Diario "La Capital". Rosario, Jueves, 04 de julio de 2013
Con amplio apoyo civil, el ejército egipcio derrocó al presidente
El alzamiento contra el islamista Mohamed Mursi fue festejado por las multitudes que ocupaban las calles desde el domingo.
Tanques. La salida de los militares a las calles fue bien recibida.
Las fuerzas armadas de Egipto derrocaron al
presidente Mohamed Mursi, un islamista que era el primer mandatario
democráticamente electo del país. En su lugar instalaron un gobierno
provisional, suspendieron la Constitución y llamaron a nuevas elecciones
sin fecha. Los tanques salieron a las calles acompañando a las tropas
que se desplegaron por todo el país. El golpe fue celebrado por
multitudes festivas en El Cairo y el resto de Egipto. Los militares
cuentan con el apoyo de amplios sectores de la sociedad egipcia, que
temían un giro islámico autoritario de parte de Mursi y su agrupación,
la Hermandad Musulmana. La grave crisis económica que agobia a Egipto
también coadyuvó en la caída de Mursi.
Aunque Mursi denunció la acción militar como un
"golpe de Estado total", millones de manifestantes en ciudades de todo
el país estallaron en escenas de alegría, con gritos de "Alá es grande" y
"Viva Egipto". Las banderas egipcias eran ondeadas en la céntrica plaza
Tahrir de El Cairo, mientras estallaban los fuegos artificiales. Al
cumplirse un ultimátum dado a Mursi por las fuerzas armadas, el jefe de
estas anunció por televisión que habían suspendido la Constitución y se
convocaba a elecciones anticipadas. En ese mismo instante estallaron los
fuegos artificiales sobre la multitud que bailaba en la plaza Tahrir,
epicentro de la rebelión que en 2011 derrocó al autócrata Hosni Mubarak.
Ese derrocamiento llevó al proceso democrático que puso a Mursi en la
presidencia hace apenas un año. Mursi fue el primer presidente elegido,
en junio de 2012, de manera democrática en la historia de Egipto.
Un año. Pero en apenas un año el
estado de ánimo colectivo cambió radicalmente. La plaza Tahrir fue sólo
una de entre muchos centros en todo el país en donde los egipcios se
rebelaron desde desde el domingo contra Mursi. Desde ese día la
gigantesca plaza cairota estaba ocupada en forma permanente por los
manifestantes. Las de esta semana fueron las manifestaciones más grandes
que se hayan visto en Egipto, superando incluso las de 2011.
En una alocución televisada, el máximo jefe militar
egipcio, general Abdel-Fatá el-Sisi, anunció la creación de un nuevo
gabinete y que Mursi sería reemplazado por el titular de la Corte
Suprema Constitucional. El jefe militar advirtió que las fuerzas armadas
enfrentarán "de manera contundente" cualquier brote de violencia. Esta
advertencia iba dirigida a los seguidores islamistas de Mursi, que ayer
tuvieron un conato de resistencia ante las fuerzas militares en un
sector de El Cairo. La situación sin embargo no derivó en abierta
violencia y los islamistas se retiraron.
Poco después Mursi envió un mensaje por Twitter en el
que denunció "un golpe de Estado total". Agregó que el operativo
militar "será rechazado categóricamente por todos los hombres libres de
nuestra nación", pero llamó a la "resistir pacíficamente, como hará él
mismo", según una fuente de la Hermandad Musulmana. Mursi insistió en
que su legitimidad como presidente electo no debía ser violada, caso
contrario Egipto podría caer en la violencia. Sus seguidores islamistas,
decenas de miles de los cuales salieron a las calles en los últimos
días, se han comprometido a luchar. De hecho, desde el domingo ha habido
al menos 16 muertos. Es difícil saber qué ocurrirá con los islamistas
de ahora en adelante. Algunos temen que los más radicales, que apoyaban
críticamente a Mursi pues le exigían una legislación íntegramente
islámica, puedan pasar a la resistencia armada.
"¡Abajo el gobierno de los militares!", corearon ayer
algunos grupos en una zona de El Cairo después del anuncio del
ejército. El lema fue el mismo que utilizaron los revolucionarios
durante los casi 17 meses de gobierno militar directo que siguieron a la
destitución de Mubarak. El ejército insiste en que no se trata de un
golpe de Estado, sino que sólo actúa en nombre del pueblo para despejar
el camino hacia un nuevo gobierno. En su discurso, el general El-Sisi
dijo que el titular de la Corte Suprema Constitucional será presidente
interino hasta que se celebren nuevas elecciones. Agregó que se formaría
un gobierno de técnicos con plenos poderes para dirigir el país.
Acompañado.El-Sisi habló por
televisión flanqueado por los principales clérigos musulmanes y
cristianos del país, así como por el líder opositor reformista Mohamed
ElBaradei y dos representantes del movimiento juvenil de oposición que
ha estado detrás de la ola de protestas. El jefe militar prometió "no
excluir a nadie ni a ningún movimiento" de las próximas medidas, pero no
definió cuánto durará el período de transición, ni cuándo se celebrarán
las elecciones presidenciales. Tampoco mencionó qué rol futuro tendrán
los militares.
El-Sisi dijo que la Constitución, redactada por los
aliados islamistas de Mursi, fue "suspendida temporalmente", y que un
panel de expertos y representantes de todos los movimientos políticos
analizarán las enmiendas que se le harán. No dijo si el referéndum se
celebraría para ratificar los cambios, como es habitual. La Constitución
instaurada por los Hermanos Musulmanes fue fuertemente criticada por
ElBaradei y los jóvenes laicos, así como por muchas mujeres. Daba a las
autoridades clericales islámicas la última palabra sobre las leyes
promulgadas por el Parlamento, algo considerado aberrante por los
sectores laicos.
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