

9.    BERGER, Peter L. Guerra Santa S.A. La red terrorista de Osama Bin Laden. Grijalbo Mondadore. Buenos Aires, 2001. P.112

10. ALGAÑARAZ, Julio, Un escándalo que tuvo su origen en Italia. Diario “Clarín”. Buenos Aires, 30 de octubre de 2005. P.22

11. BUSH, George W., Discurso sobre el Estado de la Nación. Officce of the Press Secretary, 28 de enero de 2003. Pág.6. Sorprende la referencia del Presidente Bush de mencionar un continente y no un país dentro del mismo, ya que la información se dispersa en más de cincuenta estados.

12. FUENTES, Carlos, op. cit.

13. ALCONADA MON, Hugo, Teme la SIP que el caso Miller tenga impacto en la región. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 11 de agosto de 2005 P.3

14.Polémica en el New York Times. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 29 de octubre de 2001. Pág.21

15.WIÑAZKY, Miguel, De princesa a bruja, en un derrotero pendular. Diario    “Clarín”. Buenos Aires, 10 de noviembre de 2005. P.26

16.Más presión por el caso de la CIA. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 2 de noviembre de 2005.

17.La relación entre la Casa Blanca y la CIA cada vez más tensa. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 30 de octubre de 2005.

18. Washington admite que se equivocó. Al evaluar el arsenal de Saddam. Diario “La Nación”. Buenos Aires, 14 de noviembre de 2005. P.3



http://www.cerir.com.ar/admin/_cerir/archivos/libros/0000106/REVISTA%20ESTUDIOS%20DE%20CORDOBA%20Irak.pdf

                                                                            Rosario, 12 de diciembre de 2005

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