Washington. - Corea del Norte
accedió ayer a detener sus pruebas nucleares, el enriquecimiento de
uranio, el lanzamiento de misiles de largo alcance y a permitir visitas
de inspectores internacionales a su complejo atómico de Yongbyon, a
cambio de alimentos y otras concesiones. El anuncio, realizado
simultáneamente por el Departamento de Estado estadounidense y por la
agencia oficial de noticias de Corea del Norte, allana el camino para la
posible reanudación de las negociaciones de desarme con Pyongyang y
tiene lugar tras conversaciones entre diplomáticos de ambos países en
Pekín la semana pasada. También marca un significativo cambio de
política por parte del liderazgo norcoreano tras la muerte en diciembre
del veterano líder Kim Jong-il.
El Departamento de Estado ultima los detalles de un
paquete alimentario por 240.000 toneladas en ayuda nutricional y dijo
que podría aprobar una asistencia adicional basada en la necesidad
continua. La Casa Blanca no quiere oficialmente vincular esa ayuda a las
negociaciones nucleares o la evolución política norcoreana, pero
advirtió que observará con atención el comportamiento de las autoridades
norcoreanas y juzgará "de acuerdo a los hechos".
Además de detener la actividad armamentista, Corea
del Norte permitirá que inspectores de la Agencia Internacional de
Energía Atómica (Aiea) visiten el complejo nuclear Yongbyon para
verificar el cumplimiento de la moratoria sobre enriquecimiento de
uranio. "La República Popular Democrática de Corea del Norte, por pedido
de Estados Unidos y para mantener la atmósfera positiva para las
conversaciones de alto nivel accedió a una moratoria sobre pruebas
nucleares, lanzamientos de misiles de largo alcance y actividad de
enriquecimiento de uranio en Yongbyon", dijo la agencia oficial de
noticias KCNA. "El anuncio representa un modesto primer paso en la
dirección correcta", dijo la secretaria de Estado, Hillary Clinton, en
el Congreso. Corea del Sur recibió el anuncio con beneplácito y dijo que
éste debería ser la base para avanzar en el largo conflicto entre ambas
naciones. También Japón elogió la decisión. La Aiea, que retiró a sus
inspectores de Corea del Norte en 2009, afirmó que estaba lista para
volver y que el acuerdo era un "paso importante".
El documento agregó que Washington reafirma que no
tiene intenciones hostiles hacia Corea del Norte y que está preparado
para tomar medidas para mejorar los vínculos bilaterales. La decisión
estadounidense de reanudar la entrega de alimentos fue un gesto hacia
Pyongyang, que ha buscado ayuda internacional para lidiar con una
escasez crónica de suministros. Washington interrumpió el envío de
alimentos en 2009, agravando los problemas que siguieron a una grave
hambruna en los 90 que mató a cerca de 1 millón de personas.
El sorpresivo anuncio fue un paso en la campaña de
Washington por contener programas nucleares renegados en todo el mundo y
tiene lugar mientras el gobierno del presidente Barack Obama aumenta la
presión sobre Irán por sus ambiciones atómicas, que los países
occidentales temen apuntan a la producción de armas nucleares.
Analistas dijeron que la vuelta de los inspectores de
la Aiea después de cuatro años daría a la comunidad internacional un
conocimiento relevante sobre el trabajo nuclear norcoreano. Sin embargo,
Jack Pritchard, ex negociador estadounidense, advirtió que era
improbable que Kim Jong-un, el joven y poco experimentado líder
norcoreano, estuviera listo para cumplir con la demanda de que abandone
completamente el programa nuclear. Victor Cha, experto en Corea del
Centro para Estudios Estratégicos e Internacionales, agregó que podría
pasar un tiempo hasta que los inspectores nucleares regresen al terreno
norcoreano.
Diario "La Capital". Rosario, 1º de marzo de 2012 P.28
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