Diario "La Capital". Rosario, sábado, 15 de septiembre de 2012
Japón y Francia anunciaron que abandonarán la energía nuclear
Los dos países cerrarán sus usinas atómicas a lo largo de las dos décadas venideras. Ambientalistas celebraron la decisión, pero varios expertos se pronunciaron en contra.
El reactor 4 de la planta de Fukushima, que estalló el 11 de marzo de 2011 por un maremoto.
Dos de los principales defensores mundiales de la
energía nuclear dieron un duro golpe a la industria ayer, cuando Japón
afirmó que cerrará gradualmente sus plantas y Francia confirmó planes
para reducir su fuerte dependencia en esa tecnología, tras
preocupaciones sobre el desastre de Fukushima.
Al inaugurar ayer una conferencia medioambiental en
París, el presidente francés François Hollande anunció ayer el cierre de
la central nuclear de Fessenheim (nordeste), la más antigua de Francia,
a fines de 2016, y el rechazo de siete pedidos de permiso de
exploración de hidrocarburos que pueden desembocar en la explotación de
gas de esquisto (extraído tras una fractura hidráulica industrial).
El cierre de la central se hará "en condiciones que
garanticen la seguridad de aprovisionamiento de la región, la
reconversión del sitio y la preservación de todos los empleos", señaló
el mandatario.
Recordó su objetivo de reducir la parte de la energía
nuclear en la electricidad producida en el país de 75 por ciento
actualmente a 50 por ciento en 2025, una de sus promesas de campaña.
Las asociaciones antinucleares saludaron una decisión
que "va en la buena dirección", aunque lamentaron que la fecha de
cierre no fuera más cercana.
Respecto al gas de esquisto, otro tema polémico en
Francia, Hollande zanjó el debate, cuando el primer ministro Jean-Marc
Ayrault se había mostrado evasivo al respecto a fines de agosto. "He
pedido a Delphine Batho, ministra de Ecología, de Desarrollo Durable y
de Energía, que pronuncie sin tardanza el rechazo de los siete pedidos
de permiso presentados al Estado, y que suscitaron inquietud en varias
regiones", dijo.
"En el estado actual de nuestros conocimientos, nadie
puede afirmar que la explotación de gas y aceites de esquisto mediante
fractura hidráulica, única técnica conocida hoy, está exenta de graves
riesgos para la salud y el medio ambiente", recalcó Hollande.
El método llamado de fractura hidráulica consiste en
inyectar agua y productos químicos a gran profundidad para fracturar la
roca, un procedimiento acusado de contaminar el medio ambiente y las
napas freáticas. Varios países lo han prohibido.
También Japón. Japón, que produjo
más de un 10 por ciento de la energía nuclear global antes de sufrir el
año pasado el accidente en Fukushima, se unió a Alemania, Suiza y
Bélgica en la decisión de cerrar plantas y gastar más dinero en energías
renovables.
El primer ministro nipón, Yoshihiko Noda, anunció que
Japón dejará la energía nuclear hasta 2040 y triplicará la proporción
de fuentes renovables a un 30 por ciento de su mezcla energética.
El gobierno nipón anunció su intención de detener los
reactores nucleares después del accidente del 11 de marzo de 2011 en
Fukushima Daiichi (220 kilómetros al nordeste de Tokio), el peor
desastre del sector nuclear civil desde el de 1986 en Chernobyl
(Ucrania).
Esa reconversión se realizará en base a tres
principios: no se emprenderá la construcción de ninguna central nuclear;
los reactores en actividad dejarán de funcionar tras 40 años de
actividad y sólo se autorizará el encendido de reactores apagados tras
verificaciones de seguridad llevadas a cabo por una entidad ad hoc.
La Agencia Internacional de Energía (IAE, por su
sigla en inglés), que representa los intereses energéticos del mundo
industrializado, afirmó que entiende las medidas de Japón y Francia,
pero advirtió sobre sus consecuencias.
"Aunque entiendo esas decisiones y los antecedentes,
uno debería entender los desafíos en términos de cambio climático y
aumentos de costos de la energía", afirmó Fatih Birol, economista jefe
de la IEA, con sede en París.
"A excepción de la (energía) nuclear y de la
renovable, no tenemos muchas opciones para producir energía sin
emisiones. Si esos países creen que la brecha que se deriva de la
reducción en (energía) nuclear provendrá en un 100 por ciento de la
renovable, están equivocados. Habrá gas, carbón e incluso petróleo",
agregó.
La industria nuclear vio un renacimiento en la década
pasada cuando gobiernos de todo el mundo aumentaron sus esfuerzos por
reducir la contaminación. (Reuters, AFP, DPA y AP)
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