"La Capital". Rosario, Viernes, 27 de diciembre de 2013
El premier nipón aviva tensiones en Asia con una polémica visita
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó ayer el templo visto por críticos como un símbolo del militarismo de Tokio, lo que enfureció a China y Corea del Sur y generó preocupación en...
Enfado. El premier llega al templo donde se rinde homenaje a 2,5 millones de soldados caídos en combates.
El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, visitó ayer el templo visto por críticos como un símbolo del militarismo de Tokio, lo que enfureció a China y Corea del Sur y generó preocupación en Estados Unidos sobre las deterioradas relaciones entre los vecinos del norte de Asia. Abe, un conservador de convicciones nacionalistas, acudió a este lugar de culto sintoísta ubicado en el corazón de Tokio, justo un año después de su retorno al poder el 26 de diciembre de 2012. Es la primera vez que un jefe de gobierno nipón en ejercicio visita el santuario Yasukuni, después de que lo hiciera Junichiro Koizumi el 15 de agosto de 2006, aniversario de la capitulación japonesa al final de la Segunda Guerra Mundial.
El templo rinde homenaje a los 2,5 millones de
japoneses caídos en diferentes conflictos. Pero tiene mala reputación en
el extranjero desde que se inscribieran en 1978 los nombres de 14
criminales de guerra juzgados en 1945 por los aliados. Entre ellos
figura el general Hideki Tojo, premier de Japón durante el ataque a
Pearl Harbor, que provocó la entrada de Estados Unidos en la guerra en
1941. Este santuario es detestado por China pero también por Corea del
Sur, cuyas relaciones con Japón están marcadas por las atrocidades
cometidas por las tropas niponas durante la colonización de la península
coreana (1910-1945) y la ocupación parcial de China (1931-45). Abe es
el primer líder nipón en funciones que rinde homenaje en Yasukuni en los
últimos siete años. Según historiadores, el ejército japonés mató antes
y durante la Segunda Guerra Mundial a más de 20 millones de personas en
Asia.
Las relaciones comerciales entre China y Japón, la
segunda y tercera economías más grandes del mundo, habían mejorado
después de un retroceso desatado por una disputa el año pasado sobre
unas diminutas islas del Mar de China Oriental, controladas por Japón,
pero reclamadas también por China. Sin embargo, han crecido las
preocupaciones de que un incidente no intencionado entre aviones
japoneses y chinos que merodean las islas disputadas pueda llevar a un
choque militar.
Militarismo. Abe, un conservador que
asumió su segundo mandato hace exactamente un año, dijo que no quería
herir los sentimientos de los países vecinos. "Hay críticas basadas en
la idea errónea de que se trata de un acto de veneración a criminales de
guerra, pero visité el santuario Yasukuni para reportarle a las almas
de los muertos en las guerras sobre los avances realizados este año y
para transmitir mi determinación de que la gente nunca más sufra los
horrores de la guerra", dijo Abe luego de la visita. La televisión
transmitió imágenes en vivo de su caravana de vehículos avanzando hacia
el santuario, construido en 1896 por el emperador Meiji para consagrar a
los muertos en las guerras, orar por la paz eterna en Japón y "promover
las relaciones amistosas con la gente del resto del mundo". Abe hizo
una reverencia ayer en el santuario antes de seguir a un sacerdote
sintoísta a un recinto interior. Haciendo hincapié en que era natural
que el líder de la nación presente sus respetos a los que murieron por
el país, Abe dijo: "No tengo ninguna intención de herir los sentimientos
del pueblo chino o coreano". Y añadió que compartía la visión de
anteriores líderes de Japón de que las relaciones con China y Corea del
Sur eran importantes y que su país quería afianzarlas. Recordó además
que "Japón ha construido un país libre, democrático y pacífico desde el
fin de la guerra". Sin embargo los presupuestos dedicados a la defensa
aumentan tanto en China como en Japón, hasta tal punto que Estados
Unidos teme "una posible emergencia del militarismo" en la región,
destaca Takehiko Yamamoto, profesor de relaciones internacionales de la
Universidad Waseda en Tokio.
Para el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, la
acción de Abe había empujado a Japón en una dirección "extremadamente
peligrosa". "Japón debe cargar con toda la responsabilidad por las
serias consecuencias políticas", dijo la página web del Ministerio de
Relaciones Exteriores citando a Wang dirigiéndose al embajador japonés
en China, quien fue citado al ministerio.
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