Diario "La Nación". Buenos Aires, 08 de octubre de 2011
El nobel de la paz / Las laureadas
Tres maneras diferentes de luchar contra la violencia
El galardón es un reconocimiento al subvalorado rol de la mujer
EL CAIRO.- Con el Nobel de la Paz
concedido ayer por primera vez a tres mujeres en simultáneo, el Comité
Nobel noruego reconoció especialmente el papel a menudo subvalorado de
las mujeres en la solución de conflictos políticos y de las
consecuencias de las guerras.
El galardón brinda a la presidenta liberiana, Ellen
Johnson-Sirleaf (72), a su compatriota Leymah Gbowee (39) y a la yemení
Tawakkul Karman (32), protagonistas de los movimientos democráticos en
Africa y el mundo árabe, la atención que se merecen.Sorprendente resultó, quizá para muchos, la edad de dos de las premiadas, que no llegan a los 40 años. Su labor, sin embargo, ha obtenido más resultados que el que consiguieron muchos activistas a lo largo de toda su vida.
Dos de las galardonadas proceden de Liberia, país fundado por libertos provenientes de Estados Unidos en la costa atlántica de Africa occidental, cuyo nombre significa "país de la libertad". En su territorio, sin embargo, nadie pudo ser libre durante mucho tiempo.
Los crímenes contra la humanidad fueron el pan de cada día durante casi 15 años bajo el régimen de Charles Taylor. El país estaba al borde del abismo cuando Johnson-Sirleaf asumió la presidencia en 2006 como la primera jefa de Estado en Africa.
"Si tus sueños no te dan miedo, entonces no son suficientemente grandes", dijo alguna vez Johnson-Sirleaf, graduada de la Universidad de Harvard. Soñaba en grande y actuaba como se esperaba de una "dama de hierro", como se le empezó a conocer.
Con integridad y una voluntad inquebrantable abordó la enorme tarea de reconstruir su país paso a paso. La reintegración de antiguos niños soldados fue una de las prioridades de la madre de cuatro hijos y abuela de ocho nietos.
Johnson-Sirleaf sabía de esas dificultades y empezó su mandato con las siguientes palabras: "Esto abre la puerta a mujeres en todo el continente. Y estoy orgullosa de ser la que abre la puerta". Después se entregó a la tarea de abrir otra puerta con su aporte sustancial a la Comisión de la Verdad y Reconciliación para superar las atrocidades de la historia liberiana.
En la comisión participó también Gbowee, nacida en 1972. Se había hecho ya un nombre como activista comprometida pese a su juventud. Con estudios en Estados Unidos, la joven se convirtió en 2001 en coordinadora de la organización Woman in Peacebuilding. Un año después fundó también el movimiento Women of Liberia Mass Action for Peace.
Gbowee animó a numerosas mujeres y madres a participar en las protestas pacíficas contra Taylor. Las manifestantes iban vestidas de blanco, como símbolo de la paz.
Los derechos humanos, la democracia y la libertad de opinión fueron también los principios que movieron siempre a Karman. Algo aparentemente sencillo en otros lugares, la lucha por esos valores exigió, sin embargo, mucho valor a la periodista en Yemen. La activista tuvo que hacer frente a fuertes hostilidades. El régimen de Alí Abdullah Saleh intentó silenciarla e islamistas radicales acusaron a la aguerrida madre de familia de animar a las mujeres a rebelarse contra sus maridos.
Ello, pese a que Karman es miembro del partido islamista Al-Islah, de vocación reformista. La nueva Nobel de la Paz, que fundó una asociación de periodistas en 2005, se quitó hace años el velo facial negro habitual en Yemen y muestra siempre su rostro enmarcado por un manto de colores.
Karman nació en 1979, en la provincia de Taiz. Su familia se mudó más adelante a Saná, donde terminó en 2000 sus estudios de política. Fue arrestada temporalmente en los primeros días de la revuelta yemení, en enero de 2011, antes de que empezaran las grandes protestas. Pero ni ese episodio ni la violencia de las fuerzas gubernamentales la intimidaron. "Llegará el día en el que los que violaron los derechos humanos tengan que pagar por lo que le han hecho a Yemen", dijo al diario Yemen Times.
Para ella, ayer llegó el día de recoger los frutos de su labor. Quienes la conocen bien, sin embargo, la ven capaz de más, por ejemplo, de asumir un papel de líder política tras un cambio de gobierno en su país.
LIBERIA
Población: 3.786.764 habitantesPBI : US$ 500 per cápita
Indice de pobreza : 80%
Gobierno : República
Religión : mayoría cristiana
Este país de la costa oeste de Africa se vio inmerso en dos guerras civiles (1989-1996 y 1999-2003) que provocaron el desplazamiento de gran parte de su población y la devastación de su economía.
YEMEN
Población: 24.133.492 habitantesPBI : US$ 2700 per cápita
Indice de pobreza: 45,2%
Gobierno : República
Religión : mayoría musulmana
Es uno de los principales escenarios de la "primavera árabe", y uno de los actuales bastiones de Al-Qaeda. Desde enero, miles de personas piden la renuncia de Alí Abdullah Saleh, en el poder desde 1990..
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