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jueves, 26 de junio de 2014

BRASIL. EL EMPLEO, TAMBIÉN DETRÁS DE LAS PROTESTAS MASIVAS EN BRASIL. Urien, Paula


Trabajo y salario

El empleo, también detrás de las protestas masivas en Brasil

El aumento del costo de vida y el menor crecimiento llevan, lo mismo que en la Argentina, a un sentimiento de vulnerabilidad
Por   | LA NACION
Una situación frágil en materia de empleo, pero con índices bajos de desempleo, hermana a Brasil y la Argentina. En el país del norte, el índice de desocupación fue de 5,5% en 2012 -en 2003 era de 12,3%-, mientras que en estas latitudes fue del 7,2% en 2012 y 14,3 hace diez años.
"Brasil es una economía con un crecimiento bajo en los últimos 20 años", dice Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL). Su crecimiento promedio en ese período fue 3,14 por ciento. "Es insuficiente para una economía emergente. Hay enormes expectativas con una realidad mediocre", agrega. Se suman diez años de déficit fiscal y una inflación cercana al 6% anual en el mismo período. "Además tiene un gasto público muy elevado, que ronda el 38% del PBI".
Sin embargo, Brasil tiene un enorme capital a su favor llamado confianza que, hasta ahora, le juega a favor. Miguel Carugati, director ejecutivo de PageGroup, consultora internacional que también tiene sede en Brasil, analiza: "Desde 1994, cuando se creó el real, Brasil logró controlar la inflación (aunque hoy, con el 6%, está provocando algunos problemas). El ex presidente Fernando Henrique Cardoso, que había asumido su cargo en 1995, redujo la deuda y logró revertir con políticas de estabilidad la desconfianza del mercado hacia Brasil. A partir de 2003, el entonces presidente Lula da Silva mantuvo la estructura económica e introdujo el asistencialismo a la clase más pobre. Con una política de continuidad en materia económica, 40 millones de personas lograron un ascenso social. El resultado: más confianza".
Como consecuencia empiezan a aparecer los start ups de multinacionales en la región. "Hoy, el 60 o 70% de las multinacionales en la Argentina le reportan a Brasil", dice Carugati.
Sin embargo, a mediados de junio, cuando un hecho que parecía simple -el pretendido aumento de 3 a 3,2 reales del transporte público desató una protesta que se volcó a las calles de manera masiva- se pudo ver el mar de fondo de la situación, que en parte está relacionada con el empleo. La clase media, entendida como las familias que viven con más de 10 dólares diarios, pasó de 19,6% en 1992 al 46,6 % de la población total en 2012. Pero según Bour, "la población en ascenso está apenas unos dólares por encima de la linea de pobreza, por eso un aumento del costo del transporte público, sumado a la inflación, afecta su salario real. Además, el salario mínimo es más bajo que el argentino (326 dólares en Brasil, 359 en la Argentina tomando el dólar a 8 pesos), a pesar de que el PBI de Brasil es más alto".
La calificadora Moody's se pronunció esta semana sobre la debilidad económica de Brasil, que podría dañar la confianza de inversores y consumidores, y también al mercado laboral.
"El tema empleo y salario no se manifiesta explícitamente en las protestas -dice Carlos Mussi, director de la oficina de Brasil de la Comisión Económica Para América Latina (Cepal)-, pero sí implícitamente a través del malestar por el aumento del costo de vida. Hay un concepto de vulnerabilidad. Las personas tienen un nivel de ingreso que debe consolidarse y notar un ambiente de negocios de crecimiento, que no decaiga."
El menor crecimiento, la inflación, las propuestas de ajustes que se debaten en el ambiente económico y la preocupante caída de la inversión crean esa vulnerabilidad. Se suma al malestar por la mala calidad de los servicios que ofrece el Estado (en concordancia con la Argentina), infraestructura, transporte, salud y educación. Según el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa), las protestas en Brasil contrastan con el fuerte crecimiento económico y el vertiginoso proceso de movilidad social de las últimas décadas. El progreso económico trae demandas más exigentes con los servicios que brinda el Estado y personas menos tolerantes hacia la corrupción.

Más empleados públicos

En 2012 hubo una generación neta de empleos formales, según Mussi, pero al igual que en la Argentina, se produjo en el sector público, aunque también se vio en servicios y comunicaciones. "Se debe recuperar la productividad en algunos sectores, como el industrial. También, el gobierno debería estar atento a la formación de mano de obra y a la enseñanza de especialidades que aún se necesitan. Educación y productividad van de la mano. Hay que asegurar que los nuevos puestos tengan una productividad competitiva para consolidar el empleo. La gran variable es la inversión."
El último informe del Banco Mundial sobre Brasil habla sobre "un marco macroeconómico sólido y sustentable en el mediano plazo". Vale recordar que el PBI por habitante medido en dólares subió de 3040 en 2003 a 12.079 en 2012. Sin embargo, Brasil sufrió una abrupta desaceleración de su economía del 7,5 en 2010 al 2,7% en 2011, y a un magro 0,9% en 2012 "con una caída de la industria y de la inversión desproporcionada", dice el informe.
La realidad es que la suerte de Brasil está ligada a la Argentina al ser el destino principal de las exportaciones de este país. En 2011 se exportaron 17.347 millones de dólares, pero en 2012 esa cifra bajó a 16.495 millones, según datos del Centro de Política Internacional, que depende del Ministerio de Relaciones Exteriores. Dentro de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) "Brasil es el de peor performance", dice Bour.

Impuestos y asistencia

La presión impositiva, según Idesa, pasó del 23 al 35% de PBI en los últimos 20 años. Los impuestos al trabajo son muy altos en Brasil, pero se está trabajando en esto. "En lo concreto -explica Mussi-, el Gobierno está reduciendo los costos laborales eliminando la contribución del empleador para la previsión social. Este proceso empezó en 2011 y se hace sector por sector. Ya hay unos 40 sectores dentro de este plan."
Los costos laborales, según Daniel Iriarte, director asociado de Glue Consulting, varían mucho según la industria, los convenios, etcétera. "Pero en términos generales, en posiciones operativas (base de la pirámide) la Argentina está algo por encima de su equivalente en Brasil. Ahora esta tendencia se revierte en posiciones gerenciales y directivas, donde Brasil está un 40% por encima de igual posición en la Argentina."
Quizás una de sus mayores debilidades sea la extrema desigualdad, con grandes diferencias entre las evitar regiones más ricas en el sur y sudeste, con las más pobres en el norte y nordeste, dice el Banco Mundial.
La corresponsal en la Argentina del diario Folha de São Paulo, Sylvia Colombo, apunta que quizás una diferencia notoria con respecto a la Argentina sea la manera de asistir a quienes tienen necesidades básicas insatisfechas y a quienes sufren la falta de empleo. "En la Argentina se adoptaron políticas de asistencia social, pero no lograron un cambio en la estructura de la sociedad. Todavía no hay un sentido de pertenencia a una nueva clase o de ascenso social. Los instrumentos de asistencia terminan transformándose en un modo de vida de la persona. En Brasil, la asistencia está menos politizada."
 

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