Diario Tiempo Argentino Buenos Aires, 11 de Enero de 2012
EN EL AÑO ELECTORAL, LA POLICÍA EN LOS EE UU MILITARIZA EL CONTROL DE LAS MANIFESTACIONES
Cañones sónicos para vigilar y castigar
Con esta "opción no letal" originariamente diseñada para el Ejército, se limitan acciones de movimientos como Ocupa Wall Street. El ruido causado lesiona el oído.
En lugar de porras o balas de goma, la
policía de algunos estados de los Estados Unidos está utilizando cañones
sónicos de uso militar para controlar las manifestaciones con
excelentes resultados, pero los críticos dicen que el ruido penetrante
que producen daña el oído. Cada vez más frecuentemente, los cuerpos de
seguridad emplean los llamados Dispositivos Acústicos de Largo Alcance
(DALA) en lugar de los megáfonos convencionales para dirigirse a las
multitudes. El principal fabricante de los cañones -LRAD Corp- admitió
que el producto fue desarrollado como una "opción no letal para uso
militar".
La ciudad de Pittsburgh impugnó en los tribunales una demanda de la American Civil Liberties Union, uno de los más influyentes organismos defensores de los Derechos Humanos de los Estados Unidos, según la cual una mujer sufrió daño permanente en un oído debido al tono penetrante de uno de esos aparatos que utilizó la policía durante la Cumbre del Grupo de los 20, en 2009. Al menos un manifestante del movimiento Ocuppy Wall Street dijo que la policía de la ciudad de Nueva York también utilizó los "cañones de sonido", aunque la fuerza aseguró que lo hizo sólo para emitir mensajes.
LRAD dijo que sus productos le ofrecen a la policía una alternativa mejor que un megáfono y más benigna que disparar balas de goma o lanzar gases lacrimógenos para casos en los que se pretende controlar multitudes, poner fin a una toma de rehenes o comunicarse a una distancia segura con sospechosos que pudieran representar algún peligro. "Los DALA son vistos como una alternativa para atender este tipo de situaciones para las que antes no se contaba con ellos", dijo Robert Putman, un vocero de la empresa.
Según Putman, los dispositivos no son un arma sino un sistema de comunicación de largo alcance para la difusión clara de información, instrucciones y advertencias. La empresa registró ventas sin precedentes por 26 millones de dólares en el año fiscal 2011 que terminó el 30 de setiembre, un incremento del 57% con respecto al año anterior. Los clientes militares en el extranjero y el país representan el 58% de las ventas.
La empresa desarrolló los aparatos para la Armada estadounidense tras un ataque perpetrado en el año 2000 en las costas de Yemen y en el que el blanco fue el buque de guerra Cole. Putman dijo que lo que se buscó fue dotar a los marineros de un aparato mediante el cual pudieran enviar órdenes a embarcaciones pequeñas que se acercaran a naves militares estadounidenses. Hasta 2009 sólo se conocía la aplicación marítima de los DALA. Los dispositivos se ajustan a una gama que va de una unidad de 6,8 kilogramos a un aparato de 141 kilogramos con un alcance de 3,2 kilómetros.
La unidad más pequeña emite un sonido de 137 decibeles a un metro de distancia. Este ruido es mayor al que produce un jet que despega a 100 metros de distancia, pero se ubica debajo del nivel de los 140 decibeles que causa dolor al oído, según el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Putnam dijo que los aparatos están ajustados para que emitan un sonido por debajo del umbral que podría causar daño permanente en la audición. Sin embargo, reconoció que una exposición prolongada puede causar daños, tal como ocurriría si se escuchara una sirena por mucho tiempo. "El sonido a corta distancia causa malestar a la mayoría de las personas, que tienden a cubrirse los oídos y retirarse", explicó.<
AP
La ciudad de Pittsburgh impugnó en los tribunales una demanda de la American Civil Liberties Union, uno de los más influyentes organismos defensores de los Derechos Humanos de los Estados Unidos, según la cual una mujer sufrió daño permanente en un oído debido al tono penetrante de uno de esos aparatos que utilizó la policía durante la Cumbre del Grupo de los 20, en 2009. Al menos un manifestante del movimiento Ocuppy Wall Street dijo que la policía de la ciudad de Nueva York también utilizó los "cañones de sonido", aunque la fuerza aseguró que lo hizo sólo para emitir mensajes.
LRAD dijo que sus productos le ofrecen a la policía una alternativa mejor que un megáfono y más benigna que disparar balas de goma o lanzar gases lacrimógenos para casos en los que se pretende controlar multitudes, poner fin a una toma de rehenes o comunicarse a una distancia segura con sospechosos que pudieran representar algún peligro. "Los DALA son vistos como una alternativa para atender este tipo de situaciones para las que antes no se contaba con ellos", dijo Robert Putman, un vocero de la empresa.
Según Putman, los dispositivos no son un arma sino un sistema de comunicación de largo alcance para la difusión clara de información, instrucciones y advertencias. La empresa registró ventas sin precedentes por 26 millones de dólares en el año fiscal 2011 que terminó el 30 de setiembre, un incremento del 57% con respecto al año anterior. Los clientes militares en el extranjero y el país representan el 58% de las ventas.
La empresa desarrolló los aparatos para la Armada estadounidense tras un ataque perpetrado en el año 2000 en las costas de Yemen y en el que el blanco fue el buque de guerra Cole. Putman dijo que lo que se buscó fue dotar a los marineros de un aparato mediante el cual pudieran enviar órdenes a embarcaciones pequeñas que se acercaran a naves militares estadounidenses. Hasta 2009 sólo se conocía la aplicación marítima de los DALA. Los dispositivos se ajustan a una gama que va de una unidad de 6,8 kilogramos a un aparato de 141 kilogramos con un alcance de 3,2 kilómetros.
La unidad más pequeña emite un sonido de 137 decibeles a un metro de distancia. Este ruido es mayor al que produce un jet que despega a 100 metros de distancia, pero se ubica debajo del nivel de los 140 decibeles que causa dolor al oído, según el Instituto Nacional para la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Putnam dijo que los aparatos están ajustados para que emitan un sonido por debajo del umbral que podría causar daño permanente en la audición. Sin embargo, reconoció que una exposición prolongada puede causar daños, tal como ocurriría si se escuchara una sirena por mucho tiempo. "El sonido a corta distancia causa malestar a la mayoría de las personas, que tienden a cubrirse los oídos y retirarse", explicó.<
AP
No hay comentarios:
Publicar un comentario